
Capítulo 016
Desperté con toda la pesadez del mundo, no tenía ningunas ganas de abrir los ojos, si fuese por mí dormiría hasta el fin de los tiempos.
«Cálido... ¿Qué es esto?» pensé al sentir algo inusualmente tibio junto a mí.
Abrí mis ojos y lo primero que vi fueron los brazos de Kilian rodeándome, seguido su pecho y subí inmediatamente a su rostro. Por lo general tengo las manos un poco frías, sin importar el clima, pero ahora estaban tocando el caliente pecho de Kilian y me compartía de su temperatura.
Se movió ligeramente y por impulso me alejé, pensé que iba a despertar, pero siguió profundamente dormido. Descansaba tan pacíficamente que lo único que pude hacer fue observarlo ¿Siempre durmió así? Lo he visto de reojo al final del salón ocultando su rostro entre sus brazos cruzados sobre la mesa, pero nunca le presté atención y de todas formas no me permitía ni a mí ni a nadie ver su cara durmiente.
«¿Por qué lo estoy observando y tocando mientras duerme? Tengo la fuerte sensación de que esto es denunciable en muchos países»
Y si eso me resultó extraño, algo aún más raro cruzó por mi mente: «Quiero ser el único que vea este lado de Kilian» ¿Por qué? ¿Desde cuándo me había vuelto tan codicioso con respecto a él? Esto no era una buena señal.
Aparté la mirada con la intención de recuperar, aunque fuese una pizca de, mi casi inexistente orgullo ¿Babearme por alguien mientras dormía? Por favor, que patético.
Mi débil resistencia a sus encantos no duró mucho tiempo ya que volví la vista hacia este asombroso chico. Es que, vamos, era inevitable, la palabra "hermoso" no le hacía honor semejante persona.
La tenue luz entraba por la ventana e iluminaba parte de su rostro, destacando su magnífica fisonomía, un rostro perfilado y mandíbula bastante masculina, su labio inferior levemente más carnoso, largas y oscuras pestañas, cejas definidas... Ese perfecto conjunto de virtudes y más, conformaban a Kilian.
Debo buscar algún tipo de tip o idea en cinco minutos de cómo eliminar esos estúpidos pensamientos acosadores de mi mente.
¡Esperen! ¿Luz? ¿Entrando por la ventana?
—¡Nos quedamos dormidos! —grité sentándome de prisa.
El dolor resultado de mis fuertes movimientos se hizo notar al instante, llevando una mano a mi pecho.
—Eres... demasiado ruidoso —murmuró, rodeando mi cadera con sus brazos y apoyando su rostro en mi pierna.
Esa simple acción revolucionó mi corazón, pero mi cerebro le dio tremendo putazo a mi pobre órgano bombeador de sangre e ignorando el calor en mis mejillas solo podía pensar en que teníamos que correr al instituto o el profesor de matemática me crucificaría en medio del salón en la próxima clase.
—¡No es hora de dormir! ¿Qué hora es? ¡Debemos irnos! —Bufó sin interés.
—Oh, mmh... —Se estiró todavía recostado en la cama y metiendo su mano debajo de su almohada sacó su móvil—. Siete y quince —susurró frotando sus ojos y sentándose sin ánimos.
Me intimidó un poco su figura, portando esa filosa expresión en sus ojos, cosa que atribuí a sus deseos de seguir durmiendo, ya que al verme observándolo sonrió de manera sutil y casi suspiro como princesa de Disney de los ochenta.
Regresó sus ojos al móvil y lo escaneé con la mirada de manera involuntaria, hasta que llegué a su short donde pude ver un gran bulto sobresaliente. Me sonrojé y desvié el rostro.
¿Qué diablos estaba mirando? Es normal en las mañanas despertar así. Es decir, somos hombres, es muy común. No es la primera vez que veo algo así ya que tengo un grupo de amigos muy cercano y un mejor amigo con cero pudor. Aún así no pude dejar de sentirme avergonzado y rezaba para que Kilian no lo hubiese notado.
Él mostró una media sonrisa. «Sí, por mi puta vida que se dio cuenta. Mierda»
—Si quieres podemos llegar todavía más tarde... —sugirió, tomando una de las vendas que había en mi pecho y jaló en su dirección—. Puedes hacer más que solo mirar si quieres. —Tomó mi barbilla y la elevó dejando mis labios a la altura de los suyos.
—Tenemos que ir t-temprano —afirmé cerrando levemente los ojos e inclinando mi rostro.
—Seguro será la primera vez que llegarás tarde —ironizó.
Estreché los ojos y seguido desvié la mirada.
—¿Tanto quieres llegar a la primera hora? —preguntó soltando su agarre.
—S-Sí, el profesor de matemática ya me tiene mal visto. —Le recordé, haciendo un puchero sin querer—. Y odio matemática, no puedo reprobar.
Suspiró y su mirada se suavizó.
—De todos modos, en el estado en el que estás... no creo que haya podido divertirme lo suficiente sin hacerte daño. —Se encogió de hombros— Tendré que esperar. —Volvió a poner su malévola mirada.
¿Cómo puede decir esas cosas tan vergonzosas como si nada? Eso es algo que nunca comprenderé.
—No vamos a llegar a tiempo —me lamenté.
—Tu ropa ya debe estar seca, póntela rápido y vamos. Llegaremos. —Ni siquiera titubeó.
—Pero... No puedo correr como estoy ahora.
—Confía en mí —dijo sacándose la camiseta y el short como si nada.
—Hey ¿Q-Qué haces? Espera a que salga de la habitación por lo menos —dije avergonzado, tapando mis ojos con mi brazo.
—Por actitudes como esta se me hace imposible autocontrolarme contigo, niño, demasiado tierno —dijo mordiendo su labio antes de besarme e ir al baño a terminar de alistarse.
—¿Tan raro es que sea algo tímido?
—Ambos somos hombres, claro que tus reacciones no son comunes, pero significa que te atraigo y a diferencia del resto, no puedes contener tus deseos al verme sin ropa —lo escuché decir desde el lavabo.
—Ya quisieras, Hemsworth —ironicé ocultando mi nerviosismo.
«¿Mis reacciones? No entendí qué quiso decir, era lógico que me pusiera así si se desnuda frente a mí la persona que... Aguarden ¿"La persona que" qué?» Pero justo ahora esa pregunta estaba en segundo plano, solo prioricé cambiarme y tomar mi mochila.
En menos de diez minutos ya estábamos completamente listos y saliendo de su departamento. Que por cierto acabo de descubrir que vive en el séptimo piso, lo que significa que él me cargo en el ascensor hasta aquí ayer, cuando estaba inconsciente.
—Lamento las molestias que ocasioné —me disculpé por milésima vez, recordando lo sucedido.
—Me gustó que vinieras y te quedaras a dormir. Así que no necesitas disculparte —sonrió de lado y se acercó para besarme cuando el ascensor se detuvo y una pareja de adultos subió tomados de la mano.
Rápidamente retrocedí unos centímetros y giré el rostro.
—Ohh... Nosotros necesitábamos subir hasta el departamento, Nancy dijo que ya había subido y nos esperaba en la puerta —dijo la mujer rubia al hombre de cabello oscuro que entró con ella.
—Ustedes bajan, ¿verdad, chicos? —inquirió él observando las curitas y vendas de mis brazos, luego a Kilian y nuevamente a mí. Frunció el ceño, aunque al verme fijamente se tranquilizó.
Parecía sentir curiosidad, pero no dijo nada, quizá pensó que Kilian me hizo esto por su porte amenazante. Pero mi mirada decía claramente que estaba feliz junto a él.
Yo asentí con la cabeza en señal que descendíamos.
—Bien, bajemos y luego subimos, amor, no tenemos apuro, mi hermana no irá a ningún sitio —añadió ella.
Presionamos nuevamente el botón de la planta baja y comenzó a descender otra vez. El hombre sin contener su sonrisa tomó a su esposa, supuse por los anillos, de la cintura y sin previo aviso el besó ahí mismo, frente a la puerta del ascensor.
Guié mis ojos a Kilian que había colocado las manos dentro de sus bolsillos y tenía la vista al frente, sin una pizca de interés por la feliz pareja frente a ambos. Es más, ahora hasta podría decir que lo sentía frio y distante. Me acerqué unos pasos quedando a su lado y clavé mis ojos en él.
«¡Estos momentos se hicieron eternos, Dios mío!»
Observé nuevamente a la pareja y sentí algo de envidia, ya que ellos podían hacer eso en público sin preocupaciones.
Apreté el puño y al darme cuenta relajé mis manos, no tenía derecho a estar frustrado. ¿Por qué me frustraba algo así? ¿En qué estaba pensando?
Volví la mirada otra vez a Kilian y sorpresivamente él estaba mirándome. Sacó una de sus manos del bolsillo, la acercó a mí y apreté los ojos.
—K-Kilian... —guarde silencio al notar que solo acomodaba el cuello de mi camisa.
—Ahí está mejor —dijo y volvió a mirar al frente.
No sé por qué, pero antes de que volviese a colocar su mano donde estaba, yo la tomé. Sus ojos se abrieron con asombro y luego se vieron apacibles. Al instante reaccioné lo que acababa de hacer e intenté soltarlo.
—L-Lo siento, lo siento... —Sujetó mi mano y entrelazó nuestros dedos, apretando levemente.
El sonido de que llegamos abajo por fin se escuchó y las puertas se abrieron.
—Permiso —soltó Kilian con su típico tono de voz amenazante.
—Oh perdón... —respondió el hombre, haciéndonos lugar para pasar.
Noté que ambos guiaron su atención a nuestras manos. Quizá estaba un poco paranoico, aunque mis dudas se disolvieron al ver sus ojos, efectivamente fue obvio que estaban sorprendidos por la situación. No creo que lo hayan hecho a propósito, pero fue muy obvio que casi no podían creer que estuviésemos tomados de las manos.
Bajé la mirada, pero no solté su mano, no quería soltarlo.
Kilian tomó la iniciativa y ambos salimos del infernal ascensor. Parecía que el tiempo corría más lento que en Capitán Tsubasa. Las puertas se cerraron a nuestras espaldas y dejé salir un gran suspiro.
—Eso es un gran paso para ti —me felicitó con una media sonrisa—. Estoy muy orgulloso.
Una mezcla de emociones se apodero de mí. Pero la más fuerte era la felicidad que me generaba el simple hecho que él me dijera que estaba orgulloso de mí, que valorara mis intentos por ser más honesto en público y me incentivara a seguir adelante con su amabilidad. Sin apresurarme, sin hacerme sentir culpable por ser tan patético con respecto a mi sexualidad. Era asombroso.
Apreté su mano, apoyé mi cabeza en su hombro y volví a suspirar, pero esta vez con una pequeña sonrisa. Nos guió hacia la cochera del edificio y sacó una motocicleta negra junto a un casco.
—Sube —ordenó extendiéndome el casco y sentándose en ella.
—¿Y tú? —dije poniéndome el casco.
—Solo tengo uno, así que úsalo tú... Tendré que comprar otro —reflexionó mientras yo subía detrás de él en la moto—. Sujétate fuerte.
Lo abracé con fuerza y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos frente al instituto. A lo que todos, y me refiero a todos, se dieron vuelta a vernos. Es el típico "Eso solo sucede en las películas, a nadie le importa tu vida", ojalá, el chisme es el pan de cada día y personas como Kilian no pasan desapercibidas si cambian su tan definida rutina.
El hecho de que el famoso killer viniese en motocicleta y además acompañado, sumado a que el chico que viaja con él parecía una especie de herido de guerra, lleno de vendas. Y, por último, pero no menos importante, Kilian se veía sumamente atractivo el día de hoy, con su tapado negro, camiseta gris y jeans oscuros.
Muchos factores contribuyeron a que medio instituto fijara su atención en nosotros.
Estacionó dentro de las rejas, nos bajamos y dejó el casco sobre la motocicleta.
—¿No es mejor llevar el casco adentro? Te lo podrían robar...—disminuí el tono de mi voz a medida que miraba a Kilian.
Me estaba observando con una expresión de "¿Alguien del instituto? ,¿robándome algo a mí? ¿En serio?"
—Oh... Cierto. Nadie quiere morir tan joven. Olvidé por completo con quién me junto últimamente —dije algo cómico e irónico.
Negó con la cabeza y caminamos dentro del instituto.
—No sabía que tenías una motocicleta —hablé, intentando ignorar los murmullos de los demás.
—No la uso para venir al instituto porque es una pérdida de tiempo ya que vivo cerca.
Me siento demasiado incómodo con todos mirándonos, no sé qué diablos les ocurre.
—¿No te molesta que nos miren y murmuren?
—No.
—¿Ni un poco? —insistí.
—Para nada. Ninguno de ellos significa nada para mí, así que sus rumores u opiniones no me importan en absoluto. Que se jodan. Mis preocupaciones son mucho más grandes que simples idiotas murmurando estupideces, ojalá mi vida fuese así de simple. —Se encogió de hombros y me miró por encima del hombro.
—Oh, no te comprendo bien. —Elevé una ceja— No sé cómo haces, pero a veces te admiro mucho.
—No hay nada que admirar en mí, créeme —sentenció con una fría sonrisa sin mostrar los dientes y abriendo la puerta de nuestro salón.
Todo el bullicio se convirtió en silencio al vernos entrar. Ni el profesor se atrevió a hablar. Frank, pálido, se levantó de su asiento abruptamente, rompiendo el silencio sepulcral.
—Seguramente fue Killer —dijo alguien en el fondo.
—Es verdad, Hunter fue a su casa ayer.
—¿Por qué le hizo eso? Es un animal.
Los murmullos se hicieron notorios y la sutileza les valió un carajo, parecían gritar cada acusación indirecta.
—Pobre Hunter, sabía que era mala idea que se juntase con Killer.
De nuevo, ahí están todos metiéndose donde nadie los llamaba.
—¡Ya cierren la boca! —grité furioso—. Dejen de sacar conclusiones estúpidas.
—¿Qué te sucedió, Hunter? —preguntó Frank serio y preocupado, casi rayando con lo amenazante.
Cuando termino en problemas, él es el primero en correr detrás de mí y el que más enfurece cuando dañan a alguien que de verdad le importa.
—Ayer cuando me dirigía a la casa de Kilian, gracias a la fuerte lluvia tropecé y caí del puente cerca de la avenida. Él justo pasaba por ahí y me saco del agua —afirmé elevando más la voz y mirando a todos en general.
Se me daba fatal mentir, pero de alguna forma en parte era cierto que caí al agua y el me sacó.
Algunos agacharon la cabeza o miraron hacia otro lado, retractándose por lo dicho antes.
—Oh Dios ¿Están bien? —preguntó Sanna acercándose a nosotros y viendo detenidamente a ambos.
Seguido de ella Frank, Aaron, Matt, el profesor y así la mayoría de los alumnos haciendo una ronda a nuestro alrededor.
—Sí, estoy bien —respondí con una sonrisa.
Kilian no habló, para no decir que los ignoró a todos.
—Gracias —dijo Frank manteniendo la mirada con Kilian, éste solo asintió con la cabeza. Todos los ojos se clavaron en él, con cierto agradecimiento.
Kilian solo se dirigió a su asiento, sin humor, fastidiado.
—¿Fuiste a un hospital? —preguntó Frank, más sorprendido por el hecho del hospital que por las heridas en sí.
—No, ya sabes que no soporto los hospitales. Kilian llamo a un doctor —respondí rascando mi nuca.
Frank me abrazó y Aaron detrás de él.
—No se preocupen chicos, estoy bien —dije dando suaves palmadas en la espalda de Frank y la cabeza de Sanna que intentaba abrazarme también.
Todos nos dirigimos a nuestros asientos y al final de la hora el profesor pidió que entregáramos un trabajo, a lo que todos asintieron con cansancio, otros maldijeron y yo por dentro estaba muy perdido, no entendía de qué hablaban hasta que finalmente me llegó oxígeno al cerebro y recordé todo.
Mis ojos se abrieron por completo.
Olvidé que debía hacer ese maldito trabajo.
—Diablos, reprobaré —maldije y me desplomé sobre la mesa.
Gran parte de mi beca depende de mis notas, estaba muy jodido y quería llorar o desaparecer, lo que pasara primero.
Ahora es cuando me dicen que extrañaron mis notitas de autor o me drogo jsjsjasja broma, me drogo igual JAJAJAJ OK YA PARO xd
¿opiniones sobre la novela?
Kilian me hace fangirlear sola, me pongo modo simp y quiero dar mil detalles de él y me calmo porque sino sería pura novela descriptiva de lo precioso y dominante que es el muy alfa♥
En fin, lxs amo muchísimo, gracias por tanto y espero que tengan una linda semana, mes, año, vida♥
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