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"El sabor, el tacto, la forma en la que nos amamos. Todo se reduce al sonido de nuestra canción de amor. Sabes que moriría para hacerte sentir orgulloso"

(Love Song, Lana Del Rey)

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Los celos de los alfas puros eran considerados los más agresivos sin lugar a dudas, era por eso que su irregularidad era parecida a la condición pura de los alfas. Hyunjin sufrió la peor fiebre de su vida a los quince años, mientras se sentía desfallecer en su cama y con el olor picante de su madre que lo atendía y lo aturdía, su instinto todo posesivo de cualquier cosa que estuviera a su lado.

Duraban una semana entera, pero su agresividad se triplicaba y llegaba a parecer animal enjaulado con tanto gruñido. Antes le era fácil atender los gustos carnales que por naturaleza su cuerpo le demandaba en algún bar de la ciudad que tuviera entrada restringida, así se aseguraba de que no iba a meterse con cualquiera que, aunque con protección, pudiera infectarle con alguna enfermedad.

Si algo había aprendido de esas crudas experiencias, era que los omegas solían entregarse completamente mareados por las feromonas. Ahora estaba preocupado por el omega que llevaba a casa consumido por su aroma a celo que lo impacientaba sobre su lugar. Consideró en dar la vuelta sobre el retorno que los llevaba a casa de Minho y Jisung, quería hacerlo para evitar alguna situación indeseable con Seungmin. Pensó más allá, y esa opción tampoco resultaba demasiado válida al final pues apenas estacionara fuera de la casa y llamara a la puerta, Jisung saldría a correrlo con cualquier objeto potencialmente dañino para ahuyentarlo. Como pareja unida por el lazo, eran más posesivos el uno del otro.

Con Changbin y Felix sería la misma situación, y ni pensar en llevarlo con Chan. Cuando regresara por él, Seungmin seguramente habría perdido la bonita timidez e inocencia que lo caracterizaba y regresaría siendo un total odiador de alfas.

Seungmin soltó un jadeo entrecortado y cruzó sus piernas para contener el temblor de éstas, estaba sonrojado y sentía que el aire lo asfixiaba a pesar de que las ventanas estaban abajo. Hyunjin apretó las manos contra el volante y dejó de lado sus vacilaciones para acelerar el paso y poder llegar a su casa, mientras que bajaba una mano para sostener la del omega.

Fue un abrir y cerrar de ojos en lo que habían llegado, la tensión que se vivía era una gigantesca burbuja que los encerraba cerca y cada vez querían más del toque. Hyunjin bajó del automóvil y corrió a abrir la puerta al más pequeño para cargarlo desde los muslos, procurando no aplastar su abultado estómago. Cerró la puerta y se dirigieron dentro de la casa, con un meloso Seungmin colgado como changuito a su cuello.

Cuando ascendieron al segundo piso y se instalaron en la recámara, Hyunjin estaba mordiendo sus labios con toda su fuerza para luchar contra su instinto y poder ayudar a Seungmin a tomar las cosas con calma y sentirlas, realmente disfrutarlas. Estaba influenciado por su naturaleza omega que correspondía sumisamente a la necesidad de su alfa, y aunque aquello a Hyunjin le daba una ventaja para descargar el dolor de su entrepierna con agresivas embestidas que lo saciaran, no se perdonaría jamás escuchar los lamentos del dolor que sentiría al día siguiente o cuando el efecto de las feromonas hubiera pasado.

Lo recostó sobre la cama y observó por los rayos del sol que se colaban por su ventana lo hermoso que era con el cuello sudado y las mejillas rosadas, sus labios mordidos que se abrían en una "O" y ese vientre abultado que guardaba a su hijo. Seungmin alzó sus brazos sobre su cabeza la inclinó como un cachorro que demandaba cariño, así que Hyunjin se apresuró a levantar su camisa para dejar pequeños besos de mariposa que con sus pestañas cosquillearon al omega, fue subiendo así hasta querer despojarlo de la camiseta y el saco abierto y estorboso que todavía tenía puesto. No había duda de por qué estaban sudando tanto.

Seungmin no pensaba racionalmente, así que aunque le diera mucha pena mostrar su pecho, estuvo dispuesto a dejar que lo despojaran de su ropa superior.

—A-alfa...—Lloriqueó el omega cuando las manos ajenas empezaron a sobarlo ahí donde era tan sensible, cerró sus ojos con fuerza y se movió necesitado.

