El pequeño gato que Kilian acariciaba cada mañana a unas pocas calles de aquí, estaba siendo pisoteado por ese grupo de hombres.

—¿Si continúo pateándolo creen que morirá? —habló de forma gangosa uno de ellos.

—Esta puta cosa debería dejar de levantarse ya —bramó el de cabello largo, propiciándole una patada al indefenso animal.

Estaba mojado, luchando por mantenerse sobre sus patas. Se veía terrible y lleno de miedo, ensangrentado y cabizbaja a los pies de estos tipos claramente drogados, que lo patearon una última vez cuando finalmente dejó de levantarse.

La sangre me hervía como si fuese a explotar y así mismo miré a Kilian que se había detenido a unos pasos de mí, esperando ver la misma indignación en su rostro, estático frente a toda la escena. Pero no se veía asustado, ni molesto, solo petrificado mirando al gato, como si su mente estuviese en otro lugar.

Su rostro era inexpresivo, lejano a la situación, pero sus ojos me decían una cosa completamente diferente, ocasionándome una horrible sensación en mi interior.

—K-Kilian, tenemos que hacer algo ¡Van a matarlo! —grité colérico.

—¿Qué tanto miran, pedazos de mierdas? —exclamó uno de ellos mostrando el dedo medio.

—¿Kilian? —pregunté nuevamente.

«¿Qué le sucede?»

Finalmente me contestó, sin apartar la vista del herido animal.

—Si no es lo suficientemente fuerte para defenderse solo... entonces no hay nada que hacer, lo matará su propia debilidad —esas palabras salieron de su garganta con una frialdad inhumana.

Quedé petrificado al escucharlo, no podía creer que pensara de ese modo.

—¿¡Cómo puedes decir eso!? —Le reproché.

—Morirá de todas formas, ya sea hoy o mañana. Así es el mundo, lamento ser yo el que abra tus ojos, pero es la dura realidad.

—Ohh... ¿Estás aquí por esta basura, pequeña princesa? —dijo el más corpulento de los cinco, observándome de manera extraña con su mirada pérdida.

—¡Déjalo en paz! —espeté acercándome unos pasos más hacia ellos.

«Si no cierro la boca un día de estos van a matarme, pero...»

—¡Bájenlo ahora! —ordené.

Miré hacia atrás y Kilian guió la mirada hacia mí, negando varias veces con la cabeza.

—Vámonos, no te acerques a estos pordioseros, Hunter, lo que sucederá es inevitable, ya te lo dij... —El corpulento interrumpió a Kilian.

—Si tanto lo quieres —aseveró agitando el pequeño cuerpo del animal y estirando su brazo hacia atrás, en posición de lanzamiento...

—Oh no...

—¡Ahí va! —gritó mientras lo arrojaba hacia el caudal que había crecido por la lluvia.

Sin darme cuenta ya había tirado mi mochila al suelo, corrido esos pocos metros hasta la baranda y estaba a punto de saltar del maldito puente.

Sin detenerme a razonarlo, salté.

—¡Hunter! —Escuché a mi amigo gritar al momento que logré sujetar al gatito en el aire.

Cayendo de espaldas pude verlo al borde del puente con su brazo extendido intentando llegar hacia mí y su mano paso a unos pocos centímetros... casi logró alcanzarme.

—Cielos —mascullé y cerré con fuerza los ojos, sintiendo la gélida y turbulenta agua impactar contra mi cuerpo.

Dolió como si hubiese caído sobre grandes bolsas de concreto. El agua me hundía cada vez que intentaba salir a la superficie para tomar aire. Era una sensación sofocante y llena de desesperación. Mantenía al gato en alto para evitar que se ahogase, pero no podía hacer lo mismo con mi propio cuerpo.

A medida que el agua turbulenta me arrastraba, iba golpeando contra ramas y grandes rocas, intentando sujetarme a algunas, aunque estaban tan resbaladizas y filosas que era imposible.

«¡Voy a morir!» 

Mis brazos comenzaron a cansarse y me desorientaba el constante movimiento del agua, haciéndome girar y perder un esporádicamente el conocimiento.

Conseguí tomar aire y pude ver que estaba cada vez más y más lejos del puente.

—¡Hunter! ¡Por aquí! 

\«¿Ese era Kilian? ¿Cómo lo escuchaba tan cerca?»

Manteniendo como podía mi rostro fuera del agua unos segundos, divisé la orilla del río y ahí estaba Kilian, agitado, mojado por la ligera llovizna y con su cabello desordenado, siguiéndome de manera implacable a lo largo del río.

«¿Cómo llegó tan rápido?, ¿corrió toda esta distancia?» mis pensamientos eran confusos y distorsionados por la falta de aire, la adrenalina y el agotamiento que eran un indicio de que me desmayaría en cualquier momento.

«No puedo rendirme y morir aquí»

Utilicé lo último que me quedaba de fuerza para nadar lo más cerca posible de Kilian y en un último intento logré sacar mi brazo libre fuera del agua en dirección a él.

Pero no iba a ser suficiente... No podría alcanzarlo.

Levanté pesadoramente la vista con mis ojos irritados por el agua y lo siguiente que vieron mis pupilas fue a Kilian saltando al río para luego sentir que logró tomar mi brazo.

Seguido no pude ver nada por el caudal chocando en mi rostro, a pesar de ello, percibía su fuerte agarre en mi brazo y me resultó la sensación más tranquilizadora que experimenté en mucho tiempo.

Jaló de mí con una increíble fuerza y vi que se sujetó de unas raíces que sobresalían de un inmenso árbol junto al río y así logró sacarnos a ambos de ese desastre.

—¡Hunter, demonios, Hunter! ¿Estás bien? —Su voz sonaba ligeramente desesperada.

¿Era por mí? ¿Tanto significaba mi existencia en él? Ese razonamiento delirante me hizo sonreír.

—¿¡En qué mierda pensabas, con un demonio!? Te ves terribl... —Lo interrumpí tocando su rostro gentilmente con el dorso de mi mano.

—Logré... salvarlo... —susurré levantando mi otro brazo y enseñándole al gatito que continuaba respirando—. Así que no vuelvas a poner... una mirada tan triste.

Abrió sus ojos y me miró de una forma que no logré entender ¿Una mezcla de emociones? Sería lindo pensar que eso fue y su rostro en esos momentos me pareció particularmente bello.

No tuve la suerte de admirar sus facciones por más tiempo ya que todo se volvió negro. Perdía y recobraba el conocimiento esporádicamente. En un momento estaba en sus brazos, sentía su calor y respiración. Miré mis manos y seguían sujetando al dulce felino. En otro abrir y cerrar de ojos estaba dentro de un taxi y lo siguiente que escuché fue "al hospital más cercano, rápido"

—No, por favor... a un hospital no. Te lo ruego... —supliqué, aferrándome a la manga de su mojada chaqueta, antes de volver a perder el conocimiento.

—Esta bien, Hunter. Señor, espere aquí —Le ordenó al chofer dejando una caricia en mi rostro.

Estaba tan desorientado y aturdido que no razoné bien lo que dijo, quizá me golpeé demasiado fuerte al caer.

—¿Qué? ¿Es broma? Se ve herido... —Se quejó el conductor y discutió con Kilian, para ese momento ya dejé de escuchar que decían, solo quería dormir.

Sorpresivamente vi a Kilian alejarse unos momentos, cuando volví en mí y abrí dolorosamente mis ojos, él estaba a mi lado rodeándome con sus fuertes brazos.

Me generó suma tranquilidad saber que estaba conmigo y me rendí ante el agotamiento.

Amores, resulta que no estoy segura de volver a casa mañana (como me pasó el domingo pasado) por eso preparé todo para actualizar un poco antes y que no se perdieran los domingos de actualización ♥*finjamos que es domingo*♥