-¡Te digo que no te creo, Darks!

-No me creas si no quieres, pero es verdad.

El día anterior le había dicho a Darks que no le creía, no podía fiarme demasiado de él. Entre todo, casi se me olvidó de el lunes presentaríamos el proyecto sobre Hades.

-Darks, tenemos que presentar.-susurré en su oído.

-¡Es verdad!

Los dos salimos, Naila y Yuki nos suguieron, ambos más seguros de sí mismos que yo.

Pusimos la presentación en la pizarra, empezó Naila.

Todo iba bien, los chicos(literarios, claro) estaban muy tranquilos. Demasiado. Me inquité.

-Claire, tu turno.-susurró Yuki.

-Hum...-me quedé completamente en blanco al sentir tantas miradas clavadas en mí, sobre todo de los chicos.

-Venga Claire.-dijo la profesora.

-Hades, es el dios de... Esto... De...-me puse nerviosa, los nervios podían conmigo -Es el dios de...

No pude evitar oir las risitas de unos chicos (esta vez reales), unos murmullos, seguramente críticas. Sentí mis ojos húmedos y salí de clase corriendo, para refugiarme en algún sitio, el primer lugar que encontrara.

Me escondí en las un rincón que había encontrado años atrás, mi paciencia siempre tuvo un límite y ciertas personas lo traspasaron. Podría decir que más que mi paciencia era mi aguante.

-¿Por qué, Claire?-me dije a mí misma.

Había sucumbido a la tristeza, las lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas, llegando hasta mis labios y dejando un sabor salado.

¿Me había rendido?

¿Qué había hecho para merecerlo?

No era justo.

Doblé las rodillas y escondí la cebeza entre las piernas, esperando que nadie pasara por aquel lugar oscuro.

Faltaban varias bombillas, ese era mi lugar secreto, mi pequeño espacio en el que podía ser yo misma o algo así.

-Claire...-escuché mi nombre, susurrado con dulzura.

-¿Qué quieres?-dije hostilmente.

-Quiero ayudarte.

-Te lo agradezco, Di Angelo. Pero sé cuidar de mí misma.

-A mí me parece que no, Evergreen. Mira, lo que han hecho esos chicos ha estado muy mal, por eso me aseguraré de que no lo vuelvan a hacer.

-No.-dije algo brusca, suavizé el tono de voz- No te venges, no quiero ser como ellos.

-Eres buena chica, Claire.-se sentó a mi lado.

-No.

-Claro que sí. ¿Quién se negaría a que un hijo de Hades se vengara de quienes le hacen daño? Tú, Claire. Porque no quieres ser como ellos, quieres ser algo más, quieres ser la chica buena que ellos no quieren ver. Ellos quieren ver a una chica enfadada, que conteste a sus bromas, pero tú eres más que eso Claire.

-Darks...

-Si supieras todo lo bueno que has hecho, si te dieras cuenta de ello.

-Yo...

-Mira, princesa.

Entrelazó su mano con la mía. Sus dedos entrelazándose con los míos, notando su palma contra la mía. Sus dedos largos con los míos algo más cortos.

Se acercó poco a poco, nuestros alientos se cruzaban. Era casi imperceptible, pero sus labios mostraban una sonrisa. Su cara estaba a centímetros de la mía, sus labios, tan solo a unos... ¿Veinte milímetros?

-Eres una gran chica y quien diga lo contrario se equivoca.

Rozó apenas sus labios con los míos, pero dejándome lo suficiente como para sentir su calidez, su ternura y su toque a menta.

Aparté mi mirada de la suya al darme cuenta de que había empezado a acariciar mis labios.

Venga ya. ¿En serio estaba así?

Un momento... ¿Había sifo un beso?

Y si era así, ¿yo le gustaba a Darks?

Dejé un cálido beso en su mejilla, todavía sintiendo el cosquilleo de lo que podría haber sido mi primer beso... Darks.