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"Cada cierto tiempo las estrellas se alinean, un chico y una chica se conocen por obra del destino. ¿Puede ser que tú y yo seamos los afortunados?"
(Lucky Ones, Lana Del Rey)
—Suéltenlo.—Ordenó Hyunjin cuando su padre entró con la pesada mano en los hombros de Seungmin, él parecía atemorizado hasta la médula.
—¿Quién es este omega, Hyunjin?—Preguntó su madre entrando al último y con la mirada puesta sobre él, mirándolo de arriba a abajo.
—Ve a la habitación, Seungmin. Esperáme ahí.—Le pidió al omega atrayéndolo consigo, el menor únicamente quería ser sostenido entre sus brazos por el fuerte olor a alfa que empezaba a picarle la nariz. Hyunjin amablemente besó su coronilla.—Puedes ir, y regresa con mi ropa. O no regreses, pero sal de aquí.
Seungmin lentamente se separó y sin querer pasar un momento más en ese tenso ambiente subió las escaleras y cerró la puerta de la habitación de Hyunjin con seguro por si acaso.
—¿Qué es esto, Hyunjin? Dejas de visitarnos por meses enteros y cuando decidimos venir por nuestra cuenta tienes a un omega embarazado. Explícate ahora mismo.—Su madre parecía furiosa, su hermosa mirada era firme y aguda.
—¿Quién les dijo?
—Nadie, no respondas mis preguntas con más preguntas.
—Por favor, mamá. Ustedes nunca se preocupan por venir a visitarme hasta que el verano termina y tengo que rendirles las cuentas del viñedo. Estamos a mitad de la temporada y ustedes aparecen como si se preocuparan por mí.
—Fue uno de los empleados.—Respondió Jinyoung.—Fue uno de nuestros empleados que trabajan aquí. ¿De acuerdo? Hizo un cumplido acerca de como nuestro yerno era un omega hermoso y amable.
—¿Qué?
—Exactamente, eso fue lo que nos preguntamos.—Le dijo su madre.—Nos dijo que lo reconoció en una cafetería y después te vio estacionado fuera, así que no intentes mentir.
—No tengo por qué mentir.—Les dijo.—Es un omega y está embarazado, el niño es mío. No es complicado.
—¡Pero Hyunjin! ¿¡Cómo pudiste ser tan irresponsable!? ¡Ni siquiera lo has marcado y no sabemos quién es!
—Una marca no es algo para tomarse a la ligera y yo no quiero dársela a nadie hasta estar seguro.—Dijo Hyunjin seguro de sí mismo.—Pero confío en él, por eso vive conmigo. Tampoco quiero condenarlo a estar amarrado a mí de por vida sin conocernos completamente primero.
—¿Y cómo lo conociste? Espero por amor a Dios, hijo, que no sea otro omega interesado como...–
—¡Silencio, madre!—Gruñó Hyunjin tensándose.—Él no tiene nada que ver con Seungmin, ni Seungmin con él. Pueden dejarlo fuera de sus bocas.
—¡Eres Hwang Hyunjin! ¡No puedes simplemente recoger a cualquier omega!—Se quejó su padre.—¿Qué va a decir la gente acerca de que nuestro único hijo tiene a un omega sin marca y embarazado?
—Pero él no es cualquier omega, él es mi omega. Y lo que la gente opine de mí debió de haber dejado de importarte hace tiempo, cuando estabas tan avergonzado de mí que me hiciste la vida imposible y me obligaste a tomar las riendas de tu negocio. Ya lo hice ¿Qué necesitas de mí ahora?
—Necesitamos saber a quién tienes metido en tu casa, y no sabemos siquiera cómo se conocieron. ¿De dónde es? ¿Ya conoces a sus padres?—Interrogó su madre consternada. Parecía estar tomándolo con más calma que su padre, mas Hyunjin no pensaba despegar sus ojos de ella. La conocía perfectamente.
—Lo único que sé y que necesito saber es que Seungmin espera un hijo y será varón, vive conmigo hace unos meses y trabaja en la cafetería de los Yang porque Felix le consiguió un trabajo ahí. Lo demás lo pueden descubrir si se dan la oportunidad de conocerlo como yo lo hice, y si no, les agradecería no presentarse por aquí porque pueden asustarlo como lo acaban de hacer.
—Hijo, nos preocupamos por tí...—Le aseguró Jinyoung.—Por favor no nos dejes fuera de esto. Piensa en que la unión no es algo para tomarse a la ligera.
—No lo hago.—Contestó.—Estoy con él porque espera a mi hijo como ya les dije, por millonésima vez, y porque me gusta estar con él.
—¡Pero míralo! ¿Cuántos años tiene?
—Dieciocho.
