La mano de Kilian que sujetaba la esponja recorrió mi espalda de una forma muy sutil y pausada. Como si examinara cada parte de mi cuerpo.
—L-Listo, ya me siento limpio, gracias —dije haciéndome un poco hacia adelante.
Tomó mi cintura y me jaló hacia él nuevamente.
—¿A dónde vas? No empezamos a divertirnos todavía —decretó, mordiendo mi hombro algo brusco.
—No, por favor... M-Mi cuerpo todavía... Duele —alcancé a decir entre jadeos.
—No te haré daño —susurró y seguido sonrió malicioso—. Lo prometo, niño.
Hice una mueca algo incrédula y nerviosa.
—Juguemos si quieres. —Levanté una ceja con cierta curiosidad— Yo puedo tocarte a ti y tú a mí, pero nada de tocarnos a nosotros mismos. Gana el que haga al otro terminar primero.
Sus manos se iban apoderando de mi cuerpo a medida que hablaba y no pude evitar retorcerme un poco en su agarre tan dominante.
—¿Q-Qué clase de juego es ese? —ironicé con mi respiración que estaba comenzando a entrecortarse.
—De la clase que me gustan —sonrió con malicia y mi sangré se congeló, para seguidamente calentarse de repente, ruborizando más mis mejillas.
Una de sus manos estaba sujetando mi cadera mientras la otra me tomó del cuello, tirando levemente mi cabeza hacia atrás y dejándole mis labios a su alcance.
Su beso tan endemoniadamente intenso me hizo cerrar los ojos y perderme en él, en la manera casi necesitada que mordía mi labio inferior de a momentos y me robaba leves gemidos que se apagaban en su boca.
Mi vientre se contrajo cuando su ágil mano llegó a mi intimidad, estaba tan inmerso en su piel y jadeos de placer que me excitaban todavía, que no reaccioné a tiempo mientras deslizaba sus largos dedos por mi cuerpo, empezando en mi cuello, delineando mi abdomen y plantándose a mi entrepierna.
Sentí como si mi piel ardiera en cada lugar que iba tocando, pero no opuse ningún tipo de resistencia, era un sensación increíble.
Con ambas manos separó mis piernas, me levantó ligeramente y temblé cuando uno de sus dedos rozó mi pequeño orificio seguramente enrojecido por todo lo que le exigí anteriormente.
Me estremecí y me afirmé con una mano en el borde de la tina y la otra en la superficie de la pared, buscando un poco de estabilidad en medio de mi desordenafa mente, la cual comenzaba a hervir a medida que este hombre introducía cuidadosamente uno de sus dedos en mi interior.
—No ofrece excesiva resistencia como de costumbre... puedo sentir tus paredes hinchadas y palpitando alrededor de mi dedo... Incluso sigue ligeramente resbaladizo por la cantidad de lubricante que usamos ayer —susurró descaradamente, erizándome cada fino vello del cuerpo— Es... peligrosamente erótico.
Comenzó a dilatarme suavemente, tan suave que pensé que lo estaba haciendo de ese modo a propósito, despertando en mí cierta desesperación, moviendo mi cuerpo de arriba abajo, temblando un poco mis muslos por el esfuerzo físico... porque ajá, puedo jurar que quemo más calorías haciéndolo con Kilian, que en todos mis años de educación física en el instituto
El agua tibia escurría en nuestra piel para acabar en la tina, haciendo que el roce de nuestros cuerpos fuese aún mas excitante, pero más que el roce: era lo visual.
Oh por Jesucristo y todos los santos, jamás hice algo semejante y verlo sobre mi hombro con ese magnífico torso cubierto por un ligero brillo a causa del agua y esa mirada oscurecida dirigida y causada únicamente por mí...
Me iré al infierno si sigo codiciando todo de él.
Sin mencionar su mano libre que se mantenía estancada en la parte baja de mi abdomen, a penas rozando mi pene, sin darle la atención que estaba rogando esa media erección entre mis piernas.
Me estaba volviendo loco, quería masturbarme ahí mismo.
