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When you close your eyes and go to sleep
And it's down to the sound of a heartbeat
I can hear the things that you're dreamin' about
When you open up your heart and the truth comes out
You tell me that you want me
You tell me that you need me
You tell me that you love me
And I know that I'm right
'Cause I hear it in the night
Cuando cierras los ojos y vas a dormir
Y el sonido se limita al latido de un corazón
Puedo escuchar aquello que estás soñando
Cuando abres tu corazón y la verdad sale a la luz
Me dices que me quieres
Me dices que me necesitas
Me dices que me amas
Y sé que tengo razón,
porque lo escucho en la noche.
— Talking In Your Sleep, The Romantics
[ ⊱ĭ⊰ ]
Séptima parte:
dead heart beating
[ ⊱ĭ⊰ ]
[ 7:1 ]
Tearscolm, 25 de junio de 2022
Hostal Black Owl, 19:15 pm
No pasa mucho tiempo para que los demás también bajen. El señor Choi le da un pequeño sermón a Jungkook por haber cogido comida de las reservas sin avisar. Un sermón, sí, pero ninguno de los dos puede tomarlo muy en serio porque es obvio que Choi Namgil no es el mejor en esto de ser un padre estricto. Jungkook me da miraditas y se ríe por lo bajo, poniendo los ojos en blanco cuando sus hermanos se burlan de él.
Comemos todos en una misma mesa, ya no desperdigados por todo el comedor como en la mañana, y me sorprende como nuestros lazos se han afianzado tanto en pocas horas. Jungkook y yo no cenamos, como castigo por habernos terminado un atún. No importa, porque Jeonghan detesta el atún. Come pan vacío y nos regala su media lata a Jungkook y a mí. El señor Choi nos deja comerla solo porque el té que preparó Jungkook le ahorró la molestia de hacer algo para beber y, en palabras de todo el mundo, estaba delicioso.
Jungkook intentó no pavonearse al respecto, pero pude ver como una media sonrisa aparecía en su rostro con cada elogio.
—Entonces, vamos a hacer esto —dice Joshua con un suspiro cuando el señor Choi desaparece dentro de la cocina. No mira a nadie en particular, solo lo lanza al aire.
Nos quedamos en silencio, sin entender.
—¿Hacer qué... ?
—Esto, el tema de los vamp —se queda callado cuando le doy una patada bajo la mesa. Aprieta los labios y abre los ojos, conteniendo el dolor. Me mira de mala manera y fuerza una sonrisa—. Los chicos, los chicos del bar. Ahora somos ¿amigos? Sé que ahora ustedes son —nos mira a todos, pareja por pareja. Jungkook y yo, Soobin y Yeonjun, Sunoo y Riki. La ceja se le crispa un poco, aunque lo oculta con su sonrisita— muy unidos, pero yo apenas sé sus nombres. Nosotros —corrige, refiriéndose a Jeonghan también.
Jeonghan se vuelve pequeño en su asiento al sentir esos tres pares de miradas filosas sobre él. Intenta no lucir horrorizado y saluda a los vampiros con su mano.
—¿Quieres —aventuro yo, carraspeando al tener ahora esos ojos encima mío— que nos conozcamos mejor? ¿Todos?
—Sí, si aparentemente estaremos teniendo unas vacaciones largas en este lugar —Joshua bufa y lo intenta disimular con una risa relajada—. Digo, estamos en peligro aquí. Si los Feráseos llegan a tumbar la puerta, me gustaría que uno de ellos me ayudara, no que aprovechara para clavar sus colmillos en...
Otra patada. Se queda callado.
—Sí, conocernos. Eso —termina diciendo y sonríe forzosamente.
Nadie dice nada por un buen rato, intercambiando miradas y encogiéndose de hombros. Lo que Joshua dice tiene sentido. Seguramente los vampiros son mucho más fuertes y resistentes que el humano promedio, pero dudo que sean indestructibles. Tenemos que ayudarnos, por si algo llega a pasar. Sobrevivir es nuestra prioridad y no lo lograremos si además de los Feráseos tenemos que lidiar con nosotros mismos.
