
Capítulo 001
—Buen día, Hunter, llegas temprano —dijo Frank, mi mejor amigo.
—Los milagros ocurren —reí sarcástico—. Mi madre estaba en casa hoy, así que me despertó temprano. —Froté mis ojos con algo de cansancio.
—¿Cómo estuvo tu verano? —preguntó.
—Lo pasé en casa de mi hermana mayor: la perra se fue al Caribe con su "novio" y yo fui a cuidar su casa.
—Siempre pasa lo mismo, decimos "nos juntaremos durante el verano" y, como era de esperarse, nos vimos como máximo dos veces, creo.
Reí y me encogí de hombros, no podía negarlo.
—Somos un desastre, prometo que el próximo verano nos juntaremos todos los días.
—Claro, claro... —Indudablemente no me creyó.
—Chicos —dijo la profesora Thompson entrando al salón y llamando nuestra atención- esperen, voy a hacer un cambio de lugares.
—Puta madre.
—¿Dijo algo, señor Rainhard?
—¿Yo? Jamás mi señora, jamás. Prosiga —sonreí inocentemente.
Hizo una mueca incrédula y mis compañeros no podían ocultar la risa. Segundos después, todos ocuparon sus respectivos nuevos lugares y yo terminé sentándome al fondo del lado derecho del salón, solo.
—¿Por qué soy el único sin compañero, bella profesora? —dije cómico, pero intrigado.
—No se sentará solo, señor Rainhard, falta un alumno todavía —contestó acomodando sus gafas y leyendo la planilla.
«¿Quién?» pensé, intentando descifrar cuál de mis compañeros estaba ausente.
Comencé a escanear todo el lugar y a ver con atención cada rostro... solo faltaba uno... oh por Dios.
—No puede ser, me sentaré con...
El sonido de la puerta abriéndose bruscamente me hizo levantar la vista hacia su dirección y allí estaba: Killer.
—Kilian Hemsworth, su asiento es al fondo, junto a Rainhard —articuló la profesora tomando el marcador y comenzando la clase de una vez por todas.
Nadie le dijo nada por llegar tarde, ni por ser descortés, obviamente, porque es "Killer". Algunos chicos lo saludarlo con la cabeza, ligeramente temerosos; por otro lado, las chicas lo miraban de manera deseosa a la distancia.
Killer por su parte ignoraba a todos, como de costumbre. Es tan poco sociable, que a pesar de estar en mi curso por varios años, ni siquiera lo noté, siempre sentado al fondo durmiendo y sin ningún amigo. Ignorarlo era el hábito de todos en el instituto Morriseek, hasta los profesores pasaban de él. No se tenía muy claro de dónde venía, cómo era su familia o él en sí, pero se rumoreaba que sus padres eran personas peligrosas y viendo a Killer no era algo tan difícil de creer, tenía cara de saber dónde y cómo esconder un cadáver; en mi humilde y nada exagerada opinión.
—Este año se puso más atractivo, ¿no crees? —comentó una chica a dos mesas de mí.
—Shh, no bromees, sigue siendo aterrador —contestó su amiga.
«Nunca entenderé esa pasión que tienen algunas mujeres por meterse con tipos peligrosos o con mal carácter, Dios.» recapacité, negando con la cabeza. «¡Al diablo!» maldije para mis adentros, frotando mí cabello con rabia «¿Por qué no le tocó sentarse con este desquiciado a una de esas chicas? Ellas morirían por sentarse con él , en sentido figurado... espero» Y ahora me tocaba sentarme con él. Mi esperanza de vida bajó en un cincuenta por ciento.
Tiró su mochila negra junto a la silla, bajando mi mente de las nubes y haciendo que diese un brinco, mirándolo de costado. Tomó asiento y ni si quiera me vio de soslayo. Mientras menos contacto visual tuviese con él, más esperanzas de sobrevivir mi último año escolar tendría.
Luego de una entretenida clase, porque a diferencia de muchos profesores, la señora Thomson era muy dinámica y nos mantenía entretenidos y atentos a sus explicaciones, el timbre sonó y todos comenzaron a salir hacia la cafetería o al espacio verde fuera del salón; obviamente quería ir con mis amigos, pero Killer estaba recostado sobre la mesa y tenía que despertarlo para poder pasar.
Comencé a apretar mis labios algo nervioso y murmuré despacio "permiso". Como era de esperarse mis susurros no surtieron ningún efecto. Cero respuestas de tu parte. Continuaba profundamente dormido y miré mis dedos al abrir y cerrar mis manos, pensando qué hacer.
Una idea brillante pasó por mi mente: tendría que pasar por encima de mi mesa para poder salir. Bueno, si lo dijese en alto sonaría cobarde, pero era Killer de quién estaba hablando y planeaba evitar cualquier tipo de problemas con su persona.
Saqué mi almuerzo de la mochila y me levanté de mi asiento dispuesto a escapar cobardemente, pero divisé cómo Killer apretaba los ojos y sus puños con fuerza, viéndose angustiado.
—¿Una pesadilla? —supuse, ladeando el rostro.
Quedé inmóvil, observándolo. Por alguna razón me hizo sentir mal la enorme desolación impresa en toda su expresión facial.
—Eso no me incumbe, no es asunto mío, no —musité a modo de catarsis.
En vano, mi mente reaccionó tarde a comparación de mi cuerpo y al darme cuenta ya había apoyado mi mano sobre su cabello, algo temeroso, lo admito, pero eso no me detuvo y acaricié de manera muy sutil la zona cerca de su nuca.
—Todo... Todo está bien... —susurré, recordando cómo mi padre me calmaba cuando tenía alguna pesadilla.
No sé por qué hice eso, pero funcionó: se calmó.
«Dios ama a los idiotas y por eso viviré otro día, gracias, mi Señor.» pensé dejando salir un suspiro bajo.
De todas maneras, lograr que se calmara me hizo sonreír, pero mis músculos nuevamente se tensaron cuando reaccioné sobre lo que estaba haciendo y salté con cuidado sobre mi mesa. Caminé por el pasillo y unos metros derecho por el pasto del patio, así ya me encontraba a pocos pasos de Frank, que estaba debajo de un árbol recostado en el césped, sin ninguna preocupación, algo común en él.
—Oye, hermano, que mala suerte tienes —sonrió, clavando su burlona mirada en mí y apoyándose sobre sus brazos para verme.
—Ni que lo digas, no me animé a despertarlo y salté por encima de mi mesa.
En ese punto ya estaba sujetando su estómago y soltando fuertes carcajadas, como todo un idiota.
—Ya cállate, inútil —protesté, haciendo pucheros.
—Es que de todos los alumnos justamente tú, el más "sensible", por así decirlo, fue a sentarse con Killer. No durarás ni un mes —sentenció y abrí mi boca sin darme cuenta.
—Gracias "hermano" eh, que haría sin ti, ahora estoy súper tranquilo, te lo agradezco tanto —ironicé sentándome a su lado.
—Lo siento, estoy jugando, no le des muchas vueltas al asunto solo ignóralo —respondió sin más y metió una mano dentro de mi tupper.
—¡Oye, deja de comerte mi almuerzo! —repliqué alejándolo, aunque fue demasiado tarde y ya se había robado la mitad de uno de mis sándwiches.
—Amo tu comida, pero la de tu madre es orgásmica —admitió, dando una mordida y poniéndo una cara de placer que me hizo reír.
—Eres un enfermo, los músculos te atrofiaron el cerebro —bufé con fastidio.
—Gracias a estos músculos tengo a muchas chicas detrás —afirmó engreído.
—Y arriba —siseó el malicioso de Matthew, que aunque parezca que nos odia, a lo largo de tantos años de amistad estoy seguro que es lo opuesto.
«Eso no quita que nuestras personalidades chocan bastante»
—¡Matt! —Se alegró el castaño glotón.
—Sí, sí, que emoción. Ahora aléjate de mi sándwich —mascullé.
El receso terminó tranquilamente y al regresar al salón todo estaba exactamente igual a cuando me fui, incluyendo a Killer.
«¿Tanto sueño tendrá?» ese pensamiento cruzó por mi mente, pero se vio interrumpido cuando un profesor ingresó por la puerta y para mi desgracia era el de matemáticas, no se me daba tan mal, pero resulta muy aburrida su clase y me cuesta prestarle atención a veces.
Por mi beca estudiantil puedo asistir a este instituto costoso, pero mis calificaciones deben ser buenas para que no me la quiten, así que no pude replicar mientras oía al soporífero hombre asignarnos un trabajo a dúo con nuestro compañero de asientos.
—No es mi día, definitivamente —maldije al mismo tiempo que Frank soltaba una risa y me miraba socarrón desde el otro extremo del salón junto a Matthew, otro que me observaba y disfrutaba el triple mis desgracias.
—Ejem... —Hice un sonido con mi garganta para despertarlo y nuevamente: nada.
