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Capítulo 021




Desperté con lentitud, tardé varios segundos en poder abrir los ojos, al hacerlo la realidad golpeó mi rostro divisando a un pacífico y profundamente dormido Kilian. A mi lado. Desnudo. Obviamente tenía sabanas y frazadas sobre él, pero Kilian, Jesús y yo sabíamos que abajo de eso no había nada. 

«Dios, esto era mucho por procesar, he dormido en casa de amigos, pero nunca de este modo, jamás desperté en una habitación desconocida después de hacer algo así con una persona que me despertaba semejantes emociones ¿Qué hago? ¿Lo despierto? ¿Me baño primero? ¿Se enojará si uso su ducha sin preguntar? ¿Me hago bolita en la cama y finjo muerte?»

Mi cuerpo reaccionó solo cuando lo vi hacer una mueca por el frío (ya que sin darme cuenta le saqué parte de la frazada) y antes de razonarlo lo abracé y besé suavemente su hombro, tapándonos a ambos.

Todavía adormilado apretó su agarre, respiró hondo y sonrió sin abrir los ojos.

El aroma y calor de Kilian me encantaban, podría pasar todo el día así, abrazándolo.

—Oye... voy a ducharme ¿Si? —dije separándome un poco de él e intentando levantarme.

—Mmm... —Me estrujó un poco más, pero sin ser brusco o doloroso.

—¿Eso es un sí o un no?

Volvió a hacer un sonido con su garganta y frotó su rostro contra mi cabello, manteniendo la mitad de mi cuerpo sobre el suyo.

—Vamos Kilian, también tengo que cambiar mis vendas. —Abrió un poco los ojos y me observó fijamente.

Suavizó la mirada, me besó en la sien y frotó sus ojos.

—Allí están las toallas, niño. Usa la ropa que quieras —comentó estirándose sobre la cama.

Me quité las vendas sucias y las dejé sobre la mesita de luz. Me levanté, o eso traté, ya que Kilian jaló de mí brazo haciéndome caer sobre él y un gemido adolorido casi escapa de mis labios.

—¿Qué... —Unió sus labios con los míos y sonrió— Caprichoso... —bufé juguetón y le seguí el beso.

Sonreí y quedé unos segundos recostado sobre su pecho, deleitándome con sus sutiles caricias en mi cadera y nuca.

—Me gusta esto —pensé en voz alta.

Me levanté avergonzado y lo vi sonreír, tomé unas ropas de Kilian, me dirigí al baño rápido y entré a la ducha.

—Siento el perfume de Kilian en todo mi cuerpo —recapacité, pensando en voz alta y respirando profundamente al percibir mis mejillas arder.

«No puedo creer lo que hicimos anoche» Una puntada atravesó mi cadera y chillé como caniche recién pisado «Ok, sí lo creo, es un hecho, lo hicimos»

A medida que mi cuerpo se relajaba por el agua me dejé llevar y comencé a cantar una canción de Finding Hope, Love, específicamente.

«Y sí, tengo la costumbre de cantar cuando tomo un baño»

Al cabo de media hora terminé de bañarme, me puse un bóxer, una sudadera gris y un jogging Nike de Kilian; su ropa me quedaba súper holgada.

Salí del baño y Kilian había cambiado las sábanas, extendido la cama, puesto ropa a lavar, barrido y alimentado a Dracarys.

—¿Tanto tiempo tardé en bañarme? —pregunté y llamé su atención.

Elevó una ceja y comprendió a qué me refería cuando señalé la impecable habitación.

—No, no demoraste casi nada, hice un poco de limpieza superficial, lo hago a fondo los fines de semana —dijo como si fuese lo más normal del mundo.

Yo en mi casa me quejo cuando me toca lavar los platos y este chico es ceniciento por propia voluntad. No deja de sorprenderme cada parte nueva que conocía sobre Kilian, tiene demasiados puntos buenos y curiosos, cualquier rumor sobre él no se acercaba ni un poco a lo que realmente es en su totalidad.

