Dos días pasaron y Kilian estaba más ausente que ex pareja de mamá luchona.
No creí que estuviese tan enfadado, es decir, esperaba que se le pasara y fingiéramos que nada sucedió.
Quizá me estoy dando demasiado crédito y solo no tiene ganas de venir a clases.
—Puta madre... —maldije y solté un suspiro bien largo.
Esta situación era bastante frustrante, ni un mensaje de buenos días me envió, siendo que antes no pasaba un día sin recibir, aunque sea, un "Hey" de su parte.
La primera hora de matemáticas finalizó y creí que sería otro día aburrido y deprimente. Pero como en el noventa por ciento de las cosas en mi vida: me equivoqué.
La puerta se abrió con poca sutileza y Killian entró portando esa feroz mirada que peleaba con todos los retratos de satanás hechos desde el 500a.c hasta la fecha.
Nadie se atrevió a siquiera saludarlo.
Se sentó junto a mí y dejó descuidadamente su mochila a un lado.
—Oye —susurré.
Me ignoró.
El muy maleducado me ignoró.
—Te estoy hablando, Hemsworth —gruñí y me crucé de brazos.
Me miró por encima del hombro, su mirada vaciló medio segundo y volvió a ignorarme.
—Pero, ¿qué diablos? —me quejé mientras todos salían del salón por el recreo— Eres todo un idiota. Estoy hablándote con la mejor actitud y paf me ves con esa cara toda no sé qué.
Bueno, esto de haces las paces no es mi fuerte, pero respiré hondo y mis hombros descendieron. Me sentía abatido solo de pensar que podía existir la posibilidad de que su actitud hacia mí fuese así el resto de nuestra amistad hasta que se cansara y me dejara a un lado.
Debo impedir que eso suceda.
—¿Qué quieres? —preguntó desafiante y mi mirada algo decaída se clavó en él.
—Hablar contigo.
Blanqueó los ojos.
Mi subconsciente estaba procesando la información y me enviaba los reportes instantáneamente: confirmación visual de su estado anímico: enojado hasta el carajo.
Cuando el último alumno salió del curso y quedamos solos gire mí cuerpo sobre la silla, quedando frente a Kilian.
—Yo... —aclaré mi garganta y continué—: quiero que sepas que... sobre lo que escuchaste el otro día...
«Debo decírselo. Vamos, sé valiente»
—Ve al punto Hunter —ordenó y un leve shock de adrenalina corrió por mis venas, erguí de repente y solté lo primero que se me cruzó a la mente para arreglar esta situación:
—Quiero que sepas que no quiero nada serio contigo. —Listo, lo dije.
Me costó decirlo, ya que en el fondo de mi corazón no pienso de esa forma, pero debía hacerlo, no podía ser una molestia para él y que terminase dejándome.
øøø
Pov. Kilian:
—Ve al punto Hunter.
—Quiero que sepas que no quiero nada serio contigo —farfulló a toda velocidad.
Abrí los ojos por completo.
¿Qué mierda estaba diciendo?
Sentí una fuerte punzada en mi pecho.
Hunter por alguna razón parecía muy seguro de lo que estaba diciendo y a su vez no podía creerle, él es demasiado transparente ante mí y por eso presentía que algo me estaba ocultando.
—¿Dices que no quieres salir conmigo? —Asintió.
Carajo. No lo comprendo. No es honesto y, a su vez, se ve jodidamente emocionado rechazándome después de todo lo que vivimos. ¿Le da igual? ¿En serio solo se me como un simple amigo? ¿Qué cambió?
—¿Lo dices por lo que hablabas hace poco con los demás? —Levanté una ceja al respirar hondo y calmarme. Debe haber una razón.
—¿L-Lo escuchaste? Bueno, sí, quería disculparme, no quiero que te enojes conmigo —dijo intentando sonar casual con una sonrisa frazada.
—No estás siendo sincero, ¿verdad?
Se puso aún más nervioso y entrelazó sus dedos.
—Lo estoy, de verdad no quiero nada de eso contigo —sonrió de nuevo y una amarga y horrible presión se instaló en mi pecho.
Pensé que ya había experimentado las cosas más horrorosas y aberrantes a causa de mi padre, que ningún tipo de dolor podría sorprenderme a estas alturas... Vaya error.
Mis ojos recorrieron su cuerpo sentado a mi lado, con su postura nerviosa y fingiendo entereza, sujetando sus manos y jugando con sus dedos. Subí hacia su rostro pasando por ese fino cuello que tantas veces besé y mordí para que ahora venga a decirme, con los mismos labios que gime mi nombre, que somos solo amigos. Al carajo la amistad.
¿Desde cuándo no quiere estar conmigo?
¿Por qué?
Hasta hace pocos días, antes de faltar a clases (por ayudar al imbécil de Elian en un asunto) oí que Hunter había dicho que salía conmigo, o eso creí escuchar... a decir verdad, no dijo mí nombre.
No puede ser... Es que es imposible, yo lo sabría si así fuese, pero, ¿y si sale con alguien más?
Escuché la puerta abriéndose y apareció el puto profesor de música.
Esto era el colmo.
Fruncí el ceño instantáneamente y apreté la mandíbula.
—¿Estás seguro? —le di una última oportunidad para que se retracte.
Necesitaba que lo hiciera.
Hunter mostró una mirada entristecida, miró furtivamente al profesor, seguido a mí, retomo la compostura y asintió con convicción.
Mis ojos se abrieron con desconcierto y mi expresión se transformó a una lúgubre.
Ahora lo entiendo.
—Es ese puto profesor —murmuré indignado.
Hunter no me escuchó, pero estaba mirándome como esperando una respuesta positiva de mí parte.
Entendería si me dijera que no quiere estar conmigo por el hecho de que no acepta todavía que le atraiga otro chico o sus sentimientos confusos por su primera experiencia sexual y demás... pero que me estuviese dejando de lado por ese hijo de puta, el mismo maldito imbécil que tiene siempre su falsa sonrisa dibujada en el rostro y me mira con desprecio.
Imperdonable.
Divisé a ese fallido intento de profesor y esbozó una pequeña sonrisa en dirección a Hunter, como si supiese exactamente lo que estaba sucediendo.
La sangre me hervía, mi corazón comenzó a latir de forma acelerada y apreté los puños. Años de entrenamiento forjando mi carácter y regulando las emociones al máximo para tirar todo al diablo como un puto crío enojándome de esta forma. Solo con ver la sonrisa satisfecha del ese maldito ya estaba perdiendo el autocontrol. Eso me irritaba y aumentaba el desequilibrio.
Me iré antes de hacer algo estúpido frente a Hunter.
—Como quieras —respondí poniéndome de pie y dirigiéndome hacia la puerta.
Caminé hasta pasar junto al profesor que estaba apoyado contra el marco de la puerta.
Calma. He mantenido la compostura en situaciones peores. Mantén la cordura. Control.
—Adiós, Hemsworth —siseó con una mueca.
«A la mierda el control»
Giré con todo el peso de mi cuerpo centrado en mi brazo derecho y mi puño arremetió contra el rostro del hombre.
Cayó sobre unas mesas a pocos metros de mí y seguido terminó en el suelo.
«Espero haberle roto algo, mínimo»
Hunter se levantó abruptamente de la silla y corrió hacia nosotros.
—¡¿Qué diablos te pasa?! —gritó Hunter socorriendo al imbécil.
Lo ignoré y observé de forma atemorizante al profesor.
«Detesto verlo cerca de Hunter... Pero parece que a él le gusta su compañía, ya que lo estaba ayudando a ponerse de pie con una mirada compasiva y culpable»
—No me provoques —le advertí a Greco—, y tú... —Me dirigí a Hunter y su expresión corporal delataba su ansiedad y agitación por la situación. Odié ser yo el que causó esa expresión de miedo en él. Que me viera así.
