Cuando acabó la canción le miré fijamente a los ojos, cuestionando mis anteriores decisiones. Respiré profundo, pensando seriamente las palabras antes de formular la frase que buscaba:

-No soy como vosotros.

Eso fue lo único que alcancé a decir, antes de cubrirme bien con la camisa y ponerme en pie para salir de allí y no llevarme un reproche por su parte, pero realmente no me sentía como para otro de sus discursos. Se mantuvo en silencio durante lo que para mí fue el tiempo suficiente para salir de allí e irme a hundirme en mi propia miseria.

Estaba a punto de lograrlo cuando su voz de detuvo:

-¿Por que? Eres como nosotros, es cierto que realmente no has pasado tanto, pero....

Esa fue la gota que colmó el vaso de mi inestabilidad, salí de la habitación sin mediar una sola palabra. El silencio era lo único que hacía que no rompiera a llorar en el mismo pasillo, lo único que me mantenía ajena al mundo real, lo único que no me dolía, la quietud era mi única aliada en mi propio aislamiento.

Bajé la cabeza, ocultando el rostro bajo mi cabello, al sentir como las lágrimas que habían amenazado con danzar sobre mis mejillas habían comenzado su triste y lento baile en mi semblante, hasta acabar cayendo en el vacío. No sentí que había comenzado a sollozar hasta que sentí como mi pecho se contraía. Apresuré mi paso, mientras, intentaba ocultar los sonidos lastimeros provenientes de mi garganta, a su vez cubriendo mi pecho. Lo mejor que pude hacer fue respirar profundo y correr, como si con ello pudiera huir de todos los problemas que me acosaban.

Aunque sabía que no podría hacerlo para siempre.

Choqué con alguien, casi cayéndome al no tener la estabilidad de mis brazos. La persona que me sostuvo fue la que meno me esperaba en el mundo. O puede que en realidad fuera que simplemente no hubiera hablado demasiado con él. Sus ojos verdes del tono del mar me escrutaron unos instantes mientras su cabello azabache caía por su frente por la acción de inclinarse para sujetarme con cuidado.

-¿Estás bien, Claire?-me levantó con cuidado, en seguida comprendí por que se le llamaba héroe.

-S-sí.-intenté no estremecerme por los sollozos anteriores.

-¿Segura?-ladeó la cabeza levemente,advertí que el gesto como que se podía apreciar a simple vista que no, no estaba bien. Aunque Percy no fuera un chico realmente inteligente, interpretó mi silencio como que no contestaría, su expresión se endulzó y su voz bajo de tono- ¿Sabes? De vez en cuando todos necesitamos un abrazo. Nunca sabes cuando, no tiene que haber un por qué, no tiene por que ser a alguien por que sientas algo más allá de amistad, ni siquiera un amigo, si es a alguien que sabes que no va a asestar un golpe por la espalda, esas son las personas que merecen la pena, Claire.

Ese comentario hizo que levantara la vista , encontrándome con que sus brazos me habían rodeado en un abrazo protector de hermano mayor, demostrando su completa confianza hacia mi, aunque llevábamos tanto tiempo sin siquiera vernos...

Agradecí el gesto del hijo de Poseidón como nunca antes lo habría hecho, posiblemente tuviera razón, si tan solo lo hubiera sabido antes...

-Gracias, Percy. Es solo que...

Alguien me apartó de él de forma violenta, sin permitirme terminar. Me golpeé la espalda con la pared perdiendo la respiración y la vista durante unos segundos por la fuerza del golpe.

-¿Qué creíais que hacíais?-espetó una voz que en seguida identifiqué.

-Tranquilo, Sombritas, solo intentaba calmarla.

-Calmarla, ¿eh? Para eso estoy yo.

-No me has entendido bien y creo que estás siendo algo...

-¿Qué? ¿Acaso le ibas a hacer algo a ella? Es mía, ¿comprendes? Solo mía.

El tono amenazante de su voz comenzó a... Despertar temor en mí,

-No.-mi voz sonó tan amortiguada que dudé que la hubieran escuchado, de modo que me puse en pie para darle más potencia a mi voz.- No soy tuya.

-¿Qué?-me miró como retándome a repetirlo.

-No soy tuya, ni de nadie, así que deja esas tonterías infantiles, porque soy mi propia propietaria. De modo que te invito a dejar en paz a Percy, espero que tu mente todavía en la pubertad y tu sangre llena de hormonas te lleven a comprender mi indirecta.

Ambos se quedaron sin palabras, me observaron como si no pudieran creer lo que acababa de decir.

-Mira Claire, si vuelves a mi habitación, ignoraré lo que acaba de pasar.

-¿Tú? Has sido tú quien me ha infravalorado, siempre lo haces, no intentas comprenderme. Una relación no consiste en solo lo que tú deseas, yo también tengo sueños, pasiones y una meta en la vida. Tengo mi propia vida, al igual que tú, no puedo estar para ti todos los días a todas las horas, porque tengo necesidades y no, no pienso como tú respecto a esto. No soy tuya, ni seré jamás de nadie, porque nadie podrá influir en mis decisiones, sea esta correcta o no. Sé que no puedo cambiar mi pasado, pero sí mi presente y mi futuro. Así que ha sido un placer pero no te necesito a mi lado.

Y en el momento que terminé no podía haberme arrepentido tanto de mi última frase. Pero mi orgullo no me permitió echarme atrás, así que mantuve mi cabeza alta, devolviéndole la mirada desafiante.

-¿Asustado, Ángel?-añadí.- Más te vale estarlo, porque llegarás a conocer a una Claire que nadie quiere, llegarás a conocer esa faceta vengativa, cruel, fría y despiadada de mi ser. Así que ten mucho cuidado porque no soy una delicada muñeca de porcelana, seré esa muñeca que guardas en el armario por temor a que tome un cuchillo y te aseste un golpe mortal. Seré esa sombra que camina tras de ti, la cual temes que ataque por amor a la venganza. O quizá seré tu amor imposible, seré una estrella en lo alto, la cual admiras y no puedes alcanzar. Seré esa candela que amenaza con apagarse y devolverte a la oscuridad de la que provienen las peores pesadillas de los hombres. Seré la luz al final del camino, llena de esperanza. Lo seré... Cuando aprendas a estar sin mí.

-¿De qué mierda hablas?-soltó de una vez acercándose amenazante.- Claro que me necesitas a tu lado, soy tu soporte, el pilar que sostiene tu vida, yo so...

Se vio interrumpido por mi mano golpeando su cara con un sonoro golpe, este hecho le hizo callar de una forma rápida, como esperaba.

-Pensabas que sería al revés, ¿verdad? Cuando llegara el momento yo sufriría el dolor físico y psicológico mientras buscabas a alguien nuevo, ¿me equivoco?

Sentía la mirada aterrorizada de Percy sobre nosotros y supe que él no esperaba lo que estaba pasando.

-Está bien.-dijo Nico con voz calmada, susurrando en mi oído- Acepto tu decisión, pero luego no vengas llorando arrepentida, porque no estaré allí.

Se apartó para mirarme un instante, como si quisiera que le mirase y supiera lo que había perdido. Su mirada coincidió con la mía durante unos segundos hasta que se apartó para fingir que yo no existía y bostezar aburrido.

-Ya no tengo nada que hacer aquí.

Y, tras lo cual, se alejó caminando por el pasillo, regresando a su habitación, llevando consigo una parte de mi alma, ahora rota en pedazos.