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"Porque eres solo un hombre, es justo lo que haces, tu cabeza en tus manos mientras me pintas de tristeza. Sí, tú eres solo un hombre de principio a fin."
(Norman Fucking Rowell, Lana Del Rey)
Hyunjin manejó por lo que pareció una eternidad con Seungmin a su lado, ni la canción más movida o energética que transmitieran por la radio podía distraerlos de la bola de estambre que eran sus estresantes pensamientos.
Llegaron a un cendero que conducía a un gran lago dentro del bosque, era totalmente pacífico con los patos que se adueñaban de las orillas y migajas de restos de comida, otros nadaban entre las aguas solos o acompañados. Habían bancas en los alrededores y, por el pavimentado camino que rodeaba el lago podía decirse que no era un lugar completamente abandonado, pero por la fría mañana nadie visitaba aquel recinto de paz.
Seungmin bajó del auto arrepintiéndose de no haber llevado ropas más abrigadoras para el gélido aire de la mañana entre la maleza del pequeño bosque. Hyunjin sacó de la parte trasera dos abrigos suyos, como si los hubiera tenido preparados en anticipación, y le tendió uno amablemente para que se refundiera en la calidad de la cálida tela. Con un movimiento de cabeza Hyunjin lo guió hacia una banca fría que daba de frente al lago, y estuvieron ahí con la frescura del aire soplándoles directamente al rostro y moviendo sus cabellos en desorden.
—No sé cómo empezar esto...—Musitó Hyunjin con las manos en los bolsillos.
—Puedes empezar contándome quién es él... Daehwi.—Repitió el nombre con duda.
—Es una larga historia. En realidad, solo será larga para tí. Los demás han reunido escombros de la historia.—Aclaró refiriéndose a sus amigos, lo que le hizo entender que pasarían un buen rato allí sentados. Se aclaró la garganta y prosiguió.—Cuando iba en preparatoria, casi como de tu edad, sabía perfectamente que iba a terminar trabajando en lo mismo que mis padres habían trabajado toda su vida. Era una vida aburrida la que todos tuvimos aquí, pero buena. Partidos de soccer o deportes sociales los fines de semana, festivales de la escuela y graduaciones que perseguir. Era casi predilecto que Changbin y Felix terminarían juntos, o que Jisung finalmente conquistaría a Minho. Creo que, de ser como todo mundo pensó que sería, yo tendría a Jeongin marcado y con cachorros ahora mismo.—Paró para empezar a darle cuerpo a la conversación.
—Entonces una familia extranjera llegó al vecindario con un hijo adoptado, era coreano. Se habló de ellos en todas las reuniones de madres, y en todas las casas también. Tenían dinero, y él había estudiado en Estados Unidos hasta la secundaria. Llegó a mi clase un día con una inusual confianza para un omega, me recordaba mucho a la personalidad de Minho. Se llamaba Daehwi, y supongo que intuyes qué pasó ¿No es así?
—¿Era tu novio?—Preguntó Seungmin lentamente, casi afirmándolo.
—Creí que era el amor de mi vida. Lo cortejé por un tiempo hasta que aceptó ser mi omega, y entonces mi vida pareció tomar un rumbo finalmente. Pasó lo que tenía que pasarle a una pareja enamorada y ordinaria de preparatoria, estuvimos juntos hasta el final antes de ir a la universidad donde creí que nos separaríamos, pero no pasó. Él iba a estudiar arquitectura al sur de país y yo me iba a quedar aquí para administración, pero en una racha rebelde me escapé con él para estar juntos. Apliqué en la carrera de artes plásticas y me quedé, así que en medio año ya estábamos viviendo en un departamento tan pequeño en el que apenas los dos cabíamos.
Dentro de la cabeza de Hyunjin las escenas comenzaban a revivirse y la obra parecía retomar vida, los telones nuevamente abiertos y las luces apuntando directamente para la escenificación de aquel periodo en su vida. Las palabras salían solas cuando estaba con Seungmin, era como si hubiera perdido el filtro ya hace tiempo, pero seguía existiendo ese sabor amargo cuando hablaba de ello. Había sido tan doloroso en el momento, que la única manera en que pudo sobrellevarlo fue encerrando el recuerdo.
