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Tener encima a Jay todo el tiempo me hace cometer errores. Hago cosas sin pensar, solo porque él está hostigándome con susurros, porque su mera presencia me abruma. Y termino haciendo cosas tontas, como estar de acuerdo con Joshua cuando dijo que deberíamos estrenar a Sunoo en su cumpleaños y que él traería una caja de cervezas. Apoyar a Jeonghan cuando dijo que saliéramos a comprar el alcohol que Joshua olvidó, aún con las miradas de Sunoo y Yeonjun quemándome la nuca, es definitivamente la peor decisión que he tomado en toda mi vida.

Por eso estamos aquí, por mis malas decisiones.

Sigo leyendo el diario, con mi voz sonando diferente en mis oídos. Ya no me importa Jungkook, no me importa si tartamudeo o hipo en medio de una frase, si pronuncio mal una palabra o si leo demasiado rápido. Ya no estoy leyendo para él, estoy leyendo para . Saber que esto no es un invento de mi imaginación podrida es un hecho que me aterra tanto como me alivia. Jay existe. Jay existe, no lo estoy imaginando.

Jay existe para que yo me convierta en un Feráseo.

—Con las desapariciones documentadas a finales de los ochentas y el aumento descomunal de avistamientos de Feráseos por la misma época, estimamos que los casos terminan con la conversión de la víctima en una tasa de 98% de éxito —un escalofrío me recorre la espalda, pero no me detengo—. El 2% restante se reduce a aquellas víctimas que lograron evitar las tentaciones del ente hasta que este se volvió débil paulatinamente y desapareció...

—Taehyung.

—Pudimos documentar el excepcional caso de una superviviente hace un par de semanas. Lee Chaeyoung (autora del dibujo de la página anterior) nos relató su experiencia lidiando con este ente hace varios años, por allá de 1988. Dijo que apareció hace un par de meses después de que su hija muriera en un accidente de tránsito —estoy leyendo tan rápido y en un tono tan bajo que Jungkook no entenderá ni una palabra de lo que digo. No me importa en lo más mínimo—. Dijo que había estado viendo a un terapeuta y que eso la había ayudado a ignorar al ente en su mayoría. Una mañana, el demonio que la perseguía apareció en su habitación con otra apariencia. A continuación, se encuentra un dibujo proporcionado por la misma Chaeyoung sobre la nueva apariencia de este ente...

—¡Kim Taehyung! —Jungkook grita. Ha estado diciendo mi nombre varias veces, pero su voz parecía un murmuro lejano, como si estuviera a varias habitaciones de distancia. Me agarra por los hombros justo cuando estoy por pasar la página y me obliga a mirarlo. Tiene los ojos muy abiertos, los dientes apretados y el esmalte de uñas está tumbado en el suelo, cayendo sobre el piso alfombrado— Detente, detente. Respira un poco, ¿sí? Respira y...

—Déjame, Jungkook —aparto sus manos de un golpe para nada suave. Todo mi cuerpo tiembla, y mi voz suena como si estuviera por llorar. Pero no quiero llorar, solo estoy muy conmocionado y mi cuerpo no sabe cómo reaccionar—. Déjame... Déjame concentrarme, ¿quieres? Esto es importante para mí.

Parece genuinamente preocupado, pero aleja sus manos. Recoge el esmalte, lo cierra aunque aún no termine de pintarse las uñas de la mano izquierda, y lo guarda. Se vuelve a apoyar sobre la pared, mirando el techo.

Ya no leo en voz alta cuando paso la página. El título está escrito con marcador negro en letras gruesas: Umbra. Es el dibujo que vi antes, una persona mirando al frente. Es una mujer con el cabello corto y un vestido con estampado de flores. Tiene las manos entrelazadas a nivel de su regazo, y lleva la misma máscara negra de Jay, con los cuernos y la sonrisa artificial. Básicamente dice que ésta es la forma real del ente que antes llevaba la apariencia de un Feráseo, que son demonios de menor rango enviados por el Gran Demonio para convertir a los humanos en bestias y eventualmente llevarlos a la tierra demoníaca (seguramente ese lugar tiene un nombre, pero no está escrito en ningún lado. ¿Jay me lo dirá si le pregunto?). 

La Umbra de Lee Chaeyoung fue quien le proporcionó toda esa información. Dijo que, cuando la persona que se busca infectar se rehúsa al procedimiento de conversión, el demonio pierde fuerza y termina por mostrar su forma real (la de la criatura humanoide con máscara negra). En su forma real, los Umbra son mucho menos agresivos. En realidad, son vulnerables y sensibles. Incluso llegan a ser amigables a veces, y Lee Chaeyoung terminó por tratar a su Umbra como a una amiga en lugar de un monstruo que la perseguía. Hablaban sobre sus vidas mientras tomaban el té. La Umbra le hablaba sobre el lugar del que venía, sobre el Gran Demonio (al que, igual que Jay, llamaba Santalan). Cuando empezó a encariñarse con la Umbra, una mañana, ésta le dio un beso en los labios y se desvaneció dejando un montículo de flores marchitas en su lugar.

Jay, en sus días más tranquilos, también me hablaba sobre esas cosas, es por eso que conozco más a las mariposas que cualquier de mis amigos y que sé del nombre Santalan. Pero solo conocía a las mariposas creadas por Santalan. No tenía ni idea sobre todo esto, de los Umbra y el Oscurecimiento del alma.

Debajo, hay una nota que dice que nada de esto puede ser comprobado, pues no se cuenta con los suficientes casos documentados como para marcarlo como información oficial y verídica. Este texto debe tener unos veinte años de antigüedad, incluso más. ¿Mi caso serviría como un testimonio? Si le cuento a mi madre, ¿me ayudará a deshacerme de Jay?

Pienso en lo último que dice, que los Umbra son mucho menos agresivos. Esa mujer incluso la consideraba su amiga...

Dudo mucho que mi percepción de Jay cambie. Aunque no puedo ni expresar lo aliviado que me siento al saber que este pequeño cambio significa que he avanzado un paso, que estoy más cerca que nunca de hacer que desaparezca de mi vida.

—Taehyung —Jungkook ya no me agarra por los hombros ni grita, pero ahora por su voz suena preocupado y se limita a poner su mano sobre mi hombro con sutileza, como si temiera que yo reaccionara agresivamente ante su toque—. ¿Estás... bien?

—¿Qué? —estoy sonriendo. No puedo dejar de sonreír. Creí que mi vida sería una miseria hasta el momento de mi muerte, pero ahora hay una esperanza iluminando el camino. Mierda, estoy tan feliz— Estoy bien, Jungkook —me rio—, ¿por qué no estaría bien?

—Dejaste de leer... y... —frunce el entrecejo— Kim Taehyung.

¿Sí?

—Estás llorando.

Vuelvo a reírme (de verdad, no puedo dejar de hacerlo. Es ridículo), me limpio las lágrimas con el cuello de mi camiseta y se sorbo la nariz. Miro a Jungkook. Su cara siempre es un espectáculo, pero ahora sus músculos parecen tensos. Ya no frunce las cejas con diversión, sino que ahora parece intranquilo. Preocupado por mí. No tiene por qué preocuparse, estoy bien.

Nunca había estado tan bien.

—Estoy bien, Jungkook —repito, sonando relajado. Yo nunca sueno relajado, ni siquiera con mis amigos, pero en este momento siento todo mi cuerpo más liviano y la mente vacía. Me muerdo el labio, como intentando contenerme, pero termino soltándolo por fin. No solo Jay me hace tomar malas decisiones, sino que la felicidad en exceso también me hace decir tonterías—. ¿Tienes hambre?

Eso lo toma por sorpresa. El semblante fruncido característico regresa, las cejas fruncidas en confusión y los labios torcidos. En algún punto, esa mueca confundida se transforma en una sonrisa divertida. Me da un golpe en el hombro y se levanta de un salto.

Me ofrece su mano para levantarme, pero la quita en el último segundo y empieza a correr hacia las escaleras. Se detiene sobre el primer escalón y se gira hacia mí. Sigo sentado en el suelo con la mano extendida.

—¡El último en llegar a la cocina prepara la cena del otro!

Desaparece escaleras abajo y yo solo puedo poner los ojos en blanco, sonriendo como tonto. Me levanto apoyándome en la pared y miro el cuaderno. Mis ojos vagan por la habitación, Jay se asoma por la puerta abierta del baño y sus ojos se encuentran con los míos. Tiene el cabello despeinado como si se lo hubiera intentado arrancar con desesperación. Tiene los las pupilas dilatadas y parece que lloró. Trago saliva. Ya no es tan aterrador como antes, pero sigue siendo el responsable de que mi vida haya sido una mierda por los últimos dos años.

Tomo con fuerza el cuaderno, me agacho para recoger mi celular y empiezo a correr detrás de Jungkook.

:)

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

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