Capítulo 8
Cuando no creía poder sentirme más avergonzada de lo que ya estaba... él consigue demostrarme lo contrario.
-D..Disculpe pero... ¿eso que tiene de importante?
-Oh~ es muy importante, así que responde. - me estira más el collar.
Exhalé por la nariz y mirando a otro lado respondí sonrojada y apenada.
-S..Sí.
Me suelta, pude ver de reojo aquella sonrisa en sus labios. ¿Qué es lo bueno de que una chica sea virgen? No lo entiendo... No me dio tiempo a pensar en nada más cuando me acorraló contra una de las paredes.
-Esto será interesante...
Me sonríe y acaricia mi cintura con ambas manos. Acerca su rostro a mi cuello y yo intenté apartarme pero solo le di mejor acceso a aquella zona.
-Estoy empezando a sentir hambre... - sentí el filo de sus colmillos raspando mi piel.
Yo lo intenté detener poniendo mis manos en su pecho, cerré los ojos con fuerza y traté de no volver a llorar.
-E..Espere... yo...
Me acerca a él y clava sus colmillos en mi cuello nuevamente, esperé aquel dolor insoportable pero... lo único que sentí esta vez, fue un leve pinchazo. Me quejé solo un poco y solté aire por la boca. No tuve la necesidad de gritar y el dolor tampoco se intensificaba... sino que apenas y se sentía.
Apreté su camisa con mis manos porque aún así, se sentía raro cuando succionaba mi sangre. Mordí mi labio inferior para aguantar un poco más hasta que se separó de mí. Solté un leve suspiro y sentí mis piernas flaquear, si no fuera porque me seguía sujetando por la cintura, ni mi agarre en su camisa hubiera evitado que cayera al suelo.
-Realmente me cuesta trabajo resistirme a tu sangre... eres deliciosa.
Apenas podía abría mis ojos o mantenerme en pie, así que apoyé mi espalda por la pared. Me suelta poco a poco pero haciendo que mis piernas volvieran a temblar y cayera de sentón al suelo.
-Me quedaré un momento. - dice mientras desabotona su camisa alejándose de mí -. Y tú te quedarás conmigo.
¿A dónde más quieres que vaya si ni me dejas salir, imbécil?
-Sí... amo.
-Así me gusta. - se da la vuelta lo suficiente como para dejarme ver su abdomen y su sonrisa.
Evité mirarlo e inconscientemente me sonrojé por aquella imagen. Era la primera vez que un hombre se mostraba de esa forma frente a mí, no sabía cómo reaccionar.
-¿Qué pasa, lobita? ¿Te avergüenza? - pregunta con diversión y me sonríe.
-N..No...
Escuché su risa y luego vi de reojo como lanzaba su camisa a cualquier lugar de la habitación. Se encaminó a la cama y se acostó en ella.
-¿No vendrás? - pregunta mirándome. Yo negué con la cabeza -Como quieras, aunque aquí es más cómodo que el suelo.
Volteé mi cabeza y abracé mis rodillas para esconder mi rostro entre estas, me sentía cansada... El sueño estaba pudiendo conmigo, la falta de sangre me había dejado sin fuerzas y con sueño.
-¿En serio prefieres dormir allí? - asentí apemas -. Vamos, solo muerdo cuando tengo hambre o cuando tengo que castigarte - dice de forma divertida, lo miré mal y él ríe -Te dejaré pasar esa mirada.
Mi cabeza iba cayendo sobre mi hombro y mis párpados se cerraban, mis manos se fueron soltando hasta dejar de estar abrazando mis rodillas y haciendo que cayeran a los costados. Yo comencé a quedarme dormida, pero antes de hacerlo sentí que él me levantó en brazos.
-No hago esto por nada en especial así que no pienses nada raro. - dice en un susurro.
Yo no fui incapaz de responder así que lo único que hice fue caer dormida en la suave cama y él a mi lado...
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