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· Capítulo 50 ·


Cian.

Las paredes de roca fría que nos rodean las he visto tantas veces ya que no me sorprende en lo absoluto la energía que se desprenden de ellas, a diferencia de la bruja que camina a mi lado. Alice tiene los ojos abiertos como platos y es evidente que esto la abruma.

Al llegar al extremo del pasillo que nos separa del poblado donde vive Maggy. Me detengo, a partir de este momento tenemos que ser muy cuidadosos, la mayoría de los pobladores son brujas con alto control de la magia y todos desean verme muerto gracias a mi última vez aquí y por si fuera poco, tienen energía ilimitada gracias a la montaña.

— Algo no está bien — murmura Alice a mi lado.

— Rompimos sus defensas a la fuerza, las cuales tienen siglos de no ser si quiera perturbadas... — hago una pausa para mirarla con frialdad — nada está bien — miro sobre mi hombro a Lexie que permanece dormida sobre el lobo blanco que la ha estado cargando desde que cruzamos la barrera.

— Cian — esa voz, ese tono hacen que mi cuerpo se contraiga de inmediato. Busco su rostro arrugado y envejecido y lo único que encuentro en los ojos que antes solían mirarme con amor es puro resentimiento.

— Maggy — la saludo con frialdad

— Los trajiste aquí — dice mirando sobre mi hombro a cada uno de los que está detrás de mí, con horror sus ojos se posan sobre Lexie y sus ojos se abren como platos — ¿Quién es ella? — su cuerpo se tensa.

— Lexie — le aclaro, pero Maggy solo la mira con horror y fascinación al mismo tiempo.

Segundos después niega con la cabeza y hace un gesto con su cabeza para que varias mujeres se acerquen a ella rodeándola, todas llevan sus manos levantas en el aire, posición que utilizan para usar magia o energía.

— Maggy no lo hagas, no representamos un peligro, solo queremos ayuda — sus labios se distienden en una sonrisa triste.

— Eso dijiste la última vez que estuviste aquí y la mataste — sus palabras suenan llenas de rencor, dolor y decepción, suspiro.

— Era la única manera que tenía para salir de aquí vivo — miro sobre mi hombro y me fijo en Lexie que permanece con uno de sus brazos colgado a su lado, totalmente inerte.

La palidez de su piel comienza a preocuparme, las sombras oscuras debajo de sus ojos cada vez se notan más y en sus brazos se han comenzado dibujar poco a poco las líneas negras que vimos antes, cuando Lilith se apodero de parte de su cuerpo. Está despertando y es algo que no podemos permitir.

— Necesita que lo contengan — le explico — Alice no puede hacerlo sola y es evidente que si despierta del todo estaremos perdidos — Maggy ríe con amargura.

— Nosotros estábamos a salvo hasta que los trajiste aquí, podría echarlos y así evitar que le hagas más daño a mi gente.

— Maggy

— Sabemos que esto es todo lo que tienes, pero si Lilith vuelve a despertar en ella, todo lo que conocemos se perderá. — La interrumpe Abbel caminando frente a mí — Soy Abbel un protector — explica haciendo que Maggy lo observe sorprendida — necesitamos de tu ayuda, ha caído en una especie de trance del cual no podremos sacarla a manos que encuentre una razón para volver y esa razón está luchando ahora mismo en el bosque oscuro

— El bosque oscuro dejo de luchar hace un rato, sea lo que sea que estaba atacándolo se fue — Maggy le explica a Abbel haciendo que todos frunzamos el ceño — o fue eliminado.

— ¿Qué quieres decir?

— El vampiro que luchaba en el bosque murió o se debilito a tal punto que no representa una amenaza para el bosque por lo que este ha vuelto a la normalidad — esta vez soy yo quien no puede creerlo.

— ¿Puedes percibirlo? — indaga Anisha mirándome y niego con la cabeza.

— Aquí dentro es muy complicado establecer conexiones — le explico y ella asiente mirando nuevamente a Lexie.

