Stop, would you stop

All of these memories are waking me up

Fuck the fuck off

All of these demons are shaking me alive

Detente, ¿podrías detenerte?

Todas estas memorias me están despertando.

Vete a la mierda.

Todos estos demonios me están sacudiendo vivo.

— Dreams Where Ur Murdered, X Lovers

[ ⊱ĭ⊰ ]

Segunda parte:

when the flower met a blood-sucker

[ ⊱ĭ⊰ ]

[ 2:1 ]

Tearscolm, 25 de junio de 2022

Hostal Black Owl, 03:05 am

A las tres de la mañana, el pasillo continúa está envuelto en tinieblas. Esta sí es la verdadera boca del lobo. Yeonjun y Sunoo están parados a mi lado, mirando hacia ambos lados, sin saber bien qué hacer. Jay está sentado en el suelo, con la espalda encorvada sobre una de las puertas de madera. El silencio que nos acompaña a esta hora en el pasillo es interrumpido por algunos ruidos guturales y violentos de las mariposas que acechan las calles. ¿Realmente así era cada noche en el Tearscolm antiguo? ¿Cómo mi madre podía dormir así?

Y mucho peores que los rugidos de los Feráseos son los ronquidos de Jeonghan. Mierda, eran tan fuertes que temíamos que alertaran a los monstruos de nuestra presencia y que una mariposa apareciera tumbando la puerta principal. El único que pudo pegar un ojo en toda la noche fue Joshua que, de mala gana, terminó durmiendo en la misma cama que Jeonghan. En serio, ¿cómo no se despertó durante tres horas seguidas con Jeonghan roncándole en el oído?

Años de práctica, supongo.

Después de merodear un poco por el hostal con la lámpara de gas en busca del señor Choi, con evidentes cero resultados, decidimos volver a la planta alta. Jay no se ha movido de esa puerta, y es la primera vez en años que se aleja por tanto tiempo. Normalmente es como un perro que me sigue a donde vaya. Hoy sigue actuando como un perro, pero más bien parece uno triste, sentando junto a la puerta a la espera de su dueño.

—¿Y ahora? —pregunta Yeonjun, dándome un codazo.

—No lo sé —extiendo la mano para iluminar todo el pasillo, la luz amarillenta esparciéndose por puertas y paredes—. ¿Elegimos una puerta al azar y esperamos lo mejor?

—Pero ahí dentro están los otros chicos —dice Sunoo, con los ojos muy abiertos. Creo que no ha parpadeado desde que llegamos al hostal. Este definitivamente es el peor cumpleaños que ha tenido. Yeonjun aprieta los labios, con los puños encajados a cada lado de la cintura, intentando pensar.

—¿Qué prefieren? —digo yo. Los párpados me empiezan a pesar por la falta de descanso. Solo quiero dormir. Estoy cansado, y quiero aprovechar que Jay está actuando extraño para probar suerte y tener una noche completa de sueño— ¿Los ronquidos de Jeonghan, o compartir cuarto con los vagabundos?

—¿Y si los vagabundos nos asesinan mientras dormimos? —pregunta Sunoo. Yeonjun pone los ojos en blanco.

—No lo harán. Parecen tener cierta devoción por el señor Choi y no le conviene a la reputación del hostal que asesinen a un par de adolescentes aquí —digo yo—. Además, el señor Choi me aprecia, o aprecia a mi madre. No nos matarán, en serio.

Yeonjun se muerde el labio, poco convencido, y Sunoo parece a punto de volver corriendo a la habitación. Pero los ronquidos de Jeonghan se escuchan incluso fuera del cuarto y sé que están igual o más cansados que yo. Yeonjun en especial no ha dormido bien las últimas semanas con todo el tema de prepararse para la universidad. Es el único de nosotros que tiene altas expectativas y que quiere estudiar una carrera seria (¿de verdad? ¿medicina?), así que las ojeras bajo sus ojos ya son notorias, como un mapache. Chasquea la lengua en resignación.

—Bien, supongo que no hay otra opción —dice, rindiéndose. Sunoo no dice nada, pero sé que tiene unas inmensas ganas de protestar—. Namgil dijo que podíamos escoger cualquier habitación, de todos modos. ¿Cómo hacemos esto? ¿Piedra, papel o tijera?

—Estoy cansado —dice Sunoo, pasándose una mano por el rostro, justo cuando Yeonjun y yo ya tenemos los puños levantados para jugar—. Este día ha sido una mierda y solo quiero dormir. Yo tomo la habitación del fondo.

No voltea a mirarnos mientras camina con pasos largos y el cuerpo encorvado hacia adelante en dirección a la habitación, la que está junto a la ventana. Se aleja lo suficiente como para salir de la iluminación cálida de la lámpara de gas, y ahora su rostro es pintado por el azul intenso de la iluminación nocturna. Zapatea suavemente contra el suelo alfombrado mientras dirige su mano al pomo de metal. Puedo notar que Sunoo es el que más está sufriendo con esta situación, pero este repentino golpe de valentía nos ahorrara tiempo.

Abre la puerta con un giro lento y silencioso del pomo de metal que termina con un click metálico, que resuena por todo el pasillo. Sus ojos se abren de golpe, temeroso de ser escuchado, pero continúa hasta abrirla lo suficiente como para asomarse por la abertura. Parece comprobar que la costa esté limpia (que el vampiro esté dormido) y nos hace un gesto con la mano para indicarnos que todo está bien. Yeonjun y yo asentimos con la cabeza y le devolvemos un ademán que dice ánimo, por favor no mueras. Sunoo entra en el cuatro y cierra la puerta detrás de sí con el mismo cuidado.

Quedamos Yeonjun y yo.

Él señala con la cabeza la puerta al otro extremo del pasillo.

—Casi morimos esta noche, ¿qué más da un riesgo más? —me pone la mano sobre el hombro y me sonríe en una mueca apretada— Ten cuidado, ¿sí? Dale una buena patada en la entrepierna al vagabundo si intenta hacerte algo.

Sonrío también, apenas un poco.

—Gracias, tú tampoco dejes que nadie te apuñale. No hoy —asiente con la cabeza y hace lo mismo que Sunoo, desapareciendo tras otra de las puertas.

Quedo solo yo.

Y Jay.

Empiezo a caminar hacia la última puerta que queda libre. Parece la más vieja de todas, con la pintura desgastada, zarpazos en la parte baja que parecen hecho por un gato y un pequeño agujero junto al pomo. Jay me observa fijamente mientras me agacho un poco para mirar por el pequeño hueco. No hay nada más que un bulto debajo de los edredones viejos y una tentadora cama vacía junto a la ventana.

—Hazlo.

—Ya voy —le respondo a Jay, sin despegar el rostro de la puerta y moviendo mi mano para indicarle que se calle. Intento ver entre la oscuridad del cuarto algún vestigio del cabello del vampiro, algo que me ayude a identificar cuál de todos es, pero está completamente cubierto por el edredón, de pies a cabeza.

—Hazlo, Taehyung. No hay escapatoria. Lo que sea que suceda ahí dentro, es lo que mereces. Y probablemente morirás... No hay más opciones. El Quiróptero te está esperando.

—Entonces sí es un Quiróptero... —digo, más para mí mismo que para Jay, y me dispongo a apagar la lámpara de gas antes de abrir la puerta.

El pasillo se apaga en un parpadeo. La dejo en el suelo y envuelvo con la mano el pomo de metal. Está tan frío que me hace temblar, y lo giro con una delicadeza exagerada, como si se fuera a romper bajo mi mano. Veo por el agujero que el bulto se remueve debajo de las mantas y me quedo petrificado por un momento. Cuando él se queda quieto, continúo, hasta que el chasqueo metálico me inunda los oídos y me adentro al cuarto. Directo a la cueva del Quiróptero.

!!!

[ Noduru, 2023 ]