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DIECIOCHO


Narrador omnisciente.

—Hey, llegaremos tarde si no despiertas ahora mismo —demandó el alfa por tercera vez, sonando esta última más autoritario, viendo al omega abrir pausadamente sus ojos, todavía abrazando su almohada boca abajo, exponiéndole su insinuante nuca y obligándolo a apartar la mirada.

«Al que madruga, Dios tortura» ironizó en su mente, llevando ambas manos a sus bolsillos, ya vestido con el uniforme que constaba de un pantalón y saco negro con una camisa blanca.

Hunter se levantó sobre sus brazos y sus hombros se encogieron un poco, dándole un aspecto algo felino al estirarse, razón por la que Kilian no pudo evitar guiar sus pupilas a las suyas.

—Podría acostumbrarme a la vista —aseguró y Hunter se dió cuenta que vestía únicamente boxers, enrojeciendo de repente.

—¡Hey! —tartamudeó y se ahogó, tosiendo y frotando sus ojos mientras se cubría con su otra mano tomando las sábanas— ¡Ya desperté, gracias! Ahora sal de la habitación, por favor —pidió ligeramente prepotente y a gran velocidad.

El alfa soltó una risita baja e irónica, elevando ambas cejas al encogerse de hombros, caminando sin ningún apuro hacia el exterior del dormitorio que utilizaba Hunter, justo al lado del suyo.

—Sin duda, podría acostumbrarme a esto.

Cuando el jóven salió vestido a medias, desalineado y con su cabello revuelto, Kilian sonrió desde detrás de la barra y con sus ojos le señaló la taza con café junto a la suya.

—P-Pero, llegaremos tarde, no hay tiempo para...

—Dije que llegaríamos tarde "si no te levantabas", pero lo hiciste, así que estamos bien de tiempo.

Hunter llevó una mano a su pecho, indignado.

—¡Entonces no es tarde!

—Nunca dije que lo era.

—Ni mi mamá me mintió tan descaradamente para que me levantara, hombre.

—Jamás te he mentido, Hunter.

Por alguna razón la tranquilidad de su voz y la suavidad con la que sus labios tocaban la parcela de la taza al beber su café, le provocaron un ligero calor en el vientre y rostro a Hunter, tragando grueso al sentarse a su lado.

—Seh, ajá —dijo en un intento por no malinterpretar sus palabras.

Miró el plato de Dracarys lleno de comida, suspiró, tomó un sorbo de café y se desplomó sobre la mesada, viendo de costado al alfa.

—Yo soy quien debería despertarte, limpiar, alimentar al gato... acá fallando como de costumbre —soltó divertido y pesimista a la vez.

La mano del alfa descansó en su coronilla, acariciándolo con una gentileza que ni él sabía que poseía.

—Más importante que despertar, es dormir, y desde que estás aquí lo hago mucho mejor, así que deja ese melodrama tan temprano en la mañana —bromeó y el labio inferior de Hunter se vio sobresalir un poco, contenido el alfa su sonrisa ante ese gesto.

—Debes tener un manual de cosas geniales y oportunas para decir justo en el momento indicado.

—Mmh, no —negó y miró al frente, después las tazas vacías y antes de que pudiera recogerlas, Hunter dedujo lo que haría y prácticamente se las arrebató y corrió a dejarlas en el fregadero detrás de ellos, actitud que hizo reír por dentro a Kilian—.  A decir verdad, nunca tuve un ambiente óptimo en cuanto a relaciones o emociones, entonces lo que hago es lo que creo que debería ser correcto, aunque puede no serlo para todos.

Poseía una duda carcomiendo su mente hacía semanas, pero solo ahora tuvo el coraje de hacerla:

—¿Tu papá es una mala persona?

Kilian sonrió sin gracia. Sin felicidad. No podía siquiera llamar a ese aterrador gesto una simple sonrisa.

—¿Persona? No, ese sujeto no puede considerarse un ser humano —soltó neutral, carente de vida.

Hunter tragó grueso y se encogió un poco, cosa que notó Kilian y decidió abrirse un poco para así tranquilizarlo:

—Pero soy inteligente y, además de serlo, poseo la capacidad de analizar mi entorno social sin problemas, por eso aprendí cómo es el mundo fuera de ese infierno e intento vivir de ese modo.

—¿Entonces esos rumores que decían que eras un monstruo sanguinario y sin corazón no eran verdad?

Kilian guardó silencio varios segundos.

—Nunca te mentí, así que no empezaré a hacerlo ahora —sonrió fríamente y una corriente eléctrica atravesó la columna del chico—. ¿Eso te asusta?

—Es que...  no es lo que veo cuando te miro.

«La verdad no se puede ocultar solo porque cierres los ojos, niño» pensó el mayor con resignación.

A veces hasta él mismo creía las palabras que su padre y todos a su alrededor le repitieron constantemente, llamándolo monstruo sádico cuando perdía el control de sí mismo.

—¿Y qué ves precisamente?

Hunter sonrió honestamente, sin dejar de ver la porcelana que lavaba.

—Que sí te importan los demás y sus sentimientos.

Kilian elevó sus cejas, ni él creía semejante cosa.

—No le presto atención a nadie la mayor parte del tiempo.

—No te creo eso.

Rascó su nuca y observó fijo al chico frente al fregadero..

—Creelo, porque hace mucho dejó de interesarme la gente a mi alrededor.

—Por mí lo haces.

Ahí el mayor humedeció sus labios y raspó el inferior ligeramente antes de sonreír de lado.

«Porque eres tú, niño ingenuo»

—Solo observo con atención a los que me importan o podrían representar una amenaza.

—¿Eso quiere decir que te importo? —dedujo en voz alta una vez que todo estuvo limpio y su rostro enrojeció, girándose y viendo al alfa de pie, acercándose a él.

—O que eres una amenaza en potencia, claramente, mira estos músculos —ironizó llevando sus dedos a su brazo y presionando, recibiendo un manotazo caprichoso por parte del omega y riendo nuevamente.

Con Hunter cerca, reír y sonreír se volvían acciones recurrentes para Kilian.

—¡Oye!

—Pensándolo bien... todo lo que me vuelve débil representa un peligro para mí —soltó al inclinarse hacia sus labios, dejando escasos milímetros de distancia y deteniéndose allí—. Entonces sí, definitivamente eres la criatura que más amenaza mi existencia.

Iba a contestar, pero no podía hilar dos palabras coherentes gracias al delicioso aroma, calor y cercanía de ese hipnótico alfa que lo acorralaba con su simple presencia.

Su móvil sonó repentinamente, alertando a ambos de que debían salir del departamento o llegarían tarde, pero el deseo que ese chico generó en Hunter no iba a dejarlo vivir en paz si se separaba de él como si nada, dejándolo con ganas de ese calor contra sus labios.

Cuando creyó que tomaría distancia, su cuerpo se movió por sí solo, sin pensarlo, sus talones dejaron de tocar el suelo y poniéndose de puntitas de pie le robó un corto y casto beso, seguido tomó su mochila y prácticamente corrió del lugar.

Kilian tenía reflejos, un razonamiento y capacidad de reacción inhumanamente veloces, pero incluso así, eso lo tomó desprevenido y luego de pestañear, llevó dos de sus dedos a sus labios, sonriendo con una suficiencia digna de un demonio.

—Diablos —maldijo con su corazón inusualmente irregular y una felicidad que creyó absurda por algo tan simple como el contacto de sus labios contra los suyos... Pero sin duda estaba feliz por la acción de Hunter.

Sujetó su mochila y decidió bajar, sabiendo que ese omega olvidó llevar la llave y seguramente estaría todo nervioso caminando de un lado al otro en la recepción, rogándole a Dios que alguien bajara y le abriera para huir de la mirada del alfa.

Dios lo mandó al buzón de voz esa mañana y nadie bajó antes de Kilian, mismo que al abrirse el ascensor lo vio como perro castigado con la frente contra la pared en una esquina, intentando no verlo a la cara.

«¿Qué se supone que está haciendo?» se preguntó cómico y apretó unos segundos sus labios, conteniendo una mueca que delatara su incógnita.

—¿Vamos? —fingió normalidad y Hunter asintió todavía cabizbajo, pasando rápido por su lado.

«Basta, no debo reírme o no volverá a tomar la iniciativa. Vamos bien, debo darle tiempo, esta tomando conciencia de mí, lentamente, pero por lo menos lo está haciendo sin ser influenciado por su celo» se mentalizó el mayor y caminó sereno, unos pocos pasos detrás de él.

—¡Hermano! —gritó Aaron y chocó su mano contra la de su amigo, seguido miró al alfa que ni siquiera lo tomaba en cuenta.

Creía que no se atrevería a saludarlo, después de todo, nadie lo hacía.

Pero los amigos de Hunter querían verlo feliz y sabían que ese omega estaba muy interesado en ese alfa, aunque todavía no lo admitiera en voz alta.

—Buen día —le dijo normalmente, por lo menos intentó sonar así, ya que su voz salió algo extraña y Hunter rió, recibiendo una mirada mala del atleta.

Kilian asintió con la cabeza, sin que se notara en su rostro lo inusual que sintió interactuar con este tipo de personas honestas.

«Debe ser que Hunter y sus amigos comparten los mismos desórdenes mentales, sino no encuentro lógica a su valentía irracional»

Aaron suspiró de alivio al verlo tranquilo y en la puerta estaba Rossy hablando con el grupo de porristas.

—Putos engreídos, les vamos a romper la co- —calló cuando vio a Hunter y Aarón, sacudiendo su mano en alto efusivamente para saludarlos.

Observó al alfa y se puso en alerta sin ser demasiado obvia. Todavía no se fiaba de él.

—¿A quién le vas a romper qué? —inquirió el jóven que acomodaba sus lentes.

—A los de la escuela Freumer, esos alfa de mierda, lo único que presumen es ser alfas, putos todos.

—También eres alfa —aseguró Hunter y ella lo abrazó caprichosamente.

—No te atrevas a compararme con esa escoria, se creen superiores al resto y tratan de la mierda a quien sea omega. Yo veo a todos por igual y por ese simple hecho les quiero romper el culo en el campamento, para que vean lo que les espera al meterse con nuestra escuela mixta.

Hunter parecía estar recalculando, miró a su amiga con un bolso, a Aarón, los demás y apoyando la parte inferior de su puño sobre su palma entendió algo:

—¡El campamento!

—¿Acaso no entratse al grupo? Hasta recién hablamos de esto —aseguró la chica de cabello negro y violeta.

—¿Qué cosa? —habló de repente Kilian, a quien poco le importaban los eventos escolares, pero quería saber más de aquello que hacía a Hunter verse animado.

—Hoy iremos al campamento deportivo —contestó Aaron y Kilian asintió a modo de entendimiento.

—Dos días y una noche de encuentros deportivos amistosos con cuatro instituciones. Harán vóley, natación, basket, béisbol y el de fútbol americano será en pocas semanas. Hace casi cuatro años que nuestra escuela, Morrissek, no compite contra la escuela Freumer y son como nuestros archienemigos, sobre todo desde que admitieron omegas aquí —dijo más que emocionado, con ambas manos empuñadas y sus ojos brillantes.

—Oye, ¿Y cómo piensas... —Kilian calló cuando la campana sonó y todos debieron entrar.

—¿Oyes eso, Hunter? —inquirió Aaron y lo abrazó por sus hombros con un brazo derecho—. Es el timbre de ingreso, quizá jamás lo oíste porque en tu corta vida nunca has llegado tan temprano —finalizó y recibió un empujón del omega.

—¡Cállate! Nerd, nerd con lentes, de la peor clase —lo insultaba entre risas y Kilian se sentía tranquilo ante algo inusualmente simple y cotidiano como lo era esa escena.

La mañana transcurrió sin problemas hasta que Kilian terminó la frase que no logró concluir anteriormente:

—¿Cómo piensas ir a ese viaje?

Silencio.

Miró la nada varios segundos.

Otro minuto más de absolutamente nada.

Hasta que finalmente Hunter conectó sus neuronas, como si fuese una revelación astral, descubriendo pasó por alto completamente traer la autorización firmada por su madre, su bolso preparado, ropa adecuada y se puso de pie estrepitosamente.

—¡Mierda!

—Señor Rainhard —lo reprendió el profesor de física.

Éste suspiró y frunció sus cejas.

—Perdón —se disculpó regresando a su asiento y llevando ambas manos a su cara—. Lo olvidé por completo.

—¿Quieres que haga algo?

—¿Tú irás?

—Para nada.

El omega asintió suave, comprendiendo.

—Puedo buscar tu ropa en mi departamento y pasar por el hospital a que tu madre...

—No —Hunter le interrumpió y rascó su nuca—. De hecho, no tiene sentido que vaya ya que soy pésimo en basket, solo me defiendo en Voley y un poco en béisbol, pero en lo demás doy asco. Quería ir para apoyar y reírme, así que puedo dejar eso para la final que es en pocas semanas aquí.

—¿Solo por eso te rindes con ir?

La mirada del menor vaciló y afirmó con su cabeza.

—¿Por qué más? —Expresó aquello con falso desinterés, sabiendo en el fondo de su corazón que había una razón más por la cual ya no le importaba mucho desistir ante la idea del viaje.

—Porque me extrañarás —advirtió con evidente sarcasmo y el rostro de Hunter enrojeció violentamente, llamando la atención del alfa.

Se encogió un poco y apartó la mirada antes de hablar:

—Olvidé ponerme mi collar —susurró y apretó su nuca con sus dedos—. Si esto me sucedía allá, hubiese estado nervioso en el caso de que mi celo irregular estallase con otros a mi alrededor.

La mandíbula del alfa se trabó solo de pensarlo, deseó por un instante meter a ese omega en una cajita de cristal y cuidarlo de todo lo que pudiese herirlo en el exterior... pero recordó que estar encerrado era el peor castigo que podrían darle a un ser humano y cualquier pensamiento absurdó desapareció, buscando la forma de darle ánimo a ese chico.

Hacerle saber que podía salir y divertirse plenamente con normalidad a pesar de que su celo todavía era inestable. Darle calma y que no se sintiera preso de su segundo género.

—Oye, tienes tus supresores, no debes estar ansioso en el caso de que...

—No es mi celo lo que me molesta en sí, lo tomo como algo natural e inevitable.

El alfa encorvó sus cejas en una clara interrogación y su masculina barbilla se elevó unos milímetros, queriendo entender al castaño a su lado.

—Es solo que... detesto hasta pensar que eso podría ocurrirme lejos de ti. —Kilian guardó silencio y su rostro se tornó inexpresivo de repente— No sin ti cerca —aseguró bajo sin pensar en sus palabras, dejando marcas blancas de sus dedos en su nuca por haberlos presionando fuerte.

De repente  el interior del alfa estalló: su instinto,  emociones, sentimientos y racionalidad. Absolutamente todo colisionó contra esa confesión y la manera protectora en la que ese omega resguardaba su nuca, como si fuese solo para él ese privilegio.

El salón entero percibió la pesadez en el ambiente, el aroma embriagador e imponente de un alfa, estremeciéndose. Podría ser fácilmente el rut de uno muy fuerte y miraron en todas direcciones, buscando al responsable.

Mientras tanto, Hunter se mareó ante tanto despliegue de feromonas y cubrió su boca y nariz con una mano, apoyando la otra en el hombro de Kilian.

—¿E-Estás bien? —dijo como pudo, respirando lo menos posible.

Le costaba incluso hablar, procurando mantenerse sereno para no despertar su propio celo en el instituto otra vez... Aunque pronto sería imposible, solo tocando su hombro sobre la ropa ya parecía suficiente para querer saltar sobre él.

—Sí, lo siento, iré a refrescar mi mente —aseguró y poniéndose de pie lo miró con la oscuridad de mil infiernos en sus pupilas, luchando por no ceder a sus deseos.

El menor quería tomar su mano y seguirlo, calmarlo como tantas veces él hizo con él.

Aunque Kilian no estaba entrando en rut en ese momento, pronto lo haría.

Y eso sí que era algo peligroso, porque en ese estado, no poseía ni un gramo de racionalidad y hasta este instante lo manejaba encerrándose a sí mismo en su casa.

Pero esta oleada de calor repentina se debía a que su cuerpo estaba reaccionando de manera errática desde que conoció a Hunter, como si supiera sin lugar a dudas que le pertenecía a ese omega y viceversa, pero Kilian era demasiado racional como para creer en el destino y no daba crédito a lo que su instinto le gritaba.

Sabía lo que sentía por Hunter y lo mucho que deseaba ser correspondido por él fuera de su celo, que lo llamara"su alfa" abiertamente, gozando de todas sus facultades mentales al hacerlo.

Pero no estaba consciente de la magnitud con a qué se presentaría su rut esta vez, hasta dónde podría perder la cordura un alfa en calor frente a su destinado, porque según él, esa palabra carecía de veracidad y jamás le tomó importancia.

Grave error.

Pero esto él no lo sabría hasta días después, específicamente el día de su cumpleaños, donde el rut arrasaría con cualquier tipo de fuerza de voluntad por muy fuerte que fuese.

Sin importar la determinación de un individuo, el cuerpo no puede evitar perder la consciencia cuando es expuesto a somníeros potentes; así mismo, ese próximo trece de noviembre por la noche, Kilian sabría lo que le ocurriría a su cuerpo una vez entrara en calor.

Hunter pestañeó y quería decirle algo, lo que fuese, pero no lograba idear un plan para ayudarlo, porque no sabía qué le pasaba específicamente y sin lograr impedirlo lo vio salir del salón.

Nadie dijo nada, siquiera el profesor.

—¿Qué sucedió? —inquirió Frank, escurriéndose hacia atrás cuando el profesor se giró en dirección al pizarrón, ocupando el asiento del alfa ausente.

—N-No lo sé, no sé qué pasó... ¿Quizá se sintió mal o esté enfermo?

—Mmh, no lo parecía, pero no soy doctor así que no opino.

Hunter miró a su mejor amigo de arriba abajo y notó que estaba usando el uniforme de educación física.

—Irás, perro traidor.

—¿Es mi culpa que seas tan pendejo?

—Conociéndome, debiste suponer mi nivel de idiotez.

—Buen punto, error mío, estaré más atento a la próxima —ironizó con falsa seriedad y el timbre sonó.

—¿Tú también? —inquirió el omega atónito, en dirección al rubio sin ánimos de nada.

—Mi viejo tiene días libres esta semana y no tengo ganas de soportarlo en casa —soltó fastidiado, algo encorvado y bostezando al final de la oración.

En parte era verdad, su padre estaría en casa, pero no era el hecho de "soportar" o no su presencia, ya que no le molestaba en absoluto; pero temía tener una recaída cerca de su padre con ese excelente olfato y facilidad de deducción como agente federal.

Le costó mucho mantener su segundo genero oculto de Duncan, su padre alfa, por tanto tiempo, incluso comenzó a trabajar online con recados y diversos encargos para pagar sus supresores, donde conoció a un supuesto "detective privado" oriental en el mismo rubro y formaron una especie de "asociación", más que nada con problemas de informática y asuntos que requirieran a más de uno.

Porque pedirle a su padre esa cantidad excesiva de dinero, sería una clara señal de alerta y pensar que su hijo es omega estaría al final de la extensa lista de opciones para Duncan, donde las drogas y sustancias alucinógenas encabezarían su lista.

Y por algo como meter sustancias en sus venas, Duncan sin duda le rompería la cadera de tanto patear su trasero.

Incluso ahora continuaba tomando supresores en contra de todo tipo de sugerencia preestablecida por el sistema de salud, contraindicaciones médicas que leía en redes sociales, el prospecto de las mismas píldoras y todo ser vivo coherente que sabía lo perjudicial que era tomarlas en exceso como hacía él.

Pero no podía parar.

Odiaba su lado omega y ahora su instinto cobraba fuerza después de que su cuerpo experimentó el primer celo de su vida... Y no iba a saciarse con simples supresores.

Mucho menos sabiendo que contaba con a un alfa como Frank más que dispuesto, rogando ser llamado y utilizado a su antojo.

Cosa que Matt se negaba a hacer. Creía que las acciones de Frank se guiaban únicamente por culpa y sentido del deber, junto a sentimientos fraternales que hasta el momento de marcarlo, no demostraron ningún tipo de atracción más allá.

Y no quería el cuerpo de Frank, no era simple atracción física o deseo lo que resguardaba escondido dentro de su pecho durante años. Lo quería todo. Era un sentimiento tan grande, que pensar en "usar" a Frank para satisfacer su instinto egoísta le generaba rechazo, odiando todavía más su naturaleza y sabiendo que poco a poco dominaba sus sentidos.

¿Su solución? Aumentar la dosis.

Y lo haría hasta colapsar si era necesario, porque mientras más era tocado por el alfa, menos efecto tenían los fármacos y esa posibilidad le aterraba.
La medicina fue su salvavidas hasta el momento y si perdía esa seguridad, se sentiría solo en el mundo, sin ningún tipo de refugio ante esas infernales oleadas de calor.

Así que se dijo a sí mismo, y a Frank en privado, que decidió ir al viaje para evitar problemas relacionados con su segundo genero...

Sin saber que podría tener muchos más problemas en un campamento repleto de alfas de diferentes distritos exudando testosterona y competitividad.

Continuará...

Me re colgué con el especial 🥲 ¿Siguen vivos, mis amores?

Amo mucho que en esta versión vivan juntos es que🔥🔥🔥AMO

También en la original me quedé con ganas de alguna pendejada cliché como baile escolar, viaje a la playa o campamento y elegí el campamento, ELEGÍ SER FELIZ SEÑORXS JAJAJJAJ

En fin, gracias por seguir esta humilde novela y perdón por la desaparición, a veces siento que nada de lo que escribo vale la pena y me deprimo, pero si aunque sea uno de ustedes se alegra al leerlo siento que no doy tanto asco en esto♥️ así que GRACIAS por darle una oportunidad.

Es un dibujito viejo de Frank, Matthew y Tao, pero lo subo igual para quien no me sigue en IG puedan verlo♥️ (Tao esta lleno de tatuajes, pero me dió flojera hacerlos en esa época jajaj)

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