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May your feet serve you well and the rest be sent to hell
Where they always have belonged, cold hearts grew colder songs
Fate will play us out with a song of pure romance
Stomp your feet and clap your hands
Let's kill tonight, kill tonight
Show them all you're not the ordinary type
Que tus pies te sirvan bien y el resto será enviado al infierno.
Donde siempre pertenecieron, corazones fríos forman canciones más frías.
El destino nos tocará una canción de romance puro.
Pisotea fuerte con tus pies y aplaude con tus manos.
Matemos esta noche, matemos esta noche
Muéstrales a todos que no eres ordinario.
— Let's Kill Tonight, Panic! At The Disco
[ ⊱ĭ⊰ ]
Onceava parte:
hold your breath and run
[ ⊱ĭ⊰ ]
[ 11:1 ]
Tearscolm, 28 de junio de 2022
Hostal Black Owl, 11:47 pm
Me siento de maravilla cuando despierto. Estoy un poco sudado, piel caliente pegada a piel fría en un contraste que me da escalofríos de los buenos. Me aferro al contacto, me hundo más en el cuello desconocido y mi pierna rodea el cuerpo con firmeza como un koala colgado de un árbol. Huelo disimuladamente, solo para confirmar lo obvio. Jungkook, es Jungkook. No lo quiero soltar. Se siente tan bien. ¿Yeonjun y Sunoo harán lo mismo? ¿Compartir cama con Soobin y Riki se sentirá tan bien como esto? Debo preguntarles, quizás es una cosa de vampiros.
Hay un detalle que me saca a la fuerza de mi trance somnoliento. Jungkook no se mueve. A duras penas respira, como si lo hiciera conscientemente y con cuidado de no ser ruidoso. No ronca, ni siquiera parece tener la boca abierta y lo siento tenso debajo de mi cuerpo.
Está despierto.
Lo concentrado que está en lo que sea que esté pensando me ayuda a evitar que note que estoy despierto también, y ambos continuamos durmiendo-sin-estar-dormidos por unos cinco minutos más. No es incómodo, pero es extraño. Jungkook suelta el aire en un momento y se relaja un poco. Pienso que está por dormir de verdad, pero me demuestra que estoy equivocado cuando empieza a hacerme a un lado con cuidado. Se libera de mis brazos y piernas con muchísima lentitud, soltando un suspiro aliviado cuando se levanta de la cama y cree que sigo dormido. Cierro los ojos para que no me descubra, y lo escucho ponerse sus zapatos y salir de la habitación.
Cuento mentalmente hasta cinco y me levanto de un salto. Agarro mi celular y veo que falta poco para que sean las doce. Algo no está bien, puedo sentirlo. Sé que los vampiros deben hacer cosas extrañas, que puede que Jungkook tenga una vida nocturna llena de animalillos muertos, pero tengo un mal presentimiento. Me pongo un abrigo y mis zapatos antes de salir tras él.
El pasillo es una penumbra silenciosa. Me asomo por las puertas ligeramente abiertas de los cuartos vecinos, y la pesadez en mi estómago no hace más que aumentar cuando veo a Riki y a Soobin en sus respectivas habitaciones, dormidos. ¿Jungkook de verdad saldría sin ellos? Eso significa que no es una cosa de vampiros, sino que una cosa de Jungkook.
Doy vueltas en el mismo lugar, en el pasillo oscuro, pensando qué hacer a continuación. Seguir a Jungkook o volver a la cama. Fingir que nada está pasando y despertar a su lado por la mañana. Faltan tres días, recuerdo. Tres de los cuales el primero está a punto de terminar. Todo se volverá más caótico mientras nos acerquemos al Juicio Final. ¿Y si las calles son peligrosas? Obviamente son peligrosas, pero me pregunto si serán peligrosas para un chico como Jungkook, acostumbrado a pelear con bestias y monstruos.
Si sucede algo, puede convertirse en el hombre-murciélago y escapar.
Un flash rápido en mi cabeza me hace sentir mareado. Una ráfaga de imágenes sangrientas, de gritos y alas desgarradas. Recuerdo el chillido que Soobin lanzó cuando lo hirieron, y me hierve la sangre al imagina a Jungkook en un escenario similar.
Entonces, consciente de que estorbaré más de lo que ayudaré, bajo las escaleras.
El recibidor está en completo silencio, señal clara de que Jungkook salió. Solo por si acaso, para comprobar que no solo bajó por un antojo nocturno, reviso la cocina, pero la encuentro igual de vacía que el resto de la planta baja. Lo único que delata la presencia reciente de alguien es una bolsa tirada en el suelo. Me agacho y la recojo: es una gran bolsa negra de basura.
—Ten cuidado —doy un salto al escuchar esa voz tan familiar con un tono tan desconocido, casi fraternal. Jay está sentado en las escaleras, mirándome con ojos curiosos. Las ojeras poco a poco van abandonando su rostro—. El lugar es peligroso.
—Lo sé —susurro.
—Hay mariposas. No puedo sentir muchos murciélagos en la zona, pero aún así hay una carga pesada de oscuridad rodeando la casa —pega sus rodillas al pecho, casi abrazándose—. ¿Te puedo acompañar?
—No —respondo demasiado rápido, casi a la defensiva. Jay sonríe con tristeza. Carraspeo y miro la puerta con indecisión—. Solo dime una cosa, ¿moriré si salgo?
—No lo creo, pero sigues débil, Taehyung. Estás fortaleciéndote, pero sigues... un poco vacío. Escúchame; las mariposas no te atacarán si no las provocas, y es mucho más seguro si no te ven. Ve con cuidado, no des ningún paso en falso y no digas ni una sola palabra cuando estés afuera.
—¿Por qué no me estás deteniendo? —pregunto, incrédulo— ¿Por qué no me estás rogando que no salga, repitiendo mil veces que moriré? Me estoy ofreciendo a los lobos, y prácticamente me estás abriendo la puerta —tomo aire, mirándolo a los ojos—, ¿por qué?
—Ya no tengo ese poder sobre ti, Taehyung —no lo dice como si fuera algo que le molestara. En realidad, parece contento—. Lo único que puedo hacer es advertirte. Intentar ayudarte, pero el resto depende de ti —la pequeña sonrisa que tira de sus labios va tomando forma e intensidad—. El Natálido salió también. No dejará que mueras, así que no tengo por qué preocuparme.
—Hablas como si yo fuera un perrito —sonrío un poco, y él se ríe. Pienso por un momento si, dadas otras circunstancias, Jay y yo podríamos haber sido cercanos. Amigos. Si en otra vida ese beso que compartimos significó algo para mí.
No será en esta, pero puede (y solo puede) que lo extrañe un poco cuando desaparezca.
Salgo del hostal Black Owl por primera vez desde que todo el infierno inició, y la avenida Seongcheom es una versión bizarra y grotesca de la que dejamos cuando llegamos al hostal. El frío viento golpea mi rostro y me agacho. Miro a ambos lados compulsivamente. La calle parece vacía, pero hay manchas de baba negra por todos lados, uno que otro Feráseo inerte rodeado por moscas y más de un cadáver animal en pleno estado de putrefacción.
Para ser un desfile sangriento, está bastante silencioso. Me muevo con cuidado de no tropezar con los cuerpos, respirando por la boca y conteniendo las arcadas, cuando a lo lejos escucho un traqueteo y un gruñido profundo y gutural. Trago saliva. Este es el momento en el que me arrepiento, doy media vuelta y regreso a la cama.
Siguiendo mis impulsos más irracionales, me dirijo hacia la derecha. Probando suerte. Camino con cautela, pegado a la pared y mirando detrás de mí cada dos pasos. El corazón me late desbocado en la garganta, las piernas me tiemblan y siento la garganta seca. Es como revivir la adrenalina del momento en el que escapamos de la mariposa después de comprar alcohol. Pero ahora estoy solo.
En cualquier momento una mariposa saldrá de un callejón y me arrancará la cabeza con los dientes. Jay tenía razón: sigo débil. No estoy indispuesto, pero quizás no me encuentro en la mejor condición si me veo en una situación de vida o muerte. Tengo que evitar el peligro sí o sí. No quiero morir (no aún).
De alguna forma u otra, llego a la entrada del bosque en una sola pieza. Unos pájaros salen disparados de las copas de los árboles, hay rugidos y golpes provenientes de entre los troncos viejos y me parece oler a cigarro, llanta quemada y gasolina. Esto no está bien. Literalmente estoy a punto de entrar a la cueva de los monstruos, como una ofrenda en bandeja de plata. Quiero dar media vuelta, mi cuerpo y mi mente gritan que no es buena idea.
Y entonces escucho un chillido, muy agudo. Un siseo, y un lamento moribundo casi animal.
¡Nos leemos luego! ♡
[ Noduru, 2024 ]
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