Lo miré una última vez y no sé qué expresión habré tenido que lo hizo sonreír elevando la barbilla.
«Maldito egocéntrico»
Mi mente se nubló cuando su mano tomó mi miembro todavía un poco flácido, intentando no ponerme del todo duro... En vano, sus dedos eran asombrosos, sabían cómo moverse, rodear y presionar en los lugares precisos para hacerme morder mis propios labios conteniendo mis gemidos.
Intenté llevar una de mis manos hacia mi entrepierna, pero Kilian me mordió con fuerza y lo impidió.
—Así no es el juego —dijo con la voz ronca.
—Diablos... Kilian —me queje entre suspiros y sin darle tiempo a nada tomé su creciente erección que chocaba contra mi espalda baja.
Sentí como se contrajo su abdomen cuando hice eso y sonreí gustoso.
—Perderás —advertí con convicción.
Hasta que comenzó a hacer pequeños círculos en la punta de mi glande con su pulgar.
—Ah, ahm... —Mis gemidos rebotaban en las húmedas paredes del baño junto al chapoteo del agua y sus dedos se adentraban más en mí, arremetiendo mi punto dulce sin piedad alguna.
«Quiero ganar, pero él tiene mucha más experiencia que yo... Y estoy perdiendo el control de mi cuerpo»
Introdujo otro dedo y comenzó a moverlos frenéticamente entrenado y saliendo sin parar. Mi espalda se arqueó y aumenté la velocidad de mis caricias en su imponente erección, al igual que intentaba controlar mis gemidos.
«Es verdad que poseo nula experiencia en esto, pero... sé lo que excita a Kilian» pensé, abriendo uno de mis ojos difícilmente «Le gusta escucharme. Le gusta que lo mire a los ojos. Y por sobre todo lo demás... le gusta cuando pierdo todas mis inhibiciones a causa del placer, ahí parece que él pierde el control de sí mismo»
Eso haré; ganaré.
Lo miré por encima de mi hombro con la mirada más sumisa que conozco.
Él abrió los ojos sorprendido y excitado, seguro pensó que me rendí.
—K-Kilian... —Comencé a mover mi cadera haciendo que sus dedos me penetren más con cada vaivén y dejé de reprimir mis gemidos y sollozos sumamente vergonzosos—: No pares. Ahí se... siente bien.
«Oh Dios, no puedo creer lo que estoy diciendo estando tan conciente, mi nerviosismo latente sobre toda mi piel la vuelve extremadamente sensible, pero mis deseos de ganar sobrepasaron mi dignidad humana»
Percibí su miembro duro y caliente entre mis dedos, la suavidad y a su vez lo rugoso al tacto con presemen rebosando me provocaba mucho placer, sobre todo saber que yo era el causante de que su vientre se contrajera, aguantando para no venirse también.
«Diablos, estoy a punto de correrme»
Saqué el tapón de la bañera adrede, haciendo que bajara lentamente el agua.
Me levanté unos centímetros y sus dedos salieron de mi dilatado interior. Arqueé la espalda aún sosteniendo su erección y lo alineé a centímetros mi entrada.
Kilian quedó sin palabras, siquiera movió un músculo esos segundos y aproveché esa reacción para hacer mi última jugada.
—P-Por favor... Fóllame —demandé de forma erótica y suplicante mientras rozaba su glande en mi entrada.
Levemente introduje la punta, solo un poco, pero fue suficiente para hacerme sollozar y clavó sus dedos en mi cadera. Con una valentía que desconocía me animé a hacer leves círculos con la parte inferior de mi cuerpo, para consecutivamente sacarlo de mi interior soltado un gemido ahogado.
—Termina dentro de mí —susurré clavando mis pupilas en las suyas, con el cabello húmedo y desordenado, goteando hacia mi frente.
«Eso fue un golpe muy bajo, lo sé, pero en la guerra y el amor todo se vale»
Abrió sus seductores labios en un gesto de absoluta sorpresa, sorpresa que se transformó en éxtasis y jadeó mientras yo movía desenfrenadamente mi mano en su entrepierna. Para mi sorpresa dejó salir toda su cálida esencia sobre mis glúteos y parte de mi espalda.