—No somos los mejores socializando, nunca lo hemos sido —dice Yeonjun.
—Lo dice el chico que se hizo amigo de —estoy seguro de que está por decir algo que lo hará merecedor de una buena mordida en el cuello, pero decide retroceder cuando escucha el gruñido bajo de Soobin— él en menos de un día.
—No somos amigos —menciona Yeonjun, y casi nadie en la mesa parece notar el dolor apenas perceptible en el rostro de Soobin. Yo lo noto, y sé que Yeonjun también, porque veo la mirada rápida que le dedica a Soobin cuando traga saliva—. Nos estamos conociendo, como dijiste. En todo caso, ustedes dos son los mejores tratando con personas —dice, entrecerrando los ojos y mirando a Jeonghan y Joshua—. Hagan eso, traten con personas. Guíennos.
—No somos... genios socializando tampoco. ¿Por qué crees que solo somos amigos entre nosotros? —murmura Jeonghan, cruzándose de brazos.
—Usa tus habilidades de chico infiltrado en una fiesta de mayores. No creo que estos chicos sean más intimidantes que un universitario.
—¡No es... ! —se empieza a quejar Jeonghan, arrepintiéndose al instante por alzar la voz. Su rostro se queda en blanco por dos segundos antes de bufar—. No es lo mismo.
Seguirán discutiendo por lo que queda de la noche a este ritmo, pero es divertido. No es una discusión de verdad, lo sé por la expresión en el rostro de Yeonjun y la media sonrisa que aparece tras el ínfimo puchero de Jeonghan. Se están molestando, como amigos. Porque eso somos.
Jungkook rompe el momento.
Su mano, extendida frente a Joshua, nos deja helados a todos. Solo se escucha el tarareo alegre del señor Namgil en la cocina a lo lejos. Joshua mira la mano, luego a Jungkook, y luego rápidamente a mí antes de regresar a Jungkook.
—Jeon Jungkook —se presenta Jungkook con el rostro muy serio. Joshua abre la boca para decir algo, pero la cierra enseguida—, quieres conocernos, ¿cierto? Hagámoslo.
Joshua traga saliva, probablemente tomándoselo como una amenaza en un inicio, pero parece que relaja los músculos al notar que Jungkook no está bromeando. Veo el movimiento en su garganta cuando traga saliva y decide tomar la mano que flota frente a él.
—Joshua. Soy, eh, Hong Joshua. Es un placer.
Jungkook asiente como un militar con el ceño fruncido, dándole un apretón firme antes de soltarlo. Joshua se queda mirando su propia mano por un largo tiempo después de eso. Me estoy aguantando las ganas de reír, sin poder contenerme cuando Jeonghan ahoga un grito al tener la mano de Jungkook ahora frente a él.
La toma enseguida, como si algo fuera a sucederle si no lo hace.
—Yoon Jeonghan, dieciocho años. Mis padres están divorciados. Nunca he cometido un crimen, lo juro. Empecé a beber después de cumplir la mayoría de edad. Bueno, fumé un par de cigarrillos antes... pero no es un crimen, ¿no? —se queda callado, aún sosteniendo la mano de Jungkook, y se sonroja cuando empezamos a reírnos. Incluso los vampiros parecen impresionados. Se encoge y sonríe con torpeza, hablando con una voz muy aguda— Hola.
A eso le sigue una larga ronda de apretones y presentaciones. Jeonghan bromea con que deberíamos hacer lo típico de una escuela, decir nuestros nombres y tres cosas que nos gusten. Nadie le hace caso.
—Soy Jeon Jungkook, es un placer conocerte —me dice, tomándome de la mano. Después de Jeonghan, su rostro empezó a relajarse con cada uno de nosotros y, cuando llega mi turno, ya lleva una sonrisa sutil. Su mano se siente fría contra la mía—, Kim Taehyung.
—Se supone que debo decirte mi nombre primero —digo en voz baja, como si fuera un secreto escondido entre nosotros debajo del escándalo que los otros están haciendo alrededor. Jungkook se acerca y susurra también.