— Maggy ¿cierto? — dice con amabilidad la reina y suspira antes de continuar — sé que tienes muchas razones para desconfiar de nosotros, de el — me mira y sonrió de lado por agregar algo tan evidente en este momento — pero ella — esta vez mira a Lex — no solo es un vampiro, porta sangre divina y además contiene gran parte de la esencia fortificada de un demonio — los ojos de Maggy se abren como platos y observa detalladamente a Lexie — es ese demonio que invoco una de las tuyas para castigar a mi esposo hace siglos por no ayudarla... — hace una nueva pausa y la mira con seriedad...— sé muy bien que no fue tu aquelarre, incluso puedo asumir con lo que he visto que son un grupo de brujas bastante pacifico, pero si no nos ayudan a contenerlo la perderemos y con ella, todo lo que — la mirada de ambas se encuentran y permanecen en silencio hasta que una vez Anisha rompe el silencio — hare lo que quieras con tal que la ayudes — asegura.

Esta vez Maggy sonríe con malicia y posa sus hermosos ojos en mí, reconozco esa mirada y esa sonrisa, porque conozco demasiado bien a la mujer que está de pie frente a nosotros protegiendo a los suyos.

— Mátalo — su petición me sorprende, pero el rencor con que lo pide no.

Sabía muy bien que en el instante en que la traicionara, todo lo que una vez nos unió terminaría, no importa cuando amor sienta por mí, jamás traicionaría a su propia gente, jamás los pondría en peligro así eso significase renunciar a mí.

El silencio que le sigue a esa palabra es largo, tenso y lleno de incertidumbre, puedo percibir la incomodida en las brujas detrás de Maggy, incluso el temor en alguna de ellas, es fácil olerlo y sentir como la magia fluye de ellas con cierta duda. Todas saben muy bien de lo que soy capaz y de lo que ocurre cuando me alimento de sangre con magia contenida.

— Maggy...— la interrumpe su mejor amiga mirándola anonadada — los ojos violetas de la mujer que tanto me amo no se apartan de mi, yo no siento absoltamente nada con ellos...

— No puede matarlo, sé muy bien cuanto te duele lo que hizo y su traición, pero que sepa que no lo quieres cerca será venganza suficiente, créeme aunque su humanidad este apagada, en algún momento volverá a encenderla y en ese momento sufrirá el haberte perdido — sus palabras aunque no significan nada para mí, son una clara realidad, esta bruja conoce muy bien mi lado humano y lo que este sentía por Maggy.

Nuestras miradas se encuentran y me ve con desprecio, yo solo sonrió de lado, no tiene caso fingir algo que no siento, ya no lo necesito, está más que claro para ellas y para mí que no siento nada. Maggy suspira y desvía sus ojos a Lexie y luego a Anisha que esta expectante por una confirmación.

— ¿Puedes matarlo? — pregunta con curiosidad y la reina sonríe con arrogancia.

— De la peor y más dolorosa forma que se te ocurra — responde con soltura y tranquilidad haciendo que mi cuerpo se erice.

Maggy sonríe satisfecha con esa respuesta y posa sus ojos nuevamente en mí, nos desafiamos un instante con la mirada antes que vuelva a hablar.

— No lo quiero solo deambulando en mi pueblo, ni cerca de ninguna de las brujas — observa a Alice a mi lado y sonríe — tu serás su guardiana — le espeta y con una sonrisa maliciosa que rara vez vi en su rostro continua — no dudes en hacerle daño si lo necesitas, aquí sus poderes están severamente neutralizados, sobre todo los suyos — aclara mirándome y luego da un paso en nuestra dirección.

>> Voy ayudarla, pero después que se recuperen los quiero lejos de aquí — Anisha asiente y le hace señas al lobo que carga a Lexie que se acerque a Maggy.

Este obedece y se hecha a sus pies para que la bruja de ojos violetas la examine, de inmediato sus ojos se fijan en las marcas negras en sus brazos y como poco a poco siguen apareciendo en ellos, reptando lentamente sobre su piel.

— Sufre — murmura — y lucha al mismo tiempo — Maggy se gira y ve a un par de brujas que suele ayudarla en los rituales, estas simplemente asienten y se pierden entre la multitud que nos observa,

— Puedo contener un demonio de baja categoría, incluso uno de mediana pero no sé si pueda hacerlo si hablamos de ese demonio en particular — explica sin mirar a nadie, sigue examinando a Lexie y las marcas sobre su piel — no será fácil por su estado, pero lo puedo intentar — hace una pausa y me observa, luego desvía sus ojos a Abbel — pero solo será contención, no puedo hacer que retroceda y volver a sellarlo como estaba antes, ese sello se ha roto y solo ella al despertar podría manejarlo o perderlo por completo.

Todos asentimos con su explicación, mientras aparta algunos mechones de cabello del rostro de Lexie dejando ver su rostro por completo, lagrimas rojas descienden por sus mejillas manchándolas, me sorprende ver que está llorando inconsciente.