Daehwi era el omega más libre que alguna vez haya conocido, estaba realmente enamorado y dispuesto a darlo todo. Hyunjin era también un tonto universitario harto de la vida suburbana y dispuesto a luchar por su amor al arte, que se negaba rotundamente a vivir estresado y amargado como sus padres, dispuesto a mejorar y vivir una vida emocionante como la de las películas americanas. Se suponía que esos años son los mejores, los dorados, los que se recordaban para siempre.
Por esa época había perdido el contacto con sus amigos de la infancia, pero no era algo que realmente le importara pues tenía a su omega a su lado y se sentía invencible. Eran noches de mucho estrés por el trabajo para mantener el alquiler del departamento junto con su pareja, por estudiar y finalizar las tareas y poder mantener la beca, y por las llamadas constantes de su madre que le suplicaban que regresara y las de su padre que amenzaban con desheredarlo. Pero simultáneamente eran noches en las que podían gritar, gemir y hacer todo el escándalo que quisieran, aún si los vecinos se molestaban por oírlos en la intimidad casi cinco veces a la semana. Los fines de semana eran fiestas y más fiestas, con polvos en los baños o en el carro para un subidon de adrenalina que culminara sus borracheras.
Algunas veces, cuando se ponían sentimentales y tenían el cerebro atrofiado con marihuana local, salían a las escaleras de emergencia para fumar en compañía de las estrellas. Él se recostaba sobre las piernas de Daehwi y platicaban acerca de su futuro, cuando terminaran sus carreras formalizarían la relación con la mordida, y mientras tanto ahorraban todo lo que pudieran para irse a Europa una temporada y poder disfrutar de las arquitecturas y las artes que el continente ofrece.
Los ojos de Hyunjin brillaban aún con las pupilas dilatadas por las sustancias consumidas cuando mencionaban la idea de tener niños. Le aterraba muchísimo, nunca había convivido directamente con uno ni sabía qué necesidades podrían tener. Pensaba en su mamá llamando preocupada y arrepentida todas las noches, echándose la culpa de su partida y por la ausencia que vivió Hyunjin de pequeño a causa del trabajo de sus padres. Él más que nada estaba atemorizado de ser un mal padre, pero todas las noches mientras reflexionaba acerca de eso, se prometía que sería el mejor padre del mundo cuando le tocara serlo.
El día inesperadamente llegó antes de lo pensado, pues fue un sábado por la mañana cuando sintió un ligero cuerpo moviéndose de arriba a abajo sobre su cama, saltando a lado de su almohada con el único objetivo de despertarlo. Recuerda con claridad la expresión brillante en los ojos de Daehwi cuando le susurró al oído que tenía una sorpresa. Hyunjin podría contar con los dedos las veces en las que realmente ha estado tan emocionado que es empujado al borde de las lágrimas.
《—¡Estoy embarazado!》
Fueron las palabras que lo elevaron hasta el cielo como ninguna otra droga antes había logrado hacerlo, su realización arrivando tan efímeramente que casi sin darse cuenta ya habían sabido sacar las cosas adelante. Hyunjin trabajó el doble y le prohibió a su omega seguir trabajando una vez pasaran los primeros cuatro meses, estaba asustado de siquiera pensar en que ninguno podría terminar sus carreras, pero se propuso esforzarse el doble para obtener una titulación que validara sus estudios.
La cuestión después fue ¿Dónde? Tal vez la inesperada llegada de una nueva vida había sido desestabilizante para ellos, quienes no habían planificado las cosas para un tercero. Pero no importaba realmente, Europa y sus capitales ya no parecían tan emocionantes si se comparaban con la hermosa experiencia de tener a un omega embarazado en el apartamento.
Las peleas vinieron a manos llenas casi como las noches hormonales de sexo y de llanto, el alfa estaba tan preocupado por los cambios tan radicales de emociones que atacaban a Daehwi y no sabía siquiera qué hacer para frenarlos. El dinero fue cuestión importante también, pues habían estado batallando con él desde hace ya un tiempo. La perfecta idea en la que Hyunjin protectoramente cuidaría de su pareja y atendería todas sus necesidades cada vez se distorsionaba más lejos de la realidad.