—Tomaré una ducha también —me informó entrando al baño detrás de mí y bajé de mi nube de baboso.

Se duchó relativamente rápido, yo me debatí si descargar algún juego en su móvil y jugarlo, pero después de aye prometí jamás volver a usar su celular... por lo menos hasta que se me vaya la vergüenza de lo ocurrido, o sea, nunca.

Salió con una toalla en su cintura e intenté, juro mi Santo Señor que lo intenté, pero mis ojos siguieron cada paso de su endemoniadamente atrayente físico hasta que se detuvo frente a su placar, buscó su ropa, me observó por le filo de sus ojos y me estremecí apartando la vista.

Regresó al baño a secar el piso del mismo y vestirse.

—Eres bastante ordenado —solté mientras pasaba por mi lado con su remera negra con un estampado en letras blancas y jeans oscuros.

—Puede ser, vivo solo hace bastante así que tengo la costumbre de limpiar.

—¿Hace cuánto vives sólo?

Me miro detenidamente.

—¿Q-Qué? —cuestioné poniéndome algo nervioso.

—Nada. Te queda bien mi ropa. —Inclinó levemente su cabeza— Además, cantas genial.

Diablos, cuando dice cosas como esa pareciera que mi corazón va a explotar.

—Sobre lo que me preguntaste... —siguió— Mi abuela paterna falleció cuando yo tenía cerca de catorce años y me heredó todo. Con algo de ese dinero viajé y compré este departamento. Era una buena mujer, pero no podía oponerse a la voluntad de mi padre sobre mí... lo único que pudo hacer fue engañarlo para lograr mi independencia, heredarme su dinero y así salir de la casa de aquél sujeto.

Cogió unas vendas nuevas, el ungüento y los calmantes que me recetó el doctor e hizo una seña para que me sentara frente a él. Lo hice y comenzó a colocarme las vendas cuidadosamente.

Sabía que no debería seguir indagando de esto, sus ojos parecían más fríos y mordí mis labios porque quería saber más sobre él.

—¿Cómo... ¿Cómo es tu padre? —pregunté dubitativo.

Siguió con su mirada inexpresiva y tranquila.

—Bueno... Tiene aproximadamente cuarenta y cinco años, creo. Su trabajo es ser prestamista, para no decir mafioso —murmuró aquello último—. Tiene varias empresas legítimas de préstamos financieros. Su personalidad —masculló con una oscuridad que no conocía—: Es frío, calculador, narcisista, tiene un severo problema con su ego, sabe manipular a la gente, su encanto natural es aterrador, siempre se lo ve muy tranquilo y no se altera por nada. Bueno, lo he visto perder el temperamento cuando se trata de mí —sonrió con enojo—. Tampoco soporta la debilidad bajo ningún aspecto... en general un completo hijo de perra. No hay mucho que explicar sobre él, solo que no es una buena persona.

Terminó de colocarme las vendas y guardó silencio, era indescriptible explicar cómo se veía el semblante de Kilian hablando sobre ese señor tan aterrador.

—Debe haberte hecho mucho daño —musité lleno de tristeza y enojo, apretando mis puños.

Se encogió de hombros, apoyó su espalda contra la pared junto a la cama y miró hacia la ventana.

—Perdón si te hice hablar de algo que no querías —solté cabizbajo.

—Nunca hablo de estas cosas, no quiere decir que me moleste hacerlo contigo, solo que es raro para mí —contestó con una media sonrisa.

—Mi padre... falleció cuando era pequeño.

Levantó una ceja, giró su rostro hacia mi dirección y abrió ambos brazos. Me acerqué y senté en medio de sus piernas, me rodeó con sus brazos y apoyó su cabeza en mi hombro.

—Cuéntame. —Besó mi cuello gentilmente.

—Él sufría de cáncer pulmonar crónico... Estuvo en tratamiento mucho tiempo, así que lo visitaba muy seguido en el hospital. No recuerdo todo lo sucedido, pero no puedo olvidar la desesperanza que había en ese lugar, el olor a hospital, las batas blancas, los doctores de un lado a otro y la tristeza de todos allí dentro. Bueno, la sala de oncología no debe ser un sitio lleno de carcajadas, ahora lo entiendo.

—Eso explica el por qué no querías ir a un hospital.

—No soporto estar en uno, me es imposible... —suspiré e hice una breve pausa.

Respiré profundo y continué.

—Yo era pequeño y al principio no podía notar lo grave que estaba él, pero podía verlo más delgado, sin cabello y con oscuras líneas debajo de sus ojos cansados. Aun así era siempre muy gracioso y positivo, de verdad creo que te hubiese agradado —sonreí con algo de tristeza.

Kilian acarició mi cabello y miró expectante, estaba prestando atención a cada palabra que salía de mi boca. A veces sus actitudes me hacían sentir alguien importante para él.

«¿Estaré siendo muy codicioso?»

—Y-Y entonces... —mi voz se quebró un poco—. El cáncer se extendió a más de sus órganos.

—Metástasis —murmuró y asentí.

«Hacía mucho hablaba de esto. De esa época. Pero recuerdo perfectamente cómo dolía»

—Cuando ya no había esperanza de que se salvara, dijo que quería decirnos algo importante. Mi madre estaba destrozada, sujetándose del borde de la camilla —guardé silencio y apreté los labios.

No quería quebrarme frente a Kilian así que me contuve y continué contándole.

—Dijo "Saben lo que sucederá, ¿verdad?", mí hermana mayor entre lágrimas y apretando los puños dijo "morirás". —Negué con la cabeza— Mi madre levantó su rostro para regañarla, seguramente por no tener tacto, pero mi padre sonrió. "Sí, princesa" respondió. Todos nos miramos y volvimos la vista a él. "Todos mueren en algún momento, cariño, pero no todos tienen la oportunidad de despedirse de su hermosa familia cómo puedo hacer yo hoy... y eso es de alguna forma una ventaja ¿No lo ves así?"

El optimismo siempre caracterizó a mi padre.

—"Descubrí lo que piensa le gente cuando llega el momento de despedirse y les voy a dar un gran consejo: vivan su vida de tal forma que cuando llegue el final del día puedan dormir sin arrepentimientos. Vivan, sean felices y no se den por vencidos ¿Entendieron? No tengo arrepentimientos porque soy realmente feliz con la vida que tuve, quiero eso para ustedes también" —sonreí duramente intentando no llorar.

Lo amaba tanto que todavía duele.

—Debe haber sido un excelente padre —su voz me sorprendió—. Lo sé porque tuvo a un gran hijo... estaría orgulloso de ti, Hunter—finalizó abrazándome un poco más fuerte.

Cerré los ojos y apreté su brazo. De alguna forma me hacía sentir tranquilo y protegido. Esta persona junto a mí me hacía bien, de muchas formas.

El móvil de Kilian comenzó a sonar y ambos nos sorprendimos. Se estiró hasta la mesita de luz, chasqueó la lengua al ver la pantalla y atendió.

—¿Qué quieres, mujer? Sí... Lo sé, iré, así que no me molest... —suspiró—. Bien, esta bien. —De pronto clavó su mirada en mí— Iré con alguien hoy —colgó y dejó el aparato a un lado.

—¿Mmm? —musité haciendo ademanes de intriga.

—¿Me acompañas a un lugar esta noche?

—Este... sí, claro, pero ¿A dónde iremos?

—Ya verás —sonrió de lado— ¿Quieres comer algo antes?

Asentí y una sutil sonrisa se formó en sus labios.



Seguro el 90% ya sabe a dónde van jajaj pero no digan nada porque hay muchos nuevos♥

En las anécdotas de la semana les cuento que estoy haciendo fichas para algo que pronto subiré para festejar los 5.000.000 de vistos en Kilian♥ Los que me siguen en en Instagram o Twitter ya saben, pero háganse los sorprendidos cuando lo suba;)♥

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