¿Estás... enfadada?
Desperté, ese día era domingo, pero no tenía ganas de hacer nada. De modo que cuando Darks me destapó gritando:
-¡Arriba, Evergreen, ya es de día!
Gruñí (sí, como un perro) y me acurruqué al otro lado de la cama, es decir, contra la pared. Me hice un ovillo y cerré los ojos de nuevo.
-Vamos, Claire. Arriba. No te vas a librar de correr.
Seguí dándole la espalda, ignorando por completo todo lo que decía para convencerme de salir a correr. Pero el motivo por el que no quería levantarme no era ese, ¿él lo sabía?
Abracé aquel peluche que tenía (esa noche dormí con Percy, mi unicornio azul de peluche porque necesitaba apoyo y ¿quién mejor que un peluche para dármelo?). Sentí como se sentaba (o tumbaba) a mi lado y decía:
-Vamos Claire, no puedes quedarte aquí todo el día.
Por toda respuesta, me tapé aún más con las sábanas y me acerqué todo lo que pude a la pared. No quería hablar con él después de todo lo que había pasado. Después de que nos dejara fuera, con el frío invernal y que leyera aquello que sabía que no podía leer.
-Escucha, sabes que anoche... Leí eso tan importante para tí... Sé que el chico soy yo y que... Bueno, que tú eres Claire. Me dí cuenta de que... Estabas enamorada de mí desde el principio, ¿verdad?
Ignoré el hecho de que tras haber leído aquello tan personal, me preguntase algo tan estúpido. No contesté.
-¿De verdad te parezco... tan dulce? Creo que me representas de una forma dulce, amable y tierna, aunque casi nunca dejo salir a la luz esas partes de mí. Lo que he leído hasta ahora me ha sorprendido, Claire. La protagonista eres tú sin duda alguna, lo sé porque es divertida, dulce y a veces es tímida. Lo que me pregunto es, ¿por qué no tiene tus ojos?
No contesté, estuve tentada de decirle: "Tendrás que seguir leyendo para adivinarlo", pero no se lo dije, me daba... No vergüenza, pero me daba corte que lo leyera, al fin y al cabo era una historia de amor. Una historia de amor en la que él era el protagonista junto con... Junto conmigo.
Tampoco me habría importado que la historia fuera real, al fin y al cabo, yo la había escrito y sabía todo lo que pasaba. Pero... No quería que él supiera que yo había escrito una historia romántica antes incluso de que "nos conociéramos" o, mejor dicho, me conociera.
-Claire, se que no querías que leyera estas historias, pero... No pude evitar la tentación de leerlas, al fin y al cabo... Me pareces una chica lo suficientemente inteligente como para escribir lo que has escrito.
Si no hubiera estado enfadada me habría dado la vuelta y le habría besado, le habría besado y le habría dado las gracias, pero lo estaba.
-¿Estás... enfadada?
Esta vez me giré hacia él con los ojos bañados en lágrimas. Solo quería que me dejara en paz
-¿Qué crees tú?-dije con la voz entrecortada, aunque intentando sonar firme.
No pude ver su gesto ya que solo veía borrones por culpa de las lágrimas, su acercó y me rodeó con los brazos. Intenté zafarme, pero él era más fuerte que yo. Me acercó a si suavemente y escondió su rostro entre mi cabello.
-Lo siento. Sé que no debería haberlo hecho, pero la curiosidad me pudo. No pensé en lo que sentirías, en si estabas preparada o no para que lo leyera. Lo siento.
Se apartó lentamente, me miró y limpió las lágrimas de mis ojos. Le miré a los ojos mientras juntaba mi nariz con la suya y susurraba:
-No quiero perderte como amiga y mucho menos como novia. Tu amistad ha sido muy difícil de conseguir para perderla ahora.
Poco a poco, dibujé una pequeña sonrisa, un pequeño atisbo de que me sentía un poco mejor.
-Entonces, ¿estamos saliendo?-pregunté con una amplia sonrisa.
-Has vuelto, princesa.
Me abrazó con fuerza, estrechándome contra su cuerpo.
-¡No has contestado a mi pregunta!
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