— ¿Por qué acepté a hacer esto?—pregunté a Cayla, que caminaba a mi lado.

Ella bufó, harta de todas mis quejas.

—Porque nunca aceptaste, solo te obligué a ayudarme.

—Ah, cierto.

Ayer ella me había contado en qué consistía todo esto de "Confianza", como había llamado a su nuevo plan. Era pésimo, aunque supongo que en mi opinión todo lo que ella proponga va a ser malo porque no lo planteé yo primero.

Habíamos recurrido a un viejo método. ¿Recuerdan las notitas citatorias ocultas en casilleros? Sientan la nostalgia porque está volviendo a suceder. Con una gran diferencia: Cayla le escribió a Peter pero, por más que le rogué, no me dejó ver lo que decía su mensaje. Por ende tampoco le dejé ver el mío, aunque no pareció importarle.

Acabábamos de dejar la nota para Peter y estábamos camino a dejar la nota para Sammy cuando Cayla me dio un codazo.

— ¿Y eso por qué?—le pregunté mientras sobaba mis costillas, más herida que enojada.

—Es Huge—susurró, mientras me empujaba de nuevo por el pasillo que acabábamos de doblar. Me dejó reponerme detrás suyo mientras ella se asomaba y espiaba.

— ¿Te gusta?—pregunté, más con la intención de molestarla que de que me respondiera. De todas maneras su sonrojo me dio la respuesta— ¡Oh, por Dios! ¿Cuánto a que no le corresponde?—le pregunté a un chico que iba pasando al lado nuestro. Él me miró extrañado y luego siguió su camino.

—No seas tonta—me indicó Cayla, mientras volvía a golpearme en el estómago. Me doblé, ahora sí ofendida—. ¿Cómo vamos a pasar?

— ¿De qué mierdas estás hablando ahora? ¿Qué tal caminando, te parece?—respondí.

Ella me miró con pánico, pero no pudo detenerme cuando me lancé hacia el pasillo siguiente.

Huge estaba sentado afuera de la secretaría de la escuela. Miraba sus zapatillas con aburrimiento. Me paré frente a él. Le tomó unos segundos advertir mi presencia.

— ¡Jean!—exclamó. Supe que le costó recordar mi nombre, pero no me ofendió ese hecho.

—Hola, Huge, ¿qué haces aquí?

Él miró alrededor, buscando. No le dije que Cayla estaba a la vuelta de la esquina.

—Estoy buscando mi certificado de secundario completo. Hubo un problema con los documentos y no me lo dieron cuando tenían que hacerlo.

Asentí. Cosas de la universidad, algo que debería preocuparme pero no lo hace aún. Gracias al cielo.

— ¿Cuál es tu opinión acerca de Cayla?

Él me miró con sorpresa.

—Una extraña pregunta, si me permites decirlo—comentó. Me encogí de hombros—. Es una engreída y mimada niña fresa.

Me reí, por supuesto.

— ¿Quién dice "niña fresa" hoy en día?

El se encogió de hombros.

—Yo, aparentemente.

No supe cómo seguir.

—Bueno, nos vemos.

Y me fui. Porque así como vengo me voy, soy una sombra. Mentira, simplemente evito la incomodidad. Caminé hasta el casillero de Samantha y metí la notita. En unos minutos Cayla habría terminado de dar la vuelta a la escuela y se reuniría conmigo, quizás.

— ¿Qué te dijo?— preguntó una voz, demasiado cerca de mi oído.

Salté, y me di vuelta para enfrentar a Cayla.

—Por favor, no me hagas eso, creo que casi escupo mis entrañas.

—Eso no es biológicamente posible.

— ¿Estás segura?—ella negó—Bien, entonces déjame decir lo que quiera.

Ella se cruzó de brazos, apurándome.

—Él dijo que eres engreída y mimada.

Cayla me miró estupefacta.

—No te creo—dijo finalmente.

Me encogí de hombros.

—Bueno.

Comenzamos a caminar hacia el baño de mujeres. Hubo unos minutos de silencio.

— ¿En serio?—asentí— ¿Por qué diría eso?

— ¿Por qué lo eres?—sugerí. Cayla me codeó, de nuevo— ¡Qué sé yo! Quizás es lo que él quiere creer.

Ella pareció conforme con esa respuesta.

Por si se lo preguntaron: la razón por la cual estamos yendo al baño de mujeres es porque está justo en frente del armario de utilería, donde los encargados de limpieza de la escuela guardan todos sus artilugios. Cayla, de alguna manera (que preferí no preguntar), consiguió la llave de esa pequeña habitación.

¿Ya adivinaron cual es su plan? No se preocupen, ya lo harán.

Aún estamos durante el primer módulo, por lo que todos los estudiantes están en clases. Nadie caminaba por los pasillos. Llegamos sin inconvenientes a nuestro destino.

Cayla se acercó a la puertita del armario y con la llave se aseguró de quitar la traba. Una vez que volvió a mi lado aproveché para decirle:

—Quisiera que conste que creo que esta es una de las peores ideas que has tenido desde que te conozco.

—Gracias.

—No es un cumplido—mencioné. Ella no me respondió.

Entramos al baño de mujeres y esperamos.

Las notitas tenían que citarlos al armario/habitación, que iba a estar abierto, unos minutos antes de que suene el timbre del recreo. Para ello quedaba un cuarto de hora.

Para mí resultaba sencillo: la carta, escrita con mi letra más desastrosa, estaba firmada por Peter, que al fin de cuentas iba a estar allí, por lo que no me sentí mal; pero no dejaba de carcomerme la cabeza qué hizo Cayla para invitar al chico a ir al punto de encuentro. Quería saberlo.

No tuve mucho más para pensar, pues escuchamos pasos a continuación.

Abrimos un poquito la puerta para poder ver por la rendija, Cayla agachada y yo parada, podía observar por encima de su cabeza. Era Samantha, que se mordía los labios a medida que avanzaba hacia la puerta en frente de donde nosotras estábamos.

Miró a ambos lados antes de meterse adentro.

Pobre chica. Estoy segura que, a partir de ahora, cada vez que la vea sentiré una culpa abrumadora.

Estaba por comentar algo, cuando pasos rápidos nos alertaron de la presencia de alguien más. Huge estaba pasando por el pasillo. Lo observamos acercarse a nosotras con nerviosismo, y el pánico nos inundó al notar que metros detrás de él venía Peter. El último no parecía haberse dado cuenta, pues lucía cabizbajo. Cayla reaccionó tan rápido como yo lo hubiera hecho si ella no hubiera estado delante de mí. La pequeña se estiró, fuera del baño y tomó a Huge del codo, luego lo introdujo a la habitación a medida que tiraba salvajemente de su extremidad. Por supuesto a mí me tocó atrapar todo el peso del chico, es decir: cayó encima de mi persona.

Solté un quejido, pero no me moví. Dolía más si respiraba, así que me contuve también de hacer eso. Solo esperé.

Huge pareció darse cuenta de que la superficie en la que estaba no era precisamente lisa, por lo que rodó a un lado.

—Lo siento—me dijo, una vez que me reconoció.

—No hay problema—respondí con un hilillo de voz. Decidí quedarme allí un poco más. Huge tampoco se movió.

Cayla volvía a espiar por la puerta, como si su mejor amiga y el chico que le gustaba no hubieran acabado de tener una colisión de película a causa de ella.

Se oyó como se cerraba la puerta y ella salió disparada del baño.

—Y... ¿qué hacen?—preguntó Huge. No me giré a mirarlo, pero sabía que él sí me estaba observando.

—Ya sabes, lo mismo de siempre.

— ¿Aún intentan unir a esos dos?

—Sep.

—Ah.

Cayla volvió a entrar, mostrándonos orgullosa las llaves del armario. La observamos desde el suelo.

—Ya los encerré, ya puede aplaudirme—informó, haciendo una reverencia. Me dolían los brazos, la cabeza y el trasero, así que, aunque se me hubiera pasado por la cabeza el responder a su propuesta, no lo hice.

— ¿Encerrarlos?—preguntó Huge. Él tampoco parecía querer moverse. Recibió un asentimiento en respuesta— No se oye bien.

Quise darle la razón, pero decidí no hacerlo.

—Al menos te aseguraste que ninguno de los dos fuera claustrofóbico, ¿cierto?—inquirí, dirigiéndome a Cayla.

Ella tragó saliva y miró a sus espaldas, como si acabara de atropellar a su profesor favorito.

Cerré los ojos, mientras dejaba reposar mi cabeza sobre los fríos cerámicos del baño de mujeres.

—Ups—mencionóla castaña. 

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Bueno, si les pareció que desaparecí fue porque en serio lo hice. Hace dos semanas empecé la universidad, y me está chupando el cerebro. Hoy tuve mi primer parcial y nos dejaron salir antes, por lo que aproveché para subir esto. Me hizo tanta gracia este capítulo, aunque sea cortito.

Amo a Nick Robinson (o sea, véanlo en la imagen :Q___), y tengo este deseo de que termine con Jean, pero no será así, no se preocupen #TeamHayla ? 

Estamos MUY cerca de la explosión de esta historia, supongo que todo se irá a la mierda en el siguiente capítulo, que quién sabe cuándo escribiré, así que los dejo con este sentimiento de ansiedad.

Bueno, voten, comenten, pero por sobre todo: MUCHÍSIMAS GRACIAS POR HABER LEÍDO ♥

T.

P.D.: Creo que me estoy volviendo loca: estoy desarrollando este amigo imaginario, es Harry Styles. Todo es culpa de una nueva idea que se me ocurrió. Qué se le va a hacer (ir a un psicólogo).

Hasta la próxima.