6. Preferencias
Odio sentir que me siguen. Todo lo que causan es incrementar mi ya habitual nerviosismo.
No llevábamos mucho caminando con Peter cuando comencé a sentir los pasos a mis espaldas. Eran cortos y rápidos, tanto que me sorprendió que aún no nos hubieran alcanzado. No podía asegurar si era más de uno.
Intenté ignorarlos pero no pude.
— ¿Oyes eso?—pregunté, quizás demasiado insegura.
— ¿Pasos siguiéndonos?—comentó, mirando al frente. Asentí, algo sorprendida—Si, llevan allí un rato. ¿Qué crees que quieran?
Me desesperé.
— ¿Nuestros celulares? ¿Nuestras vidas? ¡¿Nuestra virginidad?!—exclamé. Perder el control con tanta facilidad es un arte, si me preguntan.
Peter me miró con curiosidad.
— ¿Eres virgen?
— ¡Ese no es el punto!— No pude evitar el rubor en mis mejillas— Lo importante es que nos están siguiendo, quién sabe con qué intensiones.
—Si estuvieran por robarnos no serían tan ruidosos y pacientes. Creo que solo intentan causarnos nerviosismo—dedujo el joven.
—Sí, lo lograron—mencioné.
Intenté darme vuelta, y echar un vistazo, pero la mano de Peter en mi codo me detuvo. Negó levemente y luego siguió hablando.
— ¿Cómo está tu padre? El deber policial debe tenerlo extenuado—preguntó, en un tono más alto de voz.
Entendí.
—Bueno, últimamente le están dando días libres, luego de tantos años de un servicio tan pulcro ya se lo estaba mereciendo. Me contó que algunos de sus compañeros de trabajo lo llaman "Súper Policía". No son muy imaginativos— Le seguí la corriente. Como amante de las películas, siempre estuvo latente la idea de actuar, pero nunca llegué a tomarlo en serio. Solo esperaba ser convincente.
—Sí, mi mamá intentó encontrarle un nuevo apodo, pero con todos los casos que le llegan a diario se le olvidó y no volvió a mencionar el tema—respondió.
— ¿En qué andan tus padres ahora?
—Bueno, hace poco les llegó un caso complicado, esos son sus favoritos. Supongo que era de esperarse el cliché siendo detectives privados.
Oh, es brillante.
Los pasos ahora parecían ser más lentos, se estaban quedando.
La presión en mi pecho que había causado mi nerviosismo comenzaba a desaparecer.
Seguimos avanzando, ahora en silencio, esperando por alguna señal de que ya estábamos seguros. Luego de varios minutos, echamos un vistazo. La calle a nuestras espaldas estaba desierta. Todo ello fue seguido de un baile extraño de victoria y un saludo fallido de varios choques de manos y señas amorfas.
— ¿Eres actriz?
—No. Eres genial. ¿Cómo se te ocurrió?
Se encogió de hombros, un pequeño sonrojo cubriendo sus mejillas a causa del cumplido.
—No lo sé. Supongo que hay algo de creatividad en mí después de todo—comentó entre sonrisas. ¿Hay algo de este chico que no parezca de película? Incluso por la forma en la que pestañea, siempre parece que tiene su propia luz enfocándolo.
El silencio que se estableció a continuación pudo haber durado un poco más si yo no hubiera soltado:
— ¿Cómo te gustan las chicas?
Su cara de desconcierto solo era comparable con mi cara de vergüenza y arrepentimiento.
—No entiendo a qué...— intentó decir, pero volví a interrumpirlo:
—Me refiero—tragué saliva—, ¿cuál es tu tipo de chica?—los nervios causaron que quisiera explicarme, y a su vez que comenzara a hablar más rápido—O sea, no es como que a mí me interese, solo quería saber. Simple curiosidad. Y lamento si asumí que no tienes pareja. No es que te esté investigando. No sé por qué pensarías eso. Es que como te quejaste de que tu amigo te había dejado. Y con un poco de rencor, por cierto. Y nunca te vi con nadie, además no tienes ese aire de tener una compañía femenina perpetua. No es como si eso me importara. Tampoco es que no me importes. Solo quería...—Peter volvió a impedirme el habla al cubrir mi boca.
—No tengo un tipo—expresó, para luego soltarme.
Respiré profundo, dejando todo el nerviosismo ir. No es como si estuviera confesando un asesinato, era una pregunta común y corriente después de todo.
—También suelo responder eso cuando me preguntan, pero luego me analizo y me doy cuenta de que en verdad tengo preferencia por sobre ciertos rasgos que otros—expliqué, no queriendo dejar el tema sin obtener una respuesta concisa.
— ¿Te preguntan muy seguido por ello?—no me miró, pero su ceja izquierda estaba arqueada de una manera chistosa, como si le fuera difícil de creer. Yo tampoco me creería.
—No tan seguido, pero una que otra vez ha pasado—admití.
Peter se frotó el cuello. Parecía incómodo, aunque no entendía por qué.
— ¿Y qué rasgos prefieres en chicos?
Oh, esa era una pregunta a la que muchas veces intenté dar una respuesta, pero siempre está esa persona que rompe las reglas, ¿saben? Como que (esto es un ejemplo) amas a Chris Evans y a Sam Claflin, quienes físicamente tienen mucho en común, pero de repente aparece un Dylan O'Brien para tirar tus esquemas por la ventana.
—Veamos, tienen que ser más altos que yo— lo cual ya es bastante difícil con mi metro setenta y tres de altura—, generalmente son delgados — iba marcando cada respuesta con los dedos de mi mano—, suelen tener un cabello genial— me detuve un momento, sabía que había algo más—... ¡Ah! No son necesariamente atractivos. Y tienen que ser agradables.
—Eso es—era incómodo que no me mirara cuando hablaba— bastante general.
—Si fuera más específico le quitaría toda la diversión al asunto—comenté.
Asintió, como dándome la razón.
—Es tu turno, ¿qué es lo que te atrae en una chica? O chico, en caso de que esa sea tu orientación—añadí con rapidez, era mejor quitarse las dudas ahora mismo.
Peter se detuvo de golpe, mirándome como si hubiera afirmado haber visto a su madre participando en la filmación de una película porno.
—No soy gay—dijo, tan determinado que tuve que mirar hacia otro lado. No creo que haya nada malo en ser homosexual, es por eso que no contemplé que la insinuación podría ofenderlo. Levanté mis manos en gesto de rendición—. No sé. Todo lo que diga puede ser usado en mi contra, ¿cierto? —Asentí, preparándome para tomar notas mentalmente—. Es un cliché, pero me gusta cuando son más bajitas—mencionó, intentando esconder una sonrisita—. Cabello claro, tez pálida— Para mi suerte, Samantha cumple con todos esos parámetros—. No me importa que tan bellas sean, el carácter es lo que enamora—determinó. No estoy segura de lo que eso significa, pero parece una frase popular sacada de internet.
—Es decir...
—Quiero poder hablar con ella.
Oh. Un pequeño problema. Samantha no habla, al menos no demuestra mucha emoción por hacerlo. Habrá que trabajar en ello.
— ¿Tienes novio?—preguntó de repente.
— ¿Qué?—dije. Esta es la primera vez en mi vida que alguien me pregunta eso. La primera.
—Es que estábamos hablando de estos temas y me di cuenta de que no sabía si ya habías encontrado a tu "chico ideal" o no—se explicó, mirando hacia otro lado. Si estaba sonrojado, seguro no era competencia a cómo lucía mi rostro ahora mismo, me sentía arder.
—No tengo novio—respondí.
—Ah—mencionó. Nos quedamos callados por un rato, yo esperando a volver a mi temperatura estándar y Peter, pues, quien sabe en qué estaba pensando—. ¿A dónde estamos yendo?
Miré a mi alrededor, no muy segura de dónde estábamos.
—No sé, pensé que tú estabas guiando—contesté.
—Yo te estaba siguiendo a ti.
—Y yo a ti.
Silencio.
— ¿Sabes dónde estamos?—cuestioné.
El negó, para luego mirar a ambos lados, confundido.
Oh.
Estamos perdidos.
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Denme una J!
Denme una U!
Denme una E!
Denme una V!
Denme otra E!
Denme una S!
¡¿Qué dice?!
¡¡JUEVES!!
Fue difícil, pero lo terminé justo a tiempo. Ojalá lo disfruten. Y entiendan los segundos significados que puede haber ocultos por ahí (jijiji).
Por favor, voten si les gustó, comenten si desean decir algo y si necesitan contactarse conmigo manden un mensaje privado.
Bien, es es todo por hoy. Muchas gracias por leer,
T.
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