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twenty. where destiny is born

O2O | WHERE DESTINY IS BORN

El bullicio matutino del restaurante apenas comenzaba a cobrar vida. La luz suave del amanecer se filtraba por los amplios ventanales, iluminando la cocina con un resplandor cálido que contrastaba con el frío acero de los utensilios y electrodomésticos. Hyejin estaba moviéndose con la destreza y precisión de alguien que dominaba cada rincón de ese espacio. Había comenzado temprano, como siempre, preparando los primeros pedidos del día.

Su concentración era absoluta. Tenía entre manos un plato delicado, que requería de su total atención. A su lado, uno de sus cocineros, un joven enérgico llamado Jiho, estaba enfrascado en otra tarea, cortando vegetales con la misma diligencia que ella. Había una calma familiar en el ambiente, una rutina que ambos conocían bien.

De repente, una sensación incómoda comenzó a escalar en el estómago de Hyejin, como si algo pesado y extraño estuviera tomando forma dentro de ella. Al principio, pensó que era simplemente hambre o cansancio acumulado, pero la sensación se volvió más intensa, transformándose en náuseas que subieron rápidamente hasta su garganta. Instintivamente, apoyó una mano en la encimera para estabilizarse, cerrando los ojos con fuerza mientras su respiración se volvía irregular.

Jiho notó de inmediato su cambio.

—¿Todo bien, jefa? —preguntó, deteniendo el movimiento de su cuchillo y girando hacia ella con preocupación evidente.

Hyejin asintió rápidamente, levantando una mano en un intento de tranquilizarlo.

—Estoy bien, solo... Un mareo pasajero —respondió, aunque la tensión en su voz la traicionó.

Pero no estaba bien. Lo sabía. El malestar no disminuía, y por más que intentaba luchar contra él, su cuerpo la traicionó.

Dejando el cuchillo en la tabla de cortar, Hyejin se giró de golpe y corrió hacia el área del lavaplatos. Apenas alcanzó a inclinarse sobre el fregadero antes de vomitar, su cuerpo sacudiéndose con cada arcada.

Jiho no tardó en seguirla. Dejó sus utensilios y se acercó rápidamente, observándola con genuina preocupación. Sin decir una palabra, tomó su cabello con delicadeza, apartándolo de su rostro para que estuviera más cómoda.

—Respira hondo, Hyejin. Tómate tu tiempo.

La aludida asintió débilmente, agradecida por el gesto, aunque apenas podía pensar con claridad. Cuando finalmente su cuerpo dejó de temblar, se enderezó lentamente, apoyando una mano en el borde del fregadero mientras respiraba profundamente para calmarse. Su frente estaba cubierta de sudor frío, y su piel tenía un matiz pálido.

—Gracias, Jiho —murmuró, esforzándose por recuperar la compostura.

—¿Estás segura de que estás bien? Parecías... Bastante mal. Quizás deberías descansar un poco —sugirió, su voz cargada de preocupación.

—No, estoy bien. Solo fue algo que comí, probablemente —dijo, forzando una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

Pero mientras decía esas palabras, su mente ya comenzaba a trabajar, buscando una respuesta a su malestar. Todo lo que había comido esa mañana estaba fresco... ¿Habrá sido algo de la cena de anoche? Pero por más que repasaba mentalmente cada comida reciente, no encontraba una explicación lógica. Todo parecía haber sido perfectamente normal.

Y entonces, un pensamiento fugaz cruzó su mente, tan inesperado que la hizo quedarse inmóvil por un instante. ¿Podría estar embarazada? La idea la golpeó con una fuerza sorprendente, y su mente comenzó a girar en espiral.

No. Eso es imposible. Junho y ella habían usado protección... Bueno, la mayoría de las veces usaron protección.

Hyejin respiró profundamente, tratando de calmar el torbellino en su interior. No era el momento para perder la cabeza. Pero, a pesar de sus intentos por mantenerse racional, la idea de un posible embarazo se aferraba a ella, como una sombra persistente.

Sin embargo, el nerviosismo que sentía no venía de la incertidumbre sobre cómo lidiar con la noticia. Junho y ella habían hablado de formar una familia algún día. Era algo que ambos deseaban profundamente. Pero este no era el momento adecuado. No cuando estaban en medio de tantas cosas, especialmente con lo que ambos sabían sobre los juegos y la isla. Sus prioridades estaban en otro lugar, y un embarazo ahora complicaría todo.

