· Capitulo 3 ·
El recuerdo.
Desperte aturdida, sobre el suelo del bosque una vez mas me encontraba sola, mi cuerpo estaba debil y adolorido, flashbacks volvieron a mi cabeza y senti un burbujeante odio crecer en mi interior, me sente, y contemple mis manos que tenian un tono palido, pero un ligero brillo las iluminaba, estaba demasiado absorta mirando mis manos cuando, un ruido a mi lado me hizo voltearme, su voz me hizo estremecer.
- pense que no despertarias nunca, vamos muevete... tengo cosas que hacer -
su voz fria y distante me hizo odiarlo mas, Killiam estaba a mi lado y su rostros no reflejaba nada mas que fastidio, no me movi de donde estaba, permaneci quieta contemplando como el caminaba delante de mi, se detuvo, lo escuche suspirar y al cabo de un instante lo perdi de vista para luego tenerlo frente a mi, a unos escasos centimetros de mi rostro, sus ojos habian perdido por completo ese tono azul hermoso que habia visto, era de un tono oscuro con un ligero toque rojizo que me hizo estremecer.
- no me hagas perder el tiempo Lexie... no te conviene poner mi paciencia a prueba...-
un ligero estremecimiento recorrio mi cuerpo cuando su fria voz se hizo presente, lentamente me levante, seguida por el, cuando finalmente estuve de pie, su mano cruzo fuertemente mi rostro, haciendome caer nuevamente en el piso, el sabor metalico de la sangre se impregno en mi boca, levante la vista hasta el y lo observe mirarme con desprecio, limpie el hilo de sangre que salia de mi boca y susurre
- por que?...-
el me miro divertido y sonrio con malicia, volvio acercarse a mi por lo que me eche atras asustada.
- porque tienes un olor delicioso...-
fue su respuesta, luego se giro y echo andar, se detuvo nuevamente y continuo
- si no quieres morir aqui, sigueme... pronto este lugar estara lleno de mestizos asquerosos junto a Vicent y como viste no es muy amigable que digamos...-
volvi a levantarme, sopesando mis opciones, claramente estaba en peligro al quedarme aqui, habia matado a alguien en el territorio de un clan, no sabia como funcionaban las cosas pero era claro que habia hecho algo muy malo, suspire y di un par de pasos en su direccion, no estaba segura de porque tuve la necesidad de seguirlo y me odie por ello. Lo escuche reir y luego comentar por lo bajo
- aunque te resistas no podras hacerlo... estas atada a mi existencia...-
sin decir nada mas comenzo a caminar adentrandose en el bosque delante de mi, lo segui a una distancia prudente. Tenia miedo de el, pero al mismo tiempo sentia algo que me atraia a el de una manera sobrenatural, suspire y contemple mis manos nuevamente, mientras andaba en ese momento choque contra su espalda, su olor me inundo y la sed en mi garganta desperto, su sangre la podia oler, un gemido escapo involuntariamente de mis labios y lleve las manos a mi garganta que quemaba, el permanecio inmovil un momento y luego lo escuche reir por lo bajo y susurrar
- cosas interesantes pasan contigo cerca Lex...-
no comprendi sus palabras, pero de un momento a otro logre sentir una presencia, algo se movia detras de los arboles cerca de nosotros, senti miedo, no sabia por que pero lo senti, el sonrio una vez y susurro
- muestrate...-
ante nosotros aparecio una figura encapuchada, no podia escuchar ni sentir nada de el, pero su presencia me asustaba, escuche reir por lo bajo a Killiam y luego hablar
- que interesante encontrarte por aqui... Kaia...-
la figura delante de nosotros se descubrio el rostro y una hermosa mujer de tez oscura aparecio, sus ojos de un tono miel brillante me impactaron, su cabello crespo caia en cascadas hasta sus hombros y mas abajo, la mujer miraba fijamente a mi creador, que simplemente sonreia.
- ha pasado un tiempo Killiam...-
su voz es profunda, desvia sus ojos hacia mi y siento hacerme pequeña ante la intensidad de su mirada, ella susurra algo en alguna lengua extraña y escucho a mi alrededor como de la nada se materializan mas figuras encapuchadas.
- no puedes seguir por aqui Killiam...-
mi creador gira su cara alrededor del circulo de figuras y sonrie con malicia, luego le espeta a la chica con desden
- en serio Kaia?... crees que esto me detendra?...-
La mujer lo observa y luego a mi, suspira y pregunta con curiosidad
- quien es? huele como tu?...-
veo como Killiam gira un poco su rostro hacia mi y sonrie, luego responde
- comida?...-
su respuesta me duele, la mujer lo nota y niega con la cabeza y le susurra con reproche
- la has convertido... despues de todos estos siglos finalmente convertiste a alguien solo para llamarla comida?...-
mi creador se encoge de hombros mientra rie divertido y comienza a pasearse alrededor del circulo de figuras, veo como la mujer saca sus manos de comienza a hacer unos movimientos lentos, escucho a Killiam reir y decirle
- tus trucos no funcionan en mi... o en ella... no pierdas el tiempo...-
Kaia se detiene y vuelve a mirarlo con reproche.
- que haces aqui Killiam?...-
lo veo moverse con rapidez y quedar detras de la mujer, las figuras todas reaccionan y apuntan una especie de arma contra mi maestro, pero no hacen nada mas, ya que Killiam solo se paro detras de la mujer y le susurro
-te eche de menos...-
veo como la mujer se estremece y Killiam estalla en carcajadas, su risa es fria y maquiavelica, hiela mi sangre, luego la mujer le espeta
- has causado mcuhos problemas solo por comida Killiam...-
dice, observandome vuelvo a fijarme en mi creador que esta acariciando con cuidado el cabello de la mujer.
- problemas?... hablas del lobo y el insignificante humano en el pueblo?...-
la mujer asiente y veo como este se acerca a ella e inhala su aroma para luego echar a andar en mi direccion, pararse junto a mi, seguido de las armas que lo apuntan.
- Kaia retira a tus hombres si no quieres que cause mas problemas...-
dice divertido, la mujer hace un gesto con sus manos y las armas dejan de apuntarnos, pero las figuras se mantienen en su lugar.
- Killiam no volvere a preguntarlo...-
la voz de la mujer sono esta vez amenazante, cosa que hizo reir a mi creador y este le espeta divertido
- solo te estoy sugieron algo... creeme ella necesita alimentarse y sabes lo que le pasa a los neonatos cuando huelen sangre...-
en ese momento con un movimiento rapido, que estoy segura que ninguno de los presente logra seguir Killiam se detiene junto a uno de las figuras y luego veo como esta cae al suelo, Kaia deja escapar un grito de dolor y el aroma a sangre inunda mis sentidos, la rida de Killiam es lo unico que escuchan mis oidos mientras siento como la sangre baja por mi garganta, hago mayor presion sobre el cuerpo y siento como los huesos ceden ante la fuerza de mi agarre, despues de unos segundos, me depego del cuello de la figura, veo caer su cuerpo inerte a mis pies, observo mis manos cubiertas de sangre y echo un vistazo a mi alrededor porque no entiendo absolutamente nada.
Todo a mi alrededor es un caos de cuerpo y sangre, veo a Killiam sentado sobre una roca cercana, sonriendome, se levanta lentamente y se acerca a mi, acaricia mi mejilla y susurra
- eres un criatura peculiar... mira la obra de arte que has creado... eres cruel Lex...-
miro a mi alrededor nuevamente sin entender sus palabras, pero al instante lo entiendo todo y caigo de rodillas sobre la tirra humeda, miro el cadaver de la figura hasta hace unos instantes drenaba y noto que se trata de un joven de ojos color miel, ya no hay vida en ellos pero el brillo continua alli, Killiam se agacha junto a mi y susurra
- ya puedes seguirme el paso, no volvere a detenerme hasta llegar al castillo...-
vuelve a levantarse y lo veo girarse, luego lo escucho reir y lo veo desaparecer dejandome sola en medio de este desastre, que yo he causado, por un instante me siento perdida, me siento terrible, un mareo me invade y escucho su voz en mi cabeza una vez mas
- date prisa Lex... o volvere para matarte...-
me levante lentamente y comence a andar, sin darme cuenta ya estaba corriendo a una gran velocidad no sabia a donde me dirigia con exactitud pero podia sentir la presencia de mi creador delante de mi por lo que simplemente deje que mi cuerpo actuara solo.
Finalmente me detuve ante lo que parecian las ruinas de un antiguo castillo, Killiam se encontraba rescostado sobre una enorme roca, mirandome fijamente
- como te sientes?...- pregunto sin apartar sus ojos frios de mi, no me sentia cansada, pero repentinamente el mareo volvio a invadirme, el sonrio ampliamente y esa expresion fue lo ultimo que vi, antes de caer en el suelo sin sentido.
****
Todo a mi alrededor era oscuridad, una desesperante sensación de encierro y sed asechaba mi existencia, mis ojos no podían ver nada, miedo... sentí miedo de no poder ver otra vez, de no poder sentir o vivir, mi garganta se sentía seca, escuche en jadeo escapar de mis labios y abrí mis ojos de golpe, sentándome sobre una superficie cómoda, la sed estaba haciendo meya en mí, era desesperante dormirme a diario con la sed instalada en mi cuerpo, Killiam había desaparecido hace un par de noches, dejándome sola en este maldito calabozo, había dicho que tenía cosas que hacer, asuntos que atender. No sé cuánto tiempo tenía con esta nueva existencia pero la odiaba y odiaba aún más a mi creador, él es cruel, maligno y tiene un sentido del humor demasiado despiadado, mi humanidad aún estaba aquí instalada, sino era la sed lo que me torturaba era la imagen del chico en el callejón y los cadáveres despedazados de las figuras encapuchadas en el bosque, pensé en Kaia en ese grito desgarrador que surco el silencio de ese encuentro, no entendía nada. Todo era demasiado confuso.
- Y seguirá siéndolo Lex...-
Su voz se escuchó en toda la estancia, lo busque en la oscuridad y fui capaz de verlo recostado en una esquina en la pared de piedra, una sonrisa maliciosa se dibujaba en sus labios, un jadeo se escapó de mis labios al percibir el aroma de su sangre, su sonrisa se ensancho y lo escuche susurrarme
- La sed es algo con lo que tienes que aprender a lidiar cuando estas allá afuera... no siempre no logramos conseguir presas y cuando se es tan... - hizo una pausa para observarme despectivamente y continuo...- humano es más difícil aun... tienes que comprender algo Lexie, ya no eres humana, ellos son tu alimento... nada más, puro y simple ganado...-
Su tono es frio y despectivo, mi garganta se reseca aún más cuando lo siento aproximarse a mí, sé que puede notar mi sed, mi desesperación, mas no puedo moverme y eso parece divertirle, se sienta a mi lado y acaricia lentamente mi mejilla
- Tan hermosa... pero tan débil, tendrás que escoger Lex si quieres seguir viviendo o si quieres morir y si esta última es tu elección me asegurare de que sea una muerte lenta y extremadamente dolorosa...-
Su sonrisa se ensancha en su rostro y aparta su frio tacto de mi rostro, lleva su muñeca a sus labios y veo como sus colmillos crecen y penetran la piel pálida de esta, el olor a sangre inunda mis sentidos haciéndome reaccionar, de un momento a otro estoy sobre su brazo bebiendo el delicioso líquido que sale de la herida, lo escucho reír por lo bajo, continuo bebiendo con desesperación, siento como su sangre va invadiendo cada rincón de mi débil y desesperado cuerpo, como mi corazón absorbe el poder que su sangre nos brinda, siento una de sus manos acariciar mi cabello, con delicadeza, mientras bebo siento como mis músculos se vuelven fuertes, como recuperan la energía y la fuerza perdida, como mis sentidos se hacen cada vez más finos y agudos, en un momento lo escucho decir con voz fría
- Es suficiente...-
Pero no me detengo continuo bebiendo aferrándome con más fuerza a su muñeca y con mayor desesperación, no quiero ni puedo parar, su tono se vuelve más frio
- Lexie he dicho que es suficiente...-
Sin prestar atención a su orden hinco con más fuerza mis colmillos en su muñeca y lo próximo que siento es su fría y fuerte mano alrededor de mi cuello estampándome contra la fría y dura pared de piedra, la siento ceder bajo mi peso, un dolor inimaginable se apodera de todo mi cuerpo y veo como sus ojos destellan un brillo rojizo, sus colmillos están a la vista y su expresión es pura ira, se acerca a mí y lentamente, mientras lagrimas comienzan a descender por mis mejillas empapando mi rostro...
- Cuando te de una maldita orden tienes que obedecer, estamos?...-
Sin esperar a que le responda eleva mi cuerpo en el aire y me lanza contra el otro lado de la habitación donde vuelvo a estrellarme contra la pared de roca haciendo un pequeño agujero en ella, siento mis huesos romperse con el impacto y como en la parte de atrás de mi cabeza un líquido tibio comienza a derramarse, más lagrimas caen sobre mis mejillas y lo escucho reír por lo bajo, luego ya no lo veo ni logro sentirlo más.
Cierro mis ojos sintiendo como mis huesos y mis heridas comienzan a sanar solas a los pocos minutos, sigo tendida en el suelo frio del calabozo deseando que me hubiese matado, después de quizás horas en la misma posición me levanto lentamente y vuelvo a la cama en la que desperté, me recuesto y me quedo mirando el techo, ahora si soy capaz de observarlo, su sangre hace milagros en mi interior, me siento extrañamente fuerte, de la nada el recuerdo de sus palabras el día que desperté por primera vez junto a él, invade mi memoria. Dijo que debía concentrarme en su presencia, cierro mis ojos y trato de hacer lo que me indico esa noche, al instante soy consciente de todo lo que está a mi alrededor, estamos en medio de un bosque, cerca de un acantilado, hay animales cerca puedo oír el latir de sus corazón y justo allí en la cima de una de las torres en ruinas puedo sentirlo. Killiam, abro mis ojos y me levanto de golpe, camino velozmente hacia la puerta y antes de tomar el pomo y girarlo dudo un momento. Tomo una bocanada de aire, el cual no necesito pero por costumbre lo hago, coloco mi mano sobre este y lo giro, sin pensarlo dos veces echo a correr por los pasillos desiertos del castillo en ruinas, siguiendo su presencia que conforme me acerco a él, se hace más perceptible, más imponente más aplastante.
Finalmente llego a un espacio iluminado por la luna, en la cima de un montón de rocas desplomadas, lo veo sentado, con una de sus piernas colgando y la otra sobre la superficie, esta uno de sus codos está apoyado sobre su rodilla y lo escucho reír.
- Me alegra saber que escogiste vivir Lexie...-
De un salto esta junto a mí, se acerca peligrosamente a mis labios y deja un beso sobre estos, haciéndome estremecer, se separa y veo esa expresión burlona.
- Ya sabes lo que es la sed, conoces la fuerza de tus semejantes, conoces la fuerza de un sangre pura y lo que su sangre causa en tu organismo cuando la tomas, sabes de la existencia de los lobos, sabes de los druidas del bosque y lo deliciosa que es su sangre... has vivido suficientes cosas para saber cómo es este oscuro y maldito mundo...-
Vuelve acariciar mi mejilla y aprovecho el momento de silencio y me atrevo finalmente a preguntarle lo que tiene días y noches torturando mi pensamiento
- Por que?...-
Mi pregunta parece sorprenderle un poco, su caricia se detiene y por un momento tengo miedo de que pueda hacerme daño, una sonrisa de medio lado se dibuja en su rostro y susurra
- Es tan halagador que me tengas miedo... pero Lex, eres capaz de soportar cualquier cosa que te haga...-
Se acerca nuevamente a mí, e inhala cerca de mi cuello, mi piel se eriza y responde mi pregunta con simpleza
- Por tu olor...-
Se separa de mí y vuelve a subir donde estaba minutos antes, esta de espaldas a mí, lo escucho decir algo en algún idioma extraño que no logro comprender y de la nada un fuerte dolor en mi cabeza me hace caer de rodillas, llevo mis manos a mi cabeza y veo como sangre gotea de mi nariz caigo sobre el suelo frio y de la nada todo se vuelve oscuridad.
Estoy caminando hacia un bar, un bar que me gusta mucho visitar, tengo unos 2 años viviendo en Londres, amo esta ciudad, es increíble, desciendo las escaleras que me llevan al local que estoy buscando, al divisarlo al final del callejón sonrió, di con él por casualidad una tarde hace uno 1 año y medio, desde entonces suelo venir muy seguido, es un local un poco extraño si me preguntan, parece un bar gótico, pero cuando entras lo que menos hay dentro son góticos, las personas que frecuentan este bar son de lo más inusuales, hombres y mujeres de una palidez alarmante, pero sumamente bellos, muchos de ellos no son de aquí, siempre que los escucho hablando lo hacen en otros idiomas, pero no les prestó atención, esta noche está más o menos lleno, es viernes y no suele estar así, decidí venir hoy porque no fue un buen día en la oficina, estoy exhausta mi jefe es un maldito explotador y sabe que soy muy exigente conmigo misma por lo que se aprovecha.
Esta noche suena Beethoven de fondo, hay pocas mesas desocupadas y esta noche extrañamente puedo ver que hay más personas pálidas de lo normal, la chica que suele atenderme se acerca a mí y me saluda.
- Hola linda, como estas? Día difícil no?...-
Le sonrió y asiento, ella gira su rostros hacia la puerta del bar que acaba de abrirse y veo como todo su cuerpo se tensa al observar a quien sea que entro, me giro para curiosear y mis ojos se abren como platos, en la entrada esta un chico, alto blanco, de cabello color negro azabache, viste un jean ajustado del mismo color que su cabello, una franela blanca y una cazadora de cuero negra, nuestras miradas se encuentran un jadeo escapa de mis labios, demonios es increíblemente guapo y sexy, me regala una sonrisa arrogante, aparta sus ojos de mí se sienta en la barra dándome la espalda, vuelvo a poner mis ojos en la chica junto a mí y veo como su cuerpo tiembla ligeramente, por lo que pregunto
- Oye te encuentras bien?...-
La chica aparta sus ojos del extraño sexy que acaba de llegar y se fija en mí, me dedica una sonrisa forzada, asiente, se disculpa y desaparece tras de la barra, no entiendo que acaba de pasar, pero no le prestó atención, siento el peso de la mirada de alguien al girarme los ojos azules del extraño están sobre mí con una extraña sonrisa en los labios, siento un escalofrió recorrer mi cuerpo y por alguna extraña razón, siento miedo, veo a mi alrededor y percibo como varias de las personas pálidas comienzan a mirar al chico que acaba de llegar con asombro y curiosidad, sin embargo el no aparta los ojos de mí, finalmente veo como la dueña del bar sale detrás de una puerta y cerca de donde se encuentra el y la veo sonreír en su dirección, se acerca a él y la escucho saludarlo
- No puedo creer que después de tantos siglos el poderoso y cruel Killiam se haya dignado a aparecer...-
Al escuchar su nombre mi corazón se detiene y vuelve a latir deprisa, el aludido sonríe sin apartar sus ojos de mí y escucho su voz, sexy, grave y profunda responderle a la mujer
- No puedo creer que aun tengas esta pocilga Bell...-
La mujer comienza a reír y pasa sus manos sobre los hombros del hombre y se interpone entre nosotros, yo aparto la mirada sintiéndome nerviosa, sus ojos son realmente increíbles y hay algo en el que me atrae más allá de su increíble, perfecto y sexy físico.
Al cabo de un rato el nerviosismo no se aparta de mí, siento que de vez en cuando Killiam me observa, supongo que saberme observada por un hombre como el, me pone nerviosa. Estoy terminando de devorar mi comida, para irme a casa es tarde y bueno aunque me siento muy segura andando en las noches londinenses justo hoy tengo un mal presentimiento, por lo que pago la cuenta y salgo del bar, no sin antes regalarle una sonrisa tímida a Killiam que me devuelve una amplia y picara.
Una vez en la calle, cierro mi chaqueta y me dispongo a caminar, subo los escalones para salir del callejón donde está el bar y comienzo a andar deprisa, a un par de cuadras del bar, siento que alguien me está siguiendo, y el nerviosismo aumenta, Londres no se caracteriza realmente por ser una ciudad muy bien iluminada y su aire antiguo solo da la sensación de persecución que tanto odio, debo admitirlo soy una persona miedosa, por eso las películas de suspenso y terror no van conmigo, suspiro y camino un poco más aprisa, para llegar a mi departamento tengo que atravesar un pequeño parque, que a esta hora se encuentra desierto, el miedo aumenta conforme voy acercándome al edificio donde vivo, un ruido a mis espaldas me hace detenerme de golpe, me giro pero no veo a nadie, observo con más atención y pienso que solo es sugestión, cuando me giro para continua choco con el pecho duro de alguien, al elevar mis ojos me encuentro con la sonrisa maliciosa de Killiam, sus ojos tienen un ligero brillo rojizo doy un paso atrás por la impresión mientras escucho su voz
- Hola Lexie...-
Su voz causa un escalofrió en todo mi cuerpo, como es posible que sepa cuál es mi nombre y más aún cómo es posible que haya llegado hasta mi tan deprisa? Si lo deje en el bar... mi corazón comienza a acelerarse mientras comienzo a caminar hacia atrás apartándome de él, siento el peligro venir de él, el miedo se va apoderando de mi cuerpo cuando veo que sus colmillos comienzan a crecer me detengo de golpe y mis ojos se abren como platos, su sonrisa se ensancha al ver mi reacción y sin perder más tiempo eche a correr en la dirección contraria.
Estaba aterrada, mi corazón latía demasiado rápido sentía que en cualquier momento se saldría de mi pecho, gire para ver sobre mi hombro pero no había nadie siguiéndome, por lo que me detuve, mi respiración era un completo desastre, el sudor inundaba mi frente y tenía la extraña sensación de estar siendo observada. Mire en todas direcciones cuando de la nada, sentí unos brazos rodearme por la cintura, una respiración fría cayó sobre mi cuello y el terror se apodero de mi cuerpo, no pude moverme, ni emitir sonido alguno, escuche su voz susurrarme
- Puedes correr pero no esconderte hermosa...-
Y sin más sentí como su mano apartaba el cabello que estaba sobre mis hombros, lagrimas comenzaron a salir de mis ojos inundando mis mejillas, su otra mano se deslizo sobre mi abdomen hasta llegar al broche que cierra mi chaqueta y lo deslizo lentamente hasta abrirla por completo, una risa fría erizo mi cuerpo, mientras su mano se deslizaba por mi nuca enredando sus dedos en mi cabello
- Tienes un olor exquisito sabias?... he venido siguiéndolo desde hace mucho tiempo, te quiero para mi Lexie y cuando quiero algo no descanso hasta obtenerlo... finalmente di contigo y con... - hace una pausa para inhalar pegado a mi cuello y continua...- este delicioso aroma...-
Sin decir más nada, siento como aparta mi blusa e inca sus colmillos en mi piel causando un dolor lacerante, un grito ahogo se escapa de mis labios mientras siento como el continua bebiendo de mí, aferrado a mi cabello y mi cintura, trato de moverme, de gritar pero no lo consigo, veo al cielo y allí está la fría y maravillosa luna contemplando como este ser que siempre pensé que era un mito, una leyenda un historia popular drena mi sangre, comienzo a perder la fuerza en mis extremidades, mis ojos se nublan mientras siento como la vida abandona mi cuerpo...
Despierto de golpe sobre el frio suelo, acabo de ver mi muerte, acabo de ver como Killiam me asesina en el parque cerca de mi departamento, lagrimas comienzan a descender nuevamente por mis mejillas, porque hasta hace unos momentos no tenía idea de quien era, que hacía o de donde venía, solo tenía razón de mi creador ahora que recuerdo todo, el miedo y el odio se apoderan de mi cuerpo, su voz me saca de mi estado de estupor.
- Bloquee tu memoria, quería saber que tan fuerte eras antes de devolvértelas... resististe bien tu muerte por segunda vez... no me equivoque contigo, ni con tu olor...-
Me levante temblando buscando su rostro, sus ojos ya no tenían ese hermoso color azul que vi en el bar, eran negros como la noche con un destello rojizo que iba y venía, pude distinguir los colmillos en su boca y sin más le espete
- Eres un maldito... porque simplemente no me dejaste morir y me convertiste en esta cosa?...-
Una sonrisa arrogante se dibuja en su rostro dándole una apariencia aterradoramente sexy
- Porque haría eso?... eras una criatura interesante, vivías al límite a diario sin saberlo, el bar de Bell?... es un bar de vampiros, ibas allí muy a menudo y te sentías fascinada por ellos, nunca te tocaron porque no lo tienen permitido, existen estas leyes ridículas en la actualidad que no les permiten tocar a los humanos... a menos que sean sus proveedores... pura mierda!...-
- Me convertiste en esto solo porque estaba en ese bar?...-
- No Lex... no es tan simple como eso, te convertí porque me provoco hacerlo... porque pensé que después de tantos siglos solo sería divertido tener a alguien como tú a mi lado...-
Suspire llena de frustración, odiaba esto que era, odiaba lo que él era, odiaba todo y sentir este odio me daba la sensación de poder que no pensé que sentiría jamás, de un momento a otro estaba moviéndome a gran velocidad cerca de Killiam para estampar mi mano en su rostro... pobre ilusa... estoy muy lejos si quiera de poder alcanzar a rosar alguno de sus cabellos, su mano sostiene la mía con fuerza, con más fuerza de la que me gustaría, un gemido escapa de mis labios al sentir que continua haciendo presión sobre mis muñeca cuando sin más siento como mis huesos se rompen bajo su fuerte agarre, abre su mano y caigo de rodillas a sus pies y le escucho decirme en tono despectivo
- Ese es tu lugar... a mis pies...-
Y sin previo aviso impacta uno de sus zapatos en mi rostro haciéndome volar por los aires, cayendo cientos de metros más debajo de donde estaba, siento el hueso de mi mandíbula roto y alguno de los otros huesos de mi cuerpo al impactar contra la roca fría, no ha pasado un segundo cuando lo siento tomando mi cabello y tirando de el hacia arriba para ponerme en pie
- No vuelva a levantar tus asquerosas manos en mi contra Lex... si no quieres que rompa todos y cada uno de tus huesos un millón de veces...-
Se acerca a mis labios y deja un beso sobre estos para luego soltarme. Caigo en el suelo con un golpe sordo y un gemido se escapa de mis labios, siento su pie hundirse en mi estómago para darme la vuelta.
- Te daría de beber de mi sangre para que te recuperaras más rápido.... Pero la verdad ya no me apetece... -
Se da la vuelta y comienza a caminar hacia unas escaleras luego se detiene y comenta en tono divertido.
- Ah y si yo fuera tú me daría prisa, el que lleves mi sangre en las venas no te protegerá del sol... aun eres una neonata...-
Y con esa advertencia desaparece en el interior de las ruinas dejándome sola, adolorida y odiándolo como nunca he odiado a alguien en mi vida.
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