•|Una Cabeza|•
Jess caminaba por el espesor del bosque dirigiéndose hacia la salida de los Barrens. Iba directo a la farmacia, se había lastimado el brazo y quería una aspiriba para el dolor de cabeza, además -por si fuera poco- estaba por llegarle la regla.
-¡Ay, demonios!-protestó al tropezar con una rama y caer boca abajo al suelo.
En sus manos ahora abría pequeños raspones, en sus pantalones azules ahora había tierra y en su cabello se habían quedado trabadas alguna que otra hoja.
Estaba a punto de levantarse cuando las patas de un animal aparecieron frente a ella. Miró hacia arriba, en el lugar ahora había una ventisca espeluznante.
Frente a Jess yacía un caballo de color marrón chocolate y cabello negro que la observaba fijamente con sus ojos castaños. Sobre éste estaban las piernas de un hombre, luego el torso pero...al llegar más arriba.
-¡Dios, Santo!
Jessica se alejó con rapidez sin despegar los ojos de aquel tipo con el hacha. Se puso de pie y comenzó a correr.
Escuchó los relinchos grotescos del animal y el rápido trote detrás de ella. Su respiración era agitada, no sabía cómo podía correr tan rápido, pero lo hacía y no pensaba detenerse.
-¡No corras, Jessie!-le gritó una voz en el aire-¡No te haré daño, JAJAJA!
Corrió aún más rápido. A lo lejos pudo ver el puente. "Sólo unos metros. Sólo eso" se alentaba mentalmente. "El jinete no pasaba el puente" recordó.
Ya había llegado, subió uno de los escalones, debía llegar a la mitad para eso.
Corrió aún más rápido, no debía arriesgar su llegada al otro lado. Al hacerlo se dio la vuelta para ver si aún la seguía. Pero no, el Jinete sin cabeza estaba montado en su caballo en el medio del puente, su capa revoloteaba con la leve brisa.
Entonces fue cuando levantó el brazo del hacha y la lanzó hacia el árbol a un lado de Jess.
-¡Ah!
-¿Jess qué sucede?
Casi temblando se dio la vuelta para encontrarse con Henry. Quién la miraba con preocupación, trató de acercarse a ella pero Lange no hizo más que negar con la cabeza de forma nerviosa y salir lo más rápido que pudo de los Barrens.
Lo que aún Jessica no entendía era que Bowers hasta cambiaría por ella.
~|•|~
Estaba perdida en sus pensamientos, en su trance momentáneo que le provocó el Jinete sin Cabeza.
Se disponía a observar las distintas botellas de distintas marcas de agua oxigenada para murar sus heridas.
-Oh, hola Jess-dijeron a su lado.
Totalmente fuera de sí volteó la cabeza, tenía un raspón en su mejilla, Beverly le sonrió.
-Hola-susurró Jess-.
-¿Estás bien?
"Fue una alucinación" pensó Jess "Henry no vio al Jinete" entonces reaccionó.
-Sí.
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