Capítulo 54
Holis, se que no suelo empezar esta historia con notas, pero esto es para pedirles que le den play al tema y disfruten de la lectura con la música de fondo, al menos la primera parte. ahora si a leer.
https://youtu.be/L2slf9a0OBA
Mizuky.
El poder de Keller es increíble, es intimidante si lo miras con los ojos de un simple mortal. No me cabe la menor duda que enfrentarlo traerá consecuencias no solo para mí sino para todos. Pero justo ahora no me importa nada más que ella y su bienestar.
Y no tengo idea de que es lo que ha hecho. Pero después de besarla y desaparecer no ha parado de retorcerse como si algo le doliera. No le hizo daño físico o eso quiero creer.
Subo sobre la cama y me coloco sobre ella, concentrándome en sus rasgos, su piel luce más pálida que hace algunos minutos y las líneas negras que recorrían sus brazos ahora se extienden a lo largo de su pecho y cuello. Su ceño se frunce y gruñe.
Sobre su rostro un montón de venas rojas resaltan sobre la palidez de su tez y me estremezco cuando siento el poder maligno manar de ella, es una energía tan condensada y densa que me obliga apartarme y agazaparme. Entonces con una rapidez estremecedora la líneas negras se mueven por su piel retrocediendo y borrándose con rapidez hasta que simplemente ya no están.
Sin embargo las venas cargadas de sangre en su rostro permanecen en él, me estremezco cuando su espalda se arquea y un jadeo forzado sale de su boca, su cabeza se echa atrás y queda suspendida en el aire unos instantes antes de volver a caer sobre la cama.
Entonces contra todo lo que conozco una poderosa honda de energía se desprende de su cuerpo en el mismo instante en que sus ojos se abren y se sienta de golpe.
Negros.
Sus ojos son completamente negros. Las venas cargadas de sangre palpitan debajo de su piel por unos segundos antes de detenerse y poco a poco empezar a desaparecer al igual que la negrura en sus orbes. Nuestras miradas se encuentran y se dé una vez sé que esta no es la misma Lexie que se desmayó en la barrera frente al bosque negro.
Lexie.
Algo quema mi pecho, algo se mueve en mi interior, hurgando entre mi carne, en mis huesos, mi sangre. La cabeza me palpita con intensidad haciendo que duela creo que podría abrirse a la mitad, gruño presionando mis manos haciendo acopio de mi fuerza para no gemir por el dolor que aumenta conforme pasan los segundos.
El dolor se extiende de mi cabeza al resto de mi cuerpo, quemándome, abrazando todo mi ser de pronto todo queda en una tensa calma, aguardo segura que no ha terminado, una suave y fría caricia sobre mi rostro, se siente distante, efímera.
— Olvida...— una voz susurra en medio de la oscuridad y todo nuevamente vuelve a empezar.
Abro mi boca intentado dejar escapar el grito que amenaza con romper mi garganta pero no soy capaz de escucharme, grito de dolor cuando mi cabeza estalla en un millón de fragmentos, recuerdos al azar invaden mi cabeza y todo el dolor se concentra en mi pecho.
Gotas de sangre caen de un cielo oscuro que no logro distinguir en medio de la negrura, el frio es inaguantable y la desesperación crece, intento asirme a mis recuerdos, a esas imágenes que parecen escapar de mi fracturándose sin poder evitarlo.
No puedo respirar, me asfixio, jadeo buscando el aire que sé que no necesito para vivir pero que por alguna razón en este instante se me hace vital. Cuando no doy más llevo mis manos a mi pecho. Sangre, hay mucha de ella escurriendo entre mis dedos escapando como mis recuerdos.
Killiam... no puedo olvidarlo.
Me aferro a él con tanta fuerza e intensidad, que arde, quema y desgarra mi pecho. Mi corazón se detiene y la sangre deja de fluir, la frialdad me congela por dentro y aunque puedo verlo no soy capaz de sentir nada. Trago el nudo que se ha construido en mi garganta y el sabor de mi sangre emborrona mis sentidos.
Sentidos que se agudizan conforme pasan por los segundos. Pelaje suave, terso, rosa uno de mis brazos, hay alguien allí fuerte, poderoso. Un poco más allá solo hay oscuridad y un poder tan malditamente escalofriante que me acojona reduciéndome a una pequeña mancha en el lugar.
Pero así como soy capaz de percibirlo se extingue dejándome en un absoluto vacío. Un tirón en mi pecho hace que me retuerza de dolor y abro los ojos de golpe sentándome en el lugar mullido que se encuentra debajo de mí.
Oscuridad, frio, desolación y un par de ojos azules me observan con atención. La reconozco es la loba que ha estado siguiéndome, mi ceño se frunce al ver cómo me estudia con cautela. después de mirarla unos segundos busco mis manos, la sangre que vi en mis recuerdos no está tampoco quien se supone que debería estar a mi lado al despertar.
— Lexie...— su voz en mi cabeza me hace mirarla una vez más.
— ¿Dónde estamos? — pregunto mirando a mi alrededor.
— Con Keller...— mi atención regresa a ella.
— ¿Cómo llegamos aquí?
— ¿No lo recuerdas? — pregunta sentándose, luce tan impresionante como siempre.
— No recuerdo nada de lo que paso después que llegamos al bosque...— murmuro intentando recordar, una ligera punzada se instala en mi cabeza y presiono mi cien — ¿Killiam? — murmuro mirándola sin comprender que ha pasado.
Un silencio tenso, largo y tirante se extiende entre ambas y sé que algo no va bien.
— ¿Keller? — murmuro una vez más, en cuanto su nombre deja mis labios el frio a nuestro alrededor se incrementa y la oscuridad que nos envuelve se hace más pesada.
— Se fue...— responde Mizuky mirándome con intensidad como si buscara algo malo en mí.
— ¿Killiam sabe que estamos aquí? — murmuro reincorporándome de la cama.
— Lex...— su voz me detiene cuando camino hacia uno de los ventanales — Killiam no está aquí...— mi cuerpo se tensa y me pregunto dónde estará.
Aunque no formulo la pregunta en voz alta, continúo mi andar hacia la ventana y en cuanto fijo mi mirada en el exterior jadeo. Oscuridad, desolación, aridez, vacío, muerte. Son las únicas cosas que rodean el lugar donde me encuentro, todo se ve negro, lúgubre, tétrico como sacada de una de mis más horribles pesadillas. De mis recuerdos.
— ¿Dónde está? — pregunto un murmuro, aunque creo saber la respuesta.
— No lo sé...— responde acercándose a mi lado — pero estoy segura que regresara por ti Lexie...— esas palabras me hacen sonreír aunque simplemente no siento nada.
Maggy.
Caos.
Es lo que deja Keller al desaparecer con Lexie y la loba. Todos en la aldea están aterrados, el miedo puede respirarse en el aire y aunque todos me miran con reproche por las decisiones que he tomado en los últimos días, los ignoro. Esto es mucho más grande que nosotros, mucho más grande incluso que todas las cosas que pensamos que podían ser creadas por medio de la magia.
Camino hacia la primera habitación del pasillo, donde el me espera. Respiro profundo antes de dar un par de golpes suaves y abrir la puerta. Cian esta tumbado en el suelo, su espalda reposa contra la cama y su expresión torturada lo dice todo.
— ¿Cómo estás? — pregunto pasando junto a el sus ojos permanecen fijos en el suelo.
Desde que Keller apareció no han dejado de lucir rojos, sus colmillos están a la vista, de alguna forma esa onda de energía maligna que desprendió al llegar descontrolo a los vampiros. Rasgos similares se ven en la reina solo que en ella la necesidad de beber sangre se ha incrementado considerablemente por lo que decidí aislarla en una habitación con algunos hechizos.
Cian por otro lado aunque luce tranquilo sé que está haciendo un esfuerzo sobre humano para contenerse. Cosa que no sé cómo tomar.
— Deberías irte de aquí...— masculla con voz ronca.
Suspiro dejando el cuenco con hierbas que pretendo usar en la herida que tiene en uno de sus costados producto de la pelea que tuvo con la Anisha para evitar que matara a alguno de los míos o incluso a mí misma cuando despertó.
— Debo atender tu herida...— el ríe sin ganas y apoya su cabeza sobre el colchón cerrando los ojos.
— Mi herida está bien, no vayas a acercarte...— ladeo mi rostro para mirarlo.
Sigue siendo ese vampiro hermoso y sexy que conocí, que me enamoro y que termine amando. Pero también sigue siendo ese ser cruel, despiadado y frio que no le importa herir a nadie incluso si es alguien que ama.
— Sigues sangrando Cian...— sus labios se mueven en una mueca mostrándome sus colmillos para luego soltar un gruñido.
— Dije que está bien...— suena más duro que antes pero lo ignoro.
— ¿Qué van hacer ahora? — pregunto tratando de cambiar de tema.
Una brisa fría mueve mi cabello y de pronto todos los vellos de mi nuca se erizan cuando siento una respiración, su respiración. Lo escucho inhalar con fuerza y mi corazón se agita latiendo con rapidez. Su risa fría llena el silencio y odio tanto que no sienta que duele.
— Sigues oliendo delicioso Maggy...— murmura tomando un mecho de mi cabello, apartándolo para descubrir mi hombro — es bueno que tengas miedo...— susurra acariciando mi piel con su nariz.
Me estremezco pero no por miedo, sino por sentir sus caricias una vez más.
— No te tengo miedo Cian...— lo siento reír y su frente se apoya en mi hombro.
— Deberías Maggy...— y sin previo aviso o alguna palabra antes sus brazos rodean mi cintura y me pega a su cuerpo, mi corazón latiendo sin control — porque estoy a nada de matarte...— antes que pueda pronunciar algún hechizo de protección sus colmillos se hunden en mi piel haciéndome gritar de dolor.
Es punzante, taladrante, que solo aumenta conforme pasan los segundos, nunca nada me había dolido tanto en mi vida y no sé si se debe al simple hecho de ser mordida o por quien está mordiéndome. Cian bebe de mí como si llevara siglos sediento y pronto mi cuerpo se debilita, intento apartarlo pero sus manos se cierran con más fuerza alrededor mi cintura causando dolor.
Me quejo adolorida cuando siento uno de mis huesos ceder ante la fuerza de su agarre, su cuerpo se curva cubriendo el mío mientras siento como la energía abandona mi cuerpo. Golpeo sus manos débilmente hasta que lo siento detenerse, sus labios curvándose en una sonrisa cruel.
— Corre Maggy...— murmura con voz ronca — corre o quédate aquí para morir...— con un movimiento rápido abre la puerta de la habitación y se hace a un lado dejarme pasar.
Me tambaleo débilmente, dado cortos pasos bajo su fría y divertida mirada. No queda nada del vampiro que amo. Solo frialdad, perdición y muerte. Cuando alcanzo la puerta lo veo relamer sus labios quitando los restos de sangre.
— Utiliza un hechizo de protección o iré detrás de ti...— un leve movimiento de su mano y la puerta se cierra en mi rostro.
Sin poder contenerme más me dejo caer en el suelo, y empiezo a recitar el hechizo que lo mantendrá detrás de esa puerta encerrado justo como mantiene a la reina a un par de puertas más allá. Una manos suaves me ayudan a ponerme en pie cuando busco el dueño de estas me encuentro con la mirada cálida de Abbel.
Su aspecto es horrible, tiene manchas de sangre en el cuello, sobre su ropa y sus brazos. Lugares donde Anisha ha estado mordiendo cada nada para intentar calmar su sed.
— ¿Estás bien? — pregunta en un murmuro bajo.
— Si, solo ha bebido un poco...— miento.
— Deberías ir a descansar...— me aconseja, pero niego con la cabeza.
Keller conoce nuestra ubicación y tenemos una manada de lobos, dos vampiros descontrolados y un protector aquí, no puedo descansar aunque quisiera hacerlo.
— Estaré bien — aseguro caminando con su ayuda fuera del pasillo.
Donde Alice y Saga aguardan. Ambos al notarme se ponen de pie, ella niega con la cabeza y se gira exasperada. Sus niveles de ansiedad han ido en aumento y no entendía la razón de esto hasta que Saga comento que Killiam regresaría y desharía lo que hizo. Esta unida al vampiro uno de esos extraños lazos que creas cuando un vampiro bebe de ti.
Me pregunto porque nunca cree un vínculo como ese con Cian. Luego la respuesta se hace presente tan simple y natural. Porque antes de beber de ti ya le amabas. Sonrió con calidez mientras me ayudan a sentarme en un sillón.
Miro a mí alrededor y encuentro a mis más fieles ayudantes, mi mejor amiga, el guardián, una bruja con el pasado más interesante de todos, el alpha de una manada de lobos y la inminente destrucción de todo lo que conocemos.
Como un presagio de lo que está por venir, una brisa fría sacude las cortinas de la sala, y de pronto las puertas se abren de golpe, el viento arremolinando nieve en el interior y allí en la puerta imponente como nunca antes lo había visto el vampiro que podría detener esto.
Killiam.
Killiam its back!
Nota del autor: OMG! este capitulo me gusta mucho y lo que ocurre a partir de ahora en adelante es simplemente épico. Nos acercamos al final y con el a lo mas intenso de la historia. Que les ha parecido, que piensan que va a pasar ahora, teorías? quiero leerlas.
Gracias infinitas por el apoyo, por leernos y estar aquí, besos de sangre y GRACIAS TOTALES
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