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[ 7:4 ]

—Su sangre huele —dice Soobin cuando los tres terminan con lo que sea que estaban haciendo. Frunce la nariz— raro.

—Sí, como a... ¿gasolina?

—O cigarrillos.

—No, no, los cigarrillos no huelen tan mal.

—La sangre de este chico apesta.

—¿Debería sentirme ofendido? —le pregunto en voz baja a Joshua cuando logro escabullirme lejos de la reunión vampírica. Él se encoge de hombros.

—Por lo menos sabes que no te morderán el cuello mientras duermes.

—No es un olor tan desagradable —dice Jungkook, cruzándose de brazos y ladeando la cabeza. Pensando. Me mira de reojo, y algo brilla en sus ojos grises—. Huele a caucho quemado. A... a quemado en general.

—Como los bosques —dice Riki, abriendo mucho los ojos y chasqueando los dedos, como si acabaran de descubrir algo increíble.

—Como los Quirópteros —añade Soobin, en un tono incrédulo, intercambiando una mirada rápida con sus hermano antes de mirarme también. Retrocedo.

—¿Eso es malo? —pregunto, con miedo. Veo el movimiento en la garganta de Jungkook cuando traga saliva. Luce preocupado.

—Hueles a oscuridad, Kim Taehyung.

—¿Qué mierda significa eso?

—No es uno de nosotros. No puede serlo, lo habríamos notado —Soobin y Riki se alteran, caminando en círculos, mirándose entre ellos y mirándome a mí como si fuera un animal de circo, o una rata de laboratorio a la que acaban de descubrirle ADN de murciélago y ya no saben qué hacer con ella. Soobin me dedica una mirada furtiva y me señala—. ¡Riki, los dientes!

—Enseguida —dice Riki, girándose hacia mí. Antes de que pueda escapar de estos desquiciados se me lanza encima, me mete los pulgares en la boca y me obliga a abrirla hasta que todos mis dientes quedan expuestos. Me quejo e intento empujarlo, pero ya queda de más explicar lo inútil que soy frente a un vampiro. Riki, sin sacar sus dedos de mi boca, se dirige a su hermano—. ¡Todo limpio!

—¿Qué mierda eres, Kim Taehyung? —Soobin se me acerca, con los colmillos expuestos y el entrecejo fruncido. Es amenazante— ¿Un demonio, un monstruo? ¡¿Eres una bestia disfrazada de humano que planea matarnos a todos?! —acerca tanto su rostro al mío y grita tan fuerte que siento una desagradable lluvia de saliva. Cierro los ojos, un poco por el asco y otro poco por el miedo. Las piernas me tiemblan.

—¡Shhh! —sisea el señor Choi. Todos nos volteamos para mirarlo. Él tiene el dedo índice pegado a los labios— No hagan ruido, no querrán llamar la atención.

—No quedan más bestias en la calle, ¿no? Están muertas —Joshua se encoge de hombros—. Deberíamos aprovechar y salir de aquí.

—Él no ha terminado —nos exclama el señor Choi en un susurro, y regresa su atención al exterior por la abertura de la puerta.

—¿A quién se refiere? —pregunta Jeonghan. Yeonjun, al lado del señor Choi, aprieta los labios. Parece que ha estado hablando de estas cosas con el señor Choi mientras tanto.

Choi Namgil no nos mira cuando responde.

—El Gran Demonio.

El aire a nuestro alrededor se tensa al instante. Los vampiros gruñen por lo bajo, inclusive Jungkook parece molesto, y los humanos nos limitamos a encogernos y apartar la mirada. Todo el mundo sabe que esto es culpa del Gran Demonio. Él empezó en el 45 y acaba de reanudar su infierno. Algunos dicen que es por aburrimiento, otros que está probando suerte para empezar con el apocalipsis a nivel mundial y Tearscolm es el pueblucho indicado para empezar. 

A la gente le encantaba compartir chismes sobre la historia oscura de la ciudad, como para sobrellevar la situación. Pero, entre la conversación trivial, todos evitan decir el nombre del Gran Demonio en voz alta. Temen que decirlo pueda invocarlo o traer desgracias a su puerta. Es una leyenda urbana.

Una leyenda no-tan-leyenda, o quizás solo es una mera coincidencia que poco después de que el señor Choi lo pronuncia, otro grito se escucha en la calle. Alguien exclama con horror que hay un murciélago enorme en el cielo, y otra persona grita que hay más de uno. Se vuelven a escuchar disparos, y el señor Choi abre por completo la puerta para empezar a dispararles él mismo. El primer Quiróptero que cae es gracias a una de sus balas.

Jeonghan y Joshua se agachan y cubren sus oídos. Riki corre a por Sunoo y lo abraza con fuerza, escondiéndolo contra su pecho. Yeonjun parece lo suficientemente intrigado para echarle un vistazo al exterior, pero Soobin lo agarra del brazo y se lo lleva escaleras arriba.

Yo me quedo paralizado, mirando por la ventana. Unos ocho murciélagos de casi dos metros cada uno con alas enormes se acercan a las ventanas y a la camioneta militar. Los militares necesitan de varios disparos para apenas hacerles daño, pero con una sola bala del señor Choi caen al instante, sus cuerpos haciendo que el golpe húmedo de la caída resuene por toda la calle. 

Los Quirópteros sueltan chillidos agudos y sus enormes altas crean una ventisca que se mete por la puerta, abierta de par en par. Un Quiróptero se queda volando en el aire, inspeccionando el perímetro, antes de dar conmigo por la ventana del hostal, y luego con el señor Choi. Suelta un grito antes de apuntar su vuelo hacia nosotros. Cae con tanta rapidez, su rostro horripilante contraído y sus ojos rojos y brillantes fijos en mí. En . Viene a por mí.

Su rostro se desfigura y deja salir un sonido horrible cuando una bala lo alcanza y cae muerto justo frente al hostal. Jungkook se lanza sobre mí y, tal como Sunoo y Riki, me abraza como si yo fuera algo precioso que necesita proteger. Me esconde contra su pecho y acaricia mi espalda hasta que mi respiración se ralentiza. 

Ambos caemos al suelo y él cubre mis oídos. Todo se vuelve lento a mi alrededor. Los sonidos, cubiertos por ambas manos de Jungkook (disparos y gritos y rugidos) se desvanecen hasta desaparecer. Parpadeo cuando una figura alta se para erguida frente a nosotros. Una sombra con dos cuernos. Lo miro a los ojos.

Jay se quita la máscara, se agacha para estar a mi altura y me pone una mano en la mejilla. La suya está fría y húmeda, y mis dedos se manchan de negro cuando levanto mi propia mano para tocarla. Está llorando, otra vez, pero extrañamente tiene el semblante más calmado que lo he visto portar desde el momento en el que se transformó en esto. No puedo escucharlo, pero reconozco mi nombre en sus labios antes de verlo acercarse y sentir unos labios ásperos sobre mi frente.

El beso no dura más de dos segundos. Todo se vuelve negro, mi cuerpo se vuelve liviano y me desplomo sobre Jungkook. 

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

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