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~38~

La alarma del teléfono móvil comenzó a sonar, con una sola mano y una destreza digna de admirar la apagó. Aún con los ojos cerrados comenzó a bostezar a la par que se estiraba dejando que las sábanas se revolvieran por los movimientos; soltando un suspiro lleno de pereza abrió sus ojos y sonrió en grande pues al fin era sábado y no cualquiera, era el sábado en que por fin le dirían a los señores Jeon sobre su emparejamiento.

Con renovada felicidad y espíritu de emprendimiento se puso de pie de su cama con un salto cual resorte, tarareando una melodía que no recordaba donde podía haberla escuchado se dirigió directo a su baño privado para tomar una deliciosa ducha y si su cronómetro mental no le fallaba estaría listo para recibir a su amado pelinegro cuando llegara.

Estaba secando su cabello muy contento cuando de reojo vio su móvil en donde la hora se reflejaba y cual adolescente hormonal en su primera cita se puso de pie y corrió escaleras abajo. Cuando salto el último escalón pudo escuchar algunos murmullos así que a paso rápido pero sigiloso cual ninja se acercó y con cuidado se asomó viendo a su imponente padre junto al lado del pelinegro amor de su vida quien realizaba una venia frente al corpulento hombre.

-¿Qué sucede? - se adentro a la estancia siendo observado por ambos Alfas.

-Buen día mi hermoso lobito gris - saludo el mayor en el lugar - ¿Dormiste bien, mi pequeño?

-Buen día papito, sí lo hice - frunció sus lindos labios - Pero no me has respondido la pregunta - se cruzó de brazos.

El pelinegro sonrió - No es nada malo, solo le estaba agradeciendo a tu padre - se acercó hasta estar a centímetros de su Omega - Buen día, mi TaeTae - se inclinó para poder plantarle un beso lleno de amor, que por él fuera duraría más pero se separó pues sabía que el padre de su amado estaba allí y no quería tener problemas cuando las cosas estaban en tranquilidad entre ellos.

El peligris sonrió - Buen día mi Kookie - se inclinó para darle un lindo y tierno beso - ¿Qué le estabas agradeciendo a mi papá?

-¿Y todavía preguntas? - intervino el gran hombre llamando la atención de los menores - Debería agradecerme que no lo he matado por haber tenido la osadía de tocarte.

-¡Papá! - bufó el menor - Eso ya lo habíamos superado.

El mayor sonrió - Solo bromeó mi lobito.

En el fondo ambos menores sabían que aquel hombre musculoso no estaba bromeando.

Y aunque el jefe Kim prefería ver a su pequeño hijo aún como un pequeño niño inocente y dependiente de él, sabía muy bien que algún día se emparejaria por ello verlo sonreír tan abiertamente junto a aquellos ojitos resplandecientes de felicidad, eran suficiente motivo para dejar vivir al pelinegro; bueno también estaba el hecho de que si Jungkook moría su preciado Taehyung también lo haría y eso sí que no.

-Y bueno ¿Por qué le estabas agradeciendo a mi papá? ¿Por lo de tu papá?

-Asi es, le agradecía por ayudarlo a salir de su problema con esos tipos y por el trabajo.

-¿Acepto el trabajo? - pregunto con sus ojitos iluminados por la emoción.

-Si no lo hacía sería un gran imbécil... Aunque no me sorprendería.

-¡Hyung! - lo regaño el peligris.

Zico sonrió burlonamente - ¿Tienen una reunión familiar y no me avisan? - fingió dolor - Me siento excluido.

-Haces bien - el mayor en la sala miro a su primogénito - Estás apestando - frunció el ceño - Anda y duchate que no pienso desayunar con un zorrillo.

-Oh vamos, no es para tanto - se olió a si mismo - Es solo el olor varonil de una buena noche de fiesta - miro a su padre con diversión, quien tenía el rostro serio sin quitarle la mirada - Ok, me iré a duchar pero solo porque yo quiero y punto - maldiciendo comenzó a subir las escaleras que minutos antes había bajado.

-En unos diez minutos estará el desayuno - indico antes de salir de la sala dejando a ambos menores.

-Tengo la duda de si siempre son así o solo es cuando yo estoy aquí.

El adorable peligris soltó una risilla - Siempre lo son pero cuando tú estás en casa lo hacen más - tomo la mano de su Alfa para llevarlo al sofá más cercano y sentarse juntos - Ahora si dime ¿Acepto, verdad?

-Claro que si - sonrió - Ayer por la noche al llegar a casa, mamá estaba súper feliz porque papá le había dicho que lo habían contratado en una clínica en donde estaría mejor.

-Y lo estará, te lo aseguró - por la amplia sonrisa que tenía, sus hermosos ojos se volvieron dos lindas medias lunas.

-Todo se lo debo a tu padre - acunó el rostro de su Omega para acercarlo y robarle un beso - Ahora me iré porque debo entrenar.

-¡Espera! - lo agarro del brazo para que no se pusiera en pie - ¿Hoy.. les diremos a tus padres verdad? - se mordió el labio con nerviosismo.

Jungkook sonrió con cariño - Claro que si, cariño - acarició con parsimonia el cabello gris - Luego de que entrene, tomaré una ducha y ambos nos iremos a mi casa para almorzar en donde les diremos a mis padres sobre nuestro acoplamiento.

El peligris sonrió en grande y comenzó a asentir muy emocionado, el pelinegro acunó su rostro y le dió un tierno beso en la frente para luego ponerse de pie e ir a su entrenamiento.

Taehyung desayuno junto a su padre y hermano de forma habitual con las típicas bromas y comentarios de su mayor.

Una vez terminado el desayuno, subió las escaleras saltando cual niña en primavera pasean por un campo de margaritas. Se adentro en su habitación y miro el reloj dándose cuenta que tenía mucho tiempo para poder prepararse para la tarde, así que decidió aprovechar y terminar con los pocos deberes escolares que aún tenía.

En medio de terminar con la tarea de historia recibió un mensaje de Jimin quien le enviaba una fotografía de Yoongi jugando a tomar el té con su pequeña hermana. El peligris no pudo contener su risa ante esa imagen y el tierno gorro rosa que usaba el Alfa rubio, de seguro exigencia de su hermana, y le mando un mensaje a su mejor amigo comenzando así una larga plática entre ambos.









Se reía del gracioso video que Jimin le había enviado, cuando la puerta de su habitación fue abierta por un sudoroso pelinegro.

-¿Jungkookie, ya terminaste de entrenar? - se sentó en el borde de la cama.

El Alfa quitándose la camiseta blanca que estaba casi pegada a su piel, dejo a la vista sus más notables abdominales - Así es - se encamino hasta el baño - Me duchare rápido para que podamos irnos.

El peligris se puso de pie rápidamente - ¡Oh dios mío! - chillo - No sé que me pondré - corrió hasta su armario.

Jungkook sonrió por lo adorable de su Omega, acercándose hasta él - Lo que sea que te pongas estará bien y te verás hermoso - le dió un tierno beso en la mejilla.

Al ingresar el pelinegro al baño privado de la habitación, fue el punto de partida para que abriera las puertas de su armario y comenzará a rebuscar que se pondría. No estaba seguro si usar algo con cuello alto para ocultar su marca como lo venía haciendo cada vez que veía a los señores Jeon, o por lo contrario usar algo que deje expuesta su marca porque bueno ese era el motivo de todo esto, mostrar que estaba acoplado a Jungkook.

Optó por utilizar un pantalón negro de corte recto y que le llegaba hasta los tobillos para así poder lucir sus muy bonitos zapatos de charol Gucci junto al último cinturón de la misma marca que su padre le había regalado; en la parte superior usaría un delicado suéter de lana delgada color beige que tenía el cuello en v no profunda, el cual ocultaba la marca pero al ser ancho se podía estirar hacia un lado para mostrar la marca si se lo pedían, para complementar el atuendo usaría una chaqueta jean.

Estaba abrochando su cinturon, el cual se podía apreciar pues el suéter estaba por debajo, cuando el pelinegro abrió la puerta del baño y salió de este secando su cabello.

Jungkook sonrió al notar lo hermoso que se veía su novio - Te lo dije, te ves hermoso.

-Me alegra mucho que te guste - soltó un suspiro - Espero que a tus padres también.

El pelinegro podía sentir el nerviosismo que aquejaba al peligris, por lo cual a paso decidido se acercó hasta estar a escasos centímetros - No te preocupes todo saldrá bien - le acarició la mejilla izquierda con cariño - Estamos juntos en esto ¿Si?

El peligris ya más tranquilo asintió - Lo estamos.

El Alfa se acercó y depósito en esos dulces labios un tierno beso - Muy bien, me cambiaré rápido para que podamos irnos.