—Mi omega es muy bonito ¿Verdad?—Habló Hyunjin con voz gruesa, continuando con la exploración del cuerpo ajeno. Su miembro dolía como el infierno, pero en su cabeza sólo se repetía la misma orden: tenía que hacer sentir bien a Seungmin. Normalemente sería viceversa, pero él necesitaba remendar su error demostrándole al más chico que podía confiar en él.—¿Puedo prepararte?

Seungmin asintió respirando hondo mientras sentía unos largos dedos en el borde de su vientre que lo despojaban de sus pantalones, movió la pelvis hacia arriba para que Hyunjin pudiera despojarlo finalmente de su ropa y cuando estuvo únicamente en ropa interior sintió como el lubricante se esparcía por su entrada. El alfa tuvo que contenerse a base del dolor de su labios moridos para no arremeter sobre Seungmin y tomarlo ahí mismo, pero agradecía tener autocontrol sobre sí para no asustar al omega. Además que no estaba seguro si, por su condición, Seungmin aguantaría tanta brusquedad.

Estaba temblando por primera vez cuando reparó en eso, sus dedos mágicamente dejaron de funcionar como si no tuvieran experiencia en expandir a un omega cuidadosamente, el pulso arruinado y su espalda sudando a pesar de ya haberse despejado de las prendas superiores.

Seungmin chilla de la inmensa excitación que atesta su cuerpo caliente y preparado para recibir a su alfa, su entrada siendo invadida por dos largos dedos que lo elevan sin compasión hacia un cielo de estrellas que pronto alcanzará. Hyunjin comienza a expandirlo y, cualquier ardor incial que podría experimentar, se ve dispersado por la palabrería melosa que su alfa decide brindarle como señal de protección.

—Lo estás tomando muy bien, Seungminnie. Eres muy bueno.—Le susurra al oído mientras chupetea su lóbulo.—Puedes parar esto cuando tú quieras.—Pronuncia con la esperanza de que no sea así. Ellos realmente se necesitan.

—H-hazlo. Quiero que lo hagas.—Accede Seungmin alzando sus brazos sobre su cabeza en una tentadora oferta, la mano de Hyunjin incrustada aún en él mientras intenta llegar a ese punto que sabe enloquecerá al menor.

Apoyado en sus rodillas, Hyunjin contempla como la desnudez de alguien nunca le provocó tantas sensaciones como hasta ahora. Era tan puro que aún en la cama y con sus gestos de placer seguía manteniendo sus hermosos ojos grandes de cachorro.

Debido al embarazo es díficil encontrar una manera en la que ambos se sientan cómodos para unirse, así que Hyunjin rápidamente se posiciona por detrás de Seungmin y lo voltea como si fueran a dormir en posición de chucharita.

El alfa alza la pierna del menor y sosteniendo su mano por detrás, entra lentamente para expandir las paredes y sentir la calidez de sus carnes encontrándose por primera vez. Seungmin gime apretando su mano y su interior profanado, nunca se imaginó que estaría enfrentándose a algo tan grande. La rígida longitud sale a medias para volver a empalarse sobre él y Seungmin no puede contener las lágrimas de placer que caen directamente a la cama.

—¿Se siente bien, Seungmin?—Pregunta Hyunjin con sus propios pensamientos arañando su mente. El omega asiente y balbucea, a lo que sonríe complacido de estar generando un placer en ambos. Su ya de por sí gran ego se agranda un poco más.

Hyunjin no se considera un maniático fetichista o rudo a la hora de pasar sus celos, son agresivos e insoportables pero siempre ha intentado no dañar a nadie. Sin embargo le gusta sentir que su parte dominante sale muy a la luz y toma el completo control mientras arranca gemido tras gemido del interior de su pareja. Pero a la hora de hacer el amor disfruta más bien de la sensación de estar tocando el límite lentamente con su pareja hasta que los dos puedan liberarse.

Siente a Seungmin pegando su trasero contra su pelvis para buscar más fricción y sus pensamientos se dispersan después de haber llegado a una conclusión. Están haciendo el amor sin lugar a dudas.

Antes, la primera vez que tuvieron un encuentro íntimo pudieron haber tenido una buena ronda de sexo basado en el deseo carnal y mutuo, pero Seungmin lo detuvo porque un imbécil se había atrevido a tocarlo sin tacto. ¿Cómo era la gente tan cruel para lastimar a un ángel? Hyunjin no lo comprendía.

Mientras miraba la nuca expuesta del omega, su boca ya estaba hecha agua. Siguió empujándose dentro con las manos de Seungmin entrelazadas con las suyas sobre su vientre, el miembro de Hyunjin cuidadosamente plantado en la cavidad de entre sus piernas que empieza a elevarlo más y más.

—¡Alfa!—Grita Seungmin cuando su punto más tierno es encontrado, sus ojos ruedan mientras siente su próstata ser aplastada una y otra vez por las caderas traseras. Hyunjin está muy concentrado en la liberación mutua, sabe que en esta posición se prolongará la culminación.

Sale de una dejando un vacío en el interior de Seungmin quien lo resiente y se remueve en busca de ser llenado otra vez, estira sus manos como un bebé buscando a su madre y Hyunjin ya está arrodillado sobre la cama.

—Vas a montarme, hermoso. ¿Puedes hacer eso, o necesitas ayuda?—Pregunta genuinamente. Seungmin está algo abatido sobre la cama pero logra reincorporarse y se siente demasiado torpe con el gran bulto en su barriga. Hyunjin lo atrae a su regazo pero lo voltea de tal forma que su espalda toca el pecho del afa, así su vientre no se verá aplastado entre la conmoción de las embestidas.—Tú puedes.—Lo alienta dándole besos en la nuca.

Seungmin se alza y se deja caer sobre el miembro de manera lenta para no lastimarse, Hyunjin no cree resistir mucho de esa manera. El más chico encuentra su reflejo con el espejo de en frente y se sonroja violentamente. Se ve tan sudado y despeinado, con el semblante embelesado por el placer que recibe y sus ojos entrecerrados. Siente una gran inseguridad al ver lo que por tanto tiempo estuvo evitando ver y es su cuerpo, no puede siquiera seguirse viendo porque se resulta a sí mismo un desastre.

—Eres absolutamente lo más hermoso que existe, Seungmin. Mírate.—Habla Hyunjin entonces adivinando sus pensamientos, los vaivenes de sus cuerpos son constantes pero se abstienen de convertirlos agresivos. No obstante, el placer es incluso mejor porque es lento y fogoso, a su ritmo.—Mírate y mira lo que yo veo.—Le susurra al oído dándole una fuerte embestida para hacerlo reaccionar, Seungmin grita alto y obedece.—Veo a un precioso omega embarazado que está entregándose a su alfa. Mira cómo lo disfrutas, Seungmin. Disfrútalo porque siempre va a ser así mientras esté contigo. Desearía hacerte ver lo bueno qué eres.

Y el omega ya no puede ver por las lágrimas de placer y de conmosión, se siente amado y protegido por las manos que guían sus caderas de arriba a abajo.

—H-hyunjin...—Susurra ávido de decir algo de vuelta, pero no puede, se siente muy avergonzado.—Te amo.—Resuelve decir antes de venirse sin poder aguantarlo más.

Hyunjin sonríe satisfecho mientras ayuda a Seungmin para que esa sensación de tocar las estrellas permanezca lo más posible, pronto su abdomen también se contrae y sabe que es inevitable lo que está a punto de pasar. Aún está algo inseguro acerca de qué tantos límites debería y no pasar con el omega, por más que éste estuviera dispuesto no quería lastimarlo con un nudo para el que tal vez no esté preparado.

Sale de su interior pero sabe perfectamente que lo va a marcar, aunque no de la forma tradicional todavía.

El aroma de Seungmin era en su mayoría dulce, con ese delicioso olor a galletas de avena con chispas de chocolate. A pesar de eso, muy pocas veces llegaba a ser percibible el aroma de un alfa que ha preñado a un omega, aún cuando éste empieza a desprender aromas dulzones por el embarazo. Hyunjin sabía que aquél repulsivo aroma no significaba nada, y que se desvaneció por la falta de la figura paternal del alfa durante el embarazo. Es más, Hyunjin se jactaba del hecho de que Seungmin hubiera cargado con su olor durante la mayor parte del embarazo, así que parecían legítimamente suyos.

Quería deshacerse de ese olor, así que cuando estuvo sintiendo la descarga en su abdomen se dispuso a llegar sobre el vientre de Seungmin, marcándolo en una de las formas en la que los alfas reclaman a un omega con el que están esperando todavía para una marca permanente.

Cuando terminó sintió como el omega cerraba sus ojos, cansado aparentemente.

—¿Estás bien?—Se aseguró Hyunjin. Seungmin asintió con los ojos cerrados y bostezando, acurrucándose sobre las almohadas. El alfa fue por una toalla para limpiarlos, quitar su esperma y los sudores que los bañaban.

El omega estaba siendo arrullado por los brazos de Morfeo, su cabello sudado pegado a su frente y su pequeño cuerpo tembloroso. Hyunjin se acercó para plantar un beso en su mejilla, el cuál Seungmin regresó después con un pico en los labios.

—¿Quieres dormir, Seungmin?—Le preguntó Hyunjin arropándolo con una de sus camisetas. Se veía tan hermoso cuando las usaba, tan grandes en él que cubrían la curvatura de su hijo y llegaba hasta sus muslos.

El mayor se recostó a su lado y lo atrajo hacia él para recostarlo sobre su desnudo pecho que le transmitiría calor. Seungmin se mostró dócil y feliz de ser acurrucado, así que disfruto de las caricias que le daban el alfa en su cuero cabelludo mientras él descansaba. Sintió al cabo de treinta minutos una lengua repasando su cuello, besos delicados en éste que mostraban el despertar de un deseo por parte de Hyunjin debido al celo que atravesaba. Seungmin pensaba que sería peor o más intenso viniendo de un alfa, aunque no sabía que su amante se había abstenido de su potencial.

El estómago del alfa rugió inadecuadamente y Seungmin, quien ya estaba despierto, se rió.

—Iré a preparar algo para comer y podremos continuar con esto.—Le dijo reincorporándose sobre la cama.

—No... quédate aquí.—Le pidió Hyunjin sosteniendo su mano. Seungmin negó divertido y justo cuando estaba por abrir la puerta, fue levantado por los brazos del alfa que lo adentraron de vuelta y cerraron la puerta de golpe.

—¡Hyunjin!—Chilló en el aire mientras era depositado en la cama.

—No vas a salir de aquí toda esta semana, Seungmin.—Le advirtió como recordándole una regla obvia de un contrato que ya hubiera firmado. Llevó su nariz hacia el cuello nuevamente para aspirar el leve aroma a excitación que desprendió el omega cuando unieron sus pelvis involuntariamente.

—¡Estás loco!—Lo acusó riendo.—¿Nos vamos a morir de hambre?

—Puedes comerme siempre que quieras.—Sugirió. Seungmin le dio un pequeño jalón de orejas y negó con la cabeza.

—Si me quitas la comida te voy a demandar y pondré una orden de restricción.—Lo amenazó.—Yo puedo perderte incluso a tí antes que a la comida.—Dijo indignado.

Hyunjin rodó los ojos y con una pícara sonrisa bajó las manos a sus caderas para moverlas y hacer que se frotaran contra las suyas, Seungmin automáticamente se calló y soltó un pequeño gemido. Pronto estaban recostados con el omega sobre su pareja, sentado en su regazo y frotándose contra él mientras tenían una intensa sesión de besos.

El mayor parecía obsesionado con el cuello ajeno, en especial donde su glándula de olor se hallaba. Siguió con un camino de besos que complacieron a Seungmin hasta que llegó a una parte nunca antes accedida. Justo en la parte donde la marca de una unión tendría que ir, había una tenue marca de colmillos. No parecía llevada a cabo, pero existía una horrible cicatriz que podía ser pasada por alto. Gruñó al imaginar a quién le pertenecía.

—É‐él intentó...—Confesó Seungmin cuando se dio cuenta de lo que estaba alterando al alfa.—Lo siento.

—¿Por qué lo sientes?—Espetó.—Escúchame, no me importa. ¿No me viste llorar mientras te lo decía?—Le recordó sosteniendo su cabeza entre sus manos para que conectaran sus miradas.—Cuéntame cuando quieras pero ten la seguridad de que nunca voy a juzgarte, mira, ni siquiera se nota.—Le aseguró acariciando la sensible parte. Seungmin sintió pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos porque realmente se sentía apenado.—Cuando tengas la mía eso no va a ser ni siquiera un recuerdo. Ustedes son míos.—Le dijo picoteando sus labios.

—Márcame ahora.—Le pidió convencido.

Hyunjin abrió sus ojos en demasía y su boca cayó al suelo. Parpadeó incrédulo e inseguro.

—Eso es... eso es algo que no puedo hacer en el celo. Estoy conteniéndome mucho contigo, Min. Si algo pasa y tú te arrepientes tendrás un lazo roto... no es algo que deseo para tí.

—¿Romperías tu lazo conmigo?—Se horrorizó.

—¡No, no! Claro que no. Pero ¿Y si tú te arrepientes?

—Pero yo quiero mi marca ya...—Balbuceó como niño aferrado a un premio de cajita feliz.—Quiero que sepan que soy tuyo.

—Oh, Seungmin. Créeme que no hay manera que no lo sepan. Nuestra marca tiene que ser en un mejor momento, no en un celo. Va a unirnos, y por mucho que desee hacerlo, no pretendo que esa marca te quite tu identidad. Tú eres mío incluso sin mis dientes en tu cuello, no necesitas nada en él para sentirte completo como un omega. ¿Sí?

Seungmin lo abrazó fuertemente. Estaba flotando enamorado, era como una cálida primavera después de un crudo invierno. Sus besos eran tan suaves como las hojas de los cerezos, y cuando sus ojos se conectaban eran tan brillantes como el amarillo de los girasoles. Si había intensidad los besos se tornaban ásperos como las hojas caídas de otoño, una danza de sus bocas para recibir la estación y que buscaba dominancia.

Seungmin comenzó con su lubricación conforme los besos fueron aumentando la intensidad. Estaba abierto por la anterior y primera ronda, libre de ropa interior y todo abochornado entre el calor creado. Por ende, el acceso de Hyunjin a la entrada del omega fue más fácil la segunda vez, lo sostuvo entre sus brazos cuando éste se removió por el placer y el dolor.

—Eres tan bonito.—Le recordó cuando echó su cabeza hacia atrás, subiendo y bajando con los brazos en los hombros contrarios.—Tan hermoso cuando confías en mí, Seungmin.

Las palabras reconfortantes de Hyunjin lo elevaban aún más, era alagado y eso hacía sentir a su omega orgulloso de ser suficiente. Estaba en las nubes con el alfa dentro suyo mientras celebraba todo de él, Seungmin sentía que podría volar con el bonito y necesario reconocimiento del mayor.

Hyunjin sostuvo sus caderas y en un momento chocó contra su próstata, arrancádole un gran y largo gemido. Se movió rápido para hacerlos llegar ahora que estaban alcanzando el clímax, y ver el placer en los ojos del alfa hizo sentir a Seungmin tan satisfecho. Era como si no existiera ninguna inseguridad porque su amante apreciaba cada uno de sus defectos.

Hyunjin sintió que su descarga vendría pronto, así que avisó a Seungmin. Éste, testarudo como era, se negó a salir.

—No voy a anudarte.

—S-sí vas. ¡Ah!

—¡Te voy a lastimar!—Gritó desesperado.—¡Seungminnie!—Se quejó cuando su hombro fue mordido altaneramente.

—¡Hazlo!—Lo retó. Hyunjin no pudo resistir más cuando el omega enredó sus piernas en su torsó y se abrazó a él, apretando tramposamente su interior.

Seungmin sintió su interior ser llenado y aquello provocó lo mismo en él, jadeando cuando sintió la liberación.

—¡Auch! ¡Jinnie, duele, duele! ¡Sácalo!—Se arrepintió cuando sintió sus paredes ser extendidas.

—Te lo dije.—Gruñó exasperado.—No puedo sacarlo o voy a destrozarte. Quédate quieto.—Le ordenó sosteniendo su espalda.

Seungmin se encontraba llorando.

—Ay, debiste advertirme qu-que se iba a sentir así.—Hipó con un mohín.

Hyunjin podría arrancarse el pelo. Suspiró y lo distrajo besando sus párpados, mejillas, nariz, su frente y sus orejas. Incluso soportó las pequeñas uñas clavadas en su espalda, y supo que Seungmin pudo acostumbrarse cuando intercambió las uñas por sus brazos aferrados a él.

—Tonto. Es tu culpa.—Bromeó Seungmin pegándole en el hombro juguetonamente.

—Dios, Seungmin. Empiezo a creer que serás tú el único bebé de nuestra familia.

El omega sacó la lengua antes de regresar a esconder su rostro en el cuello ajeno. El dolor aún ardía, pero estaba distrayéndose por el idiota dentro suyo.

—Después de esto vas a deberme 3 cubetadas de helado de menta con chocolate.

perdón por no actualizar ayer, había tareita >:(

no soy buena para este tipo de escenas pero ojalá les haya gustado <3

nunca está de más poner un disclaimer para decir que no sexualicen a los chicos porque esto es pura  💖🧚‍♀️ ficción 🧚‍♀️ así que eso. todo con respeto 😌

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