
•|Tate tiene un Infarto|•
En el cine todo transcurrió con mucha tranquilidad para Jess, en cambio para Richie...bueno, cada vez que rosaba con ella sus mejillas se volvían rojas y soltaba suspiros silenciosos pero tan pesados y largos que lograba empañar sus anteojos.
A mitad de la segunda película -Frankenstein- Jess vió a Henry, Tate, Belch, Patrick y Víctor sentados adelante.
-Mierda-murmuró y se hundió en su asiento.
-¿Qué pasa?-preguntó Richie.
-Allí adelante-señaló levemente-Están mi hermano y los idiotas de Bowers, Huggins y Criss.
Richard miró hacia la dirección que el dedo de Jess marcaba y se dio cuenta de que era verdad.
-Tranquila, saldremos por atrás y no nos verán.
Fingió no estár preocupado, pero era mentira, por dentro rogaba que aquel monstruo saliera de la pantalla y lo matara con sus inmensos y grotescos brazos. Una cosa era que Henry y su pandilla lo golpeara por cruzarse en la calle, otra que lo encontrara con Jess y pareciera que estubieran en una cita.
~|•|~
Tate se encontraba en medio de Víctor Criss y Henry Bowers.
-¿Qué le sucedió a Jess?-preguntó Bowers antes de que la primera película comenzara a reproducirse.
-Salió a caminar un rato, me dijo que no tenía ganas de ve...nir...
Tate había girado la cabeza por un segundo cuándo por poco sufre un infarto. Su hermana estaba sentada en los asientos de arriba y, a su lado, estaba sentado Richie Tozier con sus anteojos de ñoño hablando con Jess
-lo que más lo enfermo fue ver que la rubia reía ante los comentarios del "idiota" y no estaba fingiendo por compromiso, ¡se reía literalmente de los chistes de Tozier-.
-¿Sucede algo, Lange?-le preguntó Patrick una expresión de malicia.
-No, para nada, sólo creí ver a tu madre detrás de nosotros-contestó el nombrado de mal humor.
Henry, Belch y Víctor soltaron un risa.
"¡Mierda! ¿cómo hago para que no la vean?"
~|•|~
La función había terminado, Patrick se puso de pie y, por accidente, miró hacia atrás. En ese preciso momento cruzó miradas con Richie Tozier. Jess se puso la capucha con rapidez al ver al castaño.
-¡Mierda! ¡Nos vieron!-exclamó.
-No importa, salgamos por atrás...
-No,-tomó la mano de Richie-ellos irán allí, debemos salir por la puerta normal.
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