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DIECISÉIS

Narrador omnisciente.

Hunter despertó y, en el momento que recordó su comportamiento frente a Kilian, cubrió su cara con las sábanas, reviviendo cuadro por cuadro casi todo lo sucedido antes.

Caminó hasta el baño situado junto a la habitación y se metió en la ducha, no sin antes verse en el espejo y enrojecer.

—Oh Dios...

Frotó su cuerpo suavemente, limpiando el adictivo aroma que lo envolvía, intentando no pensar en las declaraciones desvergonzadas que soltó estando en celo.

Pero se sentía mínimamente orgulloso porque esta vez logró mantener la conciencia un poco más de tiempo del que hubiese esperado.

Una vez ya higienizado y vestido apropiadamente, salió de la habitación mirando a ambos lados, como si esperase no encontrarse con el alfa que literalmente vivía allí.

—¿Estás listo? —preguntó Kilian apareciendo por la sala.

—¡Carajo! —se sobresaltó el omega y llevó una mano a su pecho— ¿De dónde saliste?

Kilian levantó una ceja y le miró con obviedad.

—Supongo que por parto natural, pero no estoy seguro —ironizó y éste lo empujó con su rostro prácticamente echando vapor.

—¡No me refería a eso! Apareciste de repente, mi corazón casi se detiene —jadeó y se tranquilizó, recordando la pregunta inicial de Kilian— ¿Listo para qué?

—Se acercan las ocho de la noche, supongo que la fiesta del hospital a la que me pediste que fuese debe estar iniciando o algo así.

Hunter quedó en blanco y su mente hizo cortocircuito.

—¡La fiesta! —Miró a Kilian y carraspeó su garganta— Oh, además debo... Es decir... —suspiró y sus mejillas recobraron bastante color—. Lamento lo ocurrido, hice todo mal y de nuevo perdí la razón. No te sientas obligado a seguir con...

—Ya te lo había dicho: es una reacción fisiológica y no me enojaré por algo así —sentenció firme y Hunter elevó ambas cejas—. Ahora ¿Nos vamos?

Al ver al menor pestañear varias veces el rostro del alfa retomó la seriedad.

—¿O no deseas que vaya? A mí particularmente no me interesa, no suelo asistir a ningún evento de esa clase, así que si tu invitación fue algo que dijiste por el calor del celo o algo similar, no iré, no te presiones a que vaya.

—Sé lo que dije —contestó a gran velocidad—. Lo recuerdo todo.

Kilian levantó una ceja y humedeció sus labios, casi ronroneando en su interior al ver a ese pequeño omega sujetar sus propias manos con nerviosismo.

—¿Y estás de acuerdo con lo que me rogabas en ese momento? —siseó acorralándolo lentamente contra la pared, dando un paso tras otro hasta que la espalda de Hunter tocó la fría superficie.

—¿Mmh? —fingió no deleitarse por el afrodisíaco aroma del alfa a tan poca distancia de su cuerpo y desvió la mirada— C-Claro...

Las pupilas del alfa se dilataron en el momento que recordó todas las indecentes y desbordantes confesiones que recibió por parte de ese chico horas atrás.

—Claro, te pedí que fueses conmigo porque me siento más tranquilo a tu alrededor por alguna razón y será divertido —enfatizó en ese punto y no el resto de declaraciones que escaparon de su boca por el calor.

—Eres demasiado imprudente para tu propio bien —soltó casi amenazante a milímetros de sus labios.

En el momento que sus ojos se conectaron pudo percibir cierto desconcierto por parte del omega y se irguió, levantando su barbilla y anchos hombros, dejándolo huir de su agarre.

Pero Hunter no se movió ni un centímetro. Solo lo observó con un mar de emociones surgiendo en su corazón que latía frenético.

—¿Aceptas?

«¿Cómo diablos negarme?»

—Iré contigo —finalizó el alfa tomando una de las llaves del departamento y yendo en dirección a la puerta.

Ese omega le hacía perder la razón y eso era peligroso. Sobre todo en un alfa excesivamente fuerte y dominante como era él. Pero ese mismo inamovible instinto de protección lo mantenía a raya, jugando constantemente en la línea de fuego entre dejarse llevar o reprimir sus impulsos.

Por ahora su racionalidad iba ganando, después de todo, no había llegado su época de calor para que lo preocupara peligrosamente.

Y también estaba ese cariño que crecía hacia el omega día a día. Irrefrenable, abrumador y agradable, desconocido en todo aspecto para él antes de conocer a Hunter.

—¿No tienes una bufanda? Esta refrescando y podrías enfermar —advirtió minutos después con tono sobreprotector, viendo al chico luchar con su collar el cual no conseguía asegurar la segunda cerradura a la altura de la nuca por sí mismo.

Se acercó despacio, casi negando con su cabeza viendo que ni siquiera lo estaba escuchando, inmerso en su loca cabecita llena de pensamientos que el alfa no entendía.

—Hey —siseó a su costado y Hunter casi se infartó.

—¡Mierda!

—Ruidoso —replicó divertido.

—No es que yo sea ruidoso, es que eres una maldita lechuza o algo, no haces ningún ruido y apareces de la nada.

—¿Lechuza?

—Mi mejor amigo me mostró un video el otro día, las lechuzas vuelan sin hacer ni un solo ruido, es genial.

—Gracias por este dato irrelevante que no me servirá para absolutamente nada, lo atesoraré —dijo sarcástico y Hunter rodó los ojos.

—Calla, te enseñé algo que no sabías y eso para mí ya es un logro viniendo de mí hacia alguien como tú —se defendió infantilmente y sintió las manos del alfa alrededor de su cuello, tensándose, para después relajarse escuchando el "click" de la última traba del collar cerrarse.

—¿Alguien como yo?

—Que sabe muchas cosas.

Kilian contuvo una risa y respiró hondo, tomando la bufanda que llevaba en su cuello y colocándosela al omega.

—Vamos.

—Pero...

—Tendrás frío.

—Pero el olor es...

El alfa elevó ambas cejas y su mirada se oscureció a una que contenía su placer latente.

—Ya veo. Devuélvemela —ordenó levantando su mano con la intención de que la pusiera allí.

Pero para sorpresa de ambos las manos de Hunter se aferraron a la prenda en el mismo momento que creyó que se la quitaría, casi gruñendo en una rotunda negativa, para finalmente pestañear varias veces al darse cuenta de lo que había hecho.

Kilian elevó la barbilla, relamió sus labios complacido y se inclinó, acercando su rostro al suyo.

—N-No quise, es decir, no sé qué... —fue interrumpido cuando el alfa sonrió de lado y tomándolo por su hombros lo giró en dirección a la puerta.

—Si no salimos ahora mismo, no puedo garantizar tu seguridad el resto de la noche —advirtió y Hunter sintió un escalofrío.

—Mamá y los demás me esperan, así que no puedes asesinarme hoy —dijo intentando evadir a lo que claramente se refería Kilian.

Revisó sus bolsillos, tener su billetera, extrañó tener móvil, se miró una última vez en el espejo y Kilian rio bajo.

—Ahora entiendo por qué llegas tarde a la escuela, niño, te distraes fácilmente —aseveró con paciencia y Hunter cambió su expresión de nerviosismo por una orgullosa.

—No es tarde —alegó viendo la hora en el reloj de pared a momento de abrir la puerta—. Carajo, hay que apresurarnos.

Al llegar finalmente el menor se quedó de pie extraños segundos que llamaron la atención del alfa.

—¿Reconsideraste mi oferta y piensas regresar al apartamento, omega lujurioso?

Hunter tomó aire, claramente enrojecido por el descaro de Kilian, pero no lo suficiente como para olvidar que entraría a ese horrible lugar. Ese sitio con olor a tristeza y muerte. El peor lugar en el mundo para él, ese sitio donde vio la vida de su padre extinguirse lenta e inevitablemente.

—Me siento mal dentro de hospitales, los odio, realmente los odio —aseguró y levantó su rostro—. Pero mamá esta esperándome y la verdad la extraño, no puedo no entrar...

Kilian comprendió superficialmente la situación y caminó sin cuidado hacia la entrada.

—Si es así solo debes hacerlo y ya. Vamos, te dije que estaría contigo ¿No es así?

Hunter caminó dubitativo y se detuvo a su lado.

—¿Tienes alguna clase de poder celestial que... —Lo miró con cierta gracia y se corrigió—: O quizá algún poder infernal, que haga que la mala sensación desaparezca cuando piso un hospital?

—Desgraciadamente no, pero estás conmigo así que no debes preocuparte, porque no dejaré que nada malo te suceda.

—Bien, hagamos buenos recuerdos hoy —dijo con su ánimo renovado y entró junto a su alto acompañante, que para continuar en crecimiento ya media sus buenos 1,87cm y su ancha espalda trabajada no lo hacían ver como un adolescente promedio.

Al recorrer los pasillos adornados con temática dorada y blanca, con enormes flores de papel y una sensación cálida envolvía ese frío lugar, con los familiares de los pacientes llevando sonrisas de un lado a otro, viendo los puestos de tiro al blanco, cabina de fotos y atracciones que había montado el establecimiento, similar a un pequeña feria.

—Sí que se lucieron —dijo una voz familiar y Frank apareció por detrás de ambos, abrazando a Hunter por sus hombros— ¡Hola! Iba a venir temprano, pero sabía que no llegarías a esa hora así que comí antes de venir —finalizó con su sonrisa juguetona habitual, manteniendo su guardia al momento de cruzar sus ojos con los del alfa.

—Pesas, hombre, estoy viejo, mi espalda no es lo que era —refunfuñaba el omega sin notar la mirada de esos dos.

—Kilian —lo saludó Frank cauteloso y éste le devolvió el saludo con la cabeza— ¿Ya son tan cercanos? —le preguntó a Hunter cerca de su oído sin dejar de mirar al contrario.

—Bueno... un poco de esto, un poco de aquello —respondió nervioso.