Mis pupilas titubearon y suspiré internamente, apretando los labios.
Simplemente desvié la mirada y salí del lugar.
—Espera, Kilian —ordenó Hunter, todavía tomando el brazo del jodido tipo que le atraía lo suficiente como para rechazarme y elegir su reciente relación por sobre mí.
Sigo sin comprenderlo, pero es su decisión, no puedo oponerme a Hunter, no puedo imponerme u obligarlo a elegirme. A que me viera de la misma manera que yo a él.
No tenía sentido.
—No te acerques a mí —espeté sin mirar atrás.
Recorriendo iracundo el pasillo hacia la salida, todos me evadieron, como siempre, quizá más de lo usual.
«Gente insoportable. Es tan putamente molesto. Las personas a mi alrededor son irritantes... Él era diferente, pero no pude conservarlo, no supe cómo, supongo»
Mi padre solía decir mierdas que me vinieron a la mente, cosas sobre estar orgulloso de mi indiferencia ante la soledad, mi carente necesidad de contacto afectivo como si eso fuese algo de qué estar orgulloso. Siempre estuve en contra de su forma de ser y lo que esperaba de mí, mas tampoco me cuestioné mucho mi crítica personalidad y forma de vivir, me parecía normal no experimentar este tipo de sensaciones y ahora estaban agobiándome.
Por un lado, no podía dejar de pensar en la puta mirada de Greco, aunque fingía estar sorprendido por el golpe, de cierta forma vi alegría en sus ojos ¿Qué pretende? ¿Sacarme de quicio? ¿Lo hizo a propósito? ¿Va en serio con un jodido alumno menor de edad?
Y ahí mi segunda preocupación: Hunter. No sé si quiero empujarlo o besarlo por ser tan imbécil y darle un giro tan abrupto a nuestra relación de la noche a la mañana.
Tampoco sé qué más podría haber hecho, intenté demostrarle lo que significaba para mí, de hecho soy tan putamente obvio que no comprendo cómo toda la escuela no sospecha que estoy desquiciado por este llorón con complejo de superhéroe.
Supongo que no tengo muy desarrollada esa habilidad más que lo que he visto, leído o conocido desde afuera, ya que la única que me mostró afecto en el pasado fue mi abuela y era tan escaso que es como una lejana sensación más que un recuerdo particular... No la culpo, si lo hubiese hecho la hubiese perdido mucho antes de lo que la perdí y quizá yo sería otro en este mismo momento.
Pero era muy frustrante no entender a alguien que creí conocer completamente y distinguir cada ínfimo deseo son con verlo, con sus reacciones, sabiendo lo que desea incluso antes de que lo dijese.
Estúpido niño quedándose con ese bastardo. No podía creerlo todavía. No digo ser una mejor opción, siendo objetivo al respecto es un claro no, pero fui honesto con él, conmigo mismo y mis deseos de estar a su alrededor desde el inicio, le dije que me gustaba y al parecer no entendí sus señales y rechazó las mías.
Que imbécil.
Bufé con un pésimo humor al encender mi cigarrillo y un grupo de chicas frente a la entrada del instituto se sobresaltaron y comenzaron a murmurar.
—No tengo ánimos para esto —mascullé con el cigarrillo entre mis labios y me dirigí al departamento.
Esto me pasa dejarme llevar y creer que todo estaría bien, debí haber aprendido por experiencia propia que nada a mi alrededor acaba de esa manera.
Por el momento ignoraré a Hunter y seguiré con mi vida como de costumbre. No puedo odiarlo por sus sentimientos contrarios a los míos, pero tampoco puedo estar a su alrededor con naturalidad. No sin desear tocarlo, besarlo o monopolizarlo, algo que él rotundamente no quiere, según sus palabras.
No debe ser tan difícil, regresaré a mi antigua normalidad de a poco.
¡Buenas! Espero que tengan un lindo día♥ los quiero muchísimo♥
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