Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

25.

Intagram: DenisseGBellamy

Twitter: DenisseGBellamy

¡Espero que les guste el capítulo! No se olviden de votar y comentar, no cuesta nada<3


~*~


—Daen... —Mi voz suena en un susurro, y él castaño no tarda en estar a mi lado. Las bolsas bajo sus ojos me hacen saber el poco tiempo que ha descansado. Me sentía mal al solo ver su estado.

Él no se había movido del hospital por mí.

—¿Qué está mal?

—Agua.

Había pasado un día desde que mis ojos se habían abierto, y él se mantenía ahí, negándose rotundamente a abandonar la habitación. Sus grandes dedos parecen torpes, pero se limita a llevar el vaso con agua frente a mis labios. Su ceño se frunce por un segundo, y el cansancio se hace aun más notable.

—¿Te sientes mejor? —La pregunta cae con rapidez, y la verdad era que no. Me sentía completamente del asco, el dolor vibraba en mi cuerpo; recordándome todo lo que había ocurrido, todo lo que había escuchado.

Niego con lentitud. Mi cuello ya no duele como antes, pero no lo fuerzo. Quería salir lo antes posible del hospital.

—¿Arman? —Sé que la pregunta es estúpida, pero necesitaba saberlo. Aun cuando fue capaz de dispararme, me preocupaba por él. Daen se tensa, y una fina línea se apodera de sus labios.

—Ese hijo de puta te disparó, Hel —Sisea, completamente enojado—. Si pudiera lo mataría con mis propias manos.

Agradezco el hecho de que la mascarilla había sido restirada, y mis pulmones estaban trabajando normalmente. Se me hacía más fácil el discutir con Daen, o al menos intentarlo.

—Espero que muriendo.

—Daen —Empiezo, y él niega con la cabeza. Sus manos se pasean por su cabellera, y sé que lo estoy sacando quicio—. Sus hijos... —Es la primera vez que hablo sobre lo último que escuché antes de perder el conocimiento—. Arman dijo algo sobre sus hijos.

—No quiero saber nada sobre la familia de Arman, Hel —Sus palabras son duras, y siento algo de decepción—. No pensaré con claridad hasta que ponga mis manos sobre ese hijo de puta y saque la mierda fuera de él.

>>La policía vendrá a hacerte unas preguntas, tendrás que decir que es un caso de secuestro normal. Dinero de por medio, hija del dueño de Petrov Avenue. Arman está en coma, y es probable que no sobreviva, así que todo estará bien.

Cambia el tema drásticamente, y lo único que puedo hacer es asentir. Arman aun seguía siendo parte de mi familia, pero tenía que aceptarlo. Él me hubiera matado si tuviera la oportunidad.

Y por mi estupidez casi la obtiene.

Quiero acercarme a Daen, pero el yeso en mi pierna, y en uno de mis brazos me lo impedía. Tenía varios huesos rotos a causa del accidente, eso sin contar el problema en mi cerebro.

Al parecer, fragmentos de la bala que mi madre había insertado en él hicieron algo más de daño, pero, según los médicos, ahora me encontraba bien.

—Tengo frío.

Mi voz suena necesitada, y así es como me siento. Daen elimina todo rastro de tensión en su cuerpo y se acerca a mí. No podía subir a mi cama, según indicaciones de la enfermera, pero no parece importarnos a ninguno de los dos.

La cama era amplia, y él no duda en colocarse junto a mí, evitando todos los cables que se conectaban en mi cuerpo. Su fuerte brazo se desliza sobre mi cabeza con cuidado de no tocarme, y con eso soy feliz.

—Descansa. —Musita, presionando sus labios contra mi frente, pero estoy demasiado despierta para eso. No quería dormir más. Quería estar junto a él. Sus dedos están calientes cuando se cuelan bajo la bata de hospital.

Ambos somos consientes de ello, pero Daen no intenta nada. Sus dedos únicamente se deslizan hacia arriba, dejándolos sobre mi cadera. Mi frente se apoya sobre su cuerpo, y puedo la tranquilidad deslizándose en mi cuerpo.

—Tenía miedo —La sinceridad se apodera de mi cuerpo—. Por un momento creí que me reuniría con mi padre. Lo vi —Daen se remueve un poco, pero no levanto la mirada, quería quedarme ahí—. Dijo que estaba orgulloso de mí, pero que aun no era el momento para reunirnos.