Anisha se acerca a ella y limpia las lágrimas con cuidado y susurra algo en su oído, que evidentemente solo algunos alcanzamos a escuchar.

— No te rindas, él no lo hará — se hace un lado y asiente hacia Maggy quien vuelve a erguir su cuerpo y con lentitud comienza a alejarse de nosotros.

— Las tres casas al final del pueblo están deshabitadas, pueden quedarse allí — nos explica una vez ha dado algunos pasos lejos de nosotros — conoces el camino Cian y también conoces nuestras costumbres, instrúyelos y adviérteles que cosas tendrán permitidas y cuales no — me observa sobre su hombro y suspira — preparare todo para el ritual.

De pronto el lobo que carga a Lexie se pone en pie y sigue a Maggy sin mirar a nadie más que ella, todos se hacen a un lado para dejarlas pasar, todos se centran en Lex y el lobo, ambas figuras son una visión fascinante, Lexie porque las marcas sobre sus brazos le dan un aspecto siniestro y el lobo blanco con su gran tamaño es impactante. Mientras los contemplan con cierto recelo, varias brujas se unen al andar de Maggy sin dejar de echarnos miradas nerviosas. Al cabo de algunos minutos todo el mundo se dispersa y nos deja solos al pie de la montaña, suspiro ruidosamente consciente que estar aquí será una maldita tortura.

Hecho andar por la misma calle que ha tomado Maggy el resto de las brujas que asumo la ayudaran en el ritual, mientras andamos todas las personas van entrando a los establecimientos o casas que nos rodean, en cuestión de minutos todo está desierto. Suspiro porque siempre han sido así, incluso cuando vivía entre ellos, cada que salía todos preferían desaparecer a estar cerca de mí.

Guio a todos a través del pueblo, somos una extraña caravana, dos vampiros, un protector, una bruja y una manada de lobos, suspiro llenando mis pulmones con el aire cargado de energía que desprende la tierra en sí. Cuando llegamos al final de la calle donde están las tres casas deshabitadas respiro profundo y niego con la cabeza.

— ¿En serio vamos a quedarnos aquí? — pregunta Alice a mi lado sorprendida al ver las casas en ruinas.

Es evidente que Maggy está diciéndonos muy claramente que no nos quiere aquí, pero esto incluso es una burla.

— Tú y Saga son los únicos que pueden sentir los estragos del frio... — posos los mis ojos en el chico de rasgos asiáticos que me mira mal y sonrió — bueno al menos cuando no es un saco de pulgas él puede cuidarte — Saga bufa con desagrado poniendo mala cara pero lo ignoro.

Le señalo la primera de las casas, es la que está en mejor estado, Alice la mira con frustración y luego ve a Saga que parece analizar la estructura del edificio, mientras que los lobos de su manada esperan cerca de él, todos mirándome fijamente. Es evidente que han entendido mi comentario y no les ha hecho ni pizca de gracia.

— Quédate aquí con él, Anisha y Abbel deberían ocupar la siguiente y yo la última — Anisha y Abbel asienten dirigiéndose a la cabaña siguiente y yo poso mis ojos en la última.

Esta está más alejada que el resto, tiene parte del techo destruido y un costado está completamente en ruinas, calcinado por las llamas. Suspiro al recordar porque quedo así y sonrió. Allí fue donde asesine a esa niña la última vez que estuve aquí, y como cada que asesino a alguien el lugar en el que lo hago se vuelve parcialmente importante y no quiero a ninguno de los otros allí.

— Cian — me detiene Anisha, cuando paso junto a ella.

— No salgas sin avisarme — las palabras de la reina siguen siendo un mandato para mí, asiento con respeto y camino hacia la casa.

Me detengo frente a las escalerillas que guían al porche del frente e inhalo el aroma a muerte, destrucción y magia que desprende la madera. Como todo en este pueblo, cada cosa tiene una historia que contar y todo es un puto símbolo de mierda, esta cabaña simboliza lo que ocurre cuando confías en vampiros como yo.

Subo los escalones con lentitud desplazando mi mano por la baranda mientras asciendo, una vez en el porche miro a mi alrededor recordando el horror que desate aquí, la pesadilla que cree para esa pobre chica y lo que significó para Maggy cuando vio mi cuerpo y mi rostro machado con su sangre.

