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· Capítulo 45 ·


Lexie.

La energía a mí alrededor es abrumadora pero genera curiosidad en mí, no comprendo cómo exactamente un lugar puede cambiar tanto en tan corto tiempo, es increíble el poder de la magia y como funciona, pero venga si fue capaz de crear criaturas como nosotros cualquier cosa debe ser posible.

Una vez termino de ayudar a sanar las heridas de Killiam lo observo un segundo antes de besar sus labios y desvanecerme, Alice está en problemas y lo mejor que podemos hacer ahora es ayudarle. Mientras me desplazo en esta nube de humo puedo sentir diferentes presencias, concentraciones de energía que al percibirme enloquecen y nos siguen, supongo que son criaturas del bosque negro, diseñadas justamente para esto, cazar almas como la mía y la de Killiam.

En cuanto me materializo quedo congelada por un instante, una criatura no más grande que un perro está siendo retenida por Cian y Alice está siendo atacada por otra criatura, me muevo con rapidez cortando lo que sea que muerde su brazo y luego me dirijo hasta el animal que intenta controlar Cian, lo empujo y este cae unos cuantos metros más lejos.

Lo que ocurre después es desconcertante y hasta cierto punto intimidante, más criaturas comienzan aparecer detrás del primero, pero son de mayor tamaño, todos Necropulus, la energía que despiden realmente es aterradora, pero por alguna extraña razón la siento familiar.

El ataque comienza y una y otra vez golpeo, desgarro y atravieso sus cuerpos, pero parecen reponerse de todos mis ataques y multiplicarse a medida que los ataco, Killiam se une a mí y aunque nos superan en número por un momento podemos darles batalla.

Pero de un momento a otro, todo se sale de control y ciento un agudo dolor en mi abdomen, desciendo mis ojos para ver como algo muy similar a lo que sostenía el brazo de Alice me atraviesa, por un momento el dolor es todo cuando puedo sentir, pierdo la fuerza y mis ojos se cierran.

Caigo al suelo estrepitosamente mientras escucho como Killiam sigue siendo atacado por estas despreciables criaturas. Todo parece confuso en mi cabeza y en mi cuerpo, percibo diferentes energías, fluctuando en el ambiente, entremezclándose, guiándome, de pronto un tirón en mi pecho me recuerda que no puedo rendirme y que soy lo suficientemente fuerte como para vencer a estas cosas.

Movida por una fuerza que renace en mi pecho con una calidez emocionante me pongo en pie, sin preocuparme por mis heridas o mi seguridad lo busco en medio del caos, los necropulus están sobre Killiam quien lucha con todo lo que tiene, camino con paso decidido hasta él y mientras me acerco los animales dejan de luchar, dejan de moverse, sus ojos fijos en mí, siguiendo mis movimientos, como encantados por ellos.

Cuando alcanzo a Killiam, su respiración es un desastre y los cortes que tiene en sus brazos, cuello y rostro están demorando en cerrar, su ropa es un caos y sus ojos brillan con intensidad.

— ¿estás bien? — pregunta en cuanto estoy frente a él, asiento ligeramente y respiro profundo, llenándome con su aroma.

— Pronto estaremos rodeados de otras criaturas — murmuro sin despegar mis ojos de los suyos — en este momento no imagino siquiera el aspecto que tienen pero su energía es abrumadora, debemos salir de aquí.

Killiam observa a nuestro alrededor donde los Necropulus permanecen tranquilos, sus ojos fijos en mí, me giro para contemplarlos y con un movimiento rápido meto mi mano en el pecho de uno de ellos, el que está más cerca de nosotros, en busca de su corazón, pero para mi sorpresa no hay nada en el lugar solo carne en estado de descomposición.

El olor fétido y nauseabundo que desprende de la herida que le causado ahora es mucho más intenso, mi ceño se frunce porque no tengo idea de cómo deshacerme de algo que no puedo matar.

— no tiene corazón — murmuro y Killiam ríe

— Al igual que la mayoría de las criaturas que deben habitar el bosque negro — es la voz de Abel que se acerca entre los Necropulus cargando una espada de luz.

— ¿Qué quieres decir?

— estas criaturas solo puede eliminarlas alguien con mucho poder, alguien con la capacidad de erradicar el mal de ellas — hace una pausa y suspira — era nuestro deber eliminar criaturas como ellos, pero sin mis poderes no soy capaz de hacerlo — sentencia con voz pausada.

— Si ustedes pueden entonces yo también — murmuro insegura.

— es posible, pero ¿cómo lo harás? — pregunta esta vez Anisha y niego con la cabeza sin saber que responder.

— algo se me ocurrirá pero deberíamos irnos, de alguna forma he logrado detenerlos pero no sé qué tanto dure, esto — me giro hacia Cian que parece realmente sorprendido con la escena — guíanos hasta el límite del bosque, necesitamos salir pronto de aquí — Cian asiente ligeramente y se gira hacia atrás, observa a su alrededor y frunce el ceño — ¿Qué sucede? — pregunto una vez veo la duda en su semblante.

— no será fácil llegar al límite del bosque no nos dejara salir — comenta mirándome sobre su hombro — si tienes idea de cómo detener un lugar entero que quiere deshacerse de ti, pues es un buen momento para que lo pongas practica — en ese instante algo se aferra a mis pies, busco la fuente de ellos y veo algo negro reptando por mis piernas, aferrándose con fuerza.

Intento moverme pero no puedo, busco los ojos de Killiam que me ve sorprendido, pero no se mueve, de pronto desde la tierra y con una fuerza antinatural, siento un tirón energético que me hace caer sobre mis rodillas, jadeo al sentirme débil, la energía abandona mi cuerpo con rapidez, como si las cosas que sujetan mis piernas estuvieran drenándolas de alguna manera.

Busco a los otros pero ninguno se mueve, todos tienen sus ojos fijos en mí, pero ni siquiera son capaces de parpadear, entonces comprendo que algo en el lugar los ha paralizado y que el bosque está atacando directamente a la fuente de mayor peligro, es decir yo. Mi cuerpo se estremece sintiendo como poco a poco la energía y esa sensación maligna que sentí cuando Lilith despertó se hace presente.

Quema intensamente, como si deseara desatarse pero al mismo tiempo algo la retiene, mi cabeza se siente confusa, mi cuerpo está cansado y comienza a doler, jadeo cuando la sed se hace presente y sin poder controlarlo hago acopio de la fuerza que me queda y me pongo en pie, una ola de energía aplastante y brutal se libera de mi cuerpo haciendo que todo a mi alrededor se mueva y sea barrido varios metros, incluyendo a los demás.

Suspendida en el aire los observo deseosa, el olor de su sangre es terriblemente tentadora, además la malignidad que desprenden sus cuerpos es excitante, deliciosamente atrayente, cuando la sed se hace casi inaguantable, cierro los ojos y pienso en la sangre que corre por sus venas. Un grito de dolor llena el silencio y sonrió para mí misma cuando siento el dulce sabor de la sangre bailando sobre mi piel.


Killiam.

La desesperación puede conmigo, verla ser atravesada como si fuera una hoja de papel, hace que mi cuerpo se descontrole por completo y toda la energía, fuerza y ansias de matar acumuladas durante siglos enterrado en esa puta tumba se hacen presentes, todo el odio que se acumuló en mí se transforma en brutalidad y un instinto salvaje y desmedido por matar y llegar a ella para asegurarme que está bien.

Sin importarme el ardor, el dolor que siento cada vez que la saliva y los dientes de estas malditas criaturas hacen en mi piel cuando me atacan, arremeto contra ellas, decidido a terminar con todos ellos. Los necropulus no paran de atacarme, no dan tregua cuando de repente se detienen, me giro con brusquedad esperando encontrarme con una criatura aun peor pero resulta que es solo Lexie que camina hacia mí.

Su herida ha sanado completamente, aunque el agujero en su ropa evidencia el ataque, luce perfecta, las líneas negras en su brazos siguen allí, pero no se han extendido mucho más, sus ojos es lo que vuelve a llamar mi atención, uno de ellos es completamente negro, como hace un rato pero el otro está dividido.

Frunzo el ceño porque la visión es impactante, mitad rojo, mitad dorado, esta última parte brillando intensamente.

— ¿estás bien? — pregunto preocupado, cuando me alcanza.

— Pronto estaremos rodeados de otras criaturas — murmura sin dejar de verme — en este momento no imagino siquiera el aspecto que tienen pero su energía es abrumadora, debemos salir de aquí.

Observo a mí alrededor porque todo luce, tranquilo, demasiado, pero desde que entramos en este maldito lugar y se convirtió en esta pesadilla nada es lo que parece. Lexie se acerca hasta el necropulus más cercano y con un movimiento rápido mete su mano dentro del pecho de la criatura que ni se inmuta con el ataque.

Un asqueroso y desagradable olor se hace presente cuando retira su mano de la herida con expresión sorprendida.

— no tiene corazón — dice en apenas un murmullo y no puedo evitar reír, con todo lo que está pasando y ha visto hasta ahora, y esto tan simple logra sorprenderla.

— Al igual que la mayoría de las criaturas que deben habitar el bosque negro — Abel aparece entre las criaturas con la espada de luz en su mano, expresión seria y sus ojos fijos en Lexie.

— ¿Qué quieres decir?

— Estas criaturas solo puede eliminarlas alguien con mucho poder, alguien con la capacidad de erradicar el mal de ellas — hace una pausa y suspira — era nuestro deber eliminar criaturas como ellos, pero sin mis poderes no soy capaz de hacerlo.

— Si ustedes pueden entonces yo también — Suelta Lex algo insegura.

— es posible, pero ¿cómo lo haras? — mi madre la ve dudando, no sé si su fuerza o de lo que dijo.

— algo se me ocurrirá pero deberíamos irnos, de alguna forma he logrado detenerlos pero no sé qué tanto dure, esto — se gira hacia Cian y lo apremia — guíanos hasta el límite del bosque, necesitamos salir pronto de aquí — Cian asiente ligeramente y se gira hacia atrás, observa a su alrededor y frunce el ceño — ¿Qué sucede? —

— no será fácil llegar al límite del bosque no nos dejara salir — comenta — si tienes idea de cómo detener un lugar entero que quiere deshacerse de ti, pues es un buen momento para que lo pongas practica — las palabras no terminan de salir de la boca de Cian, una sensación extraña se apodera de mi cuerpo.

Intento moverme pero no puedo, busco los ojos de Lexie que me observan con curiosidad, intento moverme, advertirle que algo está pasando pero no logro hacerlo, después de unos segundos, la veo caer una vez más sobre sus rodillas, sea lo que sea que está pasando tiene que ver con las cosas que rodean nuestras piernas.

Lexie se debilita ante mis ojos con rapidez, como si el bosque entero estuviese drenándola, como si estuviese alimentándose de ella, percibo como poco a poco su energía va menguando, desesperándome por no poder hacer absolutamente nada ante este poder inigualable que está reduciéndonos sin mucho esfuerzo.

Para mi sorpresa repentinamente un onda de energía nos mueve tumbándonos a todos al suelo, cuando observo de donde proviene, Lexie se encuentra varios metros sobre nosotros, una energía extraña la rodea, sus ojos se han vuelto completamente rojos, las líneas negras han desaparecido de sus brazos pero la expresión fría y vacía que hay en su rostro me alerta.

Algo no va bien, la veo cerrar sus ojos y sonreír con placer, luego un grito de dolor llena el aire y veo con terror como Alice comienza a moverse con desesperación en el suelo mientras la sangre abandona su cuerpo, pequeñas gotas de esta salen de los poros de su piel y flotan en el aire antes de dirigirse hasta Lexie, que permanece con los ojos cerrados, la energía que la rodea baila a su alrededor entremezclándose con la sangre que poco a poco va dejando el cuerpo de Alice.

— Lexie — le hablo mentalmente, consciente que no es ella misma en este momento — Lex debes parar, estás haciéndole daño — insisto sin apartar los ojos de ella.

Frustrado por no poder hacer nada por ninguna de las dos, veo como Alice se contorsiona en el suelo mientras Lexie le arranca la sangre de manera brutal y despiadada. Los ojos de Alice se abren de golpe, el violeta brillando con intensidad, otra onda de energía deja su cuerpo y todo se detiene, su sangre deja de abandonar su cuerpo y Lex en el aire abre los ojos sorprendida.

Su expresión confusa me dice que es ella una vez más, desciende en el aire con rapidez y una vez toca el suelo, corre hacia Alice, que flota unos centímetros del suelo, cuando está por llegar a ella de la nada un enorme lobo negro se interpone entre ella y Alice.

Saga observa a Lexie con furia y ferocidad, sus colmillos expuestos en señal de amenaza, no pasan ni dos segundos cuando estamos completamente rodeados por lobos. Los gruñido que salen del impactante lobo negro que protege a Alice me dejan saber que podemos movernos, me pongo en pie sin apartar los ojos de Saga que luce listo para atacar a Lexie.

— Tranquilo Saga, todo está bien — la voz de mi madre se escucha a mi derecha, sus ojos fijos en el lobo, que de inmediato se relaja — sácanos de aquí — le ordena mi madre y con un aullido que sale de su hocico, los demás lobos se acercan a nosotros, Cian toma el cuerpo de Alice del suelo y lo acomoda sobre Saga, se sube en el para asegurarse que no caiga y luego veo como Abel y mi madre lo imitan.

Un lobo blanco se acerca a mi e inclina su cabeza en señal de saludo se apoya en sus patas dejándome ver su lobo, Lexie me observa a unos cuantos pasos con expresión seria. Respiro profundo, aliviado de que por ahora las cosas se hayan calmado y camino hasta ella, sin decir nada sujeto su mano y regreso hasta el lobo blanco la ayudo a subir y me coloco detrás de ella, rodeo su cintura y para mi sorpresa, todo su cuerpo se encuentra cálido.

Justo como si se tratara de una humana, mi ceño se frunce pero no digo nada, porque el lobo se ha puesto en pie, Saga observa a mi madre que le asiente y comienza a correr lejos, del desastre que hemos causado.

Miro sobre mi hombro y con asombro soy consciente que todos los necropulus que antes estaban atacándonos están en el suelo, son solo piel y huesos, en que momento paso esto no lo sé, pero algo me dice que la responsable es Lex.


Nota del autor: hola mis vampirinos seres... que fuerte y confuso todo esto con Lexie, pero no se preocupen, prontito obtendremos mas respuestas, el próximo capitulo lo narra Saga, ademas ocurrirá un reencuentro desagradable y doloroso... besos y abrazos y gracias por seguir la historia!

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