Levanto la mirada, observando el azul intenso que rodeaba sus ojos.

>>Dijo que aun tenía que joder el culo de un tatuado que aprecia mucho.

Una sonrisa tira de sus labios, y acepto gustosa el beso que presiona contra los míos. Daen es suave, mucho más de lo que deseo, pero no me quejo.

Estaba dolorida y recuperándome de una operación en mis pulmones. Al parecer, el impacto del auto logró romper una de mis costillas y esta hizo una pequeña fisura en mi pulmón derecho.

Era el claro ejemplo de una mujer inservible, por el momento.

Puedes ser mi grano en el culo todo el tiempo que quieras, Hel. —Una sonrisa perezosa tira de mis labios y, con sumo cuidado, me arrastro un poco más hacía él. La enfermera no vendría hasta pasado la media noche, y Daen no dudaría en gruñirle como perro si ella solo llegaba a mirarlo.

Al parecer él se cuidaba completamente solo.

El sueño viene a mí como si de un camión cargado se tratase y, cuando me doy cuenta, estoy soñando con muerte y persecuciones.

***

—¿Por qué tengo que hacerlo? —Mi garganta ya no está reseca, y lo único que puedo hacer es fruncir el ceño en dirección a Daen—. Nunca he pintado mi cabello, Daen.

—No quiero a nadie detrás de nosotros —Indica, dejando la bolsa que había traído consigo. Es una bolsa se papel, pero sé que en el interior hay tinte para el cabello—. Quiero mantenerte segura, Hel, sin ningún error esta vez.

¡No quería hacerlo!

—¿Y tener el cabello de otro color ayudará a eso? —Me quejo. Siento dolor en mi espalda y en mis extremidades—. Daen... ¿Eso servirá?

Sabe que me estoy dando por vencida cuando una sonrisa se desliza en sus labios. Amaba mi cabello tal y como estaba, no quería cambiarlo.

—Podrás deshacerlo cuando quieras —Indica. Se acerca a mí con rapidez y sus ojos están sobre los míos cuando levanto la mirada. La cicatriz que adorna su cuello está ante mi vista, y no dudo al levantar mi brazo sano y pasear mis dedos por ella. Ya no se retiraba o se alejaba. Solo se tensaba, pero no decía nada—. ¿Por favor?

—Es estúpido discutir contigo cuando me miras así —Casi gruño, y él parece divertido—. No podré hacerlo yo sola.

No me podía mover de la cama aun, sólo podía hacerlo con ayuda, y únicamente cuando se trataba de hacer mis necesidades, y el castaño estaba al tanto de ello.

—Yo puedo ayudarte —Indica, mi ceño se frunce. Era la primera vez que un hombre hablaba sobre teñirse el cabello—. Mi cabello no es castaño, Hel —Sonríe, pero no llega a sus ojos. ¿Por qué continuaba escondiéndome cosas?

>>Mi vida no fue fácil, pelirroja, hubo muchas veces en las que tuve que recurrir a un tinte de cabello.

Mis labios forman un "o", y él se inclina para besarme.

—Cuando salgamos de aquí, juro que te haré el amor hasta que dejes de dudar, o hasta que no puedas caminar; cualquiera de las dos sirve.

Mis mejillas arden, y él no duda en reírse en mi cara. Tal vez nunca me acostumbraría a la forma de hablar de Daen, pero también sabía que amaba todo de él. Y eso incluía sus impertinentes palabras.

—¿Cuándo podremos irnos de aquí? —Cambio de tema con rapidez, y Daen parece notarlo—. Odio los hospitales...

—No lo sé —Se sienta a los pies de la cama, posando su gran manos en mi pierna, aun con la sabana de por medio, siento el escalofrío recorrer mi cuerpo. Aun no me acostumbraba a eso—. El médico dijo que necesitas continuar aquí, y no me voy a oponer. Tu cerebro puede presentar problemas si no te mantienen completamente vigilada.

—Llevo dos semanas aquí —Indico, sintiéndome agotada de un momento a otro—. Solo quiero estar en una cama y olvidarme de lo que pasó.

Los policías ya habían venido, y Daen nunca se alejó de mí. En realidad, su altura y la impresión que daba, no permitió que los dos hombres se metieran con él.

—Sabes que esto no se acabó, ¿cierto? —Su ceño se frunce, y de inmediato sé a lo que se refiere. Killer. Él seguía con vida y no dudaría en hacerme daño.

