· Capítulo 44 ·
Alice.
El bosque blanco es algo increíble, nunca había sentido tanta energía en mi vida, es confuso y abrumador tanto poder, pero me da curiosidad. Puedo percibir algo de malignidad en el lugar pero es tan ligera que apenas y es perceptible.
Los demás lucen cautos en este lugar, todo esto es nuevo para mí y adoro estas experiencias nuevas que estoy viviendo, desvió mis ojos hacia atrás, hacia él, para verlo. Killiam sujeta la mano de Lexie con seguridad y sobreprotección desde que despertó no se ha despegado de ella y desde que me mordió para saber si decía la verdad sobre su madre no he parado de sentir esta necesidad de tenerlo cerca, de sentirlo una vez más sobre mí, suspiro ante la idea y sonrió.
De pronto todos se detienen, sus ojos fijos a un punto al costado, donde un montón de animales blancos nos observan, la visión es impactante porque si no los miras con rapidez pasan completamente desapercibidos. No entiendo cómo es que en este lugar todo es completamente blanco.
Al cabo de algunos segundos de estarlos observando una ligera brisa rosa mi piel, agitándome, la sensación de malignidad se hace más perceptible y al instante siguiente, los animales se vuelcan sobre nosotros, mis ojos se abren como platos cuando veo como todos corren con rapidez en nuestra dirección, no soy capaz de moverme con la misma velocidad con que el resto del grupo lo hace, soy la única humana aquí, por lo que en cuestión de segundos estoy rodeada de un sinfín de venados que corren agitados.
No me muevo porque hacerlo sería ser pisada por uno de ellos, pero enseguida siento como alguien rodea mi cintura con fuerza, el sutil aroma terroso que desprende el cuerpo de Cian me hace fruncir el ceño, sus ojos están fijos en el espacio frente a nosotros, se coloca frente a mi como si se tratara de un escudo humano, empujando de vez en cuando algún animal que corre en nuestra dirección.
Después de algunos segundos, estamos solos, miro a mi alrededor pero no hay nadie más solo él y yo, sus ojos están fijos hacia la profundidad del bosque, se gira para verme, sus ojos claros son fríos, una sonrisa se dibuja en sus labios y mi corazón late deprisa.
— ¿estás bien? — pregunta evaluándome de pies a cabeza
— Si — hago una pausa y miro a mí alrededor — ¿Por qué crees que nos hayan embestido? — suspira y me ve serio
— es obvio no crees — responde después de algunos segundos mirando a su alrededor
— ¿separarnos? — pregunto incrédula, porque no parece muy lógico que una manada de animales reaccione de esa manera.
— sí, les dije que este bosque en engañoso — observo a mi alrededor una vez más y cierro mis ojos tratando de sentir a los demás, pero por alguna extraña razón no puedo.
Solo soy capaz de sentir la enorme cantidad de malignidad que está brotando de la tierra misma, observo hacia abajo sin comprender, en ese instante un grito agudo llena el silencio erizando mi piel, busco los ojos de Cian, pero estos están cerrados y su expresión seria solo me advierte que algo malo esta por ocurrir.
El silencio que se hace presente después del grito me asusta, el nerviosismo apoderándose de mi cuerpo, miro a mí alrededor en busca de la fuente del grito pero uno más comienza a brotar desde las profundidades mismas de la tierra, estremeciendo mi ser. Cian permanece inmóvil su rostro no expresa absolutamente nada que me diga que puede estar pasando.
No necesito que lo haga porque de inmediato, una bruma comienza a salir de la tierra justo debajo de sus pies, lo hace con una rapidez impactante, y junto con esta, la nieve comienza a cambiar de color, un tono grisáceo se expande y se va tornando cada vez más obscuro, mientras se extiende alejándose de él, hasta volverse completamente negro.
Este no es el único cambio visible, ya que mi cuerpo se alerta y se tensa al notar el cambio en la energía circundante, es pesada, abrumadora, maligna y completamente aterradora, no proviene de ningún punto en particular, solo brota de todas partes, cuando miro alrededor, los arboles también lucen negros, todo ha cambiado de color. Vuelvo mis ojos hacia Cian que permanece en el mismo lugar con la misma expresión impasible. Después de algunos segundos, todo lo que nos rodea es negrura, además de un olor nauseabundo y acido.
Cian abre sus ojos, están rojos dejándome ver que está dejando salir su verdadero aspecto, estos me miran con intensidad y me siento repentinamente como si estuviera bajo un escáner de rayos x.
— esto es el bosque negro — murmura, su voz es baja y fría — espero tengas algunos buenos trucos debajo de las mangas porque los necesitaras — hace una pausa y sonríe de lado — no pienso morir aquí por tratar de salvarte — su tono amenazador no me pasa desapercibido — si tengo que matarte para lograrlo lo hare — mis ojos se abren como platos y de inmediato doy dos pasos hacia atrás, sintiéndome vulnerable.
— Cian — murmuro pero de inmediato se mueve con rapidez hacia mí, me toma de la cintura y me doblo hacia adelante por la fuerza y lo repentino del ataque.
El aroma a carne en descomposición se hace aún más perceptible y por el rabillo del ojo el celaje de algo negro me hace girar el rostro justo al punto donde estaba de pie. Allí una criatura realmente horrible está de pie, olfateando el aire, su aspecto es aterrador y desconcertante.
— Eso es un Necropulus — murmura Cian haciendo que mi cuerpo se tense completamente.
Había leído sobre ellos, incluso había visto imágenes de como lucían, pero debo decirlo, no le hacían justicia, son mucho más aterradores en personas, Cian no se mueve, ni yo tampoco.
— no te muevas — murmura, pero cuando lo hace el animal gira su rostro hacia donde nos encontramos — es pequeño, quizás pueda con él, pero tendrás que ayudarme — hace una pausa mientras la desagradable criatura echa andar hacia nosotros con lentitud — es adaptable — me advierte una vez se inclina ligeramente hacia el frente flexionando sus rodillas — además es completamente ciego, pero sus otros sentidos son tan finos como el de cualquier vampiro — hace una pausa y ríe con suavidad — de hecho sus ojos están diseñados para ver almas así que posiblemente no tengas muchos problemas, su atención estará puesta en mi — mi cuerpo se estremece al saber eso.
Porque puede que tenga razón y su alma está mucho más corrupta y sea más oscura que la mía, pero en definitiva no soy ningún ángel. No puedo seguir pensando en nada más porque el animal se abalanza sobre nosotros, sus fauces abiertas, muestran enormes colmillos y una desagradable y fétida baba que no deja de caer al suelo mientras avanza.
Cian salta hacia él y ambos colisionan el uno contra el otro, aunque ciertamente el animal no tiene más que el tamaño de un Mastín Napolitano su fuerza es increíble, haciendo que el vampiro retroceda un poco, pero lo detiene haciendo que su cuerpo se tire hacia un lado y pierda el equilibrio.
Estoy concentrada en ellos, que no percibo la sombra negra que se viene en mi contra, cuando el dolor se hace perceptible, un grito agudo deja mis labios y busco la fuente de dicho dolor. Horrorizada observo como algo muerde mi brazo.
— Mierda — murmura Cian mientras intento deshacerme de la cosa que se ha aferrado de mi brazo con fuerza — es hora de que hagas algo bruja — espeta mientras sujeta el cuello del animal y con la otra tira de algo hacia sí.
En ese momento me percato que lo que está atacándome es la cola del animal y Cian ha impedido por poco que se aferre más a mí, pero el dolor que ciento es increíble, mis ojos se llenan de lágrimas y el miedo se hace dueño de mi ser.
— vamos Alice, reacciona — me apremia, pero no lo hago, estoy completamente aterrorizada — maldición — suelta Cian con rabia.
Lo que ocurre después no sé cómo explicarlo porque ocurre demasiado deprisa; algo corta de un solo tajo la cosa que sujeta mi brazo haciendo que me suelte, cae al suelo donde se mueve con frenesí pero después de algunos segundos deja de hacerlo y en su lugar un montón de gusanos se deshacen en el suelo.
Busco la herida en mi brazo que no para de quemar y para mi horror veo como la piel esta deshaciéndose, pierdo el equilibrio gracias al mareo y de inmediato me tambaleo, un par de brazos me rodean una vez más y me sujetan con calidez. El aroma del perfume de Killiam inunda mis fosas nasales y lo escucho susurrar.
— Tranquila ya estamos aquí — pero luego lo único que escucho es absoluto silencio.
Cian.
Detesto estar aquí, nunca imagine que tendría que regresar y hacer una vez más el camino hacia la cima, mientras andamos por el lugar lo único para lo que tengo cabeza es para tratar de imaginar que cosas nos esperan una vez el bosque negro despierte.
Cosa que no demora mucho en ocurrir, cada vez el bosque esta más cerca del bosque y la velocidad con la que se expande es aterradoramente abrumadora. Me concentro como otras veces en permanecer tranquilo, sabiendo que el cambio ha iniciado en el momento en que la manada de venados arremetió contra nosotros, sé que es cuestión de segundos antes de que se escuche el grito y la alarma sea dada.
Una vez más como hace algunos meses el grito desgarra el silencio y mi cuerpo anticipándose al terror que esta por desatarse se tensa, maldigo para mi adentros al percibir la incertidumbre en Alice y consciente que esto sobrepasara por completo sus reacciones me concentro aún más en poder defendernos a ambos.
Aunque le he advertido que no moriré aquí solo para defenderla, es algo que al menos debo intentar, abro mis ojos para notar el cambio y suspiro, esto nunca dejara de impactarme, de impresionarme. Todo es absolutamente negro.
Intercambio algunas palabras con la bruja explicándole que no puede simplemente congelarse, porque morirá, pero no parece si quiera estarme escuchando, cuando a sus espaldas algo se mueve con rapidez hacia nosotros, lo reconozco de inmediato en cuanto veo sus ojos ambarinos.
Un jodido Necropulus no muy grande viene hacia nosotros, salto hacia Alice tomándola de la cintura para hacerla a un lado y evitar así que el animal la envista, el movimiento es rápido cosa que lo despista, pero sé que no será por mucho.
Trato de explicarle a Alice lo que haremos, pero ella sigue desconectada y eso no es bueno, sabía que traerla aquí era una maldita mala idea, suspiro sabiendo que quizás solo tenga una oportunidad para evitar que la dañe, estoy seguro que el necropulus de momento se olvidara de ella, pero no estoy del todo seguro.
Cuando el animal vuelve atacarnos me preparo para derribarlo o al menos detener el ataque, su pesado cuerpo impacta contra el mío, haciendo que retroceda un poco por la fuerza, pero se tambalea, aprovecho su desequilibrio para inclinarme hacia un costado y lo siento caer, al mismo tiempo que un grito de dolor llena el silencio.
Detrás de mí, Alice está siendo atacada por la maldita cola de la criatura y un flashback de mi último encantador encuentro con él, se hace presente, haciendo que mi cuerpo se erice y estremezca. Lucho con todas mis fuerzas por retenerlo y no permitir que devore su brazo por completo, pero se me hace casi imposible. De repente a un costado una sombra aparece con rapidez cortando de un solo movimiento la cola, que cae al suelo.
Con otro rápido movimiento la sombra empuja lejos al necropulus, Lexie se materializa a mi lado, sus ojos completamente negros me indica que esta en esa fase en que el demonio tiene el control, Killiam aparece a los pocos segundos sujetando a Alice que se tambalea y cae sobre sus brazos.
Lexie me observa de lado un segundo y sonríe con suficiencia.
— Necropulus supongo — dice una vez más poniendo su atención en el animal que de inmediato se ha puesto en pie.
Asiento mientras ella observa el animal con detenimiento, su cuerpo luce amenazador aunque relajado al mismo tiempo, de sus brazos se desprenden unas líneas negras que dibujan extraños patrones sobre ellos.
— Es mucho más pequeño de lo que creí — murmura dando un paso hacia él, ganándose la atención del mismo
— Este es pequeño — murmuro fijándome una vez más en la criatura
— Genial — su voz está cargada de fascinación, pero antes que pueda continuar detrás del animal la oscuridad se agita.
Para mi completo horror otro necropulus de mayor tamaño aparece entre las ramas de los árboles, sus ojos fijos en Lexie, pero estos lucen extraños, no son ambarinos ni lucen feroces, como suelen verse. Con rapidez el animal se lanza sobre el necropulus mas pequeño atravesando su cuerpo con sus enormes colmillos. Mis ojos se abren como platos, al notar como más y más de estas criaturas aparecen a nuestro alrededor.
El hedor y el aire gélido que nos rodea, cada vez me imposibilita más concentrarme, el miedo se va haciendo presente en mi interior, al sentirme pequeño en medio de tantos de estos horribles seres. Barro el frente con rapidez y logro contar unas quince de estas desagradables criaturas, que no dejan de ver como el primero en aparecer despedaza por completo su con genero más pequeño.
Lexie ríe con suavidad mientras observa con cierta fascinación la escena, Killiam se para junto a mí haciendo que me fije en él una vez más, luce tranquilo aunque sus ojos muestran fascinación y excitación.
— Esto será interesante — murmura Lex en el momento en que todos los ojos se fijan en ella.
De su cuerpo comienza a manar energía, oscura, maligna, abrumadora, la sensación de estar aprisionado se hace presente, creciendo con demasiada rapidez, en un parpadeo, todos los necropulus se lanzan contra Lexie que con movimientos rápidos, evita todos y cada uno de los ataques.
— Es hora de divertirnos — murmura Killiam.
Dejando a Alice en el suelo, sobre su cuello un collar brilla con intensidad, mis ojos se desvían una vez más a quien fue mi mejor amigo hace siglos y su aspecto imponente e intimidante se hace presente, posa sus ojos en mí y sonríe de lado.
— Veamos qué fue lo que aprendiste de las brujas — murmura lanzándose contra las criaturas que poco a poco ha rodeado y no paran de atacar a Lexie.
Ambos se mueven con demasiada rapidez, los cuerpos de las bestias al igual que ellos son solo borrones oscuros, por un instante parecen moverse sincronizadamente, pero solo es un instante, cuando me percato que en realidad son los Necropulus quienes lo hacen.
Cada vez aumenta el número de cabezas que veo lanzarse contra ellos, pero para mi sorpresa y la desgracia de los dos seres delante de mí, estan adaptándose a la rapidez con la a que se mueven, sus colas se han dividido en más de un extremo y atacan una vez sus cabezas se alejan de ellos.
Observo la escena entre la sorpresa y la fascinación por ver como ambos, tanto Killiam como Lexie parecen llevar el ritmo. Por instante me olvido de todo lo que me rodea y me concentro solo en ellos dos y el espectáculo que están dando frente a mí, cuando algo se enrosca en mi pierna y tira de mi con fuerza, haciendo que caiga hacia el frente, de un momento a otro soy arrastrado por el suelo con rapidez y violencia, intento aferrarme a cualquier cosa pero en cuestión de segundos estoy suspendido en el aire.
Busco a mi atacante a mi alrededor con rapidez, pero no observo nada que se mueva debajo de mi excepto algo que repta hacia el cuerpo de Alice, mis ojos se abren como platos al notar que son las raíces de los arboles a su alrededor. Un fuerte tirón me devuelve con brutalidad contra el duro y maloliente suelo donde me estrello con estrepito.
El ruido de huesos al romperse y el conocido dolor de estos surca mi cuerpo, jadeo de forma ruidosa cuando una vez más soy tirado hacia arriba en el aire, una ráfaga de luz cruza mis ojos y vuelvo a caer al suelo con fuerza, una de mis piernas se rompe y mi costado duele una barbaridad al sentir como una rama traspasa mi carne.
Anisha se ayuda a ponerme en pie mientras Abel corta con su espada las raíces que ya cubrían casi completamente el cuerpo de la bruja. Anisha ve horrorizada hacia el frente, incapaz de moverse, justo cuando una de las colas de los Necropulus atraviesa a Lexie en el estómago.
Killiam grita lleno de ira y todo a nuestro alrededor se congela, su presencia se hace cada vez más aplastante impidiendo que pueda mantenerme en pie, Lexie permanece suspendida en el aire con los ojos desorbitados, completamente negros, sangre brotando de sus labios y goteando de su mentón.
La cola sale de golpe de su cuerpo esparciendo más sangre, sus ojos se cierran y la veo caer en cámara lenta al suelo mientras Killiam es rodeado por seis necropulus que se lanzan contra el al mismo tiempo.
Nunca creí que terminaría muerto en el bosque negro, de hecho siempre creí que la muerte me encontraría en otro lugar quizás a manos de alguno de los antiguos miembros del consejo, supuse que algún día me encontrarían y me asesinarían por haber permanecido en las sombras durante tantos años.
Pero ahora que veo como dos de las criaturas más poderosas que he conocido en mi vida caen delante de estos seres maligno, reconozco que la muerte pudo haberme llegado justo la primera vez que pise este el lugar, de no haber sido por Maggy muy posiblemente hoy no existiría.
Nota del autor: hola mis vampirinos seres, xD capitulo corto lo se, pero entenderan que no hay mucho que narrar desde la perspectiva de los otros, que les parece la reaccion de Alice? y este final??? q creen que ocurra con Lexie y Killiam?
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