—Oye, mañana iremos con los chicos al lago, ¿te gustaría ir?—preguntó Beverly.

Jess lo pensó por un momento, el jinete se le vino a la cabeza...el lago estaba en los Barrens, el Jinete sin Cabeza la atacó allí.

“Sólo fue un sueño, Jessica” pensó.

—Claro, ¿pasas por mí para ir juntas?

—Sí.

~|•|~

—Bueno...¿quién salta primero?—dijo Ben.

Los cinco miraban al agua templada del lago de forma constante y nerviosa, como si temieran que al introducir su cuerpo en esta los atrapara y no les permitiera salir jamás.

—Que lentos, ¿aún no se han metido?

Al darse vuelta todos pudieron ver a Beverly y a Jessica con trajes de baño, el de Bev era de un color naranja y el de Jess era un bikini celeste que le hacía resaltar su tono de piel pálido y su cabello rubio por debajo de los hombros, el largo perfecto para que algunos mechones se hundieran en el escote de la parte de arriba levantándose levemente por la voluptuosidad ya bastante crecida mostrando su casi madurez adolescente.
De un momento a otro los anteojos de Richie Tozier se empañaron de un suspiro propio y una creciente inspiración de deseo sexual penetró su mente con imágenes semidesnudas de Jessica. A su vez, su masculinidad reaccionó ante aquellas iluciones adolescentes demostrándole al chico que ya había llegado su hora de masturbarse porque entró en la pubertad.
Beverly corrió hacia dónde ellos estaban y saltó.

—¡No puede ser!—exclamó Richie—Una niña nos ganó.

Jess venía corriendo metros atrás y cuando llegó al borde del acantilado jaló del brazo a Tozier haciendo que él caiga con ella.

—¡Jess te voy a mataaaa...!—antes de acabar de hablar ya estaba dentro del agua.

Al salir ambos se miraron, estaban bastante serca el uno del otro. Richie se veía serio, hasta que Jessica le sonrió con dulzura, y con sus ojos verdes bañados en cariño soltó una leve risa que él continuó estruendosamente.

—¿Qué pasa, Richard? ¿Se te cayeron los chistes en el lago?