Debido a esto Daehwi comenzó a salir frecuentemente después de la universidad para buscar un empleo, pero era un acuerdo al que habían llegado después de sopesarlo por un tiempo, la necesidad los había acorralado. La pareja no había concretado la marca todavía, pues era algo para lo que habían planeado esperar y aún después de la noticia, nunca se dio el tiempo para tocar el tema.
Si bien a Hwang esto le preocupaba en demasía, confiaba extremadamente en su omega y viceversa, haber estado tantos años juntos los había unido a tal extremo en el que pondrían su vida en las manos ajenas.
Un día Changbin y Jisung lo contactaron para saber un poco de su vida, alegando que extrañaban los viejos días en los que estaban juntos. Felix desde siempre había sido una persona interesada en su gente querida, así que cuando se enteró por parte de Changbin quien en esos entonces apenas terminaba de cortejarlo, que Hyunjin sería próximamente un padre, viajó hacia donde estaba en un fin de semana libre para llevarle cosas que serían de ayuda.
Al alfa le costaba aceptar cualquier tipo de ayuda por su naturaleza engreída, pero haber tenido ese fin de semana a Felix a su lado fue una de las más nobles acciones que no podría recibir. Llegó con cobijas azules y rosas, un paquete de pañales y biberones y pastelillos de la tienda de sus padres que pronto adquiriría. Daehwi y él habían sido amigos mas no cercanos, iba más al lado de los amigos que se hacen porque son conocidos y no porque realmente se conecten entre ellos.
A pesar de esto, Hyunjin nunca pudo haber imaginado la primera de las tormentas que vinieron después. Fue el primer domino caído.
Daehwi regresó el sábado en la tarde con molestia reflejada en su cara, cansado hasta el punto de haber ignorado al alfa. Felix con su amabilidad impecable de toda la vida se acercó para saludarlo, emocionado por saber como se vería su abultada panza de embarazado, pero a cambio recibió una áspera y descortés bienvenida.
El escándalo que armó Daehwi fue más que un arranque de celos, como si estuviera descargando alguna ira o frustración contra Felix quien sería incapaz de regresar algún rasguño o jalón de pelos a nadie, mucho menos una persona en gestación. Hyunjin estuvo tan furioso después de separarlos, pero la decepción era todavía más grande sin lugar a dudas.
Esa noche Felix decidió regresar con la promesa de no decir nada, y de haber comprendido su reacción por los reflejos territoriales que adoptaban los omegas embarazados.
Tiempo después, después de peleas y más peleas, de gritos y de rechazos sentimentales, Hyunjin recibió una llamada de Felix nuevamente. Era su amigo preocupado y arrepentido, suplicando perdón por haber tenido que revelar a sus padres dónde vivía, relatando como éstos fueron a visitar la cafetería de sus padres un día inesperadamente para agendar una cena, y en ésta fue acorralado para revelar lo que sabía de la vida de Hyunjin.
En un principio estuvo furioso de que sus padres fueran tan recelosos y estrictos, sobre todo que tuvieran la necesidad de controlar la vida. A pesar de esto él no percibió ningún otro movimiento por parte de ellos, así que se relajó y se enfocó en el nuevo trabajo que había encontrado donde recibía una mejor paga que los sacaba de la precaria rutina donde tenían que contar moneda por moneda cada ingreso.
En su mente había estado rondando la triste idea de una depresión que pudiera haber atacado a Daehwi, y Hyunjin se sentía tremendamente fatal por no poder estar a su lado más que unas horas por la noche cuando regresaba de estar todo el día fuera. Todo ese concepto fue algo de los pensamientos más ciegos que alguna vez tuvo.
Aún cuando empezó a llegar con el aroma impregnando de otro alfa, quiso creerle para no crear más fricción en la relación y porque Daehwi era suyo y viceversa, estaban esperando un cachorro, y esta era solo una racha difícil por la que atrevesaban.
Fue una mañana de fin de semana en el que su madre, tan elegante como siempre, tocó a su puerta sin previo aviso. Hyunjin rodó los ojos fastidiado sin saber que la mirada de preocupación e ira en su madre era genuina, y aunque pudo haber actuado de manera incorrecta, había acudido a la vida de su único hijo para detenerlo de meterse en un gran problema.
《—Daehwi está metido en las drogas.》
Fue como un balde de agua fría que cayó sobre él, congelándolo en una negación tan firme que inció una enorme discusión con su madre, la sala llena de feromonas alfas que no darían su brazo a torcer.
—¡Mira esto entonces! ¡Date cuenta que te está utilizando a tí y a tu dinero para arruinarse la maldita vida!
Un folder fue arrojado hacia él con fotos tan claras y nítidas de su pareja, sentado en regazos desconocidos y esnifando cocaína. Daehwi fuera de bares, fumando y completamente cambiado, como si fuera otra persona.
—No es cierto...
Lo era. Todo cuadraba y descomponía el marco errores que había tolerado, la aparencia débil de su físico no era por el cansancio y una simple mala alimentación, era por el consumo de cocaína que al mismo tiempo había creado ojeras bajo sus ojos. Los nervios de su cuerpo no eran por el estrés, los tics y las peleas violentas eran producto de un cambio en la personalidad que lo volvía arisco y violento.
—¿Cuánto dinero le das, eh Hyunjin? Porque según lo que investigamos, el dueño de ese lugar dice que suele acudir con dinero hasta que se lo gasta todo. Es ahí cuando pierde la dignidad como la basura que es.
—¡Cállate! ¡No te permito que le hables así!
—¿¡Y qué demonios quieres!? ¡Ha estado viéndote la cara de estúpido todo este tiempo, y tú ni siquiera te diste cuenta. No puedes ser tan ciego.
Toda la historia relatada era captada por Seungmin, palabra por palabra, logrando capturar cada emoción de sorpresa o tristeza. Hyunjin se tomó un momento viendo sus pies mientras tragaba todo el dolor que le causaba recordar lo que vendría a continuación.
—Él... él no perdió al bebé.—Dijo levantando su cabeza hacia el cielo para retener las lágrimas.—Ojalá lo hubiera hecho.
Aquello a Seungmin lo estampó contra un muro. Palabras así no podían salir solo producto de rencor hacia una vida que no tenía la culpa de nada.
—Hyunjin...
—¿Sabes por qué?—Preguntó tallando sus ojos, puso su cabeza ahora sobre sus manos e hizo una mueca de dolor.—Porque el bebé nació prematuro y con problemas graves de respiración, Seungmin. Era tan chiquito y frágil, que pude haberlo cargado con una mano.—Su manzana de Adán se movía de arriba a abajo incontrolablemente.—Pero estuvo tres días en la encubadora antes de morir.
Seungmin jadeó fuertemente con lo último, comprendiendo entonces el dolor que reflejaba Hyunjin en esos instantes.
—Es egoísta pero... vino a este mundo con dolor.—Se lamentó con un quejido que fragmentó su corazón.—Vino para morir, y él no merecía un destino así. Nadie. Yo no pude protegerlo porque necesitaba de un lazo con su madre, pero Daehwi ni siquiera se interesó. Estaba tan perdido y débil por abstinencia mientras estuvo en el hospital, que incluso obtuvo brotes psicóticos. Todo era una maldita mierda, y yo no veía la hora en la que mi vida pudiera terminar también para poder cuidar al hijo que acababa de perder.
—¡No!—Interrumpió Seungmin aterrado por la última confesión, con lágrimas en sus ojos que se desparramaban fuera de las tristes lagunas que había estado reprimiendo. Sin pensarlo un poco, se acercó para abrazarlo y aferrarse a él con tanto miedo de siquiera perderlo.
Hyunjin se tensó al principio, sorprendido de aquella reacción inmediata. El calor de Seungmin siempre sería tan cálido y reconfortante para su corazón, sin importar el momento que estuvieran atravesando. Lo abrazó de vuelta y tenerlo entre sus brazos y sobre su regazo, como un niño asustado mientras frotaba su nariz contra su cuello mientras se aferraba a éste, nunca se había sentido mejor.
Seungmin lo estaba tranquilizando con sus feromonas, tan dulces y exquisitas como siempre lo habían sido. Sus manos frotando toda su ancha espalda y su cara frotándose contra él para impregnarse de su olor. Si era instinto o lo había aprendido, no lo sabía, pero en ese momento cuando el lago se movía y los pájaros cantaban para ellos con el sol brillando de vuelta en su trabajo diario, Hyunjin no podía retener todos sus sentimientos.
—Te amo. Te amo sin importar tu historia o por lo qué hayas pasado, no me importa nada de eso porque ahora te tengo aquí conmigo y voy a cuidar de tí y de Nana.—Le susurró al oído.—Nuestro pasado nos avergüenza pero no quiero que sea un impedimento para estar juntos, porque te amo. Y no es solo por la vida que cargas, es por tu forma de ser que me fascina y todo lo que has hecho por mí. Desde que llegaste fuiste una pequeña luz que me cambió la vida y... y voy a estar para protegerte siempre. Por favor perdóname, soy un imbécil la mayoría del tiempo, parece que no me importa nada pero todo lo que me importa es tenerlos a mi lado.
—¡Hyunjin!—Chilló Seungmin como un niño pequeño reprochando a su madre por hacerlo llorar. Estaba temblando descontroladamente mientras escondía su rostro en el cuello del alfa. Las manos en la cadera demuestran protección, y Hyunjin tenía las suyas entrelazadas fuertemente sobre sus caderas. Estaba descolocado por la reciente confesión tan transparente que había recibido, tanto que incluso se quedó sin palabras.—Perdóname por haberme ido, yo... no sabía esto y de haber sabido–
—No, no. Yo soy el adulto mayor.—Le interrumpió mientras tomaba una de sus manos y la llevaba a su boca para plantar un delicado besito.—Si hay alguien quien no actuó de manera correcta fui yo, tuve que haber sido más comprensivo y abierto contigo.
Seungmin sorbió por la nariz pasando su mano debajo de ésta para tallarla, asintiendo lentamente ahora con la cabeza alejada de su refugio. Hyunjin tomó sus mejillas con cuidado y acarició con sus pulgaeres las comisuras de sus labios mientras unía sus frentes, cuidadosamente y dejando la pena atrás, Seungmin restregó su nariz contra la del alfa en un tierno beso esquimal.
Era un sentimiento tan bonito para ambos, ser abrazados sin la amenaza de ser lastimados y poder relajarse en la compañía del otro. Había una enorme barriga de por medio entre toda esa muestra de afecto que impedía la unión de sus cuerpos, pero al mismo tiempo era un bonito recuerdo de la razón inicial por la que estaban juntos. Hyunjin sonrió mientras trasladaba sus manos hacia la barriga de Seungmin, acariciándolo lentamente.
—Respecto a mis padres, ellos van a seguir insistiendo.—Advirtió el mayor.—Pero no me van a hacer cambiar de opinión, es mi vida y por más que te hayan investigado... la situación es diferente. Lo comprenderán tarde o temprano, y si no tampoco es que importe mucho.
—Pero son tus padres... Chan y Minho comentaron algo acerca de cómo son y... ¡No es para que te enojes con ellos! Solo que a juzgar por lo que he escuchado son gente difícil. Me asustan.
—¿Minho anti padres de Hyunjin? Te dijeron eso ¿Verdad?—Preguntó negando con la cabeza, Seungmin sonrió y le dio la razón.—Un estúpido chiste pero sí, después de todo lo que te conté regresé aquí para estudiar administración guiado por mis padres. Mi salud mental no era la mejor, la forma estricta de mis padres de querer sacarme adelante hundiéndome en los estudios como distractor tampoco lo era, y Minho y Chan estaban en contra de eso. Pero bueno, supongo que detrás de todos esos golpes hay afecto por parte de ellos.
—Si fueran alfa y omega se complementarían perfectamente. ¿¡Y si fueran alfa y alfa!? Estaría aterrorizado de ser su hijo.—Hyunjin rió asintiendo.
—Tienen un carácter muy similar, Chan es el que más puede asustar porque es de los mayores y no le gusta que le lleven la contraria.
—Se enteró de Yuna.—Le dijo alargando sus labios.
—¿Yuna? ¿Quién es Yuna?
—¡No te lo conté!—Exclamó para sí mismo.—Jeongin había contratado a una chica nueva para que lo ayudara en el local.—Le recordó con resentimiento mientras un ligero gruñido salía de su pecho, el pelinegro sonrió de ternura y le dejó un beso el la mejilla.—¡Era ella la que trabajaba para tus padres!
Hyunjin escuchaba atento mientras los dirigía a la camioneta nuevamente, si bien ya no hacía un frío congelante, estarían mejor charlando en la parte trasera de su automóvil.
