ʚɞ | 27 | ʚɞ
I Hold my breath and drive
Staring at the sky
Luminous and bright
Running out of time
Blood red moonlight
Gaining till you're over me
Beautiful as everything is crumbling
The flames dance off your eyes
Mantengo el aliento y conduzco.
Mirando al cielo.
Luminosos y brillante.
Me quedo sin tiempo.
Luz de luna, roja como la sangre.
Ganando hasta que me superes.
Es hermoso como todo se está derrumbando.
Las llamas bailan en tus ojos.
— Death of an Executioner, Pierce the Veil
[ ⊱ĭ⊰ ]
Novena parte:
a monster's crying
[ ⊱ĭ⊰ ]
[ 9:1 ]
Tearscolm, 26 de junio de 2022
Hostal Black Owl, 08:32 am
—¡Ese sí que fue un sueño reparador!
—Maldición, no había dormido tan bien en años —Joshua se truena la espalda y Jeonghan se despereza. Ya puedo imaginar a ambos con sonrisas de lo más satisfechas.
—Dormir en el piso no estuvo tan mal —añade Sunoo tras un bostezo.
—¿En el piso? —Joshua bufa con diversión, dándole a Sunoo una mirada conocedora que hace que se sonroje al instante— Estabas sobre el vampiro, no intentes engañarnos.
—¡Eso no es cierto! —se intenta defender Sunoo, mirando hacia todas las direcciones posibles por miedo a que Riki esté por ahí y lo escuche.
—Dormir sobre un vampiro no está tan mal —dice Yeonjun, cruzando el recibidor en dirección a la cocina con una sonrisilla. Todos lo miran con incredulidad. Él se detiene en el marco de la puerta y me mira—, ¿cierto, Taehyung?
No le respondo.
Mierda, siento que voy a morir.
—¿Estás bien, Taehyung? —Joshua se me acerca. Tengo la expresión de un cadáver andante, estoy encorvado hacia adelante y casi no abro los ojos. No sé cómo puedo seguir de pie. Joshua toma mis muñecas y las levanta, dejándolas caer como si yo fuera un muñeco de trapo—. Definitivamente no está bien —les dice a los demás.
—¿Sigues mal? Has estado moribundo desde ayer por la noche —pregunta Sunoo, acercándose. El resto no tarda en rodearme. No digo nada, solo quiero echarme al suelo a dormir por veinticuatro horas seguidas. Con Jungkook y Jay a dos habitaciones de distancia, de preferencia.
—¿Qué te pasó? —Yeonjun también se acerca y examina mi rostro. Me quejo cuando me pone una mano en la frente—. No pareces enfermo. ¿Solo es cansancio?
—El vampiro tuvo que traerlo en sus brazos ayer por la noche, eso no puede ser cansancio —replica Joshua. Todos empiezan a pensar y a compartir opiniones, como si yo fuera un experimento en una clase de ciencias que salió mal. Parpadeo, cerrando los ojos por tres segundos antes de abrirlos. Me pesa todo el cuerpo.
—Oscuridad —dice Sunoo, como si estuvieran descubriendo la cura a una enfermedad terminal. Me señala—. ¡Los chicos dijeron que Taehyung olía a oscuridad! Tal vez está enfermo, o maldito. Taehyung, ¿estás maldito?
—¿Un Feráseo te mordió?
—O tal vez un Quiróptero...
—¿No habrán sido los vampiros... ?
—No —respondemos, a la defensiva, Yeonjun, Sunoo y yo al mismo tiempo.
Nadie dice nada más por un largo rato, y el silencio se vuelve vergonzoso. Ninguno de los vampiros está en el recibidor, por suerte, y el señor Choi me salva de tener que darle explicaciones a mis amigos entrando al recibidor. Lleva un plato lleno de panes en una mano y una tetera humeante en la otra. ¿Qué les hubiera dicho, de todos modos? Hablar de Jay no es una opción. ¿Que Jeon Jungkook estuvo respirándome en la oreja toda la noche, y que no podía dormir por más de cinco minutos sin despertar, completamente sudado, imaginando que el mismo chico me daba el mejor beso de toda mi vida y, de paso, también me mordía? Tampoco es una opción.
Ayudamos al señor Choi a servir el desayuno mientras él nos explica que los chicos están discutiendo de algo (asuntos privados) en la azotea. No indagamos mucho en el tema, Jeonghan y Joshua porque genuinamente no les interesa, y los otros tres porque no queremos invadir su privacidad. Después de desayunar y levantar los platos, empieza la división de tareas. Choi Namgil se lleva a Joshua, Sunoo y Jeonghan arriba para lavar edredones mientras Yeonjun y yo lavamos los platos en la cocina.
Él tararea suavemente y yo me esfuerzo por permanecer despierto. Está feliz, más de lo que lo he visto estar en toda mi vida, y es una vista peculiarmente agradable. Ver a mis amigos felices me hace feliz.
Jay apareció hace unos quince minutos y está... actuando de lo más extraño. Siempre se ha comportado como un perro ansioso, pero ahora mismo está sentado en un banco junto a la encimera en completo silencio. No lleva la máscara y su expresión es neutra. Vacía. No me ha mirado desde que entró a la cocina, pero su mera presencia me hace sentir más cansado aún.
Cabeceo hacia adelante y me despierto de golpe cuando siento una salpicadura de agua fría en la mejilla. Me giro para ver la sonrisa divertida de Yeonjun.
—¿Sabes, Taehyung? Luces como si quisieras morir.
—Gracias —respondo con sarcasmo. Él se ríe.
—Aún no termino. Luces como si quisieras morir, pero te he visto mucho más tranquilo desde que llegamos aquí. Hmm, ¿sabes? Desde las Navidades pasadas —me tenso cuando menciona el tema. No me gusta hablar de eso. Se queda callado, como si no supiera cómo continuar con la idea—, no lo sé, eres cauteloso. Como si no quisieras decir nada que nos moleste. O, a veces, eres demasiado descuidado y sueltas comentarios que... no son lo mejor que podrías decir, ¿sabes? —se ríe, intenta tomarse el tema a la ligera, con gracia. Pero yo no puedo. Es demasiado para mí aún—. Lo que quiero decir es que no ha sido así desde que estamos aquí, en el hostal. Te dejas llevar, te sueltas un poco y te relajas. Igual Sunoo, y yo también—friega la esponja llena de jabón contra una taza y se ríe con las manos llenas de espuma. Parpadeo con fuerza y por fin logro enfocar la mirada. Yeonjun sonríe en grande, con sinceridad, y su rostro brilla—. Creo que terminar aquí fue algo bueno, después de todo.
—Supongo que... —Jay. Es porque Jay cambió. Por eso me siento más tranquilo. Es porque sé que puedo matarlo, cómo matarlo. Es porque... No termino mi pensamiento y Yeonjun vuelve a salpicarme con el agua— ¡Oye, para!
Lo salpico también, él me la devuelve y seguimos haciéndolo por un rato como niños pequeños, terminando empapados y riendo a carcajadas. Choi Yeonjun, el chico que desenmascaró mi mentira, el chico que me miró con tanta decepción aquel día que me rompió, el primero en acercarse a mí en la escuela hace casi diez años. El primero en abrazarme, en llorar conmigo, en decir que todo estaría bien, que cambiaríamos. Todos cambiaríamos, lo haríamos para bien y estaríamos juntos hasta el final. Me dijo todo eso mientras llorábamos en el hombro del otro, nunca lo olvidaré.
Estamos cambiando. Estamos yendo en la dirección correcta.
Y eso es lo único que importa ahora.
—Soobin, ¿eh? —le digo mientras nos secamos las manos—. Tu madre odia el cabello teñido, lo repudiará.
—¿Crees que la señora Kim aceptará a Jungkook? —me codea y levanta las cejas.
Este chico que apenas muestra indicios de sus emociones se está burlando de mí. ¿Qué diablos hizo Jeon Soobin con mi amigo? Y ni hablemos de Sunoo...
Mamá aceptará a Jungkook cuando todo esto termine. No es que sea mi novio, ni mi pareja ni que vaya a serlo. Es mi amigo. No lo llevaré a casa, pero quizás mamá podría venir al hostal, ponerse al día con el señor Choi, y entonces le presentaré a Jungkook. Mamá, este es Jungkook. Jungkook, esta es mi mamá. Él hará una reverencia torpe, y todos reiremos.
Si todo esto acaba, en primer lugar.
Y si Jungkook y yo seguimos siendo amigos cuando termine. Porque, si mis impulsos son más fuertes que yo, quizás termine haciendo algo que provoque que él me odie. Me empujará, se tocará los labios, me mirará con repulsión absoluta en sus ojos grises. Me gruñirá, y dirá ¿Qué mierda crees que haces, Kim Taehyung? Con las cejas fruncidas y los colmillos al aire.
—Oye —le digo a Yeonjun. Él se detiene antes de que subamos las escaleras—. Dejando de lado cualquier broma, ¿Soobin y tú... ? —no puedo continuar por la vergüenza y espero que él me entienda.
No lo hace.
—¿Soobin y yo... ?
—Ayer dijiste que se estaban conociendo y que ni siquiera eran amigos aún.
—Muchas cosas pueden cambiar de la noche a la mañana. Además, no me gustaría ventilar mi vida privada frente a todos. En especial frente a Joshua.
—Pero fuiste muy insistente, como si no quisieras que te relacionen con él —respiro profundamente—. Entonces, son amigos.
Lo piensa por un rato y termina por asentir.
—Sí.
—¿Eso es todo?
—¿Tiene que haber algo más?
—No —respondo, con las orejas humeando de lo rojas que están.
Él mira en dirección a las escaleras, y luego se acerca a mi oído.
—Aquí entre nosotros —dice en un susurro. Puedo escucharlo sonreír— no me molestaría que hubiera algo más —mi expresión de asombro lo obliga a cubrirme la boca por precaución—. No se lo digas a nadie. A nadie, ni siquiera a Jungkook.
—¿En serio? ¿Aunque solo hayan pasado, qué, menos de dos días? ¿Crees que es posible querer —querer. La palabra parece demasiado grande cuando sale de mí. Poderosa. Abarca todo. Querer— a alguien en tan poco tiempo?
—Quiero a Soobin —lo dice como si lo estuviera probando, viendo qué tal suena, y parece satisfecho—. No creo que me haya enamorado de él. Las cosas son... diferentes. Él es diferente. Me escucha, me mira como si yo fuera la cosa más interesante que hubiera visto. Y yo también lo escucho. Me gusta lo que dice, cómo habla... Quiere hacerse cargo del hostal después del señor Choi —lo último lo dice en un susurro orgulloso, como una madre presumiendo de su hijo. Bueno, no tanto como un hijo, más bien... como un hijo queriendo convencer a su madre de que su novio es un buen chico—. No me enamoré, pero creo... que podría ir en ese camino. Sunoo parece pensar lo mismo de Riki. Y tú —me codea— también.
—No... Jungkook no... —no lo puedo decir en voz alta, soy incapaz de soltar una mentira tan descarada. No puedo decir No quiero a Jeon Jungkook, mis cuerdas vocales se niegan.
—Ayer, cuando nos atacaron los Quirópteros —continúa Yeonjun, como si fuera consciente de que no puedo terminar y quisiera llenar los silencios. A Yeonjun le gustan los silencios, pero hoy está particularmente hablador—. Estas cosas siempre nos interesaron, ¿no? A todos. La oscuridad, los demonios... Quería verlos. Quería ver a un Quiróptero y confirmar que eran tan aterradores y asquerosos como en las fotos. Quise salir aunque sabía que era peligroso, pero Soobin... —toma aire y sonríe como un bobo—. Pudo haberse escondido, huir. Eso es lo que uno hace. Somos egoístas, nos salvamos a nosotros.
Sus ojos son profundos y serios cuando me mantiene la mirada. Trago saliva, incapaz de aguantar esa intensidad.
—Ellos no lo hicieron —le digo. Él asiente.
—Ninguno de los tres. Somos lo más importante aquí para ellos. Ni siquiera salvaron primero al señor Choi, a su casi-padre. Vinieron por nosotros, Taehyung. ¿Sabes lo que eso significa?
Me mira como si tuviera que saberlo.
Pero no lo sé.
—No —respondo con sinceridad. Sus comisuras se levantan.
—Yo tampoco, pero esta conexión mística-oscura-y-mágica no me desagrada para nada.
¡Nos leemos luego! ♡
[ Noduru, 2024 ]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro