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SIETE

Narrador omnisciente.

El omega continuaba en shock, sentado sobre Kilian. Sin tiempo a reaccionar sintió esas manos presionar sus caderas y todo su cuerpo se erizó.

Reaccionaba a su tacto, su característico y abrumador aroma, su calor, su intensa mirada: reaccionaba completamente a él.

De repente su cuerpo vibró, jadeó y por un segundo un sudor frío se plantó en su rostro: su celo.

«No puede ser verdad» se repetía mentalmente. Acababa de volver de su semana de descanso, parecía irreal, pero la humedad en su parte baja era muy real.

—¿P-Por qué? —sollozó y quiso apartarse, pero a su vez movió sus caderas para sentir la fricción de ese cuerpo contra el suyo, sin querer hacerlo racionalmente, pero su celo era demasiado fuerte—. Lo siento, lo siento...

—No llores mientras te disculpas. Es normal, eres un omega y yo un alfa, es algo... natural —dijo trabando la quijada al oler las feromonas que Hunter no paraba de emanar.

—No así, estoy rodeado de alfas y omegas desde que nací, esto es diferente, nunca me pasó algo similar con otro —gimoteó en pánico y Kilian humedeció sus labios.

«Quiero oírlo gemir más fuerte, que lo haga por y para mí»

—¿Tratas de seducirme diciendo algo tan sugestivo o es una prueba de fortaleza?

—No sé qué quieres decir. N-No sé qué pasa conmigo... lo siento. Mierda, no me siento bien. —El temblor en su cuerpo aumento y el alfa sintió que iba a morir si no lograba calmar a ese chico tan asustado.

—Cuando trataron mis manos... Pregunté y averigüé sobre celos tardíos, es entendible que tu cuerpo, hasta que se acostumbre al ciclo como tal, puede llegar a ser irregular al inicio —trató de traerle paz y milagrosamente lo consiguió, hasta que lo oyó gemir y cubrir su boca con ambas manos.

—L-Lo siento, iré a la enfermería y-y... —No podía siquiera organizar una frase coherente por el calor que empezaba a subir, mucho menos pararse.

Su mente se nubló y sus ojos se fijaron en los de Kilian.

—El doctor también dijo que podía deberse a... —El aroma dulce inundó sus sentidos y guardó silencio abruptamente por la fuerte corriente eléctrica expandiéndose en su entrepierna—. Bueno, no creo en esas cosas realmente.

De nuevo esa sensación de que perdería el control, pensamientos arremolinandose en su mente desmoronándose, su respiración comenzando a agitarse, esa necesidad más fuerte que la lógica, más fuerte que él mismo y hasta ahora no había conocido algo, además de su padre, que lo superara de esa manera.

Descendió las manos hasta su trasero y presionó violentamente, apretándolo contra sí, experimentando el exquisito calor de ese cuerpo que ardía ante su tacto y el omega no pudo evitar clavar los dedos en sus hombros.

«Quiero marcarlo»

—N-No, por favor, no hagas eso —suplicó y el alfa estaba casi irracional degustando el aroma dulce que despertaba sus más bajos instintos.

Volviéndose  serio y atento a cada mínimo movimiento del omega, cual depredador analizando a su presa, cuando una de sus lágrimas cayó sobre su piel, dado que seguía sobre sus piernas, ese enrojecido rostro estaba justo arriba del suyo.

Detuvo cada fibra de su cuerpo y estiró el rostro hasta enfrentar al del omega, hablando sobre sus labios.

—Es una exquisita vista, pero no estoy de acuerdo que sean lágrimas de terror —gruñó y ladeó escasos milímetros su rostro— ¿Quieres que me aleje?

—No quiero que... T-Tus manos... —articuló con dificultad, siendo casi imposible mantenerse sereno— Por favor, te dolerán... tus heridas...

Kilian, extasiado de todas las formas existentes, sonrió.

