Tiempo después del regreso de Kia a la manada.

-Naomi... algo les sucede a mis padres... - mencioné mirando mis manos temblorosas.

-¿A que te refieres? ¿Por qué no dices?

-Desde que volvimos a la manada están actuando de manera extraña. Salen de noche y vuelven con heridas. No quieren decirme que les pasa y... tengo miedo...

Levanté la mirada para verla y ella me abraza para intentar consolarme.

-Tengo miedo de que les esté pasando algo por mi culpa...

-¿Por qué sería tu culpa? - pregunta ella confundida.

-Mira... lo que sucede es que... mi tío me quiere vender a los vampiros para pagar su deuda... al ser lo único que tiene.

-¡¿Qué... ?!

Yo suspiré mientras le contaba todo lo que yo sabía de lo que mis padres me han dicho, ella me escuchaba atenta a todo lo que decía. Le conté sobre el viaje que hicimos, lo que hizo mi tío y el intento fallido de mis padres para intentar solucionar lo que mi tío creó. Al terminar, ella intentó animarme y darme consejos. Hasta que cayó la noche. Yo fui a mi casa con una sola idea en la cabeza.

Debería seguir a mis padres...

"¿Estás segura?"

"Sí, lo estoy"

Cerramos el link y fui a mi habitación esperando que mis padres hagan lo de siempre, ver que yo esté durmiendo para luego irse. Me hice la dormida y mis padres entraron minutos después, sentí como mi madre me dio un beso en la frente y luego escuché la puerta cerrarse. Esperé unos segundos hasta escuchar la puerta principal y me levanté rápidamente.

Miré por la ventana y vi como mis padres se transformaron y comenzaron a correr hacia el bosque. Salté por la ventana y me eché a correr tras ellos, guardando mi olor para que no se dieran cuenta. Seguí los suyos hasta zonas desconocidas para mí... Pero a lo lejos, casi oculto por los árboles, pude ver algo iluminado...

A medida que me iba acercando, la estructura se hacía notar mucho más hasta revelar un enorme castillo. El olor a vampiro me llega desde todas partes y es cuando caigo en cuenta de que este era su territorio. Me lo quedé viendo hasta que escuché la voz de mi madre, me escondí rápidamente.

-No me gusta hacer esto... mentirle a ella... - mi padre la abraza.

-Lo hacemos por su bien, a mi tampoco me gusta pero si queremos que ella crezca sana y salva... entonces debemos hacerlo.

¿Sana y salva? ¿Hacer qué exactamente?

-Lo sé pero... - mi madre suspira -. Ya nada, vamos.

Entran al territorio de los vampiros y al instante unos centinelas aparecen y los acompañan. Quería detenerlos, sacarlos de allí... pero eran varios los vampiros que los acompañaban.

Esperé y miré, mi corazón latía con fuerza por el miedo de que les pase algo. Rodeé el territorio de modo que encontré una zona sin guardias y corrí hasta el castillo. Las puertas estaban repletas de guardias, lógicamente, así que decidí sacar mis garras y comenzar a trepar.

Con cada ventana que iba pasando, podía verlos caminar por varios pasillos, pasar por más puertas y luego llegar a un salón del trono donde no había nadie aparte de más guardias.

Mis padres tenían una mirada apagada y cansada. Los miré por un buen tiempo hasta que, extrañamente, comencé a sentir una sensación de desesperación y a mi loba agitada o ansiosa, pero es ahí cuando escucho una puerta abriéndose y pasos acercándose.

"¡Mate...!"

-Bienvenidos nuevamente.

Es él... el rey vampiro...