Capítulo 7
Skylar
Cuando llegué a mi casa mi padre estaba sentado en la mesa tomando un vaso de leche.
—Papá —saludé al hombre dejando un beso en su mejilla.
Mi padre me dio una sonrisa y con una despedida se dirigió a su habitación. Me aseguré de que estuviera dormido por completo y fui a su oficina improvisada para buscar lo que necesitaba. Rápidamente, revisé el teléfono de Wyatt tratando de no dejar huellas, pero no había nada sospechoso. Una vez con el pequeño folleto en manos pude ir a mi habitación.
—Te venceré, Killer —dije antes de extender la nota en mi escritorio junto al folleto y mi libreta.
Si mi cerebro no fallaba, eso era código morse, papá me había enseñado un poco de este hace muchos años, pero ahora no lo recordaba con facilidad. Escribí las coordenadas y extendí el folleto, viendo los puntos y líneas pude buscar en el folleto de qué se trataba. Escribía con el lápiz cada una de las letras y al ver el resultado solo pude enfurecerme con Killer.
Los tres eran rubios, eran los chicos del taller de arte, rápidamente fui en busca del cronograma que nos dieron el primer día de clases. El día de mañana era la entrega de los trabajos del taller de arte, si bien no sabía quién sería él o la encargada de dejar los trabajos en un lugar específico para que luego el profesor los revisara, mañana llamaría a Kira. Claro estaba que ella era miembro del taller de arte, pero Killer no la puso como posible víctima.
Ahora con mi mente un poco despejada, sabiendo que Killer no podría asesinar a ninguno y satisfecha en que ahora tenía un sospechoso para quién sería Killer, esperaba que mis conjeturas no fueran incorrectas porque verdaderamente quería atrapar a Killer.
(...)
Estaba desayunando junto a mis padres mientras le escribía un mensaje a Kira para poder saber quién sería la persona encargada de entregar todas las obras. Mis padres comían en silencio, uno muy incómodo para ser sinceros.
Skylar
Hola, Ki ¿sabes quién entregará los trabajos del taller de arte?
Kira
Hola, Sky. Sí, los entregará Summer.
Skylar
Muchas gracias, Ki. Adiós, te veo luego.
Dejé mi celular con una sonrisa de satisfacción, Summer no moriría y yo posiblemente encontraría a Killer.
—¿Cómo vas con el caso, amor? —le preguntó mi madre a mi padre logrando así romper el incómodo silencio.
—Mal, el asesino nos la pone difícil, se encarga de cubrir cada una de sus huellas —respondió mi progenitor.
Killer estaba haciendo que mi padre pierda la cabeza, podía verlo por la forma en la que él revolvía su cabello con frustración. No te preocupes, padre, me encargaré de entregarte a Killer una vez que lo descubra.
—Magnus —sonó la voz del oficial Patrick, uno de los pocos amigos de mi padre —, creo que deberías de venir al centro de rehabilitación Woxprey —exclamó su voz mediante la radio —. Hubo un asesinato, creo que conoces al muchacho.
Malcom, podría ser Malcom.
Me puse de pie rápidamente y al ver a mi padre mirarme con una ligera pizca de tristeza, yo me negaba a creer que Malcom estaba muerto, podría ser cualquiera. Casi todos en la ciudad se conocían, así que podría ser cualquier otro, no necesariamente tenía que ser mi Malcom, no podía ser mi mejor amigo.
—Vamos —demandé extendiéndole las llaves de su patrulla.
—Sky, no creo que... —comenzó a decir mi padre, pero lo interrumpí.
—No me importa, padre —contesté —. Mi mejor amigo no puede estar muerto, así que iremos para yo poder comprobar que Malcom está bien.
No me importaba estar en pijama, emprendí camino hacia la patrulla con mi padre siguiendo mis pasos. Sabía que él estaba arrepintiéndose de dejarme ir, él creía que era Malcom, pero yo estaba segura de que no. Mi rubio era inteligente, si Killer hubiese querido atacarlo, él se habría defendido hasta vencer.
Todo el camino hacia Woxprey me la pasé pensando en mi amigo y evadiendo las miradas lastimeras que mi padre me daba a cada minuto que nos acercábamos más al establecimiento.
Cuando estuvimos fuera del lugar todo era un caos, gente corría huyendo del sitio, policías cercaban el paso y les negaban la entrada a los demás curiosos. Bajé junto a mi padre y no me importó sus llamados, fui corriendo hacia la "celda" de Malcom. Mi corazón latía rápidamente, todo indicaba que la habitación de mi mejor amigo estaba involucrada.
—¡No! —grité al ver el cuerpo de mi amigo.
Mi pecho se encogía, mis lágrimas caían a cántaros, mis piernas flaqueaban al ver el cuerpo lastimado de mi mejor amigo. Él no podía estar muerto, mi Malcom Blake no podía estar muerto.
—Por favor, no —pedía entre llantos, mientras me iba acercando un poco más a la escena arrastrándome.
Los policías me negaron el paso, pero no podía pensar con claridad en ese momento, así que me removí logrando zafarme de su agarre para poder acercarme un poco más. No entré a la parte cercada, aunque estaba fuera de mis cabales, mi cerebro funcionaba un poco aún, si Killer dejó alguna pista los oficiales se encargarían de encontrarla. Tal y como lo pensé, mi mejor amigo había luchado con Killer, sus nudillos presentaban pequeños cortes.
—Lo siento tanto —le susurré observándolo desde la distancia —. No debí de meterte en todo esto.
Mi padre ya estaba a mi lado abrazándome, permitiéndome desmoronarme.
Killer había dejado claro que Malcom era uno de los daños colaterales de este juego. La palabra Killer escrita con sangre de la rota cabeza de mi rubio amigo estaba impregnada en la pared.
Killer había vuelto esto cada vez más personal, ahora estaba lista para matarlo una vez que lo encontrara. Él pagaría por lo que le hizo a mi mejor amigo. Secando mis lágrimas con rudeza, me dispuse a mantenerme fuerte para poder salvar a Summer y poder hacer que K pagara. Le di una última mirada a mi mejor amigo.
—Que nos volvamos a ver, pequeño loco —susurré mirando el cadáver —. Te amo, mejor amigo.
Salí del lugar con la mirada borrosa y la cabeza revuelta.
Killer
Malcom Blake estaba en la lista de las personas a las que mataría. Desde el día que vi su rostro solo pude pensar en que era un estúpido drogadicto, y ahora el peón en este tablero se volvía un estorbo.
El rubio, a pesar de ser un inútil, era inteligente. Malcom Blake había descubierto quién era yo y se encargó de mandar a alguien a matarme, claro está que no perdió la oportunidad de dejarme una nota antes de que el inepto enfermero intentara asesinarme con una jeringa llena de veneno.
Luego de leer ese mensaje que el chico había dejado en mi cuarto, me di vuelta para encontrarme con un flacucho enfermero con poca fuerza, así que fue fácil derribarlo e inyectar el veneno en su cuello viendo como gritaba al sentir como su interior quemaba.
—Me las pagarás, Malcom Blake —dije antes de darme media vuelta y colocarme cada una de mis herramientas para poder ocultar mi rastro.
Me acerqué al hombre que agonizaba y con un jarrón de porcelana le di en la cabeza haciendo que muriera. Me tomé el trabajo de salir en la oscuridad y el frío de la madrugada a esconder el cadáver, no quería que los demás vieran que he matado a dos personas en un día, porque si bien no dejaría mi pista para Skylar, mataría de todas formas al rubio. Al fin y al cabo, este juego estaba a punto de terminar.
Aunque Malcom fuera inteligente, yo lo era más, sabía que él podría descubrirme. De todas maneras, le había dejado pistas de quién era yo. Así que desde muy temprano me di la tarea de poner un somnífero de función tardía en su bebida de medianoche, claro que nadie me había visto, yo era muy cuidadoso, pero sabía que el chico intentaría asesinarme. Él era inteligente, sin embargo, era muy impulsivo, más si su amada Skylar estaba en riesgo.
(...)
—Me imaginaba que vendrías —dijo una vez que entré a su oscura habitación.
Se dio la vuelta y en su mano portaba un cuchillo.
—Imaginé que matarías al enfermero, pero no me matarás sin que yo pueda luchar
Di una sonrisa torcida por su tenacidad, era de aceptar que el chico era valiente.
—Lo esperaba —contesté antes de acercarme a atacar al chico, tendríamos mucho tiempo y él podría hacer el ruido que quisiera, porque todos los demás estaban dormidos, me había encargado de que solo fuéramos él y yo.
El rubio daba estocadas intentando cortarme, con un tubo en mi mano me dispuse a defenderme. Malcom logró hacer un corte en mi mejilla, miré al hombre con furia. Con mi arma me encargué de golpear su brazo hasta el punto de doblarlo. Haciendo que su cuchillo cayera al piso logrando hacer que jadee de dolor.
—No debiste meter tu tonta nariz en mis asuntos —espeté, para luego golpear su costado con el tubo.
El chico no se rindió y aunque no tuviera un arma, el rubio se posicionó, listo para pelear con sus puños, a pesar de su adolorido costado junto a su brazo. Lanzó el primer golpe a mi estómago haciendo que mi aliento se fuera por unos minutos, aprovechando para comenzar a repartir golpes que intenté evadir, pero fueron imposibles de esquivar. Cuando logré recomponerme, empujé a Malcom haciendo que este se alejara unos metros de mí. El rubio miró el tubo en mi mano mientras todo su cuerpo se balanceaba de un lado para otro.
El somnífero estaba haciendo efecto.
—¿Qué me hiciste? —preguntó ferozmente.
—Lo que tenía que hacer —contesté.
—Ojalá nunca hubieses venido a la ciudad —espetó mirándome, mientras su cuerpo caía al suelo.
Antes de que durmiera me acerqué a golpearlo un sin fin de veces con mi arma, haciendo que su cuerpo rebotara en el duro piso. Sangre corría, su boca emanaba un gran chorro de sangre y sus ojos miraban todo perdido. Lo miré y dando el golpe final con el tubo en su cabeza, lo asesiné inmediatamente. Con su sangre escribí el nombre de Killer y llevándome el cuchillo con el que logró herirme, salí del lugar.
Skylar
Llegué corriendo al instituto encontrándome a Summer caminando con las obras al salón de profesores.
—¡Summer! —grité su nombre haciéndola sobresaltar y detener su paso.
Dije algo apresuradamente haciendo que la chica solo mirara mi arma cargada en mi mano.
—El asesino está aquí —dije apresuradamente —. Dale esto a mi padre si no aparezco en la comisaría hasta las tres. —La chica tomó la nota que le di, y aunque no quiso dejarme, terminó aceptando mi orden.
Con el arma lista para disparar, me acerqué hasta el salón de profesores. Killer no había llegado aún al parecer, así que antes de que él llegara decidí entrar y esperarlo lista para asesinarlo, por lo que le hizo a Malcom. Me acerqué poco a poco con el arma en mano, mis pasos eran lo más sigiloso posibles, tratando que, si por alguna razón, Killer estuviera en el lugar, pensara que hui junto a Summer. Al entrar estaba vació, así que decidí esperar en el centro del lugar con el arma apuntando a la puerta, dispararía apenas esa puerta se abriera. Apuntaría a una pierna esperando que, si es mi padre, no muera. Cuando escuché un sonido tras de mí no me dio tiempo de reaccionar cuando sentí que mi cabeza fue golpeada fuertemente con algo, haciendo que todo se volviera negro a mi alrededor.
—Hola, Skylar —dijo una voz entre la oscuridad, apenas desperté logrando así ver a Killer.
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