—Lo sé —murmuro—. ¿Averiguaste algo?

Su negativa solo hace que mi corazón se hunda un poco más. Ojos azules me observan con atención, y no duda en decir: —¿Por qué te preocupa? Él intentó matarte.

—Esos niños no tienen la culpa —Indico. Sabía que Daen estaba haciendo todo lo posible para saber más sobre la familia de Arman, pero el hombre que cuidó por años de mí, los había escondido muy bien—. No tomó la mejor decisión, pero puedo entenderlo.

>>No dudé cuando a ti se refirió, Daen. Aquel día solo pensé en mantenerte a salvo. Sí, tal vez sufriría una muerte dolorosa, pero valdría la pena si estabas con vida.

—Tampoco dudé cuando vi a tu madre apuntándote con un arma —Está más cerca de mí, tomando mi barbilla entre sus manos mientras penetra mis ojos con los suyos—. Siempre desee que aquella bala atravesara mi cerebro en lugar del tuyo.

Sus labios se presionan contra los míos, y con lentitud me obliga a darle paso a mi interior. Es suave, tierno, y tengo ganas de acercarme más a él, pero un gemido de dolor se escapa de mi parte cuando siento un leve pinchazo en mi abdomen.

Aun dolía como la mierda.

Daen se inclina sobre mí, obligándome a recostarme en la cama. De un momento a otra sus ojos brillan con fuerza, y siento un estremecimiento de anticipación recorrer mi espina dorsal.

—Cásate conmigo. —Mis ojos se abren, y soy capaz de escuchar el latido desbocado de mi corazón. Daen está casi sobre mí, observándome con atención mientras espera una respuesta.

Y sé que la duda no aborda mi cabeza.

—Si —Sé que no ha preguntado. Daen lo da por sentado, pero cuando hablo, sus labios tiran en una sonrisa, y no pierde el tiempo en presionar sus labios contra los míos—. ¿Estamos locos?

—Tanto como para hacerlo —Una sonrisa tira de mis labios, y no dudo cuando me acerco un poco más a él y lo beso con fuerza. Mi lengua se enreda con la suya, pero somos interrumpidos por un sonido en la puerta—. ¿Quién?

—Cabo —La puerta se abre sin siquiera esperar la orden, y puedo notar el ceño fruncido del hombre de tez morena—. Tenemos que sacar a Hel de aquí.

¿Qué?

—¿Qué? —Daen suelta, levantándose de un salto. Noto el bulto en sus pantalones. Su arma está ahí, escondida de ojos inocentes—. ¿Qué ocurre?

—Una de las enfermeras —dice, observándome de reojo—. Está usando botas y se pasea cada cierto tiempo frente a la puerta ¿qué crees que puede ocurrir con eso?

—¿Cómo es? —La atención de los dos hombres cae sobre mí, y arqueo la ceja hacia ellos. ¿Habían olvidado que estaba aquí, justo detrás de ellos?

—Cabello castaño, ojos grises... —Su mano se mueve y señala hasta su hombro—. De esta altura.

Cabello castaño.

El recuerdo de la mujer en el barco viene a mi mente y, por algún motivo, siento que es ella.

—Cuando fui con Yerik había una mujer ahí —Los observo—. Tenía el cabello castaño, pero no pude verla mejor porque aquel hombre me golpeo. Tenía acento australiano.

>>Y al parecer yo era el blanco para su odio.

—Soluciónalo —Daen ladra, pasándose la mano por el cabello—. No me interesa lo que hagas, pero los únicos que cruzarán esa puerta serán la enfermera y el médico de Hel.

>>No me interesa meter una bala en medio de los ojos de otra persona, sabes eso.

Sé que lo dice en serio. Tan en serio que puedo notar la tensión de su cuerpo llenar la habitación. Tal y como mi padre había dicho: Daen se encargaría de mantenerme a salvo, aun cuando con eso su vida peligrara.

Pero ahí entraba yo.

Tampoco iba a dejar que algo pasará con él. Preferiría estar muerta antes de que alguien lograra hacerle daño.

Las cosas solo parecían ponerse más difíciles, y era cuando todo podría salir mal.

Cabo abandona la habitación luego de captar la orden de Daen, y la tensión pasa a mi cuerpo. Ojos azules están sobre los míos, y me siento segura.

Me siento segura con Daen cuidando de mí.

Estarán muertos antes de ponerte un dedo encima, Hel.

GgwNt{}YN

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro