-Para la próxima deja de llorar tanto que es molesto.

Víctor se levanta y termina de quitarse la camisa con sangre. Kia no hizo ni dijo nada, dejó caer una lágrima solamente pero evitó contadas sus fuerzas seguir sollozando. Víctor le suelta las manos del cabecero y estos caen directamente, haciendo que las heridas que tenía allí hagan que Kia suelte un quejido de dolor.

-Diosa. Deja de quejarte, mejor alégrate que no me he pasado contigo - Víctor sonríe con lujuria mirando a Kia -. Porque... - comienza a acariciar su cintura descubierta y va a su abdomen y sigue a su parte baja -... sería lo que más quiero.

Unos toques en la puerta fue la salvación para Kia quien no pudo evitar sentir alivio por escuchar eso. Víctor gruñe y saca su mano.

-¿Qué? - pregunta cortante y frío.

-Majestad, hay una protesta, quieren atacar el castillo. - avisa un guardia a través de la puerta.

-Matenlos a todos y pónganlos en la entrada para que vean lo que sucede a aquellos que se resisten...

Víctor sonríe ampliamente mientras que mira un momento a Kia, ella no hizo nada de nuevo pero sintió lástima por aquellos vampiros.

-Sí, majestad.

-Debo irme preciosa, pero volveré temprano, lo juro. -Víctor se acerca a su rostro y besa la mejilla de Kia.

Se acerca al armario y saca una camisa nueva para luego ponérsela. Sale de la habitación y Kia, luego de unos segundos, decide intentar levantarse.

Cuando logra levantar la parte superior de su cuerpo suelta un quejido de dolor más, por sus heridas y cierra los ojos, se deja caer de nuevo con un suspiro, mira el lado donde Erick solía acostarse... podía olerlo aún y por momentos pudo verlo ahí, acostado de lado, mirándola con una sonrisa como solía atraparlo cuando se despertaba por las noches y él estaba allí.

Varias veces lo alcanzó a pillar viéndola dormir pero decidía no decir nada y fingir estar dormida. Kia levanta una mano con debilidad y la estira hacia su rostro pero al momento de querer tocarlo, la imagen se borra y su mano se deja caer.

Seguía confundida... Debería odiarlo ¿No? Eso sería lo normal. Pero... simplemente era algo que no podía. ¿Estaba enferma?

Sus ojos se cerraron lentamente con esa pregunta en su mente sin poder responderla, pero solo cayó en un sueño.

***

***

Días, noches, semanas... hasta meses... siempre era lo mismo. Ella no podía salir, y Víctor la dejaba siempre más débil para que no pudiera escapar. Las manifestaciones empeoraban a pesar de las amenazas de Víctor, cada vez era más grande el número de vampiros que querían derrocar a Víctor.

Pero la mayoría terminaban muertos...

Victor se estresaba y se desquitaba con Kia a quien sus esperanzas de salir de aquí se habían ido hace semanas. Víctor termina con ella una vez más y se va, pero está vez a por su segundo juguete, Erick. Se divertía al maltratarlo, cuando lo torturaba físicamente o hablándole sobre Kia...

Víctor sonríe y juega con una daga entre sus manos.

-Tal vez... ya de ese paso... -Erick lo mire débilmente intentando descifrar lo que quiere decir -. Quiero decir... pasé mucho tiempo controlándome. Quizás y disfrute de su cuerpo de otra manera. Ya sería tiempo...

Erick estira las cadenas y sus ojos se vuelven rojos, Víctor atiende que está vez no pudo hacer temblar las agarraderas de las cadenas, así que sonrió. Erick no aguantó tanto tiempo y se rindió.

Víctor clava la daga en su hombro haciendo que Erick aprieta los puños y los dientes.

-Bueno, debo irme. Aún hay muchas manifestaciones por controlar.

Se sacude las manos y cierra la puerta bajo llave. Al igual que Kia, Erick también había perdido poco a poco las esperanzas... pensaba que ya no podría hacerle temer de que algún día él saldría y lo acabaría como tanto decía que lo haría, así que solo esperaba que Víctor lo acabe a él en su lugar.