↬07↫
Sus párpados se alzaron con pereza, dejando al descubierto sus ojos avellana que tenían las pupilas dilatadas. Sentía el sudor recorrer su cuerpo y se sintió asqueroso, el lugar olía un poco a vómito, sentía su barbilla manchada y pegajosa. No estaba en las mejores situaciones, lo sabía, pero aún así no se detuvo en pensar en algún plan para salir de ese lugar. No podía escuchar ningún ruido, ni siquiera alguna señal de que MinJae estuviera dentro de la casa. Seguramente estaría durmiendo por la tremenda resaca que debió causarle beber vino de esa manera.
A pesar de que se sentía cansado, no podía permitirse dormir, menos cuando MinJae lo había intentado violar y puede que regresara a completar esa acción inconclusa. Su cuerpo tembló de miedo al pensar en que, si no salía de ahí pronto, terminaría siendo violado brutalmente y no era algo que quisiera en realidad.
Fue hasta entonces, que intentando despertar del todo, miró la cinta americana que mantenía sus manos juntas, aunque era de las cintas más difíciles de romper, se dio cuenta que el amarre no estaba muy apretado y era «fácil» romperlo. No cantó victoria como solía hacerlo. Buscó con la mirada algo en la cochera que le ayudase a romper la cinta, debía de haber algo, algo que tuviera filo... Sus ojos brillaron al ver un desarmador plano.
Intentó pararse pero sus piernas no respondían, había vomitado hasta la bilis, no tenía más que agua corriendo por su estómago. Quiso llorar de impotencia una vez más pero se tragó las lágrimas y tomó todo el aire posible, tenía que hacerlo.
Pero se detuvo.
Unos pasos que sonaban como si estuvieran caminando con enojo resonaron a través de la puerta que lo separaba de la casa. Sus ojos se abrieron con pánico, la idea de que MinJae intentara violarlo lo hizo temblar de miedo, casi dejando que las lágrimas corrieran por sus mejillas. El miedo que le cubrió las venas, le hizo pararse, sosteniéndose de la pared, caminó hasta la otra esquina con las piernas temblándole como un enfermo de Parkinson. Cuando llegó a donde estaba el desarmador, se dejó caer, dejando que sus rodillas chocasen contra el piso rudamente, tomó el desarmador y trató de atravesar la cinta con la punta de éste.
La paciencia empezó a disminuir, los fuertes pasos se seguían escuchando afuera. Sus fuerzas no eran demasiadas como para hacer presión en el desarmador contra la cinta americana, así que lo colocó en el piso e intentó atravesar la cinta, el desarmador se resbalaba y caía al piso, TaeHyung hizo el mismo movimiento varias veces. Cuando el desarmador atravesó la cinta, supo que podía hacerlo, no podía rendirse.
Atravesó la cinta dos veces más, sin embargo, no continuó. El sonido de los pasos de había detenido, miró la puerta con miedo, esperando a que en cualquier momento se abriera, pero eso no pasó. Por lo que escondió el desarmador y con la adrenalina en su cuerpo, se levantó del piso y volvió al lugar donde antes estaba, él podía sacar sus manos fácilmente del amarre de la cinta, pero prefirió fingir que seguían amarradas por si acaso.
La puerta se abrió justo cuando él se dejó caer donde antes estaba sentado, recargó la cabeza en la pared, intentando que su respiración no se viera agitada. Movió sus ojos hasta MinJae quien tenía el ceño fruncido y parecía estar bastante molesto, ni siquiera quiso respirar por miedo a que eso le molestara a MinJae.
—Agh mierda —refunfuñó MinJae, mirando el lugar con desagrado—. Apesta este lugar.
TaeHyung se mantuvo callado, sin mucho que decir que no arriesgase más su estado físico. Su cuerpo tembló cuando MinJae lo miró, sus ojos demostraban asco y repulsión, que lo mirara así, no provoca nada en TaeHyung, los sentimientos de asco eran mutuos en todo caso. Pero cuando la punta del pie de MinJae golpeó su mandíbula, se dejó caer al piso como un muerto, sin siquiera meter las manos, no estaba dispuesto a enseñar que sus manos estaban libres, por lo que soportó el golpe en su cara.
Sintió sangre escurrirse por su nariz, se retorció en el piso sin hacer ruido alguno. MinJae seguía quieto, observando cómo TaeHyung sufría. MinJae río con desprecio, como si fuera la culpa de TaeHyung que se hubiese despertado de mal humor. Frunció el ceño y se puso de cuclillas para jalarlo de su cabello, TaeHyunggimió de dolor.
—No entiendo que fue lo que quería de ti —escupió MinJae, jalando con más fuerza su cabello—. Te has vuelto un asco en este tiempo, ya ni siquiera eres sexualmente atractivo.
Saladas lágrimas corrían por las mejillas de TaeHyung, MinJae estrelló su cabeza contra la pared aprovechando que lo estaba tomando por el cabello, los golpes eran brutales y no podía soportar más dolor, su cuerpo estaba deseoso por un descanso pero no podía permitirse desmayarse, por más que le dolieran los golpes. Así que cuando MinJae le soltó el cabello y giró la cabeza para ver a algún lugar, TaeHyung echó la cabeza hacia atrás y luego golpeó con su frente la nariz de MinJae que volteó sorprendido por su movimiento.
Un fuerte «¡crack!» le hizo saber a TaeHyung que posiblemente le había roto la nariz una vez más y, sin perder tiempo, se paró del piso y por fin separó sus manos, quitándose la cinta americana con rapidez, no tenía la suficiente fuerza para propinarle una patada al cuerpo de MinJae que se retorcía en el piso por el dolor de su nariz, por lo que corrió hasta la puerta.
Sus piernas seguían temblando pero trató con las pocas fuerzas que tenía de mantenerse en pie. Cerró la puerta y puso seguro una vez que estuvo dentro de la casa, miró a su alrededor, haber llegado tan lejos lo dejo noqueado por algunos minutos, se pasó las manos por la cara, dio unos cuantos pasos hacia atrás; aturdido.
—¡Maldito, desgraciado, cuando te atrape, te vas a arrepentir de haberme roto la nariz! —escuchó el fuerte grito de MinJae, la puerta tembló ante los fuertes golpes que MinJae daba.
TaeHyung giró sobre sus talones y buscó la puerta de la salida, pero se detuvo, su «escape» estaba siendo demasiado fácil para que siguiera así. Buscó con la mirada algo con lo que defenderse, no había nada a la mano y antes de pensárselo más, buscó rápidamente la cocina, en busca de un cuchillo o algo por el estilo.
Abría los cajones con demasiada fuerza, todo su cuerpo temblaba como un loco pero trataba de mantenerse al margen. No había ningún maldito cuchillo ahí y al girar sobre su propio eje, buscando algo con la mirada que lo ayudase, encontró un tubo de metal, delgado y demasiado frágil pero sin duda serviría.
Lo tomó y salió de la cocina, la puerta temblaba ante los fuertes golpes que MinJae daba. Para su desgracia, aquella puerta era madera y MinJae no tardaría nada en romperla si quería. Por lo que corrió hasta la salida de la casa y abrió la puerta, entrecerró los ojos cuando la luz del sol lo alumbró, haber estado encerrado a oscuras lo había dejado fuera de lugar.
—¡Maldita seas, TaeHyung! ¡Te mataré, te mataré! —y dicho esto, TaeHyung escuchó algo romperse, por lo que miró por encima de su hombro, parte de la puerta estaba rota, casi cerca de donde se encontraba la perilla de la puerta.
Sus ojos se abrieron más por la sorpresa y sin esperar un minuto más, salió corriendo de la casa. Corrió todo lo que sus piernas débiles le permitían. No había muchas cosas por el lugar, parecía que la casa de MinJae estaba en medio de la nada y no se sorprendió mucho por aquello, era tan típico de un verdadero secuestrador. Las lágrimas de impotencia empezaban a mojar sus mejillas mientras él corría hacia la nada. Quería tirarse en el piso, llorar y gritar hasta quedarse sin fuerzas, pero MinJae podría encontrarlo y no era una opción viable.
—¡Cabrón, te mataré! —mientras TaeHyung corría, giró un poco la cabeza para mirar como MinJae había logrado salir y ahora corría tras él con una rapidez sorprendente.
Se tragó las lágrimas que empezaban a nublarle la vista e intentó acelerar el paso pero sus piernas empezaban a exigir un descanso. Su cuerpo ya no daba para más y pronto sintió como sus rodillas chocaban contra el piso, sintió el ardor de algunos raspones pero trató de pararse para seguir corriendo. Sin embargo, el cuerpo de MinJae sobre el suyo le impidió moverse.
—¡Ayuda, ayuda! —gritó TaeHyung, entrando en pánico. Estiró su brazo para alcanzar el tubo que había salido volando en algún momento y gimió cuando no pudo tocarlo ni con las yemas de sus dedos.
Las toscas y grandes manos de MinJae rodearon su cuello y sus dedos empezaron a hacer presión en su manzana de Adán, el dolor era fuerte y poco a poco sentía como el aire empezaba a faltarle, se movía de un lado a otro, sin mucho éxito pues el cuerpo de MinJae no le dejaba moverse con libertad.
Con los ojos llorosos y el pánico en él, se estiró un poco más hasta que logró alcanzar el tubo. Una vez que lo agarró, lo estrelló contra la cabeza de MinJae, quien enseguida le soltó el cuello y cayó al piso, tomándose con fuerza el lugar lastimado.
—¡TaeHyung! —levantó la mirada y miró hacia atrás. J-Hope estaba atrás de él, bajando de un coche color rojo y su cara de espanto lo habría hecho reír si no hubiese estado en esa situación—. Mierda, ¡Corre, TaeHyung; rápido, mierda, rápido!
TaeHyung obedeció sin atravesarse a detenerse para mirar a MinJae, J-Hope no estaba tan lejos. Podía hacerlo, podía llegar a J-Hope sin flaquear, sus ojos empezaban a cerrarse, empezaba a ver negro pero sacudía la cabeza y seguía corriendo.
Ya casi, ya casi...
Dejó caer su cuerpo en los brazos de J-Hope, sus piernas ya no le respondían. Solo sentía como J-Hope tomaba su cuerpo y lo aventaba a los asientos traseros del coche, su respiración seguía agitada y reunió un poco más de fuerzas para apoyarse en las palmas de sus manos y poder ver por qué J-Hope aún no subía al carro. Parpadeó varias veces y sacudió la cabeza, J-Hope iba caminando hacia MinJae con el tubo que TaeHyung había tomado.
J-Hope dijo unas cuantas palabras inaudibles ante los oídos de TaeHyung y sin esperarselo, el moreno estrelló el tubo contra la cabeza de MinJae, repitió la acción unas cuantas veces más en varias partes del cuerpo del mayor. TaeHyung sintió ganas de vomitar al ver como la sangre salpicaba el piso. Sin querer ver más, se dejó caer de nuevo en el asiento. Cerró los ojos y pocos segundos después, la oscuridad lo cubrió.
Había escapado.
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Un fuerte escalofrío le recorrió la columna vertebral. Abrió lentamente los ojos para observar un techo desconocido; giró la cabeza para ver a su alrededor, no reconoció el lugar pero no tenía fuerzas para entrar en pánico por lo que cerró los ojos una vez más y cayó en la inconsciencia.
—TaeHyung... TaeHyung, despierta hombre —un borroso rostro fue lo que sus ojos pudieron captar cuando sus párpados se levantaron, frunció el ceño y gimió, todo su cuerpo dolía y un olor desagradable le lleno las fosas nasales—. Ugh, que sueño tan pesado te cargas, carajo.
—J-Hope...
Un gran alivio que jamás imaginó sentir al ver la sonrisa de J-Hope, lo hizo relajar los músculos. Giró su cabeza de un lado a otro, sintiendo la comodidad de una almohada, se sentía demasiado aturdido pero al recordar todo lo que había pasado, abrió los ojos con sorpresa y miró a J-Hope quien le devolvió la mirada inexpresivamente.
—¡¿Donde...?! —se sentó en la cama y miró de un lado a otro—. Necesito... necesito ir por... buscar a JungKook... yo necesito...
Se levantó de la cama e intentó caminar hasta la única puerta que había ahí, sin embargo, la mano de J-Hope que agarraba fuertemente su muñeca le hizo volver a sentarse en la cama, quedando frente a J-Hope. Sus ojos se llenaron de lágrimas, él estaba a salvo y le importaba una mierda donde estuviera MinJae ahora, necesitaba ir por JungKook, a donde sea que estuviera, lo necesitaba a su lado.
—Tranquilízate, TaeHyung —quiso gritar y pedirle si era necesario un tutorial para poder calmarse ante semejante situación pero se mantuvo callado, su garganta le empezó a doler—. Primero que nada, estamos en mi casa por si te lo preguntabas... Y segundo, jodidamente necesitas un baño, hombre.
Una hora después, TaeHyung se había bañado y J-Hope le había dado comida y agua. TaeHyung no podía creerse tales acciones viniendo del moreno pero se mantuvo callado mientras, literalmente, devoraba la comida y pedía por más agua. Ahora se encontraba sentado en la cama, con la espalda apoyada a la pared mientras veía a J-Hope, le había dicho que necesitaban hablar y aquella frase le había puesto los nervios de punta.
Parecía algo delicado y aunque se hacía una idea, prefería escuchar sin interrumpir las palabras que J-Hope estaba por decir. Soltó un fuerte suspiro, después de haberse dado un baño demasiado largo y haber llenado su estómago hasta el punto de sentir que pronto explotaría si no paraba de comer, el sueño empezaba a hacer efecto en él. No podía creer que por más que durmiera, siguiera sintiéndose cansado.
—JungKook fue arrestado.
TaeHyung abrió los ojos sorprendido, claro que se había hecho una idea de lo que había pasado cuando JungKook se llevó a los policías detrás de él. Aún no entendía la estúpida idea de JungKook, ¿Por qué no escaparon los dos juntos? TaeHyung ni siquiera era algún delincuente que la policía también buscase, entonces ¿Por qué JungKook decidió confiar en TaeHyung diciéndole que escapara?
No obstante, haber recibido la información de esa manera, le había golpeado fuertemente. No quería saber cómo se la estaba pasando JungKook, echó la cabeza hacia atrás, tenía que buscar alguna manera de sacarlo de ahí.
—JungKook no es... —TaeHyung comenzó a hablar al ver que J-Hope se mantenía callado, frunció el ceño—. No es culpable, ¿cierto? JungKook no es un secuestrador.
J-Hope bufó y sobó sus sienes repetidas veces.
—JungKook está lejos de ser un secuestrador —declaró J-Hope haciendo que TaeHyung suspirara con alivio—. Lo han acusado de secuestros porque los «negocios» de JungKook eran un asco. Tú eres policía TaeHyung, así que dime... ¿Hace cuánto fue el último supuesto secuestro de JungKook?
TaeHyung miró hacia el techo, intentando recordar aquel pequeño dato. Acarició su brazo derecho con su mano izquierda y miró a J-Hope con cierta ilusión en sus ojos. El hecho de que alguien cercano a JungKook le aclarara que él no era un secuestrador, le hacía sentir aliviado.
—Hace cinco años, con la hija de uno de mis compañeros; Yeri.
J-Hope asintió y frunció el ceño al ver a TaeHyung reír, no había duda que tenía que llevar al castaño al hospital, algún golpe que MinJae le propinó había dañado tremendamente su cerebro: ahora se reía sin razón alguna.