—Si tienes algo que decirme, solo hazlo—advirtió el mayor, reconociendo que esos orbes café no titubearían si de cuidar a alguien preciado se tratase.

—Hunter puede cuidar de sí mismo, pero es inevitable que me preocupe cuando vive contigo ¿Comprendes?

—¿Por los rumores?

—Porque eres un alfa que no conozco —aseveró otra voz reconocible para el trío.

—Matthew, Aaron —los saludó el omega y levantó una ceja—. Ya hablamos de esto, que sea alfa no cambia el hecho de que es una buena persona y como buen amigo aceptó acompañarme hoy. Así que basta de interrogatorios, son peores que mamá —bufó hastiado y sintió una presencia maligna emanando de su espalda.

—¿Peor que quién, mocoso desagradecido? Nueve tortuosos meses con los pies hinchados  la mitad con antojos o vómitos para que me hables así de la hermosa madre que te dio la vida —hablaba Danielle con una voz sepulcral como si estuviera poseída y Hunter chilló.

—¡Ma! —dijo emocionado y recibió un golpe en la frente.

—¿Con quién es que dicen que estás viviendo y no me contaste? —increpó dando pequeños goles con su pie en el piso.

—Esto... No es como "vivir juntos siempre", es un amigo que me esta ayudando a organizarme y mantener el orden hasta que puedas regresar a casa y...

—Y recién me entero.

—...

—...

—Ma, hoy estás radiante.

—Es un pijama común y corriente, no me cambies de tema, jovencito —gruñó y todos los presentes, a excepción de Kilian, miraron en direcciones contrarias.

Las pupilas de la mujer encontraron su objetivo y ahí estaba el alfa, manteniendo la mirada, sin inquietud alguna.

—¿Están viviendo juntos en casa?

—No, Hunter esta quedándose en mi departamento.

Ella frunció sus cejas y fijó su vista interrogativamente a su hijo.

—¿No estás haciendo nada raro por dinero, verdad? Porque tenemos prórrogas sobre los gastos de luz y con tu trabajo de medio tiempo dijiste que...

—C-Claro que no, mamá —exclamó negando con la cabeza—. Es solo un amigo que me ayuda a llevar las cuentas. 

—Ajá, un alfa de casi dos metros, las manos vendadas y apariencia de homicida serial. Pobre Danielle —susurró Matthew, siendo claramente oído por todos. 

—Hijo... traes puesto tu collar —dijo al verlo a través de la bufanda que claramente no era de su hijo—. Ya estoy preocupada.

—Eso esta bien —afirmó Aaron—, es decir, es sensato de su parte el cuidar de sí mismo.

—Bueno... —replanteó danielle— siempre te dije que uses el collar y reías diciendo que no eras un omega de verdad.

Kilian lo asesinó con la mirada y este rio inquieto, viendo a sus amigos hacer muecas raras, ellos también pensaban que era un falso omega hasta hacía no mucho tiempo.

—Una marca sin consentimiento puede ser lo peor que le pase a un omega y aunque le digan "el falso omega", me deja tranquila que lleve un collar como hace ahora —admitió Sanna y Matthew palideció del mismo modo que Frank.

Ambos se miraron de reojo y la tristeza en el alfa le ocasionó una punzada al rubio, que llevó inconscientemente su mano hacia su pecho, donde recobró la compostura y sonrió de modo altanero.

—HunHun como siempre ocasionando un drama de las cosas más simples —bromeó y tocó su collar al apoyarse en su costado— ¿Esto es un raspón? ¿Tal vez de dientes? —siseó en su oído, imperceptible para los demás. 

Hunter se tensó y recobrando su valor miró a su malicioso amigo.

—No proyectes tus raros fetiches en mí —contraatacó el menor y el rubio sonrió ante su osadía.

—Deja de crecer y responderme así o me meteré en serio contigo, pequeño llorón —comentó atento a la mirada asesina del alfa que ya no miraba a la mujer, sino a él. 

Si las miradas mataran, estarían enterrando ese pálido cadáver allí mismo.

—Oh vaya, que interesante —pensó en alto y no apartó la mirada. 

Matt no se acobardaba, a pesar de sentir todavía un rechazo nato hacia ese posesivo alfa.

Por otro lado, Danielle entendió que su hijo y amigos de siempre se sentían en confianza frente al nuevo alfa del grupo, así que tan temible no debía ser. Además, que en ese poco tiempo lejos de su casa, Hunter había madurado en cierta medida, aprobándolo momentáneamente.

—¿Y cómo heriste tus manos? —le preguntó ella.

—Las mordí —soltó como si eso fuese normal y la mujer casi rio por la noticia.

Hunter se pudo detrás de su mamá y le hizo obvias y efusivas señales de que no hablara sobre lo sucedido, su celo o los problemas que estaba pasando en la escuela.

Había madurado, pero no tanto, seguía siendo un adolescente impulsivo que pensaba que ocultándole alguno de sus problemas a su madre no la iba a preocupar o evitaría más problemas, siendo claramente una resolución infantil y errada de su parte.

Kilian se encogió de hombros y acató sus pedidos desesperados. Los demás amigos llegaron saludando a Hunter y mostraron abiertamente su curiosidad por la interacción entre Danielle y el alfa.

—¿Le esta pidiendo tu mano o qué? —ironizó Susan.

—Con un demonio, lo que me faltaba, que tú también te burles —alegó el omega ocultando su rubor y Chad apareció, dándole un apretón de manos a Frank y seguido al resto.

—De repente el hospital esta muy animado, no sabía que harían algo tan genial —comentó Rossy de la mano de una musculosa y atlética chica a la cual presentó como Nain.

—¿Una cita en el hospital? Que romántica —se burló Frank con una sonrisa hacia la otra alfa.

—Si no recuerdo mal, te cogiste a una chica en el funeral de tu bisabuelo.

—El viejo no era el único tieso esa tarde —bromeó Chad y recibió un golpe en su costado por parte de Frank.

—Ay pero que prejuiciosos, era un modo de olvidar la tristeza del momento.

—La decencia olvidaste, ni conocías al señor porque vivía lejos, prostituto zaparrastroso —sentenció Matt y Frank lo miró varios segundos.

Se formó un atípico silencio que el mismo alfa rompió:

—Vamos a ver los puestos, Dani de mi corazón —interrumpiendo la conversación de ese par.

—No le estoy haciendo nada que él no desee —aseveró Kilian en su respuesta a la mujer y Frank detuvo sus pasos, contrariamente Hunter quería sufrir un infarto y detener esa vergonzosa charla.

Miró a su mejor amigo y seguido al alfa, respiró profundo y enfrentó a ese imponente sujeto que parecía cargar a todos los infiernos en sus oscuras pupilas.

Por un instante el aire pareció faltar por la tensión que emanaban ambos y de ese mismo modo se esfumó cuando Frank sonrió.

—Si a Hunter le cae bien, algo bueno debe tener, después de todo no podemos hacer nuevos amigos si nos dejamos llevar por la primera impresión —finalizó estirando sus brazos y llevando ambas manos detrás de su cabeza, viendo a Danielle y Hunter sonreír, junto al ligero asombro en Kilian.

—Mi primera impresión era que ibas a morir asesinado por alguna de tus ex's —añadió Sanna.

—La posibilidad sigue en pie —refutó Matthew maliciosamente.

—Todos sabemos que no permitirías que nadie te quite le placer de hacerlo con tus propias manos —discrepó Aaron.

—Touché.

Ahora sí, ya todos juntos, decidieron visitar los espacios recreativos y tiendas de entretenimiento dentro de ese gran lugar. A lo largo del hospital se podían ver a personas acompañando a sus familias, enfermeras alegres, doctores dándole la bienvenida a la gente.

Tampoco podían faltar los puestos informativos y concientización sobre la donación de sangre y médula, la importancia de usar protección y las pruebas regulares de ETS fuera del estigma ante ellas, entre otras.

—Ohh, recuerdo haber estado aquí en tercer grado cuando me caí de la cama peleando con Megan y perdí la conciencia, desperté con todos mis hermanos llorando a mi alrededor y mamá muy preocupada, el doctor regañó a Josh por sacarme la intravenosa  —rememoró Frank y los demás agregaron experiencias similares.

Anécdotas familiares graciosas y simples sobre hospitales, lesiones o accidentes.

Entre risas y comentarios, el ambiente era agradable, pero Hunter notó que Kilian estaba quedándose atrás.

—Eres lento —tarareó el omega con suficiencia.

—No, solo camino despacio, en cambio tu sí que eres lento para algunas cosas —se burló y tocó su collar.

—Shh —lo mandó a callar juguetonamente—. Esta oxidado o algo este accesorio barato.

—Por la falta de uso, omega descuidado —sonrió resignado y éste rodó los ojos.

—Si tan mal te caigo no hubieras venido —respondió en broma y Kilian lo pensó detenidamente.

—Me agradas, por eso vine.

Eso lo dejó en blanco, seguido se ruborizó y sujetando sus propias manos contestó:

—¿Entonces por qué no pareces feliz?

—¿Qué?

—¿Tanto odias estos eventos?

—No lo hago.

—No esta siendo aburrido, Rossy casi le saca el ojo a uno cuando tiró un dardo hacia el blanco y Nain por poco rompe el medidor de pulseadas. Mamá es algo intensa, pero ya me perdonó el no haberle dicho sobre quedarme en tu casa y parece que no tiene una mala impresión de ti... Y yo me estoy divirtiendo ¿Por qué tú no?

—Te equivocas. —Miró esos expectantes ojos y por alguna razón la honestidad parecía sencilla cuando de abrirse a Hunter se trataba— No estoy acostumbrado: muchas familias, gente que comparte lazos y cosas en común de manera... sana, supongo.

—¿Y?

—No pertenezco.

—¿A qué te refieres? ¿Alguien te dijo algo así? —El alfa negó con la cabeza con cierta diversión amarga.

—No es necesario, como ver a un lobo entre ovejas, es antinatural sin la necesidad de que alguien lo mencione ¿No ves lo fuera de lugar de mi presencia en este cuadro? Cuando hablan de cosas que para ustedes son normales, a mí no me identifican, por eso no me involucro en sus conversaciones.

—Entonces cuéntanos algo sobre ti —refutó y su caminata se detuvo por completo, mientras el resto no notó que el par se separaba del grupo.

—Eso arruinaría el momento. Mi vida no fue como dicen los rumores... —comentó con suma calma.

Hunter casi sonrió ante esto, pero descartó cualquier rastro de felicidad en sus labios cuando vio la mirada del alfa y esa sonrisa vacía colmada de recuerdos aterradores.

—Fue mucho peor.

El omega tragó grueso y el alfa levantó su barbilla.

—Tanto que no creo que nadie disfrute de mis anécdotas. Y si me dices que solo cuente lo bueno, como la gente suele hacer, obviando lo malo, sigue siendo ajeno a ustedes. Algo que para mí fue bueno, para ustedes no lo será.

Hunter no estaba comprendiendo y Kilian soltó un hastiado suspiro, ya que sus facciones eran más que obvias.

—Como la vez que teniendo cinco años escapé de casa y dormí en un parque durante dos días... Para mí fue increíble, pero no para ustedes que se sentían seguros en sus casas, que tenían a gente que los aman esperándolos o rezando por su salud... Cuando hablo de mí, la gente deja de sonreír. Y verte sonreír es... agradable.

No supo qué decir ante esto, era algo incomprensible y casi irreal para él, pero Kilian hablaba en serio. Pensó unos eternos segundos y levantó su rostro en su dirección.

—En el tiempo contigo descubrí que sabes muchas cosas, eres gracioso y siempre que hablo contigo aprendo algo nuevo o me entretengo, no es necesario que hables de cosas que no te gusten o muy personales por ahora...

Lo miró a los ojos unos segundos antes de volver sus ojos a sus propias falanges.

—Y no importa si dejamos de sonreír un instante, es obvio q-que... que saber que viviste cosas malas me podrá triste o no sabré qué decir y quizá se volverá algo incómodo al inicio... Pero ¿A quién no le duele saber que alguien a quien quieren sufrió en el pasado? Pero es necesario para conocerte de verdad y...

Eso hizo al alfa fruncir sus cejas.

—Eres muy inconsciente de lo que sale de tu boca —decretó interrumpiendo su diálogo— ¿Te lo han dicho? Porque acabas de decir que me quieres ¿Estás coqueteándome?

—¡Como amigos! E-Eso dije, o quise decir, es decir, no sé, solo quise... —balbuceaba y su estado de nervios hizo reír bajo al alfa, junto a los mil ademanes que hacía mientras se excusaba.

El menor recordó algo y volvió a verse su entrecejo fruncido.

—¡Me estás cambiando de conversación! Ah no, ya me conozco esos trucos, jovencito —dijo como buen hijo malcriado que era.

—Es que tu confesión era mucho más interesante que hablar sobre mí y mi, según tú, tétrica forma de ver el mundo.

—Pero quiero saber lo que piensas, porque a veces lo que crees no es lo que realmente es.

—Yo creo que estar rodeado de personas como ustedes no es para mí, no atraigo cosas buenas, por eso no me deja de asombrar que me tocara sentarme a tu lado y me arrastras a tu entorno, que no es mi lugar.

—Si sigues pensando así, te quedarás solo o con malas personas. No eres malo. No tienes por qué serlo. No tienes por qué conformarte viviendo así... Tu lugar es donde te sientas a gusto, con las personas que te den un sitio en sus vidas y tú a ellos.

 —Si eso es cierto, Danielle no es mi madre y esos chicos tampoco son mis amigos, no tienen nada que ver conmigo y tu argumento carece de sentido, porque sigo teniendo razón.

—¿Y yo? ¿No tengo nada que ver contigo? —inquirió hasta ofendido, empuñando sus manos.

Eso hizo al mayor abrir sus párpados y suavizar su expresión.

—¿Cómo no tendría nada que ver contigo? Soy casi tu proxeneta según tu madre —se burló y Hunter experimentó un fuerte calor en su rostro.

—¡Ya! Que horror, lo siento, es decir, ya, basta, al final mamá entendió que no estoy haciendo nada ilegal y que solo estás ayudándome.

—Es muy astuta, puede ver fácilmente a través de las personas... Me recordó a una mujer que conocí hace tiempo —respondió con simpleza, viendo por el ventanal la noche estrellada y la cantidad de personas disfrutando del buen clima en el patio interno del lugar.

—Oye... te invité porque odio los hospitales y si hay personas que me agradan a mi alrededor me hacen sentir mejor, lo puedo disfrutar y olvidar un poco el olor a desinfectante... pero también pensé que te divertirías, no que te sentirías mal... creí que estarías feliz, más feliz que en ese departamento pasando la noche solo.

Kilian ladeó su rostro y asimiló esas dulces declaraciones.

—Pero si me equivoqué: vete. Puedes irte.

—¿No necesitas que me quede?

—No —sentenció Hunter y Kilian estiró su espalda.

El menor apretó los párpados y mordió sus propios labios nerviosamente, para armarse de coraje y hablar otra vez:

—Pero sí quiero que lo hagas —soltó con valentía.

De nuevo lo desconcertó, ese chico no hacia más que hacerlo replantearse su vida y qué estuvo haciendo con ella hasta ese momento.

—¿Para qué?

—Darle una oportunidad a los demás, darle una oportunidad al tú que eres rodeado de buenas personas... no sé qué tan difícil fue tu vida o qué tan reales sean o no los rumores, pero sí sé que ellos valen la pena y estar rodeado de buena energía renueva la propia... Quizá conozcas algo nuevo y te guste... Te haga sonreír... quiero que te sientas bien... Pero no sé cómo hacerte feliz —admitió casi al borde de las lágrimas y la gran mano vendada del alfa se reposó en su cabeza, calmándolo.

—Bien. Si es solo eso puedo intentarlo —dijo fingiendo que no estaba a merced de ese pequeño muchacho frente a sus ojos.

—Uhh, se quedaron solitos los tortolos, que alguien les tome una foto —gritó Susan y Frank les dio la espalda, abrazándose a sí mismo y fingiendo que besaba a alguien.

—C-Cállense —reprochó el menor, pero enrojeció todavía más cuando vio a Kilian sonreír ante la idea al relamer lentamente sus labios, llevando ambas manos a su rostro en un acto reflejo por la ansiedad—. Mentí, no son buenos amigos, son unos sucios traidores, ni los escuches.

Eso hizo reír al grupo que se reunió nuevamente y avanzaron entre bromas al área de juegos.

Fue una sorpresa lo buenos que eran Chad y Kilian en el juego de tiro, donde el moreno ganó un llavero de oso con bata médica y Kilian un peluche de doctor crow, haciendo reír al resto por el macabro muñequito.

La risa y calidez a su alrededor fue nuevo para él, dejándose llevar por lo absurdo de aquello. Quizá no tenía mucho que aportar al grupo, pero no era desagradable oírlos, verlos y ver al omega tan feliz con ellos.

No solía pasar momentos como este y para su asombro no le desagradó esa sensación.

Los adolecentes se fue separando entre juegos y puestos, idas al baño y salidas a comprar bebidas, quedando Chad junto a Kilian, Danielle y Hunter, donde estos últimos se tomaron una foto para enviarle a Astrid y Will, sus hermanos que no pudieron asistir.

—Te recuerdo —habló Kilian—. Eres el beta que se interpuso en el pasillo aquella vez ¿Realmente creíste que podrías detenerme?

El moreno suspiró rendido ante la arrogancia en la voz del alfa y sonrió.

—Claro que no, pero hubiese muerto intentándolo —contestó honestamente—. Ese chico es el alma de todos, si algo lo rompe sería un daño no solo a él, sino a todos y la simple idea me da la fuerza necesaria para hacer algo al respecto, en vez de ser un observador ajeno a todo.

Kilian escuchó atentamente al atlético sujeto y no encontró mentiras en sus palabras o gesticulaciones, trasmitiéndole una buena sensación.

—Ustedes no saben lo que es el instinto de supervivencia.

—Te juro que antes era alguien racional. Quédate con nosotros y verás que las malas decisiones empiezan a verse súper cotidianas —bromeó y una leve sonrisa por parte del alfa hizo sonreír a Chad.

Le agradaba ese alfa.

—Eres inesperadamente accesible.

—Estoy intentado darle una oportunidad a esto —contestó tranquilamente—. Antes me parecía estúpido estar con otros, sus problemas eran tan superficiales y ridículos que me sentía irritado, pero en esta ocasión me sentí tranquilo. La tranquilidad no esta mal.

Chad no entendió del todo lo que estaba diciendo, pero pudo hacerse una idea y el agrado hacia ese alfa fue casi instantáneo.

—Me alegro —dijo mirando a Hunter venir hacia ellos.

—Llevaré a mamá a su habitación, andar con las muletas la cansó mucho.

—Me divertí, gracias por venir esta noche —agregó Danielle.

Abrazó a Chad al que conocía con antelación y una vez se despidió de él, se posicionó frente a Kilian, apoyando su peso sobre su muleta izquierda y estirando su mano derecha hacia él.

—Me gustaría verte más seguido —dijo maternalmente y Kilian guio sus ojos a ella—. No deberías tener el alma tan dañada siendo tan joven ¿No crees?

Apoyó su mano en su cabello y lo peinó sutilmente, bajando por su mejilla y deteniéndose ahí.

—Pero todavía tienes un alma y eso es lo que importa —dijo con una sonrisa triunfal, desconcertando al alfa—. No dejes de venir a verme ¿Te quedó claro, chiquillo? Y cuida a mi hijo que por alguna razón es fanático de atentar contra su vida por accidente.

La sonrisa honesta de una madre y su tacto en su mejilla lo dejaron en blanco. En un segundo descifró más de él que él mismo.

Los aterradores dones que algunas madres eran inquietantes, parecían saberlo todo sin la necesidad de preguntar nada.

—Bien —aceptó finalmente a secas.

De todas formas, le gustaba demasiado estar con Hunter y su madre no parecía odiarlo, así que recordando las palabras del omega decidió darle una oportunidad a estas nuevas personas.

Se despidieron y Chad le sugirió ir con los demás que le mandaron su ubicación dentro del hospital por WhatsApp, pero de repente una anciana confundió al moreno con su nieto y prácticamente lo secuestró, haciendo sonreír desconcertado al alfa.

—No sé dónde carajo están los amigos de Hunter —dijo de pie en su sitio, suspiró y llevando las manos a sus bolsillos comenzó a deambular. 

Sereno, un paso tras el otro. Todo se sentía diferente. Caminar era diferente, porque no solo estaba deambulando por su cuenta, sino que buscaba a alguien.

Quería ver el rostro de ese omega una vez más. Muchas veces. Indefinida cantidad de veces.

Descubrió una ala del hospital en remodelación y entró a una habitación que tenía las ventanas abiertas y el viento se colaba por cada rincón, dándole una extraña sensación de libertad. Una que no creyó poseer o que había olvidado que había conseguido.

Estaba lejos de su padre, de su mundo y sus reglas. Ahora mismo podía hacer lo que deseara y se detuvo a pensar algo que no se había planteado "¿Qué quería? ¿Qué planeaba hacer con esa libertad?"

—Es jodidamente que lo único que venga a mi cabeza sea ese chico —se dijo a sí mismo es voz alta con una risa rendida y peinó si cabello hacia atrás —. Pero permanecer a su lado es lo que más quiero.

El sonido de pasos en ese desolado lugar lejos del ruido y los eventos pusieron su cuerpo en alerta y trabó la mandíbula, afinando sus pupilas al fijar su vista, pero como si fuese instantáneo se dilataron al ver a ese pequeño omega entrar por la puerta.

—¿Y los demás?

Éste entró despacio y observó con cautela la habitación a medio pintar.

—Pues cuando encontré a Chad con su abuela sustituta acompañamos a la mujer con Alzheimer con su familia real y me dijo que tú y él estaban por ir con el resto, llegamos y no estabas, así que creí que te habías ido...

—¿Cómo me encontraste?

—Tu aroma, puedo percibirlo mejor que antes —admitió tímidamente y sonrió.

No supo descifrar la expresión de ese imponente alfa y tomó sus propias manos con nerviosismo.

—¿Te molesto? ¿Querías estar solo?

Esa pregunta hizo sonreír con un dejo de melancolía a Kilian.

—Eso quería antes de conocerte. Pero si eres tú, esta bien —articuló portando una serenidad que caló hasta lo más profundo del pecho de Hunter.

Recobrando sus sentidos obligó a sus pies a moverse y se acercó al alfa.

—¿Puedo quedarme?

—Si eso quieres.

—Claro —contestó con normalidad y una sonrisa, sentándose en una pequeña mesa junto a la venta.

—¿Qué hacías aquí? Mi madre te cansó con su charla sobre lo imprudente que soy o anécdotas de mi niñez y cuando la llevé a su habitación aprovechaste a descansar, lo sé.

—Eso fue divertido, pensar que siempre fuiste así me hace creer que es una especie de milagro que llegarás en una pieza hasta estas alturas.

—¡Oye! No he hecho cosas tan peligrosas.

—Estar junto a mí puede ser lo más peligroso que has hecho hasta ahora.

Su seriedad desconcertó al menor y Kilian sonrió al sentir deseos de molestarlo.

—Como soy el líder de una secta, ya sabes, todas esas cosas tenebrosas.

—No bromees con eso que yo sería el primero en morir, siempre sacrifican al virgen o al despistado y yo soy amb... —aclaró su garganta al ver que había hablado de más.

La curiosidad en las facciones del alfa eran inigualables.

—No jodas... eres virgen.

—Q-Qué te importa.

—Joder, lo eres, no es que esté tan sorprendido, de hecho, era casi obvio, pero... Bueno, pobre cosita sin experiencia.

«De alguna forma mi posesividad esta jodidamente feliz al oírlo, es ridículo ya que no es algo con importancia, pero solo de pensarlo quiero sonreír» esos pensamientos revolotearon en su mente adolecente, dejando de lado un instante su madurez.

—No te burles, no tiene nada de malo... Creo...

—Peor sería que ni siquiera te hayan dado un mísero beso —ironizó.

—Sí besé a alguien —refutó avergonzado y el alfa no emitió palabras, hasta que por el latente nerviosismo del omega descubrió a qué se refería, llenándose de placer y arrogancia.

De refería a él. A sus besos compartidos anteriormente.

—Ya veo, hablas de los momentos que estabas en celo.

Cada pequeño vello casi inexistente en el chico se erizaron y encogió sus hombros.

—C-Cállate, no es asunto tuyo, hablaba d-de mis otros muchos besos, claro, porque, esto... ¿En serio no cuentan? —El alfa negó con la cabeza y dió justo en la herida, significaba que no había sido besado de la manera en la que Kilian lo planteaba.

—Las feromonas te controlan, eso no puede contar.

—I-Igual no me interesa, no sé por qué hablamos de algo así.

En el mismo instante que estallaron los fuegos artificiales Hunter hizo un ligero mohín inconscientemente, mordiendo sus gruesos labios en una mueca resignada que cuando Kilian vio no pudo detenerse:

Su lado instintivo al igual que su lado racional gritaban lo mismo: «Quiero ser yo el que le enseñe todo tipo de cosas desconocidas para él, como él me hace sentir estos jodidos sentimientos desconocidos para mí hasta ahora»

—Pobre niño, no sabe lo que se siente besar a alguien estando conciente.

—Mejor me voy a ver los fuegos artificia... —farfulló molesto y no consiguió terminar su frase que sintió una mano envolver su pequeña cintura.

—Yo puedo cambiar eso —siseó llevando su otra mano a la nuca del omega, metiendo dos de sus dedos bajo el collar, presionando su cuello imponente hasta acercar el rostro de Hunter al suyo, uniendo de repente labios.

El contacto fue sorpresivo y fugaz, cargado de deseo y oyendo las explosiones de la pirotecnia de fondo.

—¿P-Por qué lo hiciste? —reprochó una vez tomó distancia.

—¿No era cruel de mi parte dejarte ir por la vida sin saber lo que se sentía besar a alguien?

—¡Pero somos amigos!

—¿Fue desagradable?

Hunter un poco confundido negó con su cabeza.

—¿No deseabas ser besado?

El omega pensó detenidamente aquello y la verdad es que se sintió triste e inseguro al darse cuenta que los besos estando en celo no habían contado como tales. Y quería que contaran.

Ante su revoltijo de emociones Kilian sonrió orgulloso, pudiendo entender qué le ocurría sin problemas.

—Ahí lo tienes. No te preocupes demasiado, como amigo me gusta ayudarte a que te sientas bien.

Espero oír un reproche o indignación de su parte, esa fue una excusa poco creíble y absurda para haberlo besado. Pero el omega, ruborizado hasta la nuca, asintió torpemente y se encogió de hombros.

—En serio que te criaron de una manera muy extraña, yo no hago este tipo de cosas con mis otros amigos.

Los ojos del alfa perdieron el brillo leves instantes y lo recobraron.

—Mejor —siseó sin expresión alguna y posesivamente tomó su cadera—. Estás demasiado lejos, así no podré besarte de nuevo.

Antes de que pudiese siquiera pensar, llevó sus manos a su propio pecho, sin saber qué hacer con ellas o donde ponerlas, pero acabaron sobre el fuerte torso del alfa cuando lo atrajo hacia sí con un poco de fuerza.

—Me divertí esta noche gracias a ti, así que te devolveré el favor haciéndote sentir bien estando conciente ¿Quieres intentarlo?

—¿Y si despierta mi celo?

—No iré tan lejos, omega lujurioso —saboreó cada palabra y se inclinó hacia sus suaves labios, rozándolos con los suyos y gozando cómo Hunter empuñaba sus ojos y se encogía en su sitio.

Se veía ansioso e inquieto, tan apetecible que no sabía cómo nadie antes había deseado hacerle este tipo de cosas. Ante sus ojos, Hunter era irresistible y precioso de pies a cabeza.

Lenta, pero decididamente, se abrió camino al interior de su boca, degustando el calor de su lengua, los sonidos obscenos de jadeos en busca de aire y pequeños quejidos cuando sus grandes manos planteadas en su cadera lo presionaban con deseo.

Se separó con suavidad notando que el aroma de Hunter se endulzaba peligrosamente, tomando una mínima distancia entre sus labios con los deslumbrantes colores artificiales brillando en el costado de sus rostros. 

Vivir por el simple hecho de no morir había sido aceptaba en el pasado, pero ahora eso no era suficiente y estaba considerando que comenzó a disfrutar el hecho de tener pulso. Sentir el pulso de Hunter cuando besaba la pequeña porción de  su cuello arriba del collar, cuando sus dedos sujetaban su muñeca.

Que simplemente lo mirara y le sonriera, le hacía sentir que la vida tenía significado.

Continuará...

Reviví♥ 

Quiero, necesito, exijo sus opiniones sobre la novela porque así de insegura soy xd jajjaja Ya en serio, amaría saber sus opiniones♥

Para los que no me siguen en instagram, acá les dejo una ilustración que hice de Frank y Matt en esta versión omegaverse ( ' ▽')ノ

Y como prometí voy a ir dejando bocetos de los hermanos y hermanas de Frank♥

Gastón Wolff, omega, en este universo actualmente tiene 15 años:

También Rossy y su nena Nain♥

Olvidé etiquetar al creador de Nain porque soy re pajera, pero es mi cielo Russ en Twitter. Ahí sube contenido de sus bellxs personajes y de nuestras nenas juntas dándose amorsh♥

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