Hyejin intentó descartar la posibilidad, repitiéndose que debía ser solo un malestar pasajero, algo trivial. Pero no podía evitar que su corazón latiera con fuerza ante la incertidumbre.

—Jefa, ¿segura que no quiere que llame a alguien para que la reemplace? —Jiho insistió, interrumpiendo sus pensamientos.

Hyejin lo miró y negó con la cabeza.

—Estoy bien, de verdad. Solo fue un susto. No te preocupes —respondió, tratando de sonar convincente.

Aunque Jiho no parecía del todo convencido, decidió no insistir más y regresó a su estación. Hyejin, mientras tanto, se quedó en silencio, mirando el agua que corría por el fregadero, perdida en sus pensamientos. Cada vez era más difícil ignorar la posibilidad que había descartado al principio.

Finalmente, se limpió el rostro con una servilleta y volvió a su puesto. Sus manos seguían temblando ligeramente mientras retomaba el cuchillo, pero su mente estaba en otro lugar. La cocina continuaba funcionando a su alrededor, con el ruido de los sartenes y las órdenes que entraban, pero Hyejin apenas lo notaba. Su mundo estaba reducido a un solo pensamiento: ¿Y si realmente estaba embarazada?

Y aunque intentaba convencerse de que no era posible, algo en su corazón le decía que debía prepararse para la verdad, cualquiera que esta fuera.

















































🦑♥️🚨









































La patrulla policial estaba estacionada al borde de una avenida relativamente tranquila. Junho miraba al frente, pero su mente estaba lejos de aquella calle. Con una mano apoyada en el volante y la otra sosteniendo un café que ya se había enfriado, sus pensamientos volvían, como siempre, a la isla. Había pasado tanto tiempo, y aún no lograba obtener ni una sola pista sólida. Era como si aquel lugar se hubiera desvanecido en el aire, llevándose consigo todas las pruebas y respuestas que él necesitaba para cerrar aquel capítulo de su vida.

—Señor, ¿está bien? —preguntó la voz de su aprendiz, un joven de ojos vivaces pero llenos de inseguridad, que se sentaba junto a él.

Junho parpadeó, regresando abruptamente al presente. Asintió con una sonrisa breve pero tensa.

—Sí, estoy bien.

El aprendiz no insistió, pero era evidente que había notado algo. Antes de que el silencio pudiera alargarse demasiado, un auto pasó frente a ellos a una velocidad mucho mayor de lo permitido, dejando tras de sí un destello de luces traseras.

—¡Ese auto iba demasiado rápido! —exclamó el aprendiz, señalando hacia la carretera.

Junho reaccionó al instante, dejando su café a un lado y encendiendo las luces de la patrulla. Apretó el botón del altavoz mientras aceleraba detrás del vehículo infractor.

Matrícula 2071, deténgase a un lado. Matrícula 2071, deténgase inmediatamente.

El auto redujo la velocidad poco a poco hasta detenerse en el arcén. Junho apagó las sirenas y estacionó el coche detrás de él. Miró al aprendiz, quien ahora parecía algo tenso.

—Tu pon la multa —habló Junho, haciendo un gesto hacia el auto frente a ellos.

—¿Yo, señor?

—Sí, tú. Necesitas practicar esto, y esta es una buena oportunidad.

—Pero, ¿Y si... Qué pasa si...? —el aprendiz balbuceaba, su nerviosismo creciendo con cada palabra.

—Escucha, lo más probable es que solo intente justificar su velocidad o rogar que lo dejemos ir. No le hagas caso, pero tampoco seas demasiado duro. Sé amable, firme y profesional. ¿Entendido?

—Está bien, señor —el joven murmuró, suspirando levemente.

Junho lo observó mientras el aprendiz abría la puerta de la patrulla y avanzaba hacia el auto detenido. Aunque su expresión mostraba inseguridad, había determinación en su andar. Junho permaneció detrás, atento pero permitiendo que su aprendiz tuviera el control de la situación.

—Buenas noches, señor —escuchó que decía el aprendiz con voz firme pero educada—. ¿Sabe por qué lo detuvimos?

Junho sonrió para sí mismo al escuchar cómo el joven intentaba mantener el tono profesional que él mismo le había enseñado. Desde la patrulla, vigilaba la interacción con calma, preparado para intervenir si era necesario. Sin embargo, no podía evitar que su mente divagara de nuevo.

Mientras el aprendiz seguía lidiando con el conductor, Junho se permitió un momento para reflexionar. ¿Era esta su vida ahora? Perseguir a conductores imprudentes, entrenar a novatos y tratar de sofocar la frustración que hervía dentro de él.

De repente, el sonido de un auto volviendo a partir lo sacó de sus pensamientos. Junho se asomó por la ventana, viendo que el conductor al que acababan de detener había partido rápidamente después de recibir la multa. La situación parecía haberse resuelto de manera demasiado sencilla para su gusto. Algo no cuadraba, y esa sensación lo estaba inquietando.

Junho echó un vistazo al aprendiz, que parecía orgulloso pero un poco desconcertado. Decidió romper el silencio.

—Oye, eso fue muy rápido —comentó, arqueando una ceja mientras estudiaba la expresión de su compañero—. ¿Salió todo bien?

El aprendiz asintió con rapidez, aunque había una pequeña vacilación en su respuesta.

—Sí, todo bien. Le entregué la multa y él simplemente la tomó, firmó y se fue. Pero no dijo ni una palabra.

—¿No dijo nada? —cuestionó, frunciendo levemente el ceño—. ¿Ni una queja, excusa o intento de explicación?

—No vi nada extraño en su comportamiento, pero... —el joven se detuvo, dudando si debía continuar.

—Pero, ¿qué? —Junho insistió, su tono más serio.

—Vi que llevaba muchos celulares en el asiento del copiloto, además de unas cuantas tabletas. No sé en qué trabaje, pero me pareció... Excesivo.

El ceño de Junho se profundizó al escuchar eso. Esa información le despertó una alerta en su mente, una sensación que no podía ignorar. Extendió la mano hacia el aparato que usaban para escanear las licencias de los conductores y buscar sus registros.

—Déjame revisar algo.

Junho no esperó su respuesta y tomó el dispositivo con rapidez y empezó a ingresar los datos del conductor. Sus dedos se movían con agilidad sobre la pantalla, pero su mente ya estaba trabajando a toda velocidad.

Cuando los resultados aparecieron en el dispositivo, Junho sintió como si el aire se hiciera pesado a su alrededor. Su mirada se endureció y una sensación de incredulidad mezclada con tensión recorrió su cuerpo.

El nombre en la pantalla era Seong Gihun, un nombre que no podía olvidar, por más que lo hubiera intentado. Era el mismo hombre con el que se había cruzado años atrás, cuando toda su vida se había visto envuelta en aquel torbellino de eventos relacionados con la isla.

¿Por qué aparecía de nuevo después de tanto tiempo?

—¿Todo bien, señor? —la voz del aprendiz lo sacó de sus pensamientos.

Junho parpadeó y asintió, intentando ocultar el torbellino de emociones que se agitaba en su interior.

—Sí, todo bien. Solo estaba revisando algo.

Guardó el dispositivo y volvió a colocar las manos en el volante. Por fuera, parecía tranquilo, pero por dentro su mente trabajaba a toda velocidad, tratando de decidir qué hacer a continuación.

No podía ignorar este encuentro. Algo estaba pasando, algo que podía estar conectado con su pasado y con los misterios que lo habían atormentado durante tanto tiempo. Junho sabía que, tarde o temprano, tendría que enfrentarse a Gihun y a todo lo que representaba. Pero por ahora, debía mantenerse concentrado, sin levantar sospechas.

—Vamos —dijo finalmente, encendiendo el motor de la patrulla—. Hay más trabajo por hacer.

El aprendiz asintió, ajeno a la tormenta de pensamientos que se desarrollaba en la mente de Junho. Mientras se alejaban del lugar, Junho miró brevemente el retrovisor, como si esperara ver algo más detrás de ellos.

No sabía qué estaba planeando ese hombre, pero no iba a ignorarlo esta vez.

















































🦑♥️🚨









































Después de un día largo pero satisfactorio en el restaurante, Hyejin sintió una mezcla de cansancio y emoción al dar los últimos toques a la limpieza y preparar el lugar para el día siguiente. Sin embargo, algo más ocupaba su mente. La promesa de Junho de una sorpresa lo llenaba todo. Desde que él le mencionó que había algo planeado para después de su turno, no había podido dejar de pensar en ello. La curiosidad la devoraba, pero también sentía una emoción cálida en su pecho, como si este gesto de Junho fuera algo especial.

Con una última mirada hacia el lugar, Hyejin apagó las luces y cerró la puerta del restaurante. La calle estaba tranquila, iluminada por las luces de los faroles, pero en su interior, una tormenta de pensamientos circulaba sin cesar.

Al llegar a su apartamento, Hyejin se dirigió a su habitación. Abrió su armario y, tras un momento de duda, optó por algo sencillo pero elegante, algo que la hiciera sentir bien consigo misma. El vestido de color verde claro que se colgaba en su perchero parecía adecuado para la ocasión. Su tono de piel se destacaba perfectamente con él, y la suavidad del material le brindaba una sensación de ligereza y comodidad.

Se recogió el cabello en un moño alto, dejando algunos mechones sueltos en su rostro para darle un toque desenfadado. Como un pequeño detalle, se aplicó una ligera capa de lápiz labial y un toque de rubor. Quería verse bien, no solo para él, sino porque sentía que algo importante se estaba gestando en ese momento.

Cuando terminó de arreglarse, se paró frente al espejo por un momento, repasando en su mente lo que sentía. Hyejin sabía que este tipo de cosas no ocurrían todos los días. Había algo en la forma en que Junho lo había dicho, como si fuera más allá de una simple sorpresa de pareja.

Miró su reloj. Aún faltaba un poco para que Junho llegara, y el tiempo parecía volverse más lento conforme la espera avanzaba. Por cada minuto que pasaba, su curiosidad crecía.

Sin embargo, no podía arruinar la sorpresa. Recordó las veces anteriores en las que Junho la había sorprendido, todas las veces que le había mostrado su amor de maneras simples pero profundas, desde sus pequeños gestos hasta las grandes sorpresas que la dejaban sin palabras. Y no era solo lo que hacía por ella, sino cómo la hacía sentir.

Por otro lado, Junho acababa de llegar a casa después del trabajo. Mientras se acercaba a la habitación, escuchó algo que lo hizo detenerse en seco. Murmullos, palabras suaves que parecían salir de la boca de Hyejin. Sus cejas se levantaron, intrigado. ¿Estaba ella hablando sola?

A medida que se acercaba, pudo distinguir con claridad las palabras que salían de su boca.

—¿Qué será? ¿Una cena? ¿Algo relacionado con un viaje? ¿No sé... Un regalo? —murmuró la chica, su voz suave y casi como una melodía en sus oídos—. Ay, no puedo dejar de pensar en eso... ¿Qué será la sorpresa?

Junho no pudo evitar una sonrisa que se dibujó en su rostro. Esa expresión de Hyejin, tan llena de inocencia y emoción, lo hacía sentirse aún más enamorado de ella. Verla tan sumida en sus pensamientos, tan entusiasmada con lo que él había planeado, le llenaba de ternura.

No pudo evitar escucharla un poco más. De alguna manera, sus palabras lograron acercarlo más a ella. El simple hecho de imaginar que todo esto lo hacía por ella le hacía sentir que sus sentimientos eran más profundos de lo que jamás había creído posible.

Finalmente, no pudo resistir la tentación. Abrió la puerta lentamente, sin hacer ruido, pero con una sonrisa burlona en su rostro, como si estuviera jugando con la situación.

—Deja de pensar tanto en la sorpresa —habló en voz baja, pero clara, entrando en la habitación.

Hyejin se giró rápidamente, sobresaltada. No lo había escuchado llegar, y la sorpresa la hizo dar un pequeño salto. Su rostro, lleno de preocupación por haber sido descubierta, se relajó al ver que era él, y una sonrisa nerviosa apareció en sus labios.

—¡Me asustaste! —exclamó mientras se llevaba una mano al pecho, tratando de calmar el latido acelerado de su corazón—. No sabía que ya habías llegado...

Junho se acercó a ella, su risa llena de cariño llenando el ambiente.

—Lo siento, no era mi intención asustarte —dijo, pero la alegría en su rostro no podía ocultarse—. Es solo que me parece adorable que estés tan intrigada. Pero no sigas pensando en la sorpresa, ya te dije que será algo especial.

—Es que no puedo evitarlo, Junho. Estoy tan emocionada... —murmuró mientras levantaba la vista, encontrándose con su mirada llena de ternura—. Siempre logras sorprenderme.

El mayor se acercó aún más, sus pasos suaves, casi imperceptibles. Al detenerse frente a ella, la tomó de la mano con un gesto delicado y lleno de afecto.

—Y siempre lo haré, Hyejin —respondió en un susurro—. Eres la razón de todas mis sorpresas.

Hyejin sonrió con dulzura, esa sonrisa que solo él podía hacerla sacar de su corazón. Sentía sus palabras como un abrazo invisible, como una promesa de amor eterno.

—Te amo tanto —murmuró ella, sin poder evitarlo, y las palabras le salieron como un suspiro.

Junho sonrió aún más, su corazón acelerándose por la forma en que ella lo miraba. Era como si estuviera viendo el reflejo de sus propios sentimientos en sus ojos.

—Yo también te amo, Hyejin.

Después de unos segundos en los que ambos se quedaron en silencio, disfrutando del momento, Junho se apartó ligeramente de ella.

—Me daré una ducha rápida y me cambiaré —informó con una sonrisa traviesa—. Y luego... Nos vamos.

Hyejin lo miró, sus ojos brillando con anticipación.

—¿Nos vamos? ¿A dónde? —preguntó, aunque ya imaginaba que la sorpresa estaba por llegar.

Junho le dedicó una mirada cómplice antes de entrar en el baño.

—No te lo voy a decir —respondió con tono juguetón—. Solo acompáñame, y lo descubrirás.

—¡Eres imposible! —exclamó, mientras se dejaba caer en el sillón. Pero la verdad era que no le importaba. Estaba más que feliz con que Junho estuviera a su lado, y no podía esperar para descubrir qué sorpresa le tenía preparada.

De repente, el chico se asomó por la puerta. Hyejin lo miro con confusión.

—Por cierto, ese vestido te queda hermoso —Junho exclamó con una sonrisa—. Te ves increíble.

















































🦑♥️🚨









































El aire estaba fresco esa noche, con el cielo despejado y las estrellas brillando suavemente sobre la ciudad.

Junho conducía con calma, con la vista fija en la carretera. La cercanía entre ellos, la comodidad que sentía al estar juntos, no necesitaba palabras. Sin embargo, al ver el brillo en los ojos de Hyejin, no pudo evitar sonreír de forma suave y casi imperceptible. Sabía que algo importante estaba por suceder, pero también entendía que ese momento debía ser perfecto.

—Parece que te has estado imaginando mil cosas —habló el mayor con diversión—. Lo sabrás pronto, pero por ahora... Mejor disfruta de la sorpresa.

Hyejin rió, aunque su mente no dejaba de trabajar. Miró a Junho, que parecía tan tranquilo como siempre, pero podía notar la ligera tensión en sus dedos sobre el volante. Sin duda, él también estaba nervioso, aunque no lo admitiera abiertamente.

El trayecto, que normalmente hubiera tomado unos 20 minutos, pareció durar una eternidad. A medida que se acercaban a su destino, las luces de la ciudad se fueron apagando poco a poco, dando paso a una zona más tranquila y aislada. El ambiente, que de alguna manera parecía más privado, intensificó la sensación de que algo importante estaba por ocurrir.

Finalmente, el auto se detuvo. Junho apagó el motor y, al mirar a Hyejin, su expresión se volvió un poco más seria, aunque sus ojos todavía reflejaban un brillo de emoción y nerviosismo.

—Estamos aquí —informó.

—¿Dónde estamos?

—Un lugar que es especial para nosotros. Un lugar en el que comenzamos a escribir nuestra historia.

Hyejin lo miró confundida, pero un leve destello de reconocimiento apareció en su rostro cuando se dio cuenta de que estaban en el parque donde, por primera vez, habían hablado sinceramente sobre sus sentimientos, el lugar donde se había sellado todo lo que ahora compartían. El lugar donde se habían encontrado en una noche fría, sin esperarlo, pero con la necesidad de estar el uno al lado del otro.

—¿Qué estamos haciendo aquí? —preguntó, con la voz temblorosa, aunque intentó ocultar su emoción.

Junho sonrió, dándole su mano con suavidad.

—Ven, te quiero mostrar algo.

Ambos caminaron juntos, el sonido de sus pasos mezclándose con el susurro del viento. El aire fresco de la noche acariciaba sus rostros, y Hyejin no pudo evitar notar lo mucho que su mano en la suya la tranquilizaba. Cada paso que daban parecía acercarlos más a un destino del que no querían regresar.

Cuando llegaron al centro del parque, Junho se detuvo frente a un pequeño banco, donde había una mesa rodeada de flores. Todo estaba decorado con delicadeza, con velas que iluminaban suavemente el espacio, creando un ambiente acogedor y romántico. Hyejin miró a su alrededor, sorprendida por la belleza del lugar, y fue entonces cuando se dio cuenta de que había algo mucho más grande sucediendo.

—Junho... —murmuró ella. Sus ojos brillaban con emoción.

El aludido se volvió hacia ella, sus ojos brillando con una mezcla de amor y nerviosismo.

—Es aquí donde todo comenzó. Y es aquí donde quiero que nuestro futuro comience de nuevo. Estoy listo para dar este paso. Y sé que tú también lo estás.

Al principio, Hyejin no entendió completamente lo que Junho le estaba diciendo. Pero al verlo dar un paso hacia ella, sus manos temblando ligeramente, y cuando él se arrodilló, su corazón dio un salto en su pecho.

Junho, con su mirada fija en ella, tomó una pequeña caja de su bolsillo. En su interior descansaba un anillo. La luz de las estrellas y las luces del parque reflejaban sobre el diamante, brillando intensamente, como si el universo mismo estuviera celebrando ese momento.

—Hyejin... Desde el primer momento en que te conocí, supe que había algo especial en ti. Cada día que paso contigo me doy cuenta de que mi vida no tiene sentido sin ti a mi lado. No solo porque seas mi compañera, sino porque eres mi todo. Te amo con todo mi ser, y quiero que siempre estés a mi lado. Quiero construir un futuro contigo. Quiero que me hagas el honor de ser mi esposa... ¿Te casarías conmigo?

El mundo de Hyejin se detuvo por un momento. Las palabras de Junho resonaron en su corazón, y cada latido era más fuerte que el anterior. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y su pecho parecía a punto de estallar de tanta emoción. No podía creer lo que estaba viviendo. Un nudo en su garganta la dejó sin palabras, pero su corazón sabía lo que debía hacer.

—¡Sí, sí, sí! —gritó la chica, lanzándose a los brazos de Junho, abrazándolo con todas sus fuerzas. Las lágrimas caían por su rostro, pero eran lágrimas de felicidad, de una alegría profunda que no podía ser contenida.

Junho, con la risa nerviosa y un brillo radiante en sus ojos, la sostuvo con fuerza.

—¿Entonces aceptas?

—¡Por supuesto que sí! —Hyejin se apresuró a responder, sin poder contener su risa entre lágrimas.

Junho la abrazó más fuerte, riendo junto a ella, sintiendo una mezcla de alivio y emoción que lo envolvía completamente.

—No puedo creer que lo hayas dicho —murmuró—. Siempre supe que tú eras la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.

Hyejin, con la cara entre las manos, sonrió como nunca antes. No podía creer que este sueño se estuviera haciendo realidad. El amor que sentía por Junho nunca había sido tan claro como en ese momento, y la idea de pasar la eternidad a su lado era lo único que deseaba.

—Te amo —susurró Hyejin, acercándose a él y besándolo con pasión, sellando su promesa en ese instante perfecto.

La emoción envolvía cada segundo, cada gesto, mientras el mundo a su alrededor parecía desvanecerse. Solo existían ellos dos, con un futuro lleno de amor, esperanza y sueños compartidos.

Y en ese lugar, con la luna como testigo, ambos supieron que lo mejor aún estaba por venir.














































































































JES'S NOTE !

HYEJIN Y JUNHO SE VAN A CASAR 😭

será que hyejin de verdad esta embarazada o solo esta siendo paranoica? 🙈

tengo que admitir que cuando estaba escribiendo este capítulo me dio mucha vergüenza 🫠 creo que es lo más romántico y tierno que he escrito hasta el momento... no me disguta el resultado final, pero no quiero volver a leerlo porque me da wiwi OWBDOQKFOSKOD espero que a ustedes si les haya gustado 🫶🏻

GRACIAS POR LEERME <3

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