No iba a darme por vencido, no quería que de ahora en más me tuviera como un esclavo haciendo cada trabajo grupal o a dúo que dieran el resto del año. Decidí acercarme un poco más e inflé mis pulmones de aire.
—Tenemos que hacer un trabajo tú y yo. Vamos, despierta... por favor —murmuré prácticamente en su oído.
Giró la parte superior de su cuerpo y por primera vez en dos años (es decir desde que él entró al instituto) me miró fijamente.
—¿Que quieres qué? —preguntó soñoliento con su voz ronca y autoritaria, sonaba más como una amenaza que como pregunta.
—Ehm... esto... el trabajo, es en grupo y son dieciséis preguntas, así que ¿Podrías hacer ocho tú y ocho yo?, ¿sí? —inquirí bastante nervioso por esta rara interacción.
«Cuando dormía parecía otra persona, ahora su expresión me asusta.»
—No. —Se negó rotundamente.
—¿Eh? —«¿Cómo carajos no?»
—No —repitió, esta vez lento y pausado, como si yo fuese una especie de idiota.
—¿Pero qué mierd... —callé a media frase. «Calma, estás hablando con Killer, cálmate Hunter o serás hombre muerto» me dije a mí mismo—. ¿Qué quieres decir con "no"? —insistí nuevamente, sonriendo duramente.
—¿Eres sordo o retardado? Déjame dormir en paz —demandó implacable.
No le contesté, pero Dios sabe que le lancé la mirada más furibunda que pude. Abrió sus ojos como si hubiese visto algo extraordinario, no creo que en el buen sentido, simplemente sorprendido. Lo admito, estaba tan indignado que ignoré mi poca apreciación por la vida al ver de esa manera al famoso Killer.
Tomé las preguntas para resolverlas, pero me las quitó de la mano. Estuve a punto de objetar, pero noté que estaba resolviendo punto por punto... y bastante rápido. Creí que quizá quería fastidiarme, pero estaba haciendo los cálculos correspondientes y no se le dificultaba para nada, incluso las ecuaciones más largas y complejas. Tal vez no quería que hiciéramos ocho y ocho, o deseaba elegir las preguntas a resolver.
Minutos después se levantó y le entregó las hojas al profesor.
—Eso fue rápido —articulé, asombrado y esperanzado en partes iguales.
«Puede que no sepa expresarse y no sea "malo" después de todo.» deduje al verlo sentarse a mi lado.
El resto de la hora la pasé viendo mi móvil y escuchando música. Empecé a recoger mis útiles mientras la hora de irnos se acercaba, parecía que el día no iba a ser tan desafortunado después de todo.
Al sonar la campana de salida sonreí, colgué la mochila en mi hombro y me dispuse a irme, como el resto, pero la voz del profesor Parker me detuvo justo de pie frente a mi asiento.
—¿Sí, profesor? —Levanté una ceja.
—¿No piensa entregarme su trabajo? —preguntó con obviedad.
—¿De qué habla? Kille... ejem, digo, Kilian fue uno de los primeros en entregárselo —respondí confundido.
—No, es decir, sí, lo hizo, entregó el suyo. —Acomodó sus gafas— Solo figura su nombre aquí... ¿Usted lo ayudó a hacer el trabajo? —preguntó desconcertado.
—Bueno... De cierta forma no, no le ayudé, pero yo... —me interrumpió con desaprobación.
—Empezando mal el año eh, que feo de su parte, Rainhard —aseveró, negando con la cabeza.
Giré el rostro y la cara de satisfacción que portaba Killer era temible, pero sentí más impotencia que miedo ya que ese maldito lo hizo adrede y me vio la cara de imbécil. Supe al instante que tendría que hacer el trabajo en casa y me exasperó.
Me dirigí a la puerta con toda la indignación que cabía en mi ser y clavé mis pupilas en ese arrogante y temible chico, lleno de resentimiento; me siguió todo el tiempo con su mirada, como si hubiese estado esperando a que yo le reprochase o lo enfrentase de alguna forma, pero eso no sucedería, estaba enojado pero no era tan impulsivo como para provocar mi muerte prematura al pelear con el famoso Killer, aunque sí que lo miré con desdén, tomé mí mochila de manera brusca y me fui a casa.
No pensaba morir mi último primer día de clases en el instituto.
Comenzaron las resubidas de Kilian♡ Gracias por su paciencia y cariño♡
Como siempre: los amo. Todo es por, para y gracias a ustedes♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro