—Stan...¿estás seguro de que a ti no te sucedió nada?—preguntó Beverly.

—Sí, sólo tuve una pesadilla...—contestó.

Luego de salvar a Mike todos fueron a la feria que había hecho el alcalde para la inauguración de la estatua de plástico que tanto odiaban todos.
Richie dejó de escuchar lo que hablaban al ver a Jessica sumergida en sus pensamientos. Así que se acercó a ella, Jess estaba un poco alejada así que no podrían escucharlos.

—Jess, ¿estás bien?—preguntó.

—Sí, le sonrió...es sólo que...—suspiró, levantó la mirada y vio a Richie a los ojos—¿quieres ir a mi casa?—preguntó de pronto.

[...]

Tozier no lo podía creer, estaba en la habitación de Jessica Lange, sentado en su cama y sus padres encima no estaban.

—Gracias por lo que hiciste, Richard, encerio...yo...—Jess se sentó a su lado, las palabras no salían de su boca, parecían estár trabadas en su garganta—yo...no sabes cuánto lo odio—susurró melancólica—, él era horrible, ahora me doy cuenta de lo mucho que me absorbía y trataba como objeto.

—¿Por qué estabas con él si tanto lo odiabas?—preguntó Richie.

—Jamás estubimos juntos, él decía y pensaba que sí—explicó—, hoy descubrí algo, dejé de estár perdida cuando los conocí a Stan, Bev, Eddie, Bill y Ben—poco a poco se iban acercando—, pero contigo me siento en casa.

Entonces fue cuando sus labios se rozaron, fue cuando, por primera vez “Richard, el de las mil voces, Tozier” y “Jessica, la bruja, Lange” supieron que se amaban. Pero claro que al crecer lo olvidaron, o al menos eso piensan que hizo el otro, sin duda por fin Pennywise serviría más que para el caos.

—Richard, soy yo misma contigo—confesó.

Richie le sonrió.

—Y yo contigo siento que no hablo con una pared todo el tiempo.

Como se querían. 27 años trataron de olvidarse el uno al otro, pero jamás lo lograron.

[...]

Bueno, les quería decir que tengo un libro de One Shots de It & Cast. Pasen si quieren.