—Ya sé tu nombre —sonríe—, Kim Taehyung.
—¿Por qué me dijiste tu nombre, entonces?
—Por si lo habías olvidado.
—No lo voy a olvidar, tonto. Llevo pegado a ti las últimas veinticuatro horas.
—Lo dices como si fuera algo malo —frunce ese par de cejas pobladas, y no puedo evitar reír.
Levantamos la mesa y el aire a nuestro alrededor se siente tan ligero que incluso los vampiros empezaron a sonreír. Todos se turnan para contar anécdotas mientras lavamos las tazas. Joshua les cuenta a Jungkook y a Soobin cómo me oriné encima cuando tenía siete años y un chico mayor nos dijo en la iglesia que el Gran Demonio comía niños, mientras que Riki les dice a Yeonjun y Sunoo que Jungkook tiene la mala costumbre de ir al baño con la puerta abierta y de andar desnudo por ahí en las mañanas antes de que abran el hostal. Soobin añade que ayer fue la primera noche en años en la que Jungkook dormía con ropa. Todos nos carcajeamos mientras el susodicho se queja y el señor Choi nos observa extrañamente complacido desde lejos.
—Segunda noche —dice Sunoo suspirando—, espero que sea la última.
—Vendrán al hostal aún cuando todo esto termine, ¿verdad? —dice Soobin. Fue una pregunta para todos, aunque sus ojos están clavados en Yeonjun.
Antes de que él pueda responderle, Jeonghan se adelanta y se cuelga sobre Soobin, quien le gruñe por lo bajo. Como si de repente recordara que ahora somos amigos, se detiene y solo pone los ojos en blanco.
—¡Por supuesto! —exclama Jeonghan, pasando por alto el disgusto de Soobin. Se le acerca mucho a la cara— Nos darán tragos gratis si venimos, ¿verdad?
—¡Cerveza gratis! —celebra Joshua, y él y Jeonghan hacen un gesto que simula un brindis usando las tazas llenas de espuma.
—Volveremos —asegura Yeonjun, y la certeza en su voz mezclada con la forma en la que mira a Soobin hace que me imagine cosas que quizás no están ahí.
—¡A dormir, muchachos! El alojamiento no es gratis y desde mañana estarán ayudándome con los quehaceres, necesitarán mucha energía —todos nos quejamos en voz alta y el señor Namgil nos empieza a empujar escaleras arriba diciendo Ya, ya, no es para tanto.
Cada quien se despide con una lluvia de buenas noches y duerman bien en el pasillo y desaparecen tras una de las puertas. El señor Namgil apaga todas las luces y el hostal se vuelve a sumir en el silencio absoluto, a veces interrumpido por los sonidos guturales de las mariposas afuera. Me pregunto qué está sucediendo ahora mismo en el exterior, si las cabecillas del pueblo estarán pensando en qué hacer con respecto a todo. Si ya habrán sacado un comunicado oficial, como que traerían militares o algo así. Seguramente el señor Choi lo sabría, o mamá.
Al recordarla, me apoyo sobre la pared y busco su contacto en mi celular. Le escribo que todo está en orden, acompañado de un Descansa, mamá junto a un corazón. Lo envío y vuelvo a guardarme el celular en el bolsillo. Son las diez.
—¿A quién le escribes? —pregunta Jungkook en un susurro justo en mi oreja. Me giro un poco y me encuentro con el lunar de su nariz a dos centímetros de mi rostro.
—A mamá.
—¿La señora Kim está bien?
—¿Por qué te importa? —intento decirle en tono amistoso, ocultando mis nervios. No se aleja, y la proximidad me empieza a poner ansioso. Me rindo más pronto de lo que me gustaría y me abstengo de que me contagie su sonrisa—. Sí, está bien.
—Eso es bueno —por fin se aleja y me da espacio para respirar. Asiente y aprieta los labios, con el superior abultándose por los colmillos—. ¿Vamos a dormir, o quieres compartir más secretos hasta el amanecer?
¡Nos leemos luego! ♡
[ Noduru, 2024 ]
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