Jungkook se apresuro a secar su cuerpo para poder cambiarse con la ropa que había traído en su mochila, constaba en un pantalón negro, un suéter de lana color gris y una chaqueta negra junto a sus zapatillas blancas habituales.

Luego de que Jungkook secara su cabello adecuadamente, por mandato de Taehyung, ambos jóvenes salieron de la habitación. El pelinegro llevaba consigo la misma mochila con la que había llegado a esa casa en donde llevaba ropa cómoda del peligris puesto que ambos confiados en que todo saldría bien, pasarían la noche juntos en la casa de los Jeon.

Al llegar a la sala el peligris le dijo a su Alfa que lo esperara allí puesto que él iría al despacho de su padre para avisarle que saldría rumbo a la casa del pelinegro.

Jungkook se encontraba sentado en uno de los sofás a la espera de su Omega para irse a su casa y decirle a su madre de una buena vez que ambos están enlazados porque bueno su padre ya lo sabía y no precisamente se lo dijo de la mejor manera ya que fue por impulso; con su madre quería hacer las cosas correctas y ya no seguir mintiendole y aunque sabía que había cosas que aún no podía comentarle más que todo por su seguridad, empezaría por confesarle su imprudente actuar que lo ha conllevado hacia la mejor persona que pudo cruzarce en su camino y a quien ha comenzado a amar cada vez más.

-Hello cuñadito - el rubio Alfa ingresaba a la sala con una manzana en mano - Así que al fin dejaras de ser un niñato cobarde y le dirás a tus padres que te follas a mi hermano.

-Zico-hyung - soltó un suspiro - Si, les diré a mis padres que estoy enlazado con Taehyung - sonrió con picardía - Y que es genial estar acoplados.

-Oh ya veo - su sonrisa era una combinación entre burlona y macabra - ¿Y ellos se lo tomarán a bien? Porque no creo que estén felices de que les mintieras por tantos meses y que todo se originará porque eres un jodido pendejo hormonal.

Jungkook trago grueso al escuchar el tono áspero con el que hablaba el mayor pues sabía que en el fondo el rubio estaba aún molesto por como se habían dado las cosas entre el peligris y él - Tienes razón fuí un pendejo hormonal pero... Gracias a ello ahora estoy con Tae - soltó el aire contenido - Se que mis padres se sorprenderán cuando se los diga, pero creo que al final comprenderán y nos apoyarán.

-¿Y si no lo hacen? - alzó una ceja - ¿Qué harías si te dicen que te separes de Taehyung?

En la mente del pelinegro no se había contemplado esa posibilidad debido a que desde el fondo de su ser quería que todo saliera bien.

-No lo haría - su voz firme dándole la credibilidad a sus palabras - He comprendido en estos meses que mi unión  con Taehyung no fue de la mejor manera y fue imprudente pero hoy en día no me arrepiento - miro a los ojos del rubio - Amo a Tae y quiero estar junto a él por el resto de mis días y... Y si mi familia se opone me dolerá mucho pero no pienso dejar a mi Omega.

Ambos Alfas mantuvieron su mirada en la contraria por unos segundos hasta que el mayor soltó un bufido burlón.

-Pero que asco... Que cursi - lo miro con repulsión - Con un no lo haré me bastaba, no necesitaba toda tu perorata de amor.

-Kookie ya podemos irnos - miro al rubio - ¿Hyung, qué haces aquí?

-Esta es la sala de mi casa puedo estar aqui si quiero - ambos menores lo observaron con ojos entrecerrados - Ya me largo - se giró para seguir con su camino.

-Bueno vámonos - se puso de pie para estar al lado de su Omega.

-¿Te dijo algo malo mi hermano?

-Ya sabes como es él - se encogió de hombros.

El peligris asintió - Vayámonos ya que LooYin-hyung nos debe estar esperando.

Tomados de las manos ambos jóvenes emprendieron su camino.




























El camino hacia la casa de los Jeon pareció durar un pestañeo, si bien ambos chicos ni bien subieron al auto comenzaron a platicar de cualquier otro tema para distraerse, fue en vano puesto que al sentir el auto estacionarse y ver por la ventana la casa ambos se tensaron ligeramente.

-Hemos llegado - anuncio el Alfa conductor, sacando así a ambos chicos de su pequeño trance - Estacionaré el automóvil al frente y estaremos vigilando - miro por el retrovisor al peligris - No dude en llamarme.

-De acuerdo, muchas gracias.

-Pero el auto estacionado allí alertara a los vecinos y llamarán a la policía.

-La casa frente a la suya ahora le pertenece al grupo - el pelinegro frunció el ceño - Hemos estado cuidando su casa desde que nos enteramos que Seven Star podía estar detrás de su padre.

-No lo sabía - miro a su Alfa quien seguia con el ceño ligeramente fruncido - Lo bueno es que sabemos que tenemos protección.

Jungkook miro a los ojos de su Omega y asintió - Tienes razón - sonrió de medio lado - Realmente le debo mucho a tu familia.

Taehyung negó y le dió un tierno beso en la mejilla - Tu familia ahora es la mía y en mi familia todos nos cuidamos.

LooYin se aclaró la garganta - Creo que lo mejor es que bajen del automóvil - ambos menores lo miraron a través del retrovisor - Hay que evitar que algún vecino los vea bajando de este automóvil ya que me quedaré estacionado en la casa de al frente.

Ambos menores entendieron a lo que se refería LooYin, así que raudos bajaron del auto y caminaron hasta posicionarse frente a la puerta de la casa. Ambos tragarón el nudo en sus gargantas, tomándose de las manos el pelinegro utilizó su mano libre para buscar la llave de su casa en el bolsillo de su pantalón y así poder abrir la puerta.

Aún con sus manos entrelazadas ingresaron al recinto de los Jeon, y a paso lento y algo temeroso se adentraron en la casa hasta llegar a la sala la cual estaba vacía.

-¡Oh ya están aquí! - se escuchó el grito de la única mujer en el lugar quien sonreía al ver a ambos jóvenes.

Los chicos dieron un brinco por la sorpresa de aquel grito y se giraron para poder ver a la alegre mujer que se acercaba para abrazarlos fuertemente.

-Mamá nos asustaste.

-Es que estoy tan emocionada de ver a Taehyung - le apretó una mejilla al peligris.

-Pero si lo puedes ver en la escuela - su madre lo miro con una ceja levantada.

-Bueno - se apresuro a intervenir el señor Jeon - Como ya han llegado los chicos es mejor que comamos.

-Tienes razón cariño - le dió un pequeño beso en al mejilla - Vayan al comedor que yo serviré la comida.

Todos asintieron y se dirigieron hacia el comedor, el peligris se había ofrecido a ayudar a YangMi pero está negó y se llevó en su lugar a Jungkook.

Una vez la mesa estuvo servida con los platillos a degustar todos comenzaron a comer con una agradable plática.

-Todo estaba delicioso, señora YangMi - sonrió el peligris.

-Me alegra que te gustara, Tae - sonreía - Pero aún falta el postre que estará listo en unos pocos minutos así que tan solo espera.

-Oh claro que sí.

-Mi mamá siempre ha sido una exelente cocinera.

-Solo lo dices porque soy tu madre, Jungkookie.

-Esta fue una de las razones por las cuales me case con esta estupenda mujer - entrelazó sus manos y beso el dorso de la mano de la mujer.

-Estos Alfas - sonrió divertida - Ya me había advertido mi suegra que los Alfa Jeon les encanta la buena comida.

Taehyung soltó una dulce risilla - Entonces debo aprender a cocinar con urgencia.

-Yo encantada te doy clases - el peligris asintió sonriente - Para cuando se emparejen ya sabrás cocinar - los hombres en aquella mesa se pusieron tensos, por ambos menores era entendible y por parte del papá de Jungkook pues este sabía sobre la unión de los chicos más no había dicho nada - La verdad es que yo realmente quisiera que ustedes dos sigan juntos y formen una familia porque Taehyung es tan adorable y bonito - miro con cariño al peligris quien se relamio los labios nervioso - Claro está que eso será más delante mientras ustedes disfrutan su vida...

-Mamá - llamo el pelinegro, deteniendo así el discurso de su madre.

-¿Qué pasa Jungkookie?

Taehyung sintió como el pelinegro tomaba su mano bajo la mesa y la apretaba con algo de fuerza, buscando así aliviar su tenso ser ante la mirada de su progenitora.

-Taehyung es mi Omega - soltó de forma rápida sin anestesia.

El peligris contuvo el aliento ante las palabras de su Alfa por reflejo miro a la mujer que aún tenía la mirada sobre el menor de los Jeon, el rostro de YangMi era neutro casi inexpresivo.

La pelinegra miro al peligris quien se sintió cohibido y aparto la mirada.

La mujer se recostó en el respaldar de la silla y soltó un fuerte suspiro.

-Cariño...

-Por fin me lo dices.

-¡¿Lo sabías?! - soltaron ambos menores al unisono.

-La duda ofende - soltó una risilla sin mucha gracia - Hasta tu padre se había dado cuenta - miro al pelinegro mayor - ¿No es por eso que no te sorprendes?

El hombre sonrió de medio lado - Si, bueno algo así.

-¿Pero cómo es que lo sabías?

-Soy tu madre y soy Omega - nuevamente aquella risa sin gracia que hizo fruncir el ceño a ambos Alfas - Al principio no lo noté y pensé que tu aroma que percibía en Taehyung era porque pasaban tiempo juntos... Luego me di cuenta que el aroma no estaba en la ropa de Taehyung sino que provenía de él y es un poco imperceptible si es que no conocen tu aroma tan bien como yo - relamio sus labios - No quise aceptarlo pensé que tal vez estaba alucinando pero comencé a notar como Taehyung se cubría el cuello cada vez que yo estaba cerca - miro al peligris quien se sentía pequeño en su sitio - Y lo que me hizo darme cuenta al cien por ciento fue aquel día en que llorando me dijiste que perdiste a tu Omega.

Jungkook estaba mudo tras las palabras de su madre.

Taehyung no sabía cómo tomar todo lo que estaba pasando ¿Era buena o mala reacción? ¿Está enojada porque se lo ocultamos? ¿Tratará de separarnos? ¿Jungkook lloro por mí? Mil preguntas a la vez rondaban en su cabeza.

La mujer noto el rostro desencajado del peligris - Oh Tae - se puso de pie y se acercó al peligris tomándolo del brazo para invitar a ponerse de pie.

-Yo... Señora Je... - no pudo hablar más al sentir los delicados brazos de la mujer abrazarlo.

-Oh cariño tranquilo - le hablaba manteniendo el abrazo - Es cierto todo lo que he dicho sobre ti, eres un encanto y me alegra que seas el Omega de mi hijo - se apartó del abrazo - Estoy feliz encerio por su emparejamiento, es solo que... - sonrió sin gracias - No me hagas caso son cosas de vieja - le dió un beso en la mejilla - Iré por el postre y cuando vuelva me mostraras tu marca.

Los hombres vieron como la mujer a paso rápido ingresaba a la cocina.

-Jungkook - la voz de su padre logro llamar la atención de los dos chicos - Ve y habla con ella.

-Lo haré - le dió un beso en la mejilla a su Omega para ir detrás de la mujer que le dió la vida.











El pelinegro ingresó con sigilo a la cocina, visualizo a su madre quien se encontraba de espaldas apoyada en el mesón al lado del lavadero. Por la forma en la que sus hombros se movían y aquel ligero sonido que evidenciaba el llanto.

Caminó hasta posicionarse detrás de su madre y abrazarla - Mamá lo siento.

La mujer se giro y con cariño lo apartó - No te disculpes, no has hecho nada malo quizás apresurado sí y ya habrá tiempo para que me cuentes como paso - el pelinegro con ojos cristalizados miraba a su madre - Es tan solo que me siento decepcionada.

-Mamá yo... - le puso una mano en la boca.

-No me mal entiendas, me duele que me lo ocultaras pero lo que me decepciona no eres tú sino yo como madre - el pelinegro negaba en silencio, tan solo con la cabeza - No te he dado la suficiente confianza como para que me cuentes algo tan importante ¿No soy de tu confianza Jungkook?

-No no mamá - la volvió a abrazar - Eres la persona en la que más confío... No es tu culpa... Yo soy el único que ha ocasionado todo esto, yo y mis miedos - se separó para ver a los ojos de su madre - Nunca dudes de que eres una excelente madre.

La mujer limpio las lágrimas que caían por las mejillas de su único hijo - No llores mi bebé.

-Tú también estás llorando.

La mujer soltó una pequeña risa - Es cierto, somos un par de llorones - comenzó a limpiar sus propias lágrimas - Ya habrá tiempo para que hablemos y me cuentes como pasaron las cosas ¿Sí?

El pelinegro asintió - Por favor mamá no odies a Tae.

La mujer frunció el ceño - ¿De qué diablos hablas Jeon Jungkook? - le dió un ligero golpe en la cabeza - No podría odiar a un chico tan precioso como él.

-Gracias mamá.

La sonrisa genuina de su madre le regocijo el corazón - Si Tae te hace feliz, me hace inmensamente feliz a mi también - beso la mejilla de su hijo - Mi cachorro ya es un niño grandote.









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