Antes de volver a la manada.

-Mamá, ¿qué sucede? ¿Qué dijo mi tío? - pregunté preocupada.

-Cariño... no creo que sea el momento para... - interrumpí su intento de negarse a responderme.

-Mamá, tengo derecho a saber. Ustedes estaban diciendo que no estoy en edad para algo, y que mi tío no derecho a tomar decisiones que me corresponden. Quiero saber: ¿Qué hizo mi tío y en qué me afecta eso a mí?

Mi madre mira a mi padre pidiendo auxilio pero ambos suspiran pesadamente y con derrota.

-Cariño... - mi mamá me hace sentarme a su lado en mi cama -Tu tío... él... está en problemas, le debe una gran deuda al Rey de los vampiros; no tiene a nadie y... por eso quiso venderte a ti como pago por esa deuda.

-¡¿Qué?! - me levanté de golpe.

Mi cuerpo comenzó a temblar, quizás de ira o de miedo por la idea de que mi propio tío quería venderme a los enemigos. Mi loba estaba paralizada igual que yo por la idea, pero más que nada estábamos enojadas.

Suspiré para intentar calmarme y me volví a sentar.

-Explíquenme.

-El rey vampiro le hizo muchos favores a tu tío que al final no quiso pagarle... así que ellos quieren matarlo, pero para salvarse decidió vender a su única sobrina.

Mi padre habla como si escupiera cada palabra que saliera de su boca, apretaba sus puños y sus ojos se ponían dorados por la ira que él también sentía.

-Pero... él no puede...

-Lo sabemos, y se lo dijimos, pero él está desesperado por salvarse a sí mismo - mi madre me abraza -. Mañana iremos junto al Rey vampiro para hablar del tema... queremos que te deje fuera de todo esto.

-Yo voy tambien. - dije firme.

-No - mi padre se endereza -. Es peligroso y si damos un paso en falso moriremos junto con mi hermano.

-No me importa, es mi vida, yo decido.

-Hasta que tengas los dieciocho años nosotros decidiremos lo mejor para ti, y esto es lo mejor. Alejarte del peligro. - sigue diciendo mi padre.

-¡Tengo diecisiete!

-No irás y punto.

Me senté de golpe nuevamente en la cama y crucé mis brazos apartando la mirada. Estaba haciendo una rabieta pero realmente quería ir... no quería que les pase algo...

-Cariño, solo no queremos que te pongas en riesgo.

Mi madre me abraza y no me suelta hasta que yo suspiré y acepté su abrazo.

-Bien, pero prométanme que volverán sanos y salvos... por favor...

-Lo prometemos. - mi padre me abraza también.

Yo me aferré a él tratando de no llorar de la preocupación y ansiedad que esta situación me hacía sentir por dos.

-Ahora a dormir, mañana iremos temprano a hablar con el Rey vampiro. - menciona mamá.

Al separarnos yo suspiré asintiendo y ellos salieron de mi habitación, aunque se detienen en la puerta.

-Que descanses Kia.

-Adiós...

Apagan la luz al salir y yo me meto bajo las mantas de mi cama. Solo espero que el Rey vampiro no les haga daño... y me deje a mi de lado.

No me imagino mi vida junto a él. Muchos dicen que es un ser despreciable, que trata a las mujeres, y más a las lobas, como si fueran simples juguetes sin voz ni voto. ¡Vamos! Como si siguiéramos en la antigüedad.

Pensar en tener que estar junto a él me aterra.

"A mi también... "

"Solo espero que todo salga bien"

"También lo espero, no quiero que les paso algo"

Corté el link con Leila y cerré mis ojos. Mi cuerpo comenzó a temblar sin más. Yo me tapé bien con las mantas, me hice bolilla e hice todo lo posible para dormir. Pero simplemente el sueño no me llegaba y terminé despierta toda la noche...