—Hace tiempo JungKook me dijo que había terminado de violar a Yeri —TaeHyung río más fuerte—. Ese maldito cabrón estuvo jugando conmigo todo el tiempo.
Mordió su labio inferior mientras su cuerpo se seguía moviendo por su vibrante risa, J-Hope alzó una ceja y decidió ignorar el extraño comportamiento de TaeHyung.
—Como sea —J-Hope habló, moviendo su mano como si estuviera ahuyentando a los mosquitos—. Necesitamos sacar a JungKook de ahí pero... si voy yo a «declararlo inocente» de cualquier secuestro, terminaremos en la misma celda. Mira, te lo explicaré rápido para llegar al grano: JungKook no es un jodido secuestrador, la mayoría de las chicas que según JungKook ha «secuestrado» es porque ellas han ido en busca de él para... bueno, ya sabes, para una buena noche.
—¿Qué? —TaeHyung pregunta incrédulo, ¿Que tontería acababa de escuchar?
—Quiero decir, no es que JungKook tenga sexo con ellas y esas cosas, o por lo menos eso sé yo, si no que JungKook les daba droga, les hacía entrar a los pubs más famosos de manera más fácil y lo que pasaba con ellas después ya no era problema de JungKook —explica J-Hope de manera nerviosa, mientras habla, mueve sus manos y recorre la habitación con sus ojos, sin poder mantener la mirada quieta—. Las otras chicas han sido secuestradas, si, pero no por JungKook. Ese jodido hijo de puta de MinJae ha sido el culpable de que desaparezcan esas chicas y claro, sus jugadas tan limpias han sido hacer que JungKook termine como el culpable.
TaeHyung separa su espalda de la pared y se acerca más a J-Hope con el ceño fruncido, el moreno está hablando tan rápido que apenas y ha podido entenderle. Da unas cuantas palmadas al hombro de J-Hope y sonríe.
—Hey, más lento. Estoy estúpidamente feliz de saber que JungKook no es un secuestrador real y en serio quiero saber la verdad pero si sigues hablando de esa manera, te terminarás desmayando.
El moreno bufa y se pasa las manos por su cara.
—No sería nada nuevo para ti si digo que la vida es injusta con las personas menos indicadas —continuó J-Hope, hablando más calmadamente—. El papa de JungKook era un auténtico secuestrador y con las recompensas de cada víctima, les daba una vida a JungKook y a su madre. JungKook sabía todo lo que su padre hacía y como lo hacía por lo que se prometió no seguir los mismos pasos de su padre —J-Hope niega con la cabeza y suelta un largo suspiro—. MinJae siempre hacia que las chicas que secuestraba, se encontrarán días antes con JungKook para que el principal sospechoso fuera él, el nombre de JungKook está manchado gracias a su padre.
—Y las personas que MinJae secuestra... —TaeHyung pasa saliva, nervioso—. ¿Qué pasa con ellas?
—Algunas están a salvo —ambos hacen contacto visual y las manos de TaeHyung empiezan a mojarse del sudor por el nerviosismo—. Pero otras... solo MinJae sabe que ha pasado con ellas.
TaeHyung asiente lentamente, sintiendo un nudo en la garganta. Ha llorado demasiado pero aún siente ganas de seguir llorando hasta que la vida se le acabe.
—Entonces... JungKook no es culpable de nada.
—De secuestros no, pero considerando todo el vandalismo que ha hecho, sin contar que llegó a ayudar con las ventas de drogas, el tiempo que JungKook lleva en la cárcel se lo tiene bien merecido.
TaeHyung se deja caer en la cama, acostándose de nuevo. Admirando el techo gris que solo es adornado por un foco transparente. Su cuerpo se relaja poco a poco, siendo policía no había mucho que podía hacer. Sin embargo, hablando de un amante de las leyes, estaba de acuerdo con el tiempo que JungKook estaba pasando en la cárcel.
No sabía cuánto tiempo había estado en manos de MinJae, cerró los ojos con fuerza. Su cabeza comenzaba a doler y las ganas de gritar no le hacían falta. La necesidad de sentir las manos de JungKook recorrer cada centímetro de su cuerpo, de las palabras burlonas que lo hacían sacarlo de quicio, de su manera tan basta de hablar... TaeHyung no quería admitirlo, pero lo echaba de menos terriblemente.
—Vamos a sacarlo de ahí, J-Hope
Una extensa sonrisa apareció en el rostro de J-Hope, mostrando sus dientes. Estaba dispuesto a sacar a JungKook de la cárcel, le tomaría un largo tiempo en lo que llevaba a cabo su «plan». Pero eso le serviría a JungKook como castigo por todo lo malo que había hecho, tendría mucho que hacer pero sabía que valdría la pena.
Pronto volvería a estar con JungKook.
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TaeHyung suspiró aliviado cuando por fin era libre de todos los vendajes que cubrían su cuerpo. Después de aquella plática con J-Hope, éste lo había llevado al hospital. Su cara magullada, los raspones y los golpes que seguían doliendo como el infierno lo tenían preocupado. Le habían puesto varias gasas en su pecho y piernas, los músculos los tenía desgarrados y los cortes que tenía su torso eran profundos por lo que quedarían unas cuentas cicatrices.
TaeHyung no estaba feliz con esas cicatrices y cada que las veía, su rostro mostraba amargura. Sin embargo, dio gracias a que su rostro se había salvado de las cicatrices y los moretones habían desaparecido.
Aventó las vendas al bote de ropa sucia y salió del baño, se empezó a vestir sin prisa alguna, su cabello negro estaba revuelto y su cara demostraba cansancio pero sus ojos tenían cierto brillo de felicidad. Por fin lo había conseguido, después de dos meses de haber escapado de MinJae, lo había logrado. Ciertamente había armado un lío cuando fue a renunciar a la comisaría. Les había gritado a las personas que lo ascendieron por depravados, por subirlo de rango solo por desear algo que jodidamente no iban a tener.
Cuando salió de la comisaría una sonrisa de orgullo cubría su rostro. Después soltó una risita divertida y fue corriendo hacia su casa. Ya no se mantenía encerrado en ningún lugar, de vez en cuando J-Hope iba a visitarlo para asaltar su refrigerador. Mantenía su mente distraída en el caso de JungKook. Se había enterado que el abogado que le habían dado a JungKook para su caso, se había desesperado al no recibir ni una palabra de su cliente, abandonó el caso y eso hizo que declararán a JungKook culpable.
Pero por fin había completado las cosas y podrían reabrir el caso de JungKook.
Se había convertido en abogado y estudió el caso de JungKook, le había sacado toda la información de JungKook a J-Hope. Creía que no había cosa que no sabía y eso lo hacía sentirse feliz, porque por fin podría volver a ver a JungKook, los tres meses que su «secuestrador» había estado en la cárcel le habían afectado de cierta manera pues lo extrañaba muchísimo pero en el fondo sabía que se lo tenía bien merecido, así que trataba de ignorar ese sentimiento.
Salió de su casa y justo un carro iba estacionándose en frente de él. Rodó los ojos y se cruzó de brazos al ver a J-Hope con su típica sonrisa divertida. La ventana del lado del copiloto se abrió y J-Hope se inclinó para poder verlo a los ojos.
—¿Vas hacia allá? —TaeHyung asintió y entrecerró los ojos.
—¿Qué? ¿Piensas llevarme?
—Necesitas alguien que corrobore tus palabras ¿no? Yo soy el indicado.
TaeHyung asintió lentamente, lo cierto era que estaba sorprendido de que J-Hope tuviera el valor para ir hacia los juzgados. J-Hope, como JungKook, había cometido un montón de vandalismo, excepto porque él no vendió droga en ningún momento pero las leyes de Corea eran demasiado exigentes. Se subió al carro y se colocó el cinturón de seguridad, el motor gruñó fuertemente y ambos se dirigieron al juzgado donde se empezarían las sesiones para la liberación de JungKook.
—H O B I.
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