Capítulo 10
Cuando me desperté fue de golpe, me senté bruscamente pero unas manos me hicieron acostarme de nuevo, me maree rápido pero alcancé a ver a una doctora a mi lado.
-Tus signos cardíacos están bien y tus heridas ya sanaron, recobrarás todas tus fuerzas en un par de días si descansas...
-¿Q..Qué... ? - apenas podía analizar lo que dijo -¿Qué pasó?
-Bebieron mucha de tu sangre, quedaste inconsciente unas horas por eso estoy aquí. - ella guarda sus cosas y se levanta.
Miré a mi alrededor para saber en dónde estaba y noté que me habían traído a la habitación de siempre. Suspiré y calmé mi respiración. La enfermera se fue pero Erick entró en ese momento.
-Al fin despiertas... - suspira -. Me dejaste mal en frente de Víctor. Tu resistencia es nula.
No pude resistir mi enfado. Me di media vuelta y me levanté apoyando mis brazos.
-Me estás jodiendo, ¿verdad? ¡Ese imbécil casi me mata!
Al instante en que terminé de hablar me arrepentí, pero había sido tarde. Erick me sujeta del cuello con fuerza y me mira molesto.
-Si sigues gritándome, seré yo quien te mate a ti, ¿entiendes? Tú solo eres una mascota, un juguete. No tienes derecho ni de hablar.
Me aprieta más el cuello hasta que no me deja respirar.
-¡¿Escuchaste bien?! ¡Respóndeme!
Cerré los ojos y solté un jadeo por el miedo, él aflojó su agarre para que pueda responder.
-S..Si... a..amo...
Me soltó de golpe dejándome tosiendo y tratando de conseguir grandes bocanadas de aire. Me llevé las manos al cuello y lo masajeé un poco.
-Ponte el collar y ve abajo. Me acompañarás hoy en la oficina. Y no necesitas cambiarte.
Se va de la habitación dando un portazo que me sobresaltó. Yo me quedé de piedra sobre la cama por un momento en los que miraba mis brazos. Ambos tenían las marcas de las mordidas. Me abracé a mí misma acariciando mis brazos y me levanté.
Miré mi reflejo en el espejo y vi que solo traía una remera de Erick puesta. Suspiré pesadamente, miré en la mesa de noche, allí estaba el collar.
Odiaba esa cosa.
Lo agarré gruñendo y me lo puse muy resignada. Salí de la habitación y fui abajo con cuidado de no desmayarme en el camino.
-Cuanto tardas - Erick rueda los ojos y me ata con la correa de sangre -. Vámonos que Víctor nos espera.
Solo con escuchar ese nombre comencé a temblar peor que con Erick, él quiso avanzar pero yo me lancé al suelo de rodillas, no quería ir.
-¿Por qué mierda no te mueves ahora?
Apreté mis manos sobre el suelo pero realmente tenía miedo de Víctor. Más que de Erick.
-Amo... por favor, no me deje con él... - noté su sorpresa por haber hablado de manera fluida.
Ya estaba lo suficientemente avergonzada, mi dignidad había desaparecido hace tiempo... Esto ya no importaba... Pero sí agradezco que mis padres estén a salvo en la manada, sin poder ver esto.
-Por favor, amo...
Él se queda en silencio por un par de segundos antes de agacharse, levantar mi cabeza con una mano y mirarme a los ojos.
-¿Le tienes miedo? - asentí de inmediato, se veía sorprendido pero dejó de demostrarlo -Está bien... no volverá a tocarte. Permanecerás a mi lado, ¿sí?
Mis ojos se iluminaron por tener una primera muestra de empatía por su parte. Estaba segura que si tenía mi cola lobuna, esta se estaría moviendo de alivio y felicidad.
-Sí, amo.
Él me mira confundido por mi reacción, pero mi juicio estaba en blanco en estos momentos. Solo sabía que Víctor no se acercaría a mí... estaría a salvo de él.
-Vamos ya.
Se levanta para dejar de mirarme, ¿por qué... ? Me alha de la correa levemente y yo me levanté y comencé a caminar. Pasamos por más pasillos hasta entrar en una habitación amplia aunque muy bien amoblada, pero mi mirada se quedó en Víctor quien me miraba con deseo de volver a beber mi sangre.
Instintivamente me acerqué a Erick, ya que era en estos momentos que sentía más seguridad y protección a su lado que sola... Erick me mira de reojo por un segundo. Por favor que cumpla su promesa.
-Víctor, desde ahora... no puedo permitir que vuelvas a tocar a mi Alma.
Me sobresalté pero de alegría. Lo había dicho... eso quiere decir que lo cumplirá, cumplirá con su promesa.
-¿Y eso? - Víctor enarca una ceja mientras Erick me lleva hasta su escritorio. Él se sienta y yo me quedo de pie a su lado.
-No sabes controlarte, la matarás y ambos nos quedaremos sin su sangre.
-Prometo controlarme mejor... solo una vez más y...
Me sobresalté cuando Erick se levanta y golpea su escritorio con un puño.
-¡No vas a ponerle una puta mano encima a mi Alma! ¿He sido lo suficientemente claro?
Las venas en las manos de Erick se marcan al igual que la de su cuello, yo me asusté sinceramente por su tono de voz. Víctor lo mira y luego a mí, pero bufa y se recuesta en el sofá.
-Cómo digas, su alteza...
Erick se sienta de nuevo, se relaja un poco antes de abrir y encender su portátil; mientras, yo estaba parada a su lado evitando mirar a Víctor. Temblaba con solo su presencia... pero a la vez... no me sentía asustada.
Miré a Erick quien trabajaba concentrado en su portátil. Yo solo lo veía pero extrañamente sentí mi corazón latiendo con fuerza. No sabía si era porque sea mi Mate o por la manipulación emocional... pero aún siendo consciente de eso, no sabía como detenerlo.
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