Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35.


N/a: 

Bueno, como muchas saben, el final de Killer está demasiado cerca, a decir verdad, el capítulo 36 es el final. Tal vez a muchos no les guste, sin embargo, el final no los hago por ustedes, lo hago por mí, porque, principalmente, las historias las escribo para mí. 

Trataré es terminar el capítulo hoy, o a más tardar mañana así que, estén atentas. 

¡Disfruten su lectura!

~*~


Mi boca no está abierta, sin embargo, mis manos tiemblan. Los ojos azules de la mujer frente a mí me observan con diversión, carentes de cualquier sentimiento que debería tener hacía mí.

Lo único que soy capaz de reconocer es el desprecio en ellos.

—T-tú...

—Sí —Me interrumpe. Quedándose en su lugar. Era alta, pero yo le sobrepasaba unos cuantos centímetros. Trato de buscar algún parecido entre nosotros, pero nada parece encajar. Ella no se parece a mí—. Soy tu madre, Hel.

—No —Niego. Una risa se escapa de mis labios, y sé que, tal vez, todo esto era una locura—. Tú no eres mi madre. Solo eres una maldita asesina.

—En eso no te equivocas, Hel —sonríe, mostrando sus dientes. El labial rojo cubriendo sus labios solo indica que tanto poder creía tener. Conocía a muchas personas así. Mi dedo tiembla cuando trato de acercarlo al gatillo, y lágrimas amenazan con abandonar mis ojos—. Maté a tu padre, y créeme que lo disfruté.

>>Ver como su carne se quemaba, el olor a humano muerto. Lo disfruté. Disfruté acabar con la vida del hombre que arruinó la mía. El me obligó a embarazarme de ti.

La sonrisa en su rostro se desvanece, dando a conocer el enojo que escondía detrás de la máscara de maquillaje. El odio en sus palabras me hace bajar el arma, y retroceder unos cuantos pasos.

—Nunca tuve una madre —digo, porque era verdad—. Siempre quise saber qué se sentía tener una, pero nunca estuviste ahí. Se supone que eres la persona que debe velar por mí, por mi seguridad... ¡pero solo arruinaste mi vida!

—Es algo justo —dice, reacomodando un mechón de su cabello castaño. Ella es hermosa, no lo dudaba, pero, sin embargo, su fealdad salía a relucir cuando abre la boca—. Mi vida se arruinó cuando conocí al gran Andrey Petrov, luego de eso, naciste tú, Hel Petrov, los nuevos ojos del imbécil de tu padre.

—Mi padre me amó —digo, porque yo había crecido con su amor. A pesar de que a veces no estaba, él hacía todo lo posible para hacerme saber que me amaba—. Hizo lo que tú no pudiste hacer porque te faltaron los pantalones.

Estoy llorando, sin embargo, no le muestro debilidad. No estoy triste. Estoy enojada, colérica. Al fin conocía a la mujer que me había cargado por ocho largos meses en su cuerpo, al fin tenía frente a frente a la mujer que intentó matarme.

—Ese fue el principal problema, cariño —dice, tomando una respiración—. Te amó más a ti que a mí. A pesar de que fue un matrimonio arreglado, esperé más amor del que él no estaba dispuesto a entregarme, así que lo pagó con sangre.

—¿Dónde está Yerik? —Daen tira de mi cuerpo, obligándome a terminar detrás de él, lejos de los ojos de aquella mujer—. Ambos están trabajando juntos.

—Yo no trabajo con nadie, Daen —Ella responde, con una media sonrisa—. ¡Perro!

Mi arma se levanta con rapidez, y no dudo en apuntar con ella al hombre que entra a la habitación. Está cargando un cuerpo. Este lleva un traje gris, y mi boca cae abierta cuando su rostro entra en mi campo de visión. Era el mismo que estuvo en el restaurante del hotel. Era él. ¡Yo no estaba equivocada!

—L-lo mataste...

—No me servía para nada —dice, salgo de la protección de Daen, únicamente para ver la expresión en el rostro de aquella mujer. Era mi madre, sin embargo, no sentía ninguna conexión con ella. Es como si se tratara de una persona desconocida—. Lo amaba, pero estaba empezando a velar por los suyos, y eso no me beneficiaba en nada. Trae unas bebidas, perro, las de ellos las sirves aquí para que vean que no trato de matarlos. Al menos aún no.

—Eres...

—Despiadada —completa por mí. Se mueve, haciendo que Daen apunte el cañón del arma en su dirección, pero ella no se inmuta—. Yerik tuvo la oportunidad de matarte cuando te tuvo en esa camioneta, pero no lo hizo, quiso jugar contigo y aun sigues con vida. Lo sé, Daen también estuvo ese día, te salvo de las manos de Git, pero no volverá a suceder.

Mi ceño se frunce ante sus palabras y, cuando quiero decir algo, un golpe fuerte me hace perder el equilibrio. Soy golpeada con lo que parece ser una piedra, pero, cuando mis ojos se abren, noto que se trata del mismo tipo que realizó los cortes en mi cuerpo. El sujeto con más tatuajes que piel en su cuerpo.

Un grito muere en el fondo de mi garganta cuando el sujeto desarma a Daen de dos golpes.

—Será mejor que alejemos estás cosas de los grandotes, no quiero ningún rasguño en las paredes —Amanda, toma las armas de Daen, junto a la mía mientras me coloco de pie. El estallido de dolor en mi pierna me dificulta el trabajo, sin embargo, no me doy por vencida—. La conversación será un tanto larga, ¿quieres acompañarme al salón?

—No —digo, el arma que Daen me había entregado aún estaba en mi hombro, lista para ser usada, sin embargo, necesitaba respuesta. Necesitaba una explicación que dejase todo en su lugar, y ella debía de dármela—. Quiero respuestas.

El sonido de un disparo llena la estancia, captando la atención de ambas. Los gruñidos por parte de Daen son los primeros en sonar y el cuerpo del tatuado cae inerte al suelo, su frente estaba adornada por una gruesa bala.

—Terminé con toda esta mierda —Daen escupe. Está golpeado, pero no se detiene cuando se dirige a Amanda. La larga mata de cabello de la castaña es sujetada por Daen, haciendo que esta suelte un grito—. Estoy tratando de controlarme tanto como puedo, Hel, pero meteré una bala en su cabeza antes de que la policía cruce esas puertas.

—¡Deberás matarme, Hel! —Exclama la castaña—. Deberás matarme porque no diré nada. No tendrás explicaciones. No obtendrás nada de mí.

Tomo el arma que está sobre mi hombro, apuntando hacía la mujer. Trago duro, sabiendo que no era lo correcto, sin embargo, mi dedo aprieta el gatillo y el grito de Amanda no tarda en hacerse presente en la estancia.

He disparado en su pierna, y ahora Daen es lo único que la mantiene sujeta.

—Empezarás a hablar —digo—, la próxima ira más arriba.

—¡Hazlo! —ríe a pesar del dolor—. Habré muerto con la satisfacción de haber acabado con toda tu familia. Serás como yo —dice, una larga lágrima rueda por su mejilla—. Te robé a tus padres, acabé con tu niñez... acabaré con el amor de tu vida.

>>Serás como yo. Ambas nos encontraremos muy pronto, mi querida, Hel.

Abro la boca para decir algo, sin embargo, ella es más rápida y toma un arma del pantalón de Daen y se dispara directo en la cabeza. Sangre se riega contra mi ropa, sin embargo, la escena es mucho más traumática de lo que pensé.

Daen dice algo que no logro entender y lo único que tengo en mi mente es a Amanda Petrov metiéndose una bala en la cabeza. El perfecto cabello castaño es cubierto de sangre cuando, al fin, Daen la deja caer.

—Y-yo...

—Sal de aquí, Hel —Daen dice—. Se acabó.

—No, no, no —dejo caer el arma al suelo, arrodillándome con rapidez junto a la mujer que había acabado con todas las personas que alguna vez importaron algo en mi vida. Sangre mancha mi cuerpo, sin embargo no me importa sujetar el inerte cuerpo de mi madre—. No estás muerta, necesito respuestas. ¡Maldita sea, abre los ojos!

—¡Daen, Hel! —Escucho la voz de Cabo, sin embargo toda mi atención está fija en Amanda. Ella necesitaba abrir los ojos y explicarme por qué había matado a tantas personas. ¿Por qué mató a los padres de Daen, a mi padre, Bertha... o el padre de Mila? ¡ella tenía que decirlo! —. Debes sacarla de aquí, la policía está viniendo y Jeff no puede arreglar todo solo.

—Hel, vamos —Daen tira de mi cuerpo, arrancándome del cuerpo de mi madre. Me dejo ir, asimilando que la mujer que tanto había añorado no era más que un monstruo—. Debemos irnos a casa.

—La parte trasera está limpia, Brent los está esperando con tu auto, Daen.

La mención del nombre de Brent llama mi atención, y es cuando observo a Cabo. El mueve sus labios, simulando un pequeño: "Se acabó, rusa."

—Brent... —musito—, debe estar preocupado —Mis ojos caen al rostro de Daen. Tiene varios cortes, sin embargo no parece adolorido—. ¿Vamos?

—Sí —dice—, debes deshacerte de esa ropa, en el auto tengo algo que puedes usar.

Quiero caminar, sin embargo Daen se agacha y me toma entre sus brazos, camina a paso rápido a través de la casa. No conozco el camino, pero mi sorpresa es mucha cuando noto como él se guía sin siquiera confundirse en un solo giro. El patio trasero da a la playa, y en ella veo la camioneta de Daen. Brent levanta su brazo, indicándonos que nos espera, pero el sonido de pasos detrás de nosotros, me alarma más de lo que debería.

Daen parece notarlo y, en menos de un parpadeo, me deja en el suelo. Bacardi está frente a mí, apuntándome con un arma, listo para disparar en mi contra. El Cataño a mí lado reacciona, y no tarde en sacar su pistola.

—Esperé tanto para esto —dice, en mi dirección—. Contigo fuera del juego puedo adueñarme de tu parte de Rusia, Hel, al fin tendré lo que merezco, lo que...

La lluvia de disparos cae sobre él. Cabo, a quien no había visto, entra en mi campo de visión, junto a él se encuentra Jeff quien también disparó en contra de Bacardi, sin embargo, el dolor estallando en mi estomago me hace soltar un quejido.

—D-Daen... —Varias maldiciones son soltadas en coro, pero toda la fuerza en mi cuerpo se elimina y me dejo caer al suelo. El dolor de mi pierna no solo se mantenía ahí, también había pasado a mi estomago, donde la sangre empezaba a salir. Duros y fuertes brazos tiran de mi cuerpo, y un suspiro se libera de mi pecho—. Esto duele como el jodido infierno —digo, sé que no debo reír, pero lo hago. El chaleco que estaba cubriendo mi torso está soltando algo viscoso, que, hasta cierto punto, me da asco—. Patearé el jodido trasero de quien me haya apuntado a mí.

—Eres una jodida mala actriz —Cabo se queja mientras Daen se deshace de la tela de la sudadera que llevaba encima. Suelta un risa, sintiendo la bala que había impactado contra mí.

—Los mataré —dice, pero una sonrisa está en sus labios—. Intentaron matar a mi novia, no estoy muy feliz con eso.

—Luego puedes quejarte, Daen —Jeff interviene—. Será mejor que salgan de aquí, puedo explicar el operativo, no a ustedes cuatro aquí —Cabo asiente, con dirección al hombre que, a pesar de no conocer mucho, nos había ayudado más que nadie—. Cuando todo termine, les daré noticias.

—Gracias, Jeff.

—Gracias a ti, Cabo —dice, apretando la mano del hombre de tez morena—. Y a ustedes. Si Hel no estuviera tan loca nada de esto hubiera pasado.

—Loca y todo —Daen dice, levantándose del suelo junto a mí—. Debemos irnos. Cualquier noticia, sabes dónde encontrarnos.

Jeff se despide de nosotros y nuevamente de Cabo, luego, con ayuda de los dos hombres que habían cuidado de mí casi toda mi vida, cruzamos el patio trasero de la enorme casa hasta llegar al auto, donde Brent nos espera.

Él está un poco golpeado, sin embargo, parece más allá de extasiado.

—¿Nos vamos?

—Sí —digo, sonriendo abiertamente—. Es hora de ir a casa, todo terminó.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro