Capítulo 18
-Dime entonces, ¿qué fue lo que hiciste? - pregunta Erick estando de brazos cruzados frente a las rejas de la celda.
Yo agaché la cabeza, había vuelto a mi forma humana por lo que abracé mis rodillas reprimiendo mis emociones que comenzaban a sentirse como si se desborzaran.
-Desobedecerte...
-Exacto. Si yo digo que vuelvas, tú vuelves. Tu no eres más que una mascota que tiene que seguir órdenes.
Finalmente lo perdí, todo lo que guardaba desde que comencé en esto salió a la luz. Me levanté de golpe, cegada por la furia e impotencia.
-¡Yo solo quiero estar con mi familia! ¡No soy una mascota, tu eres el único que piensa eso porque eres un maldito enfermo!
Mis ojos estaban dorados al igual que cristalizados y mis garras habían salido y sentía mis colmillos hormiguear dentro de mi boca.
Se me queda mirando un segundo pero al instante estaba dentro de la celda, la cual abrió con tanta fuerza que creía que la puerta caería. Me sobresalté perdiendo toda clase de valentía de inmediato, él se me acerca amenazante y yo retrocedí asustada. Llegué hasta la pared del fondo y él me agarra del cuello con fuerza, apretaba unos nervios que hicieron que no pudiera resistirme. Me levantó casi hasta que no estuviera tocando el suelo.
-¿Cómo me has dicho... ?
Tenía miedo, mucho miedo, ya ni siquiera era capaz de responder o emitir algún sonido coherente, por lo que me quede callada. Él hace una mueca y me despega para volver a golpearme contra la pared, solté un quejido de dolor y miedo.
-Nada de quedarse callada, quiero que lo repitas. ¿O tu valentía solo fue pasajera?
Seguí en silencio, él perdió la paciencia y me lanzó al suelo haciendo que me golpeara la cabeza contra este y me raspara el resto de mi cuerpo.
-Que lastima - se arrodilla y me levanta la cabeza poniendo un dedo bajo mi mentón -. Empezaba a confiar en ti, hasta pensaba en quitarte esto... - me jala por el collar -. Pero lo arruinaste todo.
-Yo solo quise ver a mi familia... quise estar con ellos aunque sea por un momento... - mi voz comenzó a entrecortarse.
-¿A caso te di permiso? No. ¿Te dije que podías salir de los territorios? Tampoco. Esto es lo que te ganas por no seguir las reglas. - me suelta y se levanta, me deja tirada mientras él sale de la celda y se dirige hacia los guardias que custodiaban mi celda -. No la alimentarán hasta que yo lo decida.
-Sí, su alteza.
Me da una mirada por encima de su hombro para finalmente irse de una vez. Yo me acerqué a una esquina y lloré hasta que al final me quedé dormida.
***
***
Escuché que abrían la puerta de mi celda y eso ocasionó que me despertara, aunque solo abrí los ojos a duras penas por lo débil que me encontraba. Era la primera vez en una semana que alguien bajaba, pensaba que sería Erick pero no...
-Pulgosa, el rey quiere hablar contigo. - alguien me agarra, no pude identificarlo pero sí supe que me colocó una correa para manipularme.
Yo apenas y pude enderezarme. No tenía fuerzas para levantarme pero gracias a que me apoyé por los barrotes, pude hacerlo. Caminamos escaleras arriba, pero comencé a dudar cuando salimos del castillo. Y cuando estuvimos cerca de los limites del territorios, me detuve extrañada.
-¿El rey no quería verme? - cuestioné.
Él sigue dándome la espalda pero volteó muy levemente su cabeza dejando ver una sonrisa de lado.
-¡Kia!
Me sobresalté y miré atrás al escuchar la voz de Erick. Él y un grupo de guardias venían corriendo hacia nosotros pero antes de decir o hacer algo, siento que me clavan algo en el cuello que me debilita aún más. Mi cuerpo se adormece y no fue posible para mi luchar contra la sustancia que me inyectaron. Comencé a caer en dirección al suelo pero antes, el desconocido me carga sobre su hombro y sale corriendo.
¿Qué sucedió...? ¿Quién era... ? ¿A dónde... me estaba llevando?
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