Un castaño estaba entre quejidos tratando de apagar la alarma de su habitación. Era hora de levantarse, pero lo único que él quería era seguir durmiendo en su cama. Alcanzó su celular y apagó la dichosa y ruidosa alarma.

El castaño se estiró y se quedó boca arriba pensando en por qué se esforzaba en hacer lo mismo todos los días. Por qué mejor no se quedaba en casa y dejaba que lo despidieran. Ah claro, porque no tiene ningún otro ingreso más que el de su trabajo.

Perezosamente se incorporó en su cama y caminó hasta el armario, tenía tiempo de sobra para prepararse y comer algo antes de salir. Se vistió y cogió un poco de cereal en un tazón para comer.

Al sentarse en una de las sillas de su comedor miro todo su departamento, lo cual no era mucho, pues vivía en un pequeño cuarto donde la sala era la cocina y el comedor al mismo tiempo, donde solo había un cuarto y un baño, con las paredes un poco mojadas y deterioradas, el moho era algo que nunca dejaría de atormentar lo. Era poco y deteriorado, pero, era para lo único que le había alcanzado.

Suspiro y dejo todo en el lavado para poder salir. Se colocó sus zapatos converse viejos y su chaqueta de denim.

Busan era su lugar de nacimiento, le gustaba sentir el aire salado que rodeaba su hogar. La gente en esa zona no era mala, al contrario cada que lo veían le regalaban una sonrisa y un saludo lleno de energía.

A lo lejos divisó el local donde trabajaba, una cafetería algo pequeña donde solo trabajaba una chica y él. El dueño estaba a las afueras y al verlo le hizo una seña para que se acercara rápido.

- Llegas tarde, Park - suspiro cansado y sacó la llave de su bolsillo. Abrió el local y dejó que el mayor entrara. Colocó el cartel de abierto y se posicionó detrás del bar, su lugar de trabajo.

- Llego justo a tiempo, exactamente a las siete con cinco - apuntó el reloj de pared que estaba frente a él a un lado de la entrada.

- Tarde, tienes que estar aquí a las siete y punto para abrir y tener todo listo a las siete y cinco - Reviso los estantes para ver que ingredientes faltaban y así mandar a su compañera a por ellos - ¿Y dónde está Taeyeon?

Miro hacia la entrada donde una menuda chica rubia entraba con su mirada preocupada y sudor en su rostro - Lo siento, se me hizo tarde - hizo una reverencia hacia su jefe y miró a JiMin quien le hizo una seña de "tranquila".

- ¿Es que acaso aquí no hay trabajadores dedicados? Ambos son unos holgazanes impuntuales...

El hombre comenzó a caminar en círculos mientras hablaba y movía las manos en el aire. La chica estaba preocupada, pues su jefe estaba mucho más histérico que de costumbre. Por otro lado JiMin se mantenía sereno y de vez en cuando rodaba los ojos o imitaba a su jefe. Sí, así es el castaño. Alguien que ya estaba acostumbrado al drama que hacía su jefe.

- La próxima vez los despediré si llegan tarde, ¿entendieron? - ambos asintieron y esperaron a que el hombre obeso abandonara el local.

- Dios, pensé que nunca se iría - el castaño se giró y acomodó todo lo que estaba haciendo de inventario.

- Seguramente discutió con la señora Lim - la rubia se puso su delantal y empezó a acomodar las mesas y limpiarlas. JiMin se unió para tener todo listo.

Encendió el televisor y justo el canal de noticias estaba pasando.

*Un nuevo asesinato ocurrió hoy en Jung-Dong y no se trata de nada más y nada menos que el hijo del empresario Lee, el joven Lee HongTae, en el cuerpo del joven se encontraba la misma marca que en los accidentes ocurridos anteriormente, en el tórax de este se encontraba una J K escrita a puñaladas. Algo muy terrorífico de ver..."

- Me da miedo - quito su mirada de la pantalla - cada que salgo tengo miedo de encontrarme con ese maniático.

- ¿No te parece extraño que solo haya comedido estos acontecimientos con gente importante? - JiMin siguió limpiando la mesa, pensando que tal vez había un trasfondo en los sucesos de Busan. Sea lo que sea el apodado "Killer JK" ha logrado plantar el miedo en su ciudad.

Por otro lado un chico con una sonrisa dejó su cuchillo y máscara en la mesa, mientras que el otro solo se deshizo de sus armas y máscara con un semblante serio y casi aburrido. Sus rostros habían sido bañado en la sangre de ese idiota que hizo que su trabajo fuera muy aburrido.

- Sus gritos fueron muy aburridos, pero aún así me hizo mucha gracia el cómo suplicaba por su vida - Se sentó en su silla y dio giros en esta con el cuerpo recostado. El castaño sólo miraba a su compañero con una mirada penetrante.

- Casi haces que nos atrapen - lo paró y se colocó frente a él mientras tomaba las agarraderas de la silla.

- Sí, pero los cortes que hiciste en su tórax con tus iniciales fue tan limpio que me impresionó.

- No solo son mis iniciales, también está la tuya, Kim - el susodicho se paró y sujeto el torso del contrario.

- Lo sé, Jeon - Con cautela unió sus labios a los del contrario quien le correspondió. A ellos no les importaba estar bañados en sangre, porque eso solo lo hacía mucho más excitante.

De pronto la puerta se abrió de golpe haciendo que ambos se separarán.

- Odio cuando se están comiendo la boca - un chico de piel pálida tomó asiento en la silla que estaba en la habitación de esos dos.

- Y yo odio que entres sin tocar la puerta, Min - el chico de cabello ondulado depósito un corto beso en el castaño para luego acercarse a sus cosas.

- Entonces el odio es mutuo, TaeHyung - Se cruzó de brazos para mirar al castaño quien aún tenía su semblante serio - Buen trabajo, JK - el mencionado se giró y una sonrisa despiadada se asomó por sus labios - Eres un asesino sin hígado.

- El mejor que tienes bajo tu cargo - le dijo y pasó el trapo que tenía en su bolsillo sobre el cuchillo que había utilizado.

¡El primer capítulo!

Espero que les haya gustado el comienzo, más adelante conocerán más de los personajes, pero tengo una pregunta.

¿Qué esperan de esta historia?

I Purple U 💜

🦋💙🖤