—En un momento como este, uno tan confuso, doloroso y complicado para ti ¿Estás preocupándote primero por mí? —Presionó sus manos y la erección de Hunter rozó con la suya debajo de las telas que los cubrían. Pedían atención a gritos, sus cuerpos y mentes estaban al límite.

Hunter se apartó tambaleante y llevó ambas manos a su propia entrepierna, incómodo y abrumado. Sus ojos estaban entrecerrados y pestañeaba cada vez con más pesar, menos racional en cada segundo que pasaba.

—Esto es... tan vergonzoso —sollozó y más lágrimas comenzaron a escapar de sus lagrimales—. Todo esta húmedo, lo odio, esto es tan...

«¿Era legal decir algo semejante en un momento como este?» pensó Kilian con la poco lucidez que manejaba. Hunter no estaba pensando con claridad tampoco.

El alfa tragó grueso, quería saltar sobre ese chico, someterlo, poseerlo hasta quedar sin fuerzas... cosa que se rehusaba, usando cada pizca de autocontrol existente.

—¿Si estamos en igualdad de condiciones te sentirías mejor? —gruñó, siéndole difícil hablar con normalidad—. Porque también estoy al límite.

Señaló hacia abajo, abrió sin pudor alguno el cierre de su pantalón y liberó su miembro del tortuoso encierro, mismo que pulsaba y por poco no ensució su ropa interior con presemen.

—Así no se humedecerá la ropa ¿No crees? —inquirió sugerente y Hunter igual de irracional, siendo guiado por esa embriagadora voz delirante, obedeció.

Ni él supo por qué le fue tan natural seguir sus palabras, pero no sintió temor alguno.

Deslizó sus dedos alrededor de la cintura de su pantalón, desabrochó torpemente el cierre y sumamente despacio bajó la prenda, donde el intenso dulzor mareó al alfa, viendo la viscosidad descender peligrosamente por sus muslos.

Hunter intentaba con el poco raciocinio cubrir su desnudez y a su vez, era imposible ocultar la forma lasciva en la que se veía, excitado en su totalidad.

Las pupilas del alfa estaban tan dilatadas que parecía tener dos perlas negras en lugar del azul usual.

«Si Dios existe, definitivamente me odia» ironizó antes de llevar una de sus manos a su boca.

Estaba por volverse loco, necesitaba regresar a la realidad, no lastimar al preciado chico frente a sus ojos y a esas alturas veía un poco nublado por el calor, tanto que escuchaba un ligero pitido en sus tímpanos, como si fuese a explotar algo en su mente.

Enorme fue el impacto cuando las temblorosas manos del omega tomaron su muñeca, impidiendo que llevase su dorso a su boca.

—¡No! —gritó y cada músculo del alfa reaccionó a ese desesperado mandato.

—¿Te parece sensato... gritarle a alguien que esta perdiendo la cordura? —inquirió, agitado y sorprendido por lo inusual del omega, tratando de centrarse para no caer ante las feromonas.

—Vas a hacerte daño... No quiero verte herido por más tiempo... —Se encorvó cuando un espasmo atravesó sus muslos y sollozó—. No puedo con esto...

—Manten mi boca ocupada entonces —sugirió y el omega a pesar de estar asustado, llevó su mano a la boca del alfa.

—P-Piedad —pidió cerrando en extremo los párpados.

El alfa en vez de morderlo, deslizó su lengua por su palma, recorriendo su extención y rozando su dedo medio e índice, penetrando con su lengua la zona donde ambas falanges se tocaban, desencadenando una descarga de adrenalina por todo ese pequeño cuerpo.

—Tengo una idea mejor —siseó y tirando de su mano lo volvió a sentar sobre sí, uniendo finalmente sus labios.

Introdujo hábilmente su lengua dentro de esa húmeda cavidad, sintiendo cómo cada músculo de Hunter se contraía y sus mejillas enrojecian fuertemente.

Se abrió paso con tanta naturalidad que sin siquiera pensarlo los brazos de Hunter rodearon sus hombros, presionando su cuerpo contra el suyo, deseando a ese alfa con cada célula.

—Este es mi... Yo no... —balbuceaba entre besos cargados de deseo.

—¿No quieres continuar?  —siseó.

El cuerpo de Hunter se pegó todavía más al alfa, claramente no podía apartarse. Su celo lo dominaba y Kilian todavía conservaba algo de cordura, la misma que expiró cuando Hunter respondió al fin:

—Ayúdame, haz que deje de doler así... por favor.

Sus miembros se rozaban y esa nueva y paralizante sensación dejó sin aire a Hunter, mientras que Kilian no estaba muy lejos de sentir ese abrumamiento, semejante despliegue de sensaciones al tocar a otra persona parecía irreal.

—Estoy tan asustado... Dios —parecía rezar casi inconsciente y el alfa lo tomó de su mejilla.

—¿Todavía me temes? —Lo obligó a verlo a los ojos y éste asintió.

—N-No de la forma que piensas... Creo que eres bueno, pero a su vez... Cuando me miras así, como si fueses una criatura salvaje que podría devorarme. Mi cuerpo tiembla... esto es muy nuevo y... no puedo controlar...

—El instinto es aterrador ¿Cierto? Te consume y quema de adentro hacia afuera, expandiéndose sin control —susurraba a medida que sus dedos acariciaban pausadamente su pecho y rostro.

Reaccionó positivamente al tacto y gimió bajo.

—No estás muy alejado de la realidad, es natural temerme, los instintos hacen que tu cuerpo sienta el peligro inminente... Me llaman monstruo, asesino, demonio... —continuó a medida que recorría el pecho de Hunter, pero ahora con sus labios sobre la tela de su camisa— Pero sin importar cuán peligroso sea, no te lastimaría, puedes comprobarlo en cualquier momento —decretó y acercó su rostro a su cuello, besando y oliendo con paciencia y deseo bajo su barbilla.

Al estar en celo su lado más primitivo salía a la luz, siendo el cuello no solo era una zona sensible, sino también una de riesgo, ya que al poseer la vena yugular resultaba casi automático no exponer ese lugar a peligros.

El omega se sintió expuesto y ansioso, paralizándose al ver cómo Kilian levantaba su rostro y lo acercaba a su propio cuello, incentivandolo a dejarse llevar y recorrer su piel, cosa que Hunter no pudo evitar, esas feromonas alfa le eran hipnóticas y sin pensarlo olió la zona, llevando ambas manos allí y clavando accidentalmente sus uñas en su nuca, dejando pequeñas lamidas y  mordiscos desesperados.

Fueron subiendo de intensidad a medida que el omega gemía y rogaba atención, sollozando incoherencias.

—K-Kilian —La erección de éste aumentó al oír su nombre de ese modo y llevó una de sus manos a sus miembros, siendo seguido por Hunter—. No —gimió en su límite y suplantó su accionar con ambas manos.

Aunque su lado omega estuviese dominándolo, incluso su instinto era gentil y embriagador como su aroma, evitando que Kilian usase sus manos heridas.

—Ya veo. Ya que te harás cargo de todo lo que yo no pueda con mis propias manos... —Sus ojos brillaron ante el placer y parecía consumir sus expresiones— Mastúrbate frente a mí, hazlo mientras haces lo mismo conmigo —ordenó implacable y cada fibra se tensó en su organismo—. Ahora.

Tragó grueso y no supo si era la excitación, su voz, olor o simplemente porque era Kilian, que obedeció atentamente.

Sintió por primera vez lo que era tener entre sus dedos el miembro de otra persona, la textura, la diferencia de tamaños considerable, ese calor y palpitar, junto a la viscosidad de sus propios fluidos permitiéndole deslizar sus manos de arriba abajo sin dificultad.

—Oh Dios... —gimoteó y apoyó su frente en el hombro de Kilian, a lo que él sujetó su nuca con una mano y lo guio hacia sus labios, robándole gustosos jadeos y sollozos que chocaban contra su boca entre besos impacientes.

Su cadera comenzó a hacer un tortuoso vaivén que aumentaba velocidad y fricción, llenando el aire a su alrededor de intensas feromonas, gemidos y calor.

Hunter fue el primero en venirse y la fuerza de sus brazos menguó, inquieto y agitado por todo lo que estaba pasándole en tan poco tiempo.

Recobró un poco el sentido común cuando el calor descendió por su intenso orgasmo, pero no era suficiente, todavía estaba abrumado por ese alfa, quería más, una desesperación difícil de explicar.

Sus hombros descendieron y Kilian notó que pronto se desvanecería por su tambaleante falta de equilibrio, sujetándolo por su cintura y sintiendo su peso en su pecho.

—¿Hunter? —preguntó y lo vió adormilado, como en un estado de ebriedad por la cantidad de feromonas de ambos y la sobreexposición que tuvo el inexperto omega, mismo al que lentamente su celo parecía calmarse gracias a Kilian.

—No es suficiente para ti —dijo con su voz entrecortada e intentó continuar acariciándolo.

—Claro que no. —Apretó su agarre en su nuca y lo obligó a mirarlo, besando bruscamente sus labios— Pero a estas alturas, no sé si recuerdes esto mañana y tampoco sé si pueda seguir resistiéndome...

—¿Mmh? —Ladeó su rostro y pestañeó con lentitud, queriendo entender lo que salía de esa atrayente boca.

—Tu celo es jodidamente fuerte —continuó Kilian, acariciando su rostro, a lo que Hunter frotó con su mejilla la palma de su mano en respuesta, como un pequeño animal dócil y sumiso— Así como vino parece estarse yendo, si continúo estimulándote volverás a sentir ese calor abrumador y ambos perderemos la cordura... Eso puede ser fatal para ti. Es muy peligroso.

—No creo —balbuceó caprichoso, muy seguro de sus palabras.

—¿No crees? —gruñó Kilian, irritado.

—Ajam —bostezó y el alfa de un solo movimiento cambió de posición, tumbándolo contra el suelo y sometiéndolo.

—¿Acaso puedes defenderte de esto? ¿Cómo impedirías que hiciera lo que deseara contigo? ¿Cómo me detendrías, pequeño omega? —increpó abriendo los botones de su camisa y besando sus enrojecidos pezones con brusquedad.

—P-Pero... Ah... Pero no quiero detenerte, no si se trata de ti —admitió entre sollozos de placer y asombro, a lo que Kilian se paralizó.

Hunter abrió sus ojos, todavía irracional y consumido por su instinto, animándose a mantener la mirada.

—No creo que sea peligroso porque mi alfa es muy fuerte y no solo no me lastima, sino que me protege —dicho esto último sonrió y perdió ante el agotamiento físico y mental de su explosivo celo, durmiéndose.

—Diablos... —siseó al ver su punzante erección y al chico que la provocó durmiendo plácidamente después de venirse y decir semejante frase.

Alguien entró corriendo al son de "evacuación de emergencia", pero se detuvo en seco cuando el aroma a feromonas y la imagen en sí llegó a su retina: el temible alfa Killer estaba haciendo actos nada cristianos con un pobre e indefenso chico desmayado que no llegó a distinguir bien.

—L-Lo siento —dijo el pelirrojo corriendo escaleras abajo, dejando sin querer la puerta de la terraza abierta.

Después de usar la imagen mental de Hunter gimiendo para fines corruptos, logró calmar su calor y regresar al mundo de las personas pensantes.

Escuchó a través de la puerta abierta las alertas de bombas. Seguido por la alarma de evacuación por precaución y demás parlantes avisando en general la retirada de todos.

Higienizó y acomodó por última vez a Hunter, conteniéndose de no tocarlo a su antojo, ya que despertaría sus deseos y no estaba seguro de cuánto castigo divino resistiría.

Se detuvo a pensar "¿Qué diablos estoy haciendo?", era inusual que se preocupara tanto por alguien y peor aún, llegar hasta tales extremos por un omega, sabiendo que las criaturas débiles eran las primeras en sucumbir ante la crueldad del mundo y no tenía caso invertir tiempo en querer impedir lo inevitable.

Pero cualquier tipo de cuestionamiento se disipó al oírlo emitir un sutil sonido de su garganta y acurrucarse en busca de calor.

—Sea insensato o no, mi omega acaba de llamarme su alfa...  —afirmó acariciando su mejilla, pasando por su cabello y finalmente acomodando su mano detrás de su espalda, para pasar la otra por detrás de sus rodillas y cargarlo como princesa—. Y no pienso darle ese título a nadie más.

øøø

Otra vez el sol asomaba en el horizonte y con ello otro día de clases, en otras palabras: una nueva oportunidad de que nuestros muchachos tomaran malas decisiones, cómo por ejemplo Frank Wolff, mismo que subestimó el cansancio de su compañero de asientos, Matthew Freeman.

Se encontraban en el salón disfrutando de una hora libre a causa de la ausencia de clases de música por remodelaciones en ese salón, Matthew todavía se veía somnoliento por los supresores que continuaba tomando. Se negaba a dejarlos aunque quizá no sirviesen, pero lo hacian sentir seguro.

Entró una de las tantas amigas sexuales de Frank, Melody, y se sentó sobre su mesa, como de costumbre, apoyando una de sus piernas en la silla de Frank y gracias a esa posición su pollera corta se veía todavía más corta, exhibiendo casi por completo su muslo.

Era muy atractiva y atlética, pero no tenía muy fijos sus intereses amorosos, por lo que salía con todo tipo de muchachos, divirtiéndose del mismo modo que Frank hacía, por eso se llevaban tan bien.

—Oye, tienes una hora libre y yo estoy supuestamente en enfermería descansando ¿Qué tal si lo aprovechamos? —sugirió cerca del oído de Frank, lo suficientemente cerca para que el resto de alumnos no oyese, pero no tanto como para que Matt no lo hiciera.

—Hey, suena bien, pero no estoy de humor —contestó amable, pero rotundo, a lo que Melody levantó una ceja.

—¿Te sientes bien, cariño? Es decir, la vez que no quisiste sexo fue cuando te negaste a ir por una segunda ronda porque volabas con 41 de fiebre y terminaste en el hospital, recuerdo que mientras tenías cerca de 39° continuabas diciendo que una gripe no iba a impedir que nos divirtieramos y continuamos haciéndolo hasta el final... ¿Acaso estás muriéndote?

Por alguna razón Frank sintió frío en su nuca, ahora estaba muy consiente de su buen amigo a su lado, del omega que ahora llevaba su marca en la nuca, la cual cubría con vendas, una polera negra con cuello alto de tortuga y suéter gris.

—La gente inventa cada cosa —tosió y rió algo nervioso, aclarando su garganta antes de seguir—: La verdad es que estoy tratando de... mejorar mis notas, eso, entonces me iba a poner a estudiar para la próxima materia —dijo lo primero que se le ocurrió y ella ladeó e inclinó el rostro, acercándose a los labios fe Frank.

—Mmh, es bueno que estudies... aunque sigue siendo sospechoso —Elevó sus hombros y después de sonreír se sentó sobre las piernas de Frank, ambos viendo al frente—. Te ayudaré a estudiar, así cuando termines podrás prestarme atención y hacer... —murmuró algo en el cuello de Frank sugestivamente.

En ese momento el alfa se encontró con las filosas pupilas de Matthew, se divisaron a través de las hebras de cabello dorado que caía en su rostro, ese celeste parecía arder sin siquiera hacer un gesto, no era necesario, Matthew podía ser muy intenso cuando algo lo irritaba demasiado y estaba en ese preciso punto sin retorno.

—No estoy jugando —decretó y ella en un puchero se paró frente a la mesa de Frank y volvió a sentarse, esta vez del lado que daba a Matthew y no al pasillo.

—De verdad estás raro... —Eso lo hizo suspirar.

El plan era actuar normal, Matthew había expresado claramente que no quería levantar ningún tipo de rumor, por lo que apoyó su mano sobre la pierna de su compañera, delineando el contorno de ésta y deteniéndose en su falda, la cual acomodó ya que se había enganchado accidentalmente contra la mesa y se veía parte de su trasero.

—Todo esta bien. —Irguió su espalda y tomó un mechón de ese largo cabello entre sus dedos, manteniendo fijas sus afiladas pupilas. La peculiaridad de Frank era la sensación de salvajismo en su estado puro que emanaba y en ese momento parecía expandirse a su alrededor—  Incluso las personas vacías como yo pueden desear algo diferente ¿No crees? ¿No te parece divertido? —siseó con una seriedad que erizó a las personas a su alrededor.

—N-No era necesario que liberaras tantas feromonas alfa, soy beta y aún así me falta el aire —se quejó con bastante excitación en su voz.

Frank estaba muy cerca de ser un ejemplar exótico y que además fuese tan bueno en la cama lo convertía en un excelente candidato a la hora de buscar pareja, queriendo conquistarlo de verdad y no solo unas noches de calor. De hecho, varias alumnas que pasaban por su salón se detuvieron a verlo con bastante atención, cautivados por sus feromonas, aspecto y carácter.

Después de semejante espectáculo visual, Matthew no podía contener su enojo. Ardía como el último infierno y quería quemarlo todo: le enfurecía que coquetearan, cuando Frank se refería a sí mismo como alguien vacío y percibir tantas feromonas de dominio concentradas a su lado.

Estaba acostumbrado a ello, pero ahora era diferente y no lograba fingir indiferencia, hablando de repente:

—Vete a tu salón. Me enferma que vengan de otros cursos a chillar y hacer ruido —gruñó y todos sabían que Matt no estaba de buen humor, dando un paso lejos de él y deseándole buena suerte a la pobre muchacha.

—Vamos, no seas así —dijo un valiente chico. Bueno, más que valiente era caliente, ya que solo defendió a Melody porque era muy atractiva y le gustaba que estuviese ahí.

—No es como si fueras dueño del lugar —refutó ella y Frank la reprendió con la mirada.

—Mejor otro día —sentenció el alfa, apoyando su mano sobre la de la joven, intentando calmar las aguas.

En vano, las aguas se habían vuelto un endemoniado y turbulento maremoto sacado del mismísimo apocalipsis.

La mandíbula presionada de Matthew se volvió una cínica expresión de seriedad, no dijo nada, solo observó al alfa, la beta y nuevamente al alfa, como dándole un última oportunidad de redención o muerte.

Frank le miró incriminatoriamente, "no busques problemas tan temprano, ella no tiene la culpa de nada" pensó en dirección a Matthew y pareció echarle gasolina a la llama.

El omega se puso de pie oyendo los reproches de la castaña y murmullos de alumnos a su alrededor, la tomó de la nuca, enredando sus dedos firmes en su cabello y sin previo aviso la calló con un beso

—Bien, puedes quedarte —susurró sobre sus labios y el cuerpo de Frank se movió por sí solo, jalando con fuerza el brazo del rubio, enfrentándolo en un gruñido cara a cara.

El resto pensó que estaba celoso por Melody, incluso la ruborizada chica estaba en shock ante semejante beso, aunque no le desagradó en absoluto. La realidad era que la sangre de alfa ardió al ver a Matthew besando a alguien de ese modo, no encontró explicación coherente, pero esa era la primera vez que experimentaba los dichosos celos y el responsable era...

—Matthew —gruñó tan grave que el resto se apartó, viendo que su lado alfa ganaba control sobre sí y cómo se veían sus caninos en esa mueca de enfado.

Matt no era idiota, sabía que era peligroso y al ser omega su cuerpo reaccionaba el doble ante las amenazas, pero no iba a doblegarse.

—Ella quería atención y se la di —susurró viendo en dirección a la muchacha— ¿Acaso te ofendí? —sonrió cínicamente— Si estuviera de mejor humor quizá hubiera sido... gentil. Aunque creo que le gusta brusco —al decir aquello la mano de Frank presionó la muñeca de Matt y lo jaló fuera del salón, terminando en un aula vacía.

—¿¡Qué diablos haces!? —le reprochó.

—¿Yo? Abriendo un jugo ¿Por? —dijo Matt sacando la cajita de uno de los bolsillos de su suéter.

—¡Matt! Dijiste que no se lo dijera a nadie y fingiera que todo esta normal, vienes y haces algo semejante ¿Estás loco? ¿Te parece putamente divertido joderme así?

—Tus hormonas hacen que te enojes, relájate, gran alfa —le restó importancia con su mano y se encogió de hombros, apoyando su cuerpo contra un pupitre que había allí y bebiendo jugo—. Fue solo un beso.

—¿¡Y te parece algo que tú usualmente harías!? En mi jodida vida te vi besar a alguien.

Matthew sonrió sin gracia.

—Y yo te he visto hacerlo cientos de veces —dicho esto Frank quedó inmóvil.

«Es verdad ¿Por qué estoy tan enfadado?»

—Escúchame —habló impulsado por su inestabilidad emocional—. Que yo lleve esta marca en mi cuello y haya aceptado pasar dos meses dependiendo físicamente de ti, no quiere decir que seamos pareja.

«No es real ese tipo de relación» pensó apretando sus puños.

—¿Entonces por qué te enfadas cuando alguien quiere acostarse conmigo? —inquirió acortando la distancia y enfrentándolo.

El omega por un instante abrió sus párpados y contuvo el aire, pero se recuperó hábilmente y sonrió.

—Solo no estaba de buen humor y sus conversaciones de adolecentes hormonales me estaban irritando, ve y ten sexo con quién se te dé le gana, como siempre has hecho —esas palabras salieron de su garganta sin mucho convencimiento.

Pero quería que todo fuese como de costumbre, temía perder esa amistad que tanto atesoraba, no sabía cómo afrontar los cambios y su relación con Frank cambió de la noche a la mañana por una simple mordida. Todo era nuevo y aterrador para él. No quería sentir que a causa de ser omega arrastró a su amigo a corresponder sus sentimientos unilaterales, porque no sería amor, simplemente culpa y responsabilidad por parte del alfa.

—Tú no puedes tener sexo con otros, por eso no veo justo que yo sí lo haga —contestó con un tono de voz más suave y las defensas de Matthew flaquearon.

—No es algo que deba preocuparte... Creo que la mordida en mi nuca hace que tus emociones se confundan, por eso estás actuando tan sobreprotector... No es algo a lo que yo deba acostumbrarme, porque será peor para mí cuando... —apretó sus labios y respiró profundo, dejando esa frase a medias.

—¿Eso crees? —pensó Frank en alto y le acomodó un mechón de cabello rebelde detrás de la oreja— ¿Que yo sea sobreprotector contigo es algo reciente?

Matt tragó grueso al ver lo serio y reflexivo que se encontraba, sabiendo que no era nada inusual que ese alfa lo consintiera y cuidara desde que se conocieron. Pero lo atribuyó a su personalidad, ya que era así con sus amigos más importantes.

—No conozco mucho sobre lazos ya que nunca pensé hacer uno con nadie, pero averiguaré más y trataré de no volver a incomodarte... Después de todo, es cierto: solo somos amigos.

Le sonrió sutilmente y no hubo ningún tipo de respuesta que se le ocurriera a Matthew.

No quería ilusionarse, se escondía detrás de su falso desinterés, rogaba sobrevivir este tiempo a su lado y confirmar lo que ya sabía: un alfa y un omega siempre serán guiados por el instinto, no por sentimientos reales.

Salió del salón y todavía de espaldas a matthew lo miró sobre su hombro, regalándole una vivaz mirada.

—¿Vienes conmigo? —sugirió y Matt iba a rechazarlo, lo más sensato sería esperar a calmarse e ir después de Frank al salón, pero su cuerpo se movió por sí solo y se situó a su lado.

—Estoy jodidamente cansado —suspiró y los pasos de Frank se detuvieron, lo tomó de la mano y caminó hacia un salón cerrado por reparaciones, viendo a ambos lados antes de abrir disimuladamente la puerta.

—La cerradura está fallada y todavía no la han cambiado —dijo con una pícara sonrisa infantil—. Puedes dormir acá el resto de la hora —afirmó entrando y sentándose sobre el pequeño escenario.

—Esto es... bien, suena mejor que dormir en el salón con tanto ruiderío.

Frank sonrió orgulloso de haber hecho feliz a Matt y éste levantó una ceja cuando lo vio tan cómodos sentado.

—¿Qué haces todavía aquí?

—Pues... ¿Descansar un poco del ruiderío y la gente? —dijo con obviedad y se apoyó contra sobre su brazo.

—Te encanta el ruido y la gente.

—Pero me gusta más estar contigo —contestó sin siquiera pensarlo—. Ven y acuéstate, la hora pasa más rápido de lo que crees.

—Eres... un cachorro muy consentido —musitó refunfuñando y sentándose a su lado, conservando un poco de distancia.

Cosa que se acabó cuando la mano de Frank se apoyó en el costado de su cabeza y lo tumbó, apoyando ese pálido rostro sobre sus piernas.

—Te despertaré cuando suene el timbre —dijo con seguridad y acarició el cabello de Matthew, el cual no emitía sonido y alejó su mano al creer que se enfadó— ¿Estás enojado? A veces me muevo sin pensar y sé que odias el contacto físico...

Vio con atención su rostro e intentó descifrar el por qué del carmesí en sus mejillas.

—No estoy enfadado —susurró casi inaudible y la mano de Frank regresó a ese sedoso cabello, deleitándose por la manera en la que Matt cerraba sus ojos y disfrutaba el contacto.

Usualmente no se dejaba tocar con facilidad, pero no era broma decir que estaba inestable a causa de todo lo ocurrido recientemente y el tacto de ese alfa era una de las pocas cosas que lo reconfortaba.

Hasta ahora estaba muy conciente de lo bien que se sentía el tacto de ese alfa contra su piel, cuando lo hacía de una forma fraternal o amistosa...
¿Qué tan diferente sería el ser tocado con otro tipo de intensidad? Con verdadero deseo y ansias.

Eso era algo que Matthew nunca se planteó, pero iba a descubrirlo muy pronto.

¿Podría seguir resistiéndose y negando sus sentimientos después de eso?

Continuará...

¡Amores!

Estuve ausente porque tenía un problema interno con el especial, resulta que en un inicio SANA iba a ser OMEGA y ROSSY ALFA, pero le dije la idea a dos personas y me dijeron en plan "hay muchos omegas y alfas, no es lógico que justo todos sean alfas y omegas"

Y yo de: (/ ¶∆¶)/💔

Pero pensándolo bien dije: ALAVERGA, ES MI ESPECIAL, VAMOS A HACERLO COMO YO QUIERO QUE SEA, ME VALE VERGª  QUE HAYA PUROS OMEGAS Y ALFAS, ES LO MEJOR EL OMEGAVERSE *evil laugh*

En resumen: Rossy es alfa, Sanna omega y Aaron continúa siendo beta✨💛

Sé que parece algo sin importancia, pero no me dejaba pensar en paz ese detalle xd

Dato extra: hoy es 13 de noviembre, cumpleaños de Kilian🖤 

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