Tagó duro y sonreí dejándome caer sobre mis manos, quedando el cuatro y todavía mirando a Kilian por encima de mi hombro bombeé a toda prisa mi miembro, no aguantaba más.
Kilian parecía estar en una especie de limbo, reaccionando a lo que acababa de ocurrir y no podía asimilarlo al instante como siempre hacía con absolutamente todo en su vida. Por primera vez sentí que sorprendí a este chico tan imperturbable.
—Gané... —sentencié victorioso entre jadeos mientras me venía sobre la blanca tina.
Sorpresivamente Kilian me tomó de los brazos jalándome bruscamente hacia atrás y sentándome sobre él. Tomó mi cuello y parte de mi mandíbula con su mano, acercándose a mi oído.
—Ahora tengo muchas ganas de romperte, Hunter —su voz autoritaria y dominante me paralizó y tomé una gran bocanada de aire.
—E-Espera... Yo solo... —Parecía completamente fuera de control.
—No es bueno para ti provocarme de esta forma. Te follaría ahora mismo, sin condón, sin lubricante, sin pensarlo. —Aprisionó su labio entre sus dientes, mientras apretaba mi cuerpo contra el suyo, creando una fricción entre cada centímetro de su piel contra la mía.
Lo miré furtivamente y sus oscuros ojos me devoraban, no pude evitar sentirme excitado por eso aunque me asustó un poco también.
Llevó su mano desde mi cuello hacia mi boca e introdujo dos de sus dedos con cierta violencia. Instintivamente cerré los ojos y comencé a chuparlos.
Todavía recuperándome de mi reciente orgasmo giré débilmente la parte superior de mi cuerpo hacia él, lo rodeé con mis brazos y besé profundamente.
—Hazlo si eso quieres —susurré y apretó la mandíbula cerrando los ojos, tirando la cabeza hacia atrás.
«Va a destrozarme, literalmente, va a hacerme daño si continuamos sin siquiera lubricante después de todo lo que pasé anoche... Pero quiero hacerlo, quiero hacer todo con Kilian, verlo completamente en éxtasis y ser el único culpable de eso»
Respiró profundamente e intentó calmar su agitada respiración todavía con los ojos cerrados. Vi como sus músculos comenzaron a relajarse poco a poco.
Soltó su agresivo agarre, me abrazó con más suavidad y soltó un leve bufido.
—En momentos como este me reafirmo el hecho de que te amo —dijo aquello con paciencia—. Si fueses cualquier otra persona no creo que me hubiese detenido ante semejante propuesta... —Hizo una mueca parecida a una risa obvia— Pero contigo... —Abrió sus ojos en dirección a los míos— No quiero hacerte daño, todavía no estás listo para hacerlo de esa forma, lo noté anoche.
Recorrió mi cuerpo cubierto de moretones y bajé la mirada algo deprimido.
«Quería complacerlo»
Sonrió, agarró mis mejillas con ambas manos y levantó mí rostro hacia él.
—Tenemos toda la vida para hacer el amor de todas las formas que queramos, no tienes que apresurarte, así que no pongas esa expresión lúgubre. —Lo abracé y senti tantas cosas al mismo tiempo que no podía dejar de sonreír.
—Te amo, Kilian, con todo mi ser —susurré sobre su piel y besé su mejilla.
¿Cómo puede otro ser humano hacerme tan feliz? ¿Todos al enamorarse se sienten del mismo modo que yo hacia Kilian? Era abrumador, pero a su vez, me brindaba paz.
Una extraña dualidad que llegué a disfrutar con cada parte de mí.
∅∅∅
Nos quedamos alrededor de media hora más en el baño, esta vez tomamos una ducha como se debe... creo. Fue más lo que jugamos que lo que nos duchamos propiamente dicho. Le tiré casi todo el pote de shampoo en el cabello y en su cuerpo, masajeando tontamente varias zonas. Mientras él no paraba de enjabonarme la cara y tirarme con la esponja.
Salimos del baño entre risas, cada uno con una toalla en la cintura y nos pusimos lo primero que encontramos.
Nota mental: Debo empezar a traer ropa de repuesto en la mochila, así no uso siempre la de Kilian. Aún que me encanta su ropa... pero no quiero ser una molestia.
Él comenzó a cambiar las sábanas y yo llevé las bandejas a la cocina y seguido lave la vajilla.
Al terminar se me ocurrió revisar mí móvil.
Los millones mensajes y llamadas de mi madre eran infinitos, hasta que leí entre todo aquello uno de mi mejor amigo:
Frank 23:35
Frank 23:37
Frank 23:40
Ese estúpido diciéndolo con sarcasmo, si supiera que de verdad tuve sexo creo que diría una idiotez como "has crecido, ahora sabes de lo bueno de la vida" o una mierda así.
Aún así me cubrió con mamá, le estoy eternamente agradecido y me siento culpable de no contarle la verdad sobre mí y Kilian... Es la primera vez que no le cuento algo a Frank.
Tampoco estoy seguro de como reaccionaría... Es un nudo que se me forma en el pecho cuando pienso en hablar sobre mi sexualidad y mis sentimientos con los demás, a pesar de que Dante y Astrid lo tomaron relativamente bien, no creo que todos sean así... Es más, estoy seguro de esto: la gente ama juzgar a los demás, aman hacerles daño, subrayar sus miedos y hacerlos sufrir con ellos, discriminar.
Mis amigos no son así, no dudo de ello, sé que no me harán bullying o cosas así, pero el miedo a "arruinar algo" sigue en mi mente. A cambiar las cosas, nuestras relaciones, amistad, cotidianidad llena de risas, por algo que se tiene incómodo o fuera de lugar. No quiero cambiar. No quiero que cambien conmigo.
—¿Mmh? —Kilian hizo un sonido con la garganta al verme tan pensativo, a modo de pregunta ante mis cavilaciones.
—N-No es nada, mamá estaba en crisis por mi desaparición repentina, me fui al instituto y no volví a casa.
—Si fueses mí hijo ya estarías castigado —dijo cómico.
—Es debido a la mala influencia que he tenido últimamente —esgrimé sacando la lengua e hizo ademanes como si no me oyese—. Y sí, ella se enoja en el momento pero luego se le pasa. Aún que a veces es un fastidio ya sabes —admití con una leve mueca de cansancio.
—Sinceramente no —respondió con naturalidad.
«Es verdad, la madre de Kilian murió cuando él era muy bebé. Y su padre... Bueno, siento que es lo mas alejado a un "padre"»
—Entonces... Ahora tienes a la mía para averiguarlo, una vez que la conozcas estoy seguro que te amará.
—¿Conocerla? —Apoyó sus manos en la mesada de la cocina y yo me dirigí al refrigerador en busca de algo para hacer el almuerzo.
—Tarde o temprano la conocerás... yo vengo con todo un hermoso combo HunterBigMac que incluye: una hermana loca, una madre exagerada, un hermanito orgulloso. Y de postre: muchos parientes que odio de parte de mi padre —dije encogiéndome de hombros— si estás conmigo en algún momento los verás...
Sonrió de una forma angelical y se acercó hacia mí.
—B-Bueno, solo si quieres —aclaré.
—Por supuesto, en algún momento conoceré a la familia del chico con el que salgo —afirmó abrazándome por la espalda—. Me parece perfecto.
Guardé silencio uno instantes al darme cuenta de lo que habíamos dicho. Esto significa que, aunque sea nuestro secreto, estábamos saliendo formalmente.
Sonreí tímidamente y todo mi rostro enrojeció.
—¿Se te perdió algo dentro de la heladera, pequeño? —ironizó al verme tanto tiempo mirado dentro del refrigerador.
—Solo tienes una botella de leche, un repollo viejo, waffles, mucho tocino y huevos ¿Nada más? —le reclamé en modo amo de casa—. Tendremos que ir al supermercado a comprar alimentos más variados. Esto no es saludable.
Parece un niño pequeño.
—¿Para qué? Se pudrirán ahí dentro ya que no se cocinarlos, lo comprobé —dijo sin interés separándose de mí y apoyándose en el banquillo a uno pasos de distancia.
—Yo cocinaré —decreté rotundo y se sorprendió—. Vendré cuando quieras comer algo decente, tú dime y lo haré —dije esto último como una sugerencia, intentado mantener la mirada con él, pero me puse nervioso y la desvié.
—Hablando de eso... —Su mirada se volvió audaz y oscura igual que la sonrisa que le crecía entre sus labios— Si mi memoria no falla... —Se acercó a mí lentamente haciéndome retroceder y chocar mi espalda contra el refrigerador.
—¿Q-Qué cosa? —murmuré lleno de nervios.
«Que vergüenza me da solo al recordarme a mí mismo anoche, tan sumiso y dejándome dominar por Kilian. Estaba irreconocible»
Mi jodido orgullo esta a pura agonía desde que conocí a este chico.
El rubor recorrió mi rostro hasta mis orejas. Kilian me observó como diciendo "mmm, ¿Qué te ocurre? ¿Recordaste algo vergonzoso?"
—Idiota —estreche los ojos soltando esa frase.
—¿Eh? No dije nada. —Levantó las manos a la altura de sus hombros fingiendo inocencia.
Succioné levemente mi labio inferior y giré el rostro. Él colocó una de sus piernas en medio de las mias y me presionó levemente.
—Kilian... —murmuré sujetándome de su brazo.
—"Si me perdonas, haré lo que quieras" ¿Te suena esa frase?
—E-Eres un grandísimo idiota —insulté mientras dejaba un casto beso en mi frente.
—Es muy fácil hacerte enojar, mi niño precioso —admitió sonriendo divertido.
Me puse ligeramente de puntitas de pie, mordí su mejilla y gruñó, seguido de eso lo empujé y comencé a correr hacia la sala de estar. Obviamente él me alcanzó en pocos segundos y ambos caímos al suelo entre risas.
Comenzamos a forcejear y jugar algo bruscos: él esquivaba mis mordidas con agilidad, quería sujetarme, pero yo lograba zafarme de su agarre y volvía a intentar morderlo; así giramos en el suelo entre risas hasta que mordí el costado de su abdomen, gruñó, me tumbó en el suelo y me sujeto con fuerza de ambos brazos. Todo era más o menos "parejo" hasta que comenzó a hacerme cosquillas y ahí perdí completamente.
—Tiempo, tiempo —pedí entre risas—. Tiempo fuera. —Se detuvo y dejó caer todo su peso sobre mí.
—Pesas, gordo —dije muy agitado, con mi pecho subiendo y bajando a gran velocidad.
—Eso se llama músculos, algún día tendrás —fanfarroneó apretando mi brazo que a comparación del suyo se veía pequeño.
—Cállate —ordené fingiendo seriedad, entrelacé mis dedos en su sedoso cabello y lo acaricié.
Poder estar así con Kilian... sentir el peso de su cuerpo, su respiración, los latidos de su corazón y la paz que me genera, todo esto me parece mágico de cierta forma.
¿Desde cuándo soy tan sentimental?
«Me estoy volviendo un idiota... pero, honestamente, amo esto»
—Es raro ¿Verdad? —murmuré.
—¿Tú? Por supuesto, pero no te juzgo —dijo burlesco y le di un pequeño golpe riendo.
—No, Einstein. —Soltó una risa y volvió a abrazarme—Esto —reafirmé señalándonos— ¿No te sorprende lo rápido que nos acostumbramos a estar juntos? Como si no me costara asimilarlo...
—No te entiendo, niño.
Levantó la cabeza y me miró expectante.
—No se c-cómo explicarlo... Como si... —Llené mis pulmones de aire y hablé más claro—: Hacer el amor contigo no me es difícil.
—¿Seguro? Siempre ruegas que vaya despacio, te quejas y si me excedo se te llenan los ojos de tantas lágrimas como si te estuviera haciendo verdadero dañ... —Lo callé con ambas manos en su boca.
—¡No me refiero a eso! —chillé más que sonrojado—. Es más como si... Sabes, lo nuestro se me da natural, t-tu y yo...
Levantó una ceja y ladeó su rostro, así que aparté mis falanges para que pudiera responder:
—¿Te golpeaste la cabeza al caer, Hunter? —preguntó algo cómico, pero preocupado.
—Mejor no te digo nada.
—Oh, lo siento... —Besó mi clavícula y habló gentilmente sobre mi piel—: sigue.
Comencé a sentir mi rostro arder, pero aún así tomé coraje y continué:
—C-Como que el hecho de que eres un chico no me molesta ¿Por qué? No deberías gustarme con tanta naturalidad ¿No? Las personas no se hacen gays de la noche a la mañana... ¿Verdad? —solté todas mis incógnitas, confundido.
«Tengo esas dudas hace bastante tiempo, pero no sabía a quién preguntarle»
—¿"Hacerse gay" dices? —Inquirió pensativo — No creo que funcione así... Personalmente lo veo más como un autodescubrimiento personal... Pero tal vez mi forma de ver esto esta bastante distorsionada por mi entorno, es decir, no sé exactamente cómo explicártelo con palabras sin sonar desinteresado o que minimizo tu angustia... —hablaba frunciendo sus cejas, como buscando la manera de transmitirme sus ideas correctamente—. Porque en mi caso no es algo que me afecte el ser o no ser de tal sexualidad, usar o no alguna etiqueta, la verdad no me afecta como a ti este tema.
Mi cara expresaba mi nulo entendimiento y solo faltaban los numeritos sobre mi rostro como en los memes, porque no estaba comprendiendo del todo su punto. Cómo que sí, pero no sé.
Soltó una risa y se levantó sobre sus brazos acercándose a mi rostro.
—Si tuviese un accidente y perdiera la mano ¿Me amarías menos por eso?
—¿Qué? ¿Eso que tiene que v...? —Me interrumpió.
—Vamos, respóndeme —demandó inclinándose un poco más hacia mí y marcando sus ya fuertes brazos y antebrazos en el proceso.
—Por supuesto que no, te amaría de todas formas.
—¿Si quedo paralítico aún así me seguirías amando?
—Sin dudas.
—¿Si cambiara de cuerpo con una chica? ¿Me seguirías amando?
—N-No sé a qué viene eso, sería extraño, pero por ser tú, por tratarse de ti lo aceptaría sin pestañear. No te dejaría por nada. Siempre te amaré, sin importar que le pase a tu cuerpo —cuando esas palabras salieron de mi boca, Kilian sonrió ampliamente.
—Ahí lo tienes. —Ladeó su rostro y sonrió con una expresión noble— Solo es un cuerpo, niño, no debería preocuparte tanto algo como el género, el sexo, la sexualidad —ennuneraba y yo todavía siquiera distinguía bien un término del otro, pero comprendí perfectamente a lo que se refería—. Al carajo, te amo por sobre todas las cosas y me basta con que me ames de vuelta.
Respiré hondo y no pude apartar la vista de sus ojos, se veían tan profundos y sinceros que me era imposible dejar de verlo.
—Si tú hubieras nacido rubio, moreno, con ojos cafes, mujer, o como fuese, solo con conocerte me hubieses gustado. Estoy más que seguro. —Sonrió con total confianza.
Mi corazon dio un brico y sentí un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo hasta quedar en mi estómago «¿Serán estás las famosas mariposas de las que hablan en las películas? No lo sé, pero lo adoro»
—Te amo —susurré antes de rodearlo con mis brazos y besarlo.
Siempre sabe qué decir para calmarme, hacerme entender las cosas de otro modo y crecer de alguna manera como persona, aprendiendo todo tipo de formas de ver la vida más allá de la mía propia.
Nunca me siento completamente desolado si volteó y lo veo junto a mí... Si me habla con tanta paciencia y devoción... Si hace latir mi corazón de esta forma.
Un capítulo más para ustedes 🤗
Los amo⛩️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro