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Capítulo 20 (editado)


Lo único que me hacía sentir un poco mejor durante el viaje era que Kilian sostuviera mi mano.

Realmente me descompone viajar largas distancias en automóviles. Pero tampoco puedo atribuirle todo mi malestar al viaje, ya que no he podido dejar de pensar y revivir en mi mente lo ocurrido.

Agradezco la velocidad en la que Kilian consiguió un auto y en menos de cinco minutos ya estábamos de camino a casa... por que de verdad no quería hablar con nadie, no quería que preguntaran, no hubiese podido soportar más estrés. 

Finalmente después un largo y agotador viaje, el auto se detuvo. Abrí los ojos y ahí estaba la entrada de mi casa.

Solté lentamente la mano de Kilian para quitarme el cinturón de seguridad y poder salir.

Antes de abrir la puerta lo contemplé a mi lado y continuaba con su mirada inexpresiva dirigida hacia algún punto fijo al frente, no estaba mirándome a pesar de que esperé varios segundos a que volteara hacia mí, pero no lo hizo.

Bajé la mirada desanimado y a la vez confundido, ya que en el fondo no quería que me viese, no en éste estado tan patético y humillante.

Al abrir la puerta estuve a punto de salir cuando me detuvo tomando mi brazo.

Me giré de un brinco, su agarre me tomó por sorpresa y me soltó al instante. No sé qué me pasó, mi cuerpo y mente todavía están en alerta a todo a mi alrededor.

Pero todo quedó en blanco cuando comenzó a desnudarse, esperen ¿Qué?

—¿Por qué te quitas la sudadera en...?

Me interrumpió:

—Pontela —ordenó y la puso sobre mi regazo.

—Ah...

—Danielle morirá si te ve entrar así.

Me señaló con el dedo todavía sin mirarme.

—¡Cierto!

Olvidé que mi camiseta estaba destrozada, a pesar de tener la chaqueta de Kilian puesta, se podían ver debajo los pedazos de tela que antes eran una linda prenda.

Apretó su agarre en el volante y habló:

—¿Cómo estás? —dijo con preocupación y seriedad.

—Estoy bien, soy más fuerte de lo que crees —contesté con una media sonrisa.

Pero sinceramente no me escuché nada convincente.

Aunque lo que más me preocupaba era, ¿por qué no me miraba? ¿Acaso le daba asco? ¿Estaba enojado?

—Kilian —murmuré mientras me ponía la ropa.

Me observó por el rabillo del ojo y puso una mirada interrogativa.

—No... no es nada. —Quizá solo era mi imaginación. Debo estar paranoico.

Bajé del auto y me quedé allí de pié unos segundos, solo me quedé ahí y respiré profundo.

Todavía no podía creer todo lo que había ocurrido.

Giré mi cuerpo en dirección hacia el auto para poder despedirme y agradecerle por salvarme de esos hombres.

—Gracias —antes de poder terminar la frase puso el auto en marcha y pisó el acelerador.

¿Qué diablos? ¿No me vio?

Lo observé hasta que dobló en la esquina y allí desapareció de mi vista.

Él se... ¿Fue?

∅∅∅

Al entrar a mi casa no había nadie.

Olvidé que mamá trabajaba hasta tarde y Will... Will seguramente estaba en la casa de mi odiosa tía.

Subí las escaleras pesadamente hasta mi habitación, entré, me desplome sobre la cama y abracé mis piernas, quedando como un pequeño ovillo entre las sábanas.

Recién ahora estaba comenzando a asimilar lo que me había sucedido.

Casi abusan sexualmente de mi, estuve a punto de ser violado por un... no, por muchos hombres.

—Dios... —murmuraba entre lágrimas.

Cada parte de mi cuepro se sentía asquerosa, las cosas que me hizo ese tipo se repetían una y otra vez en mi mente como su fuese una pesadilla.

Solo me mordió, lamió y tocó intentando que me viniese, pero aún así...

No, no fue para tanto, no importa. No fue grave. Estoy bien. Solo fueron unos toqueteos, no tiene importancia.

Al cerrar los ojos podía sentir su repugnante aliento sobre mi, sus ásperos y lascivos dedos tocándome, sus mordidas cargadas de odio que realmente me lastimaban, en ningún momento sentí que me gustó, ni por un puto segundo.

Demonios.

No se sentía para nada bien; mi mente estaba presa del miedo, la inseguridad, esa sensación en mi pecho de "esto está mal es desagradable y no puedo impedirlo".

Una desesperante e insoportable impotencia.

Las ganas de llorar y gritar se apoderaban de mí cada vez que esas imágenes llenaban mi mente y no podía evitarlo.

—Veré en mi móvil algún tipo de consejo o un video gracioso para ocupar mi mente con otra cosa —dije en voz alta mientras revisaba mis bolsillos.

Cada vez revisaba con más lentitud y mi rostro palideció al no encontrarlo en ningún lugar.

—Lo perdí  —dije rompiendo en lágrimas.

El primer regalo que Kilian me hizo... por el cual se esforzó tanto en comprar... yo lo... perdí.

En ese momento enloquecí por completo.

Me levanté de mi cama, tiré todo los libros de mi biblioteca, mis pocos cuadros, la silla que estaba en la esquina, el velador y todo lo que se cruzó por mi camino hasta que caí de rodillas en el suelo y dejé que las lágrimas fluyeran desde mis enrojecidos ojos hasta caer en mi sudadera.

En ese momento recordé que ésta no era mi sudadera, era de Kilian, igual que la chaqueta que me cubría.

La miré detenidamente y estaba dañada, con leves manchas en la parte baja y algo descosida.

A pesar de eso la sujeté entre mis manos y la llevé a mi rostro.

—Tiene... su agradable aroma —murmuré respirando profundamente.

En ese instante todos los buenos momentos que he vivido con Kilian volvían a mi mente, sus besos, sus caricias, sus bromas y su estúpida mirada burlona cuando él tenía la razón.

Fue increíble en el momento que lo vi en la puerta de esa sucia cabaña.

Llegó a salvarme justo a tiempo, unos minutos más tarde y... habría muerto.

Tragué duro.

En ese momento Kilian me asustó, realmente me asustó ver ese lado tan siniestro de él.

Sabía que había hecho varias cosas algo crueles por defenderme como en el puente o con los bravucones del instituto, pero nunca lo vi con mis propios ojos.

Ver eso fue...  Sus ojos se veían tan... Fue algo... indescriptible.

El sonido, el olor a sangre, la pesadez del aire, era algo más allá del miedo proveniente del uso de razón, porque sé que él jamás me heriría; no obstante, físicamente no podía evitar temblar, encogerme ante esa sensación de peligro mientras rompía uno a uno los huesos de esos tipos.

Pero no le temo, no a él, sino a las consecuencias de lo que pudo pasar: ¿Si lo lastimaban? ¿Si mataba a alguien?

Kilian parece un monstruo, pero no lo es, no vivirá con tranquilidad si asesina a alguien de ese modo.

Quería hablar con él. Quería abrazarlo. También quería estar solo y ser patético como estoy siendo ahora entre lágrimas después de tirar todo al carajo.

Honestamente no sé qué quiero, no sé qué necesito para estar bien otra vez.

Entre un mar de llanto y lamentaciones caí dormido. No duró mucho, desperté en cuanto oí la voz de mamá.

Mi madre había vuelto.

Respiré profundo y cerré los ojos.

No puedo darle más problemas, ya tiene suficiente con la familia de mi padre y mantener la casa sola.

Bajé las escaleras despacio y estaba hablando por teléfono, mi rostro palideció cuando vi el suyo: consternada, mirando a la nada y sujetándose con su mano de la barra de la cocina para mantenerse firme sobre sus pies.

No recuerdo la última vez que la vi así, es una de las personas más valientes que conozco y parecía a punto de caer sobre sus rodillas. Se sentó despacio y continuó asintiendo.

No puede ser ¿Le dijeron?

Me apresuré y aparecí frente a sus ojos, eso pareció ser la gota que derramó el vaso y cubrió su boca con la mano contraria a la que sujetaba el móvil.

Mierda, sí, le dijeron ¿¡Quién carajo hizo eso!?

En cuanto tomó aire, infló su pecho y se puso de pie, colgando la llamada. Se acercó a mí y tomó mi rostro con ambas manos, lo examinó con cautela y bajó a mi cuello, donde aparté el rostro y sujetó su muñeca. No quería que me viera así. No ella. Nadie.

Me sentía patético, quería que las marcas desaparecieran, era humillante y agotador verlas.

—Hijo...

«No quiero oírla triste. No sé qué dirá, cómo reaccionará, qué pensará. Le rompería el corazón saber lo que me hicieron. No quiero ser una carga. No sé qué pensar y siento que estoy por llorar»

—No fue para...

—Estás de vuelta —fue lo único que dijo y quedé congelado en mi sintió, solo mis pupilas se movieron hacia las suyas y estaba muy confundido.

—¿Qué? —dije con la voz quebrada, casi jadeando la palabra en un hilo de voz.

—Volviste a casa —susurró y se acercó, besando mi mejilla, seguido de mi frente y me rodeó con sus brazos—. Ya todo estará bien, no te preocupes, estoy contigo. Mamá esta aquí.

Me derrumbé. No había fuerza humana que me mantuviera de pie después de oír eso.

—Mamá... —sollocé en crisis—. Soy un inútil, al final no pude ser fuerte y ocultarte esto. No es nada, no es tan grave, no te preocupes —hablaba entre hipidos y llanto.

—No es por mí por quien debes preocuparte —dijo con paciencia y amor, acariciando mi cabello—. ¿Qué tan descuidada fui para hacerte pensar que eras una carga para mí? Eso no es así, para nada, jamás. Eres mi precioso hijo. No deseo nada más que tu bienestar, estas vivo, eso es lo importante, lo demás podremos solucionarlo.

Asentí. A estas alturas no estaba pensando con claridad, solo me dejé consolar en los brazos de la mujer que siempre los extendía hacia mí cuando el mundo se derrumbaba a mi alrededor: el día que caí de la bici... la tarde que perdí un torneo escolar... cuando papá falleció.

—Perdón —dije una y otra vez.

Finalmente me calmé y mi madre no dejó que viera el profundo dolor que le causaba mi estado, porque simplemente me sonrió suave y respiró hondo.

—Hablé con un oficial, no uno común, un federal, por lo que sin duda algo muy grave había pasado. —Mi piel se erizó de mala manera y miré la nada— Me explicó brevemente cómo acabaste envuelto en ello y me derivó a una asistencia psicológica.

—No perdí la cabeza, mamá —me quejé a la defensiva—, no es para tanto.

—Pudiste morir —fue contundente como solo ella puede ser y me callé—. Solo te pido que la veas un par de veces, si dices que no te sirve, entonces puedes dejarla.

—¿Tengo que ir a algún consultorio? —murmuré odiando el hecho de ser tan patético.

—Puede venir a casa, solo debo completar unos datos y autorizaciones para que comience a venir. Al ser un caso como este y tener la intervención del capitán de nuestro lado, no tendrás que esperar para que comiencen las sesiones, fueron muy considerados y no nos costará dinero ¿Te parece?

Eso sonaba conveniente.  Solo asentí.

—Llamaré a la escuela para avisarles que te reincorporarás de las vacaciones de invierno más adelante y... —Levanté mi mano, deteniendo su discurso.

—No. Estoy bien. Si no vuelvo será peor, habrá rumores y cosas raras, no quiero eso. No, en serio.

Tengo que dejar atrás todo lo ocurrido.

—Además tengo trabajo la próxima semana, el jefe es un buen sujeto, no quiero fallar ahí también, es decir —suspiré, mi mente era un desastre.

Ella simplemente acarició mi cabello y me dió la razón.

—Esta bien, preparé tu uniforme y todo lo necesario para el regreso a clases. Justo mañana no tengo trabajo, así que me quedaré aquí contigo, comeremos juntos ¿Te parece? Y puedo estar contigo para conocer a la psicóloga.

«Estoy seguro que mintió, pero no la haré cambiar de opinión, así que fingí creerle que convenientemente no debía trabajar»

Ahora lo importante era mentalizarme para lo que sucedería:

Mañana comienzan las clases.

ØØØ


—Feliz nuevo semestre y gracias a Dios su último conmigo —agradeció la profesora Thompson mientras yo entraba en el salón, tarde por supuesto.

—Eso es amor —ironizó Frank.

—¿Me extrañó en las vacaciones, mi lady? —dije subiendo y bajando las cejas.

Mi mejor amigo contempló mi existencia fijamente, eso de disimular no se lo sabe, pero bueno, lo entiendo.

Sin rodeos le sonreí e hice una mueca juguetoma cuando la profesora rodó los ojos.

—Señor Rainhard, vaya a su asiento y por favor absténgase de delirar tan temprano.

Todos rieron y se alegraron mucho al verme.

—Si, definitivamente fueron las vacaciones de invierno más tristes y solitarias para usted, lo sé, también sentí la soledad sin su hermosa compañía —hablaba de camino a mi asiento.

—No voy a dejar que éstos chicos me saquen más canas, solo los ignoraré, no pienso subirle otro tono a mi tintura de cabello, no, no —balbuceaba mientras tomaba el libro de asistencias y negaba con la cabeza.

Todos me saludaron, otros vinieron a mí preocupados y hasta los de otros cursos habían entrado al nuestro para verme.

Me dijeron que después de que aparecí se fueron a sus casas al cabo de unas horas, muy intrigados y preocupados ya que no sabían que me había ocurrido.

Obviamente el "no saber la verdad" no evitó que crearan rumores sobre el temible Killer entrando en el bosque de los demonios y como salió de allí con el semblante de un verdadero demonio.

También que la policía solo habló con Matt y bueno... matt no es muy sociable por lo que nadie sabía que pasó realmente.

Gracias al cielo.

En momentos como éste adoro que Matt tenga ese carácter odioso y cerrado.

Les expliqué más o menos que eran secuestradores y que habían matado a alguien hace poco, que seguramente hubiese sido el siguiente si Kilian no hubiese llegado.

Por lo que sé, los asesinatos se volvieron la comidilla del pueblo allá en la zona de las cabañas y a nivel estatal.

Al ser menor de edad mi información no salió en ningún noticiero y solo se dijo que fui secuestrado, así que quedó en segundo plano.

A mis compañeros les dije un poco, que me golpearon, rompieron mi ropa y Kilian llegó.

Obvié la parte de que... Bueno, eso. También el descontrol de Kilian y lo sádico que estuvo en esos momentos.

Pero eso no logró que dejaran de temerle.

—Cuando lo vi salir del bosque parecía otra persona, me asustó mucho —dijo Thom temblando.

—A mi también —admitió Lu, que a pesar de ser de la clase de arte estaba en mi salón.

Me sorprendió escucharla hablar, casi siempre está leyendo o sonriendo al celular.

—Se veía tan amable antes de entrar al bosque, pero al salir era aterrador... había olvidado que era KillerLucy estaba muy asustada mientras terminaba de hablar, no parecía querer hablar mal de él, simplemente estaba asustada.

No me imagino que pensarían si lo hubiesen visto... quebrando los huesos de ese sujeto... golpeando al otro tipo... con toda esa sangre... la excesiva violencia que había en sus ataques...

Sin darme cuenta toda mi piel se había erizado.

—Pero si todos sabíamos que era un monstruo ese tipo —agregó un chico que ni siquiera estuvo en las cabañas

¿Por qué mierda está opinando?

—No se como pude creer que era genial, pudo haberme matado en cualquier momento —interrumpí al segundo idiota que iba a decir mierdas sobre Kilian:

—Cállense el puto hocico. No tienen derecho a hablar de él, no lo conocen —espeté conteniendo la ira.

Quedaron atónitos.

—Pero, Hunter... —Chad continuaba indeciso y en un dilema interno igual que la mayoría.

Luchaban entre: la imagen asesina y horrorosa que tenían del famoso Killer, contra la imagen amable y buena del reciente Kilian.

Suspiré.

—Oigan... él no es así, es algo aterrador a veces, entiendo que tiene una mala reputación también.

Dudosos, asintieron.

—Los entiendo, pero les juro que no es ese monstruo que pintan. ¿Creen que yo me juntaría con malas personas? Mujeriegos, tal vez, locas, claro que sí, pero ¿Mala gente? No. Me conocen, y yo lo conozco a él, nunca le haría daño a buenas personas.

Es verdad que conocí un lado muy oscuro de Kilian pero...

—Hay mucho más en él que solo killer.

Guardaron silencio y parecían reflexionar un poco.

—Fue el único —habló Frank, con una seriedad inusual en él, parecía incluso frustrado al decir esto—: con la fuerza necesaria para entrar al bosque y traer a Hunter a salvo.

Recuerdos de aquel fornido sujeto mordiendo mi abdomen y otras partes de mi cuerpo vinieron a mi mente como oleadas, un escalofrío recorrió mi espalda y creí que vomitaría.

—¿Estás... bien? Te ves pálido ¿Hunter? —preguntó Lu.

—Dejen de balbucear chiquillos, a sus asientos y los demás a sus clases, vamos —ordenó la profesora con sus ojos fijos en este grupito.

A todo esto la clase comenzó y Kilian brillaba por su ausencia.

¿Lo habrán lastimado en la pelea?

¿Estará bien?

Como no tenía mi móvil no podía llamarlo y averiguarlo.

Miré el asiento vacío junto a mí y suspiré con pesar, apoyándome en mis brazos y hundiendo la cabeza.

El resto de la hora intenté no pensar en nada y mantener mi mente ocupada con lo que la profesora estaba explicando.

La clase transcurrió con normalidad, todo era exactamente igual que antes, hablaban y reían como siempre. Como si nada hubiese pasado.

«Ya está, no sucedió nada, pasado pisado» me repetí una y otra vez mientras el día transcurría.

Mientras no piense en eso todo estará bien.

Puedo reír y bromear con mis compañeros con total normalidad.

Todo esta bien.

Yo estoy bien.

ØØØ

FRANK.

—Oye Matt... —me ignoró.

Comencé a picarlo con el bolígrafo hasta que me miró fastidiado y cansado.

—Ya deja de lado tus pendejadas y ponte a escribir —me regaño como siempre.

—Oieee, matiu... matt... —insistí mientras le jalaba levemente la ropa— Matt... Matt matt... Matilda— dejó su bolígrafo, se giró hacia mi y me tomó bruscamente de la mano.

—Te golpearé, no me importa si nos sacan de la clase por agarrarnos a putazos, juro que te daré bien fuerte en la cara, Frank Wolff.

Sonreí triunfal. Tengo su atención.

—¿No crees que Hunter lo está tomando demasiado bien?

—Bueno... ya que lo mencionas sí, actúa como si nada hubiese pasado.

Nos miramos con seriedad.

—Pero si pasó —dije a secas.

—Según Tony, el colega de mi padre que estuvo en la escena del crimen, lo que sucedió allí fue caótico... ya sabes, solo nosotros sabemos un poco de lo que realmente pasó.

En ese momento recordé lo que matthew me contó ese día mientras regresábamos a nuestras casas:

Oye Freemansito Junior —dijo Thony

Que me llamo Matthew, vaya adulto —murmuré.

El mismo carácter que su padre —tarareó alegre.

Bufé.

Bueno, era mejor que parecerme a mi madre.

Su rostro se volvió un poco mas serio y volvió a hablar.

¿Sabes que ocurrió allí? Tengo entendido que el chico del video es tu amigo.

¿El chico del video? Ahora que lo pienso Kilian dijo algo acerca de que "todo quedo grabado".

Supongo que sí debe ser uno de mis amigos —asentí— ¿Qué sucedió?

Los daños causados a esos sujetos no parecían ser hechos por alguien humano —rascó su nuca—, pero eso es imposible. Por lo que creíamos en primera instancia que fue una pelea de bandos por territorio, tal vez un grupo de algún cárter.

Eso no puede ser, nadie más entró al bosque y... —Solo vi volver a Kilian y Hunter.

Espera, Freemansito, dejame terminar. —continuó— La evidencia decía que solo dos personas estuvieron allí sin contar a los agresores. El chico agredido, el cual quedó grabado en video, Hunter Rainhard.

Mi mirada quedó en blanco y sentí sudor frío.

¿Agredido?

Calma, abusaron de él y le hicieron varias cosas en contra de su voluntad, pero físicamente está a salvo. No presentaba heridas graves por lo visto. La persona desconocida llegó en el momento justo antes de que pasara a mayores como tenían planeado los atacantes.

Suspiré más que aliviado.

No es que Hunter me agrade, pero bueno, solo me alivió escucharlo.

Si, ese es quien entró al bosque y por el cual llamé a mi padre, él llamó a los federales y lo demás es historia.

—Me sorprendió eso, el jefe jamás llama así, siempre es a él a quien llaman —admitió y por un segundo me enorgullecí del viejo, es muy bueno en su trabajo—. Y el tipo que hizo semejante atrocidad con los otros cuatro hombres como fracturas expuestas, hematomas, sangrado interno... a uno de ellos le quebró cerca de 28 huesos.

Di un paso hacia atrás, asustado ¿Cómo es físicamente posible?

—¿Sabes quién era? No había huellas, ni se escuchó su voz claramente en la grabación a pesar de intentar varias veces, no hubo manera. El equipo lo revisará a fondo en el cuartel, Pero no ven esperanzas en ello. Tampoco había pedazos de ropa o algo que nos ayudara a identificarlo.

Me miró expectante y algo dubitativo.

Claramente hablaba de Kilian.

Kilian trajo a Hunter y se veía bastante desaliñado.

¿No había ninguna evidencia de él?

¿Nada?

Eso no puede ser coincidencia, borró su rastro adrede.

¿Por qué?

¿Mmh? —insistió Tony con su expresión de esperar respuesta.

Analice rápida y detenidamente la situación y saque una conclusión.

No.

Se sorprendió levemente.

—Mi amigo volvió solo. Dijo que no daría declaraciones y que todo había quedado grabado, no se de que hablaba, ahora lo entiendo un poco.

Levanté una ceja esperando que aclarase mis ideas.

Los sujetos arrestados eran violadores y asesinos seriales al parecer. Pero hablaron de un asesinato en particular mientras estaba la cámara encendida y dónde estaba el cadáver. Gracias a eso irán a prisión sin duda, el caso esta servido con tanta evidencia, le facilitaron el trabajo a la fiscalía.

Hablaba con alegría respecto a eso y era entendible, no hay forma de negar algo que ellos admitieron y toda esa evidencia.

—Es más que suficiente —dije con una mirada afilada y voz contundente—, así que no es necesario que llamen a Hunter a declarar.

El asombro en su cara casi me hace reír.

—¿Cómo así?

—No te hagas el idiota, Anthony, con el caso de asesinato ya tendrán perpetua. No tiene por qué pasar por un juicio y toda esa mierda, él no lo resistiría. No va a pasar —afirmé inamovible, casi apretando los dientes.

Soltó una carcajada corta y cubrió su boca, carraspeando la garganta.

—Vaya cosa inesperada acabo de presenciar, hasta hoy hubiera jurado que el hijo del jefe era un solitario sin amigos, me alegra saber que tienes preciados amigos.

Casi vomité por su comentario asquerosamente cursi y lo miré con asco.

—Ves muchas películas adolescentes, deja de decir cosas vergonzosas, me diste pena ajena —dije con repulsión y me sonrió el rarito este.

—El capitán me llamó, no te preocupes, dijo que él mismo se encargaría de llamar a la madre del muchacho, ya que su hijo favorito fue quien le encargó a su amigo.

Puto viejo traidor que le gusta presumir las pocas veces que le pido algo.

Así que no molestaremos a tus amigos —su frase alertó mis sentidos y comencé a medir hasta la cantidad de veces que pestañeaba, analizando lo que sucedería.

No obstante, mi guardia en alto no fue necesaria cuando sonrió amistosamente sin mostrar los dientes.

Ah y eso —señaló el equipo que saqué sin autorización y el cual que usamos para los juegos— me resultan muy familiares de mis días de entrenamiento en la fuerza —finalizó saludándome con la mano levantada y una enorme sonrisa por encima de su hombro.

Es un idiota, pero astuto, muy astuto. Entre zorros nos reconocemos, dirían por ahí.

Por algo mi padre le pidió que se hiciera cargo de esto ya que él estaba en otro continente y no llegaría a tiempo.

En fin, el trabajo de mi padre y haber conocido a gente como Tony es muy bueno en momentos como éste.

Es algo realmente útil.

—Si, lo sé... y me contaste como cubrirse a Kilian, tu nuevo mejor amigo  —le dije a Matt una vez volví de mis recuerdos y lo miré de forma pícara.

—Puto asco. Lo hice porque me matará si lo delato.

—Claro, no porque siempre terminas ayudando a tus amigos y lo veas como uno más del grupo, no, claro que no —ironicé con una sonrisa.

—Ya, no me asquees.

—Hey...

Me miró por el fino rabillo de su ojo, con ese celeste tan particular y esa sensación de confort que me generaba cuando me daba su total atención.

Así que aproveché para molestarlo, claramente:

—¿Me cambiarías por Kilian? Es más alto, parece muy agradable cuando lo conoces y dicen que la tiene grande —bromeé con eso último, pero seguí usando un falso tono serio, viendo cómo Matthew quedaba en blanco.

Seguido frunció sus rubias cejas y rodó los ojos, ya harto de mi persona.

—Hablaré con tu madre, no puedo creer que esté perdiendo plata cuando podría fácilmente cobrar una pensión por la jodida discapacidad mental que te cargas. La ayudaré a hacer los trámites —mascullaba maldiciones para no apuñalarme en el ojo con el bolígrafo.

—No me dijiste que no —fingí muerte sobre el banco y la maestra me miró horrible.

—Ponte a estudiar Frank o no te aceptarán en ninguna universidad decente —me regañó el rubio sin humor.

—No necesito mucho estudio para ejercer mi profesión —me miró exasperado, pero en el fondo supe que estaba curioso por saber a qué me refería—, ya sabes, el viejo arte de la prostitución —afirmé fingiendo una voz madura y casi rio, lo logré, lo hice reír.

Desde mi posición un poco reclinado y mirando a Matt, pude ver que Hunter miró hacia esta dirección, así que le sonreí.

El rubio por alguna razón también vio hacia atrás y se encontró con los ojos de mi mejor amigo. Éste le hizo una mueca burlona y Matt le hizo una seña con la cabeza de que estudiara y a mí me dió un manotazo en la parte posterior de la cabeza.

—Auch.

—Que estudies, pendejo. Y... sí, creo que esta en una especie de negación —murmuró regresando la vista a sus apuntes.


Estamos de vuelta 🌸

¿Siguen ahí? ¿Opiniones de lo que va de la novela? Yo siempre sufro con esta parte, me quemaaaa ಥ⁠╭⁠╮⁠ಥ

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