Entro a la pequeña estancia que luce exactamente igual a como la deje, el aroma a sangre inunda mis fosas nasales y respiro profundo, recuerdo el delicioso sabor de su sangre bajando por mi tráquea, el recuerdo hace que mi apetito despierte y mis colmillos se distiendan. Sonrió de lado y entro en la oscuridad de la estancia, justo hasta el lugar donde drene y torture a la futura líder del clan de la bruja que tanto ame.


Lexie.

Todo es oscuridad y desolación, lo único que puedo sentir es dolor, un dolor tan intenso que me aprieta el pecho, no consigo respirar con tranquilidad y la ansiedad y las ganas de gritar cada vez son más grandes. No sé donde estoy ni cuánto tiempo llevo aquí, pero siento que es una eternida, además una enorme sensación de vacío crece y crece hundiéndome un poco más en la oscuridad, siento que una parte de mi ser fue arrancada aunque no logro descifrar que es.

Todo se vuelve inconexo conforme me sumerjo más y más en la oscuridad que me rodea, mi pecho arde, ¿Qué fue lo que perdí? Me pregunto una y otra vez, segura que algo me falta, completamente segura que perdí algo muy importante para mí.

— Lexie — una voz fría retumba en mi interior haciendo que todo mi ser se estremezca.

Es vagamente familiar, pero de alguna forma escalofriante ajena, la he escuchado antes. Trato en vano de recordar donde y a quien pertenece esa voz pero la confusión lo reina todo, aunado al dolor en mi pecho que no me deja pensar con claridad.

— Lexie — una vez más esa voz pronuncia mi nombre, esta vez tono es burlón — estas sola una vez más — esas palabras me duelen y me recuerdan de alguna manera una verdad que aunque no logro recordar esta torturándome.

— ¿Quién eres? — pregunto a la nada en un murmuro tembloroso

— Soy lo que quieres que sea, solo tienes que dejarme salir — su voz es dulce, incluso empática, pero no logro confiar todo en mi cabeza grita peligro.

Algo me advierte que no debo fiarme de esa voz ni de su dueño, la sensación insidiosa de malestar se acrecienta a mi alrededor, algo no está bien, debo recordar donde estoy y que hago aquí, que perdí y conseguir regresar a donde sea que estaba, para recuperarlo, porque de alguna forma sé que si logro hallarlo todo estará bien una vez más.

Hago un esfuerzo por acallar la voz, que ha comenzado a murmurar cosas sin sentido en un idioma que no conozco pero es oscuro y malicioso, trato de centrarme, aferrarme a algo que me mantenga aquí, que no me haga perderme y ceder a la locura a la que la situación amenaza con arrastrarme.

Giro sobre mi misma tratando reubicarme tratando de descubrir donde estoy pero solo hay oscuridad, total y absoluta oscuridad. De pronto un par de ojos azules aparecen mirándome, son hermosos, familiares y brillan intensos, singulares, con deseo, los he visto antes, los conozco, significan algo especial algo sumamente importante, luego ese tono azul se transforma y toma un color carmesí intenso, justo como el color de la sangre pero más intenso y entonces recuerdo.

Killiam.

El dolor en mi pecho aumenta amaneando con partirlo en dos quiero gritar, quiero arrancarme el corazón para no sentir tanto dolor, tanta desesperación el sentimiento es agobiante y asfixiante. Lo perdí, lo deje en medio de llamas infernales que calcinaban todo a su alrededor, no debía dejarlo. Me reprocho el haberlo obedecido, ¿por qué no luche con más ganas para quedarme a su lado?

Entonces ese anhelado grito se construye en mi garganta y lo dejo salir, grito con tal desesperación que mi garganta arde grito más fuerte cuando intento percibirlo a través de nuestro vinculo y lo único que encuentro es un absoluto y total, grito de dolor e impotencia porque no hice absolutamente nada para ayudarlo, solo deje que mi cuerpo me llevara lejos.

Me reprocho el no haber hecho nada porque desde un principio el hizo todo por mí, aunque haya sido cruel, aunque haya sido despiadado solo lo hizo con el propósito de enseñarme a sobrevivir en un mundo donde había otros que querrían herirme, que querrían alejarme de él, que harían lo que fuera por destruirme.

Siento como algo en mi pecho se agrieta, dejando salir una cantidad insana de energía oscura, una energía que me poco a poco me rodea y comienza a consumirme, sigo gritando ya que es el único medio que tengo para expresar lo que siento, mi garganta se seca y siento como algo tibio desciende por ella.

Llevo mis manos a mi cuello y lo araño con mis manos en un gesto de desesperación y locura, no pude hacer nada, lo deje solo. Es todo cuanto puedo pensar. De pronto una luz ilumina todo a mí alrededor cegándome, haciendo que el grito que continuaba saliendo de mi garganta se detenga, dejándome completamente exhausta.

Es una luz cálida que me hace sentir pequeña pero de alguna forma segura, sobrecogida por su intensidad y por la sensación de tranquilidad que está tratando de transmitirme, me dejo calentar y tranquilizar por ella, no puedo entender de donde proviene pero poco a poco logra calmarme y apaciguar el dolor, entonces ocurre.

Me desplomo sin fuerzas, sintiéndome vencida pero tranquila, cierro mis ojos y dejo que lo que sea que este por ocurrir me arrastre.


Maggy.

Tenerlo aquí después de lo que hizo me rompe de tantas maneras que no logro entender cómo es que continuo en pie, esos ojos que tanto amo me miran con tal indiferencia que siento romperme un poco más. Quisiera odiarlo más, quisiera poder quererlo muerto como le pedí a esa vampiresa.

Pero la verdad es que lo quiero tan vivo como está justo ahora, por paradójico suene, no puedo desear que muera porque si lo hace una parte de mí se va con él. Aunque me haya traicionado, no puedo evitar sentir lo que siento por él, porque mi vida estará atada a la suya eternamente, gracias a este tonto amor que sintió una pequeña cuando un vampiro la salvo de la muerte, cuando el mismo era la muerte y venía con el propósito de traer la muerte a mí.

Con estos pensamientos termino de arreglar el espacio donde acomodaremos a Lexie, su estado me preocupa, no porque el demonio que lleva dentro este despertando, aunque es importante y quizás aterrador, preocupa lo que ocurre dentro de ella.

Su estado físico no me preocupa mucho, no tiene heridas significativas como para que permanezca inconsciente y aun así lo está. Creo que el problema aquí es su cabeza ¿o su interior? pero no sé cómo ayudarla en ese sentido, puedo contener el avance del demonio pero lo que ocurra más allá de eso no puedo controlarlo ni predecirlo, no cuando una magia tan poderosa y oscura ha sido la causante de esto.

A su lado está el lobo blanco, una criatura magnifica y hermosa, sé que es un hombre lobo y me ha sorprendido saber que es una chica, es raro ver chicas con el gen de los lobos y que pueda transformarse. Se de algunas, pero jamás pensé vivir lo suficiente como para conocer una.

Ella permanece a su lado, como una fiel protectora, no se ha apartado ni un solo instante de ella y la verdad no logro entender por qué, tengo entendido que por más acuerdos y pactos que hayan, los lobos y los vampiros son enemigos naturales y aunque hay amistades y algunas extrañas relaciones entre especies siempre han destacado por odiarse. Sus ojos están cerrados y parece dormir aunque sus orejas se mueven constantemente, alertas a cualquier sonido que pueda parecerle sospechoso o peligroso.

Tomo el cuenco donde prepare el brebaje que le daré para inducirla o mejor dicho para guiarla a un sueño ligero en el cual intentare conectarme con ella, contener el demonio no es tan complicado creo, pero saber porque permanece en ese estado es lo que realmente me tiene preocupada y creo que gran parte de la contención del demonio se basara en esto.

Observo a la chica de piel pálida que yace tenida en el suelo, cabello negro, rasgos finos, es hermosa de eso no hay duda y su cuerpo es bastante sinuoso, suspiro y me acerco a ella consciente que es la clave para solucionar las cosas o terminar con ellas, sea lo que sea que vaya a pasar se resume a ella y pues debemos saber que ocurre en su interior al menos si quiero ayudar y hacer una diferencia.

Mientras me acerco a ella la loba abre sus ojos y los fija en mí, eleva su cabeza, olfateando el aire, permanece alerta, la energía que despide su enorme cuerpo no es agresiva, ni salvaje de hecho es sumamente equilibrada, pacifica.

— Tranquila es solo un brebaje para ayudarme a conectar con ella — le explico muy consciente que puede entenderme a la perfección.

Ella inclina su cabeza como asintiendo ligeramente y observa el cuerpo de Lexie que se encuentra en el suelo cerca de ella, rodeado de un circulo de sal y especies, todo para equilibrar la energía que va a despedir en cuento comencemos el ritual.

— Cuando inicie con el ritual deberás hacerte a un lado — le pido tomando el cuello de Lexie e inclinando el cuenco para hacerla beber — puedes quedarte aquí, pero lejos de su cuerpo.

Reacomodo a Lexie en el suelo y me pongo en pie, regreso al aparador donde están mis hierbas y suspiro una vez que dejo el cuenco, esto suele tomar algunos minutos. Pero entonces ocurre, siento un brote de energía descomunal proveniente de Lexie y me giro.

Su cuerpo esta contorsionándose y agitándose sin control, la lobo se pone en pie y comienza a gruñir de inmediato mostrando sus dientes, pero niego con la cabeza para hacerle saber que no es cosa mía y que esa reacción no es la que esperaba, cuando doy un paso en su dirección al círculo para acercarme, de los labios de Lexie sale un grito desgarrador, tan fuerte y agudo que siento que mis tímpanos van a romperse, el grito es tan fuerte que nos aturde y perturba por igual.

La loba se inclina sobre sí misma sobrecogido por la magnitud del sonidos y sus sentidos híper desarrollados, pero lo que realmente me alerta no es el grito en sí, es lo que transmite... dolor, desolación, desesperación.

Lexie no para de gritar y de moverse como si estuviera luchando con algo o alguien, como si algo estuviera torturándola de maneras inimaginables e increíblemente dolorosas entonces lo comprendo.

Es dolor, ese que sientes cuando pierdes a alguien, ese que te deja desolada de tal manera que sientes morir en vida. Camino hacia ella ignorando por completo los amenazantes gruñidos que me dedica continuamente la loba. Lexie no deja de gritar y sé muy bien que sus gritos deben estarse escuchando en todo el pueblo, como puedo camino hasta ella.

La puerta de la cabaña se abre y Anisha, Cian y Abbel entran como un soplido seguidos de varias mujeres de mi grupo que los miran alarmadas, listas para atacar de ser necesario. Sus expresiones claramente preocupadas están fijas en Lexie que continua gritando de dolor.

— Ssssshhhh — trato de consolarla, extiendo una de mis manos hacia ella y el temblor que veo en ellas me alarma, es tanta la energía que está brotando de su cuerpo en este instante que esta afectándome — todo está bien Lexie, respira, el dolor pasara — murmuro colocando mi temblorosa mano en su pecho, de inmediato sus labios se sellan pero su cuerpo sigue convulsionándose.

Coloco mi mano libre sobre el suelo de la cabaña y me concentro en jalar energía de lo que me rodea, a extraer energía pura de la montaña para tratar de apaciguarla, de calmarla, porque como esta solo es un peligro para ella y para todos.

Poco a poco se va tranquilizando, conforme voy absorbiendo energía de mí alrededor y equilibrando la suya y al cabo de algunos instantes vuelve a estar inmóvil, durante estos extraños segundos las marcas en sus brazos se extendieron considerablemente, como si el demonio hubiese aprovechado la brecha que su dolor causo en su interior para hacer un avance y romper aún más el sello.

Aparto mi mano de su pecho sintiéndome debilitada y temblorosa.

— ¿Estará bien? — pregunta Anisha a mi espalda

— No lo sé, si todo esto se debe a su vampiro, y lo que paso en el bosque oscuro solo lo sabremos cuando ella despierte y sepa lo que paso — poso mis ojos en los de Cian que me observa con atención y curiosidad — estoy segura que esto es por él.

No conozco nada sobre ella y el vampiro que se quedó en el bosque oscuro, pero sé muy bien que todo se resume a él.


Nota del autor: hola mis oscuros seres, lo se siglos sin aparecer por aqui, dificultades tecnicas que ya he resuelto... en fin hablemos del capitulo!!! Este capitulo tiene tres narradores, Cian, Lex y Maggy. Empecemos en orden, Cian de mi vida y mi corazon que fue lo que hiciste peque;o? en serio yo amaba esa pareja, Maggy y Cian eran una de los personajes que mas me gustaban como pareja... pronto sabran mas detalles de porque lo hizo y como lo hizo. Lex, uy pobre en serio hasta cuando va a sufrir? quiero que sepan que apartir de aqui todo esta muy lleno de accion, peleas, muerte y cosas raras que giran entorno a ella. Y finalmente Maggy, esta vieja bruja es un amor ya veran...  

En fin actualizare mas seguido asi que atentos, Killiam ha vuelto jejeje. Les amo y gracias por el apoyo... saluditos!

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