—¿Estuvo en contacto directo contigo?—Preguntó alarmado.—¿Tú le dijiste algo?
—Fue Jeongin, al parecer la bruja supo ganarse su confianza y– ¡Hyunjin! No gruñas así que te vas a convertir en perro.—Le advirtió.
—Ese estúpido de Jeongin...
—Pudo haber sido cualquiera ¿Okay? Además estaba borracho y creo que hasta terminó besándose con ella. Chan no estuvo contento de saber eso.—Le contó entrando a los sillones de la camioneta.
—Estaría furioso con Jeongin, pero tener a Chan es más castigo de lo que podría imaginar darle.
—No digas eso, Hyunjin. Innie y Allen* son buenos amigos.—Le reprochó.
—Solo estoy bromeando Min.—Le aseguró con el cariñoso apodo saliendo natural, Seungmin estaba más que feliz con todo aquello y sentía dentro suyo una necesidad empalagosa de estar cerca a Hyunjin, así que se acercó lo suficiente como para insinuar que quería retomar la posición anterior del parque.
El alfa amorosamente lo rodeó con los brazos y aceptó al omega sobre él, era una posición que demostraba mucha cercanía, pero en esos momentos era lo que más querían. Sentir a Seungmin más confiado de pedir contacto físico era adorable.
—Voy a tener que esperar los gritos de Minho y Felix ahora, la verdad ya estoy acostumbrado pero ¡Ah! ¡Seungminnie, no hagas eso!—Le pidió alterado cuando sintió al omega mordisquear su cuello desesperado y empezando a restregarse.—Oye, por más que me encantaría hacértelo aquí mismo no podemos... es vía pública y– ¡Oh Dios!
Seungmin lo miró a los ojos con sus pupilas dilatadas y las mejillas sonrojadas, una mueca desesperada que le hizo darse cuenta de lo que ocurría, pues en su vientre sintió una fuerte llamarada de calor subiendo por todo su estómago y el clima alrededor de ellos calentándose automáticamente..
—Y-yo no puedo tener cel-celos en el embarazo.—Mencionó confundido mientras seguía restregándose.
Hyunjin mordió sus labios a sabiendas de qué era lo que pasaba, y nunca antes se había sentido tan irresponsable.
—Es el mío, Seungmin. Estás así porque estamos cerca y eres más perceptible que yo en este estado. Vamos, necesito llevarte ya mismo con Minho o alguien de ellos.
—¡No! ¡No! ¿Con quién vas a pasar tu celo?—Cuestionó inseguro de repente, con las lágrimas bordeando sus bonitos ojos.
—Con nadie, Seungmin. Me voy a encerrar y cuando se acabe iré por tí, te lo prometo. Puedo pagarle incluso a Chan.
—¿P-por qué no lo quieres pasar conmigo?
—Nooo, Min. Deseo hacerlo, pero en tu condición soportar un celo de un alfa podría dañar al bebé, y no quisiera hacerte sentir incómodo o–
—¡No!—Reclamó furioso mientras frotaba sus caderas. Seungmin infantilmente cruzó sus brazos y siguió buscando más del placer que empezaba a construirse en ambos.
—Minnie... no hay manera de que te lo permita. Es tu omega respondiendo a mi alfa, pero tu omega es tonto porque no piensa en Nana. Con razón olisqueaste tanto mi cuello...—Susurró lo último.
—Podré soportarlo Hyunjin, déjame ayudarte.—Implró en la misma posición.
—¿Estás seguro?—Era hombre muerto, Chan y Minho arrojarían su cuerpo a un lago.
—Vamos a casa.
disculpen que rompí la cadena de actualización :( primero estuve en exámenes y pasó lo de la nota anterior, después fue semana de comeback y ahhh muchas cosas jajsd pero ya estamos de vuelta.
la vez pasada me equivoqué y les dije que iban a ser 30 y algo capítulos porque soy babosa, mentira, van a ser 20 y algo no 30.
y por último, me falta editar a W de las demás partes de la fic, será Allen en su lugar a petición del público y eso es todo. independientemente de si tú lo apoyas todavía o no, pues la decisión de mi parte sigue firme y ya no quiero rastro de él en mis historias. <3
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