—¡Hyunjin!—Jinyoung pasó sus dedos por entre sus hebras tirando de ellas.—Eres un descuidado. Embarazaste a un omega de la nada y te ataste a tí mismo.
Claro que sus padres no tendrían que enterarse que biológicamente él no era el verdadero padre, al menos no de su boca. Ellos estarían bien sabiendo verdades parciales.
Oservó a Seungmin bajando con pantalones propios y una enorme sudadera suya que le llegaba hasta las rodillas. Bajaba lentamente apoyándose en la pared y con la cabeza agachada ligeramente.
Los dos alfas lo observaron con mirada pesada como cadenas de hierro, amarrándolo e inmovilizándolo con terror. Hyunjin sabía de primera mano que sus padres podían llegar a ser verdaderamente intimidantes. Se apresuró a extenderle la mano para que no tuviera que estar expuesto más a aquellas miradas, el omega la tomó y pronto ya estaba a su lado con los nervios bastante previsibles. Pasó su brazo sobre su cadera y lo apegó a él.
—Les presento a Seungmin.—Rompió Hyunjin el silencio.—Pueden dejar de verlo ya como si fuera una presa, se los agradecería demasiado.
Jinyoung observó a su esposa Irene y juntos, como si estuvieran sincronizados, tomaron un pequeño minuto para acordar sonreír forzada e incómodamente.
—Hola Seungmin, soy el padre de Hyunjin. Puedes llamarme Jinyoung.—Se presentó el alfa mayor tomando la batuta entre los dos.—Y ella es mi esposa Irene.
—Es un gusto Seungmin, me gustaría decirte que he escuchado mucho de tí pero me enteré de tu existencia por un tercero y no por mi propio hijo. ¿Puedes creer eso?
—Oh, lo siento mucho...
—¿Por qué lo sientes? Tú no tienes nada que ver ¿O sí?
—¡N-no!—Se apresuró a negar.
—¿Cuántos meses tienes?
—Uhm, voy en el quinto mes.—Le respondió aún un poco nervioso. Las feromonas de los padres de Hyunjin eran penetrantes para él, le picaban en la nariz tanto que hasta sentía sus ojos ardiendo con pequeñas lágrimas. Como si fuera una reacción alérgica.
—¿Y cómo conociste a Hyunjin?—Jinyoung habló esta vez, su rostro era un poco más amable ante la vista del menor que el de la fuerte mujer frente a él. Aún así, no consideraba que estuvieran dirigiéndose a él con alguna falta de respeto.
—Pues... uhm.
—No es necesario que contestes si no lo recuerdas.—Le aseguró Hyunjin dándole un pequeño apretón en su cadera.—Ya les respondí todo lo que tienen que saber. ¿Felices?
—Bueno hijo, tienes que entendernos. Somos tus padres y nos preocupamos por tí naturalmente.—Se explicó Irene.—Lamentamos haber llegado sin avisar. Y también haber asustado a Seungmin, no era nuestra intención.—Prometió ella con su frente en alto.
—Aceptamos sus disculpas, pero no quita el hecho de que llegaron en un momento inadecuado.—Reprochó Hyunjin.—Seungmin está a punto de ir al trabajo así que tenemos que alistarnos para que podamos llegar a tiempo, es una lástima que no podamos hablar con calma el día de hoy.—Mintió mientras que con sus dedos acariciaba la espalda del omega para indicarle que le siguiera la corriente.
—¿Eso es cierto?—Lo cuestionó Irene al omega con su ceja levantada en incredulidad.
—Me temo que lo es.—Asintió con la voz más estable que la situación de estar puesto bajo la lupa le permitió. Sintió la mirada del padre anclada a él, e instintivamente sus manos ya estaban puestas sobre su estómago para protegerlo, casi como si estuviera escondiéndolo de aquella mirada.
—Te llamaremos pronto para que puedan recibirnos, Hyunjin. Y esta vez más te vale responder todo sin rodeos, para que podamos mantener una conversación normal como los adultos racionales que somos.—Adviritó Jinyoung sacudiendo las mangas de su traje, Hyunjin asintió sin más remedio y se acercó para abrirles la puerta y guiarlos hasta el estacionamiento.
Su madre era una mujer estricta y poco cariñosa, pero que había demostrado amarlo en varias ocasiones. Tal vez como madre sentía una carga en su corazón cuando pensaba en lo dura que había sido con él cuando niño, así que de vez en cuando intentaba darle algo del afecto que no supo darle en su infancia. Hyunjin simplemente la había visto llorar una vez, y había sido gracias a un rechazo que tuvo para con ella en sus años de adolescente.
Por eso ahora dejaba que acariciara su mejilla tiernamente antes de despedirla con un pequeño abrazo y esperar a que se adentrara al auto para marcharse. Él la conocía a la perfección, así que había aprendido a evadir a la fiera en lugar de intentar domarla.
Suspiró pesadamente de pronto reaccionando en que todo lo que no quería que sucediera en el inicio de su plan estaba sucediendo. Sus padres se habían enterado, y ahora estaba de alguna manera comprometido con el omega. Es decir, le gustaba realmente y aquello agrandaba su temor por que la caja de Pandora fuera abierta nuevamente, pero estaba dubitativo acerca de poder realmente corresponder de la forma en la que esperaba el omega ahora que se había confesado.
Todo era como un reloj de arena que lo había aplastado porque dejó correr el tiempo en su afán por pensar que si ignoraba sus problemas, estos desaparecerían.
—¿Hyunjin?—Seungmin lo llamó después de un tiempo fuera en el jardín. Se había sumergido en sus pensamientos sin darse cuenta cuando vio el carro de sus padres desaparecer.—¿Estás bien?—Era evidente que no, pero el menor no supo realmente qué otra cosa vendría bien preguntar.
—He estado mejor.—Le afirmó sobando el puente de su nariz. Sintió al omega abrazándolo por detrás con un ligero temor, así que guió sus manos sobre su abdomen para apresarlas contra las suyas mientras percibía la relajación de Seungmin en su espalda.
—¿Por qué les mentiste?
—Necesito tiempo para pensar. Ellos son muy controladores en cuanto a mis relaciones, y podrían haber dicho o hecho algo para conseguir de tí las respuestas que quieren.—Contestó exasperado.—No quería que te estresaras por eso, y yo tampoco quería estresarme justo ahora.
Seungmin suspiró en su espalda, asintió dándole a entender que lo comprendía. En cierta manera, estaba agradecido de que los hubiera echado prácticamente. La presencia de ambos ciertamente pudo haberle hecho revelar confidencialidades que sólo concernían a Hyunjin y a él.
Ahora comprendía de donde había salido su porte y su belleza, claramente sus padres lo habían dotado de genes agraciados y una personalidad digna de un alfa puro. Su opinión respecto a ellos seguía nublada, no podía distinguir todavía si existía un peligro latente cerca de él.
—Aún falta tiempo para que vaya a trabajar.—Comentó Seungmin.—Pero ¿Tengo que ir hoy?—Musitó como si fuera un niño pequeño que se rehúsa ir a la escuela.
—Dile a ese tonto de Yang que lo verás el Lunes.—Le permitió mientras se daba la vuelta y deshacía el abrazo que estaban manteniendo. Seungmin rió y asintió recordándose mentalmente llamarlo más tarde para pedir permiso para faltar.
Seungmin sentía como si el secreto que guardaban podría ponerlos en peligro, era como una olla a punto de explotar. Hyunjin se encontraba visiblemente tenso aún, aunque se había postrado ya en un sillón concentrando su vista en la televisión recién prendida para que el sonido de los programas dispersara o acompañara los pensamientos que lo atascaban por completo.
—No hemos desayunado todavía.—Recordó el omega con las mejillas ruborizadas cuando su estómago rugió, desde que estaba embarazado su apetito se había multiplicado y no le permitía el lujo de saltarse las comidas como lo hacía antes.
Hyunjin encontró aquello adorable, y pensó que una ventaja de finalmente haber confesado su atracción hacia él y haber sido correspondido, era que podía cuidarlo y ocuparse de él como su alfa le mandaba en la mayoría de las ocasiones. Se levantó y se dispuso a calentar todos los alimentos preparados antes de que Minho y sus padres llegaran para interrumpir lo que se suponía sería una mañana invertida en hablar, y a petición de Seungmin, ver una película.
Mientras éste lo esperaba pacientemente sentado y balanceando sus pies, su alfa interiormente rugía en aceptación al verlo otra vez con sus prendas. Era como si de aquella manera pudiera advertirle a las demás personas que Seungmin y Nana eran suyos. ¿Que si era muy apresurado desarrollar esa clase de sentimientos posesivos hacia ellos todavía? De todas maneras ya era muy tarde.
Jeongin aceptó a darle tres días de vacaciones a Seungmin cuando éste lo llamó para pedir el día libre. Les vendría bien a todos un pequeño descanso, así él podría arreglar las cosas con Chan.
Lo que más le molestaba era que Allen al final había sido perdonado por la lástima de la agresión que recibió, y él, que sólo había querido ayudar al hermano de su omega, recibía penalidad. Estaba exhausto, incluso consideraba renunciar a la vida amorosa por el resto de sus días así como el idiota de Hyunjin lo hizo por años. Con suerte llegaría un omega tierno y buena persona a su casa dentro de unos años, aunque preferiría que no estuviera embarazado. Le gustaban los niños ajenos, pero los propios lo atemorizaban.
Tal vez era esa edad mental la que causaba conflictos con el único omega que estaba en su corazón desde que tenía diecisiete años, Chan y Allen eran mayores y compartían incluso la edad. Él era el menor y le costaba adaptarse a la forma en la que pensaban y abordaban asuntos de seriedad o madurez para las que él aún no se sentía listo.
Una omega linda entró a su local la mañana siguiente, con el cabello rubio ondulado y unos ojos impresionantemente grandes. Era demasiado hermosa.
Ella pidió un té chai y una rebanada de panque de plátano, llevaba consigo una laptop y la mirada más pícara que había recibido de un omega que no fuera Chan. En las mañanas, y con Allen ausente debido a una gripa inoportuna, tenía que trabajar como cajero. Empezaba a arrepentirse de haberle dado permiso a Seungmin para faltar.
No era que fuera un alfa inexperto, simplemente había reservado toda su experiencia para su relación con Chan.
—El panque de plátano fue muy bueno.—Halagó ella después de unas dos horas metida en su portátil, acercándose innecesariamente para iniciar una conversación con él.
—¿Ah, sí?—Preguntó Jeongin desconcertado.—Me alegro que te gustara.
—Me encantó... deberías considerarme porque definitivamente voy a regresar seguido.—Le aseguró mientras extendía su propina.—Me llamo Yuna. Es un gusto conocerte, Jeongin.
—¿Cómo sabes mi nombre?—La muchacha rió y señaló su gafete. Estúpido gafete.—Oh, perdona.
—No es nada, hasta pronto.—Se despidió batiendo las pestañas.
Wow, era un pensamiento que quedaría incrustado en su mente únicamente y para la eternidad, pero ella era realmente hermosa. Esperaba con fe que Chan no tuviera poderes psíquicos como sospechaba que los tenía, porque estaría frito. Más de lo que ya estaba.
Para su última y cuarta mañana libre de sus pequeñas vacaciones, Seungmin tuvo que ser levantado en brazos para comenzar con su día. No quería que la tarde llegara y tener que volver a la rutina diaria.
Habían estado conviviendo bastante tiempo en la casa de Hyunjin, incluso había mudado unas pocas de sus prendas hacia el clóset del alfa para las noches en las que se quedaban dormidos en el sillón después de maratones de películas Pixar. Entre el sueño, sentía al alfa cargarlo hasta la cama para depositarlo ahí y retirarse a trabajar en la noche.
Seungmin había descubierto que el alfa era de sueño pesado, y que solía quedarse dormido a mitad de las películas. Roncaba mucho, y aquello le causaba risa debido a sus ganas de ser padre pues parecía realmente irónico que su sueño fuera el de una roca.
Habían estado hablando acerca de cualquier cosa que sintieran vital platicar entre ellos. El como Hyunjin había crecido con sus padres como hijo únicos y con abuelos terriblemente estrictos, como había estudiado administración y que gracias a ello había podido heredar una parte del negocio de sus padres. Al hablar de sus años universitarios había sonado deprimentemente aburrido, como si no recordara aquella época con cariño especial o alguna mínima nostalgia.
Sin embargo había algo que había descubierto de él que lo sorprendió inmensamente, y era que Hyunjin tenía una segunda carrera. Pocas veces podía observar en su rostro sonrisas o expresiones que denotaran alguna emoción, y aquella ocasión se había convertido para Seungmin en un momento grato mientras lo escuchaba hablar de su amor por el arte y como se aventuró a elegir las dos carreras.
Seungmin tuvo que rogar un día entero para que le dejara ver algunas de sus obras, y a pesar de la negación inicial por parte del mayor, el omega logró salirse con la suya con la mejor mirada lastimera que sus dotes escasos de actuación le permitieron. Lo llevó a una de las habitaciones del segundo piso que se encontraba bajo llave, y dentro tenía paredes repletas de dibujos en blanco y negro que retrataban paisajes, rostros desconocidos para él, y algunas otras ideas abstractas.
La habitación tenía cajas que ocupaban la mitad de la habitación, y estaba siendo remodelada con colores pasteles en rosa, azul y amarillo. Era un contraste con las aún no pintadas paredes que eran completamente negras, casi como si estuviera en dos habitaciones al mismo tiempo.
—¿Estás remodelando tu estudio?—Preguntó lo obvio dándole un vistazo al desorden a su alrededor. Hyunjin asintió con las pocas palabras que lo caracterizaban.
—Para la habitación de Nana.—Le dijo con orgullo. Hyunjin nunca dejaría de sorprender a Seungmin, al parecer.
Sintió su corazón derretirse un poco ante la idea de un alfa tan rudo como él, pintando de una manera perfeccionista las paredes de su estudio y transformándolas en una digna habitación para bebés.
Más tarde Seungmin y Hyunjin habían intentado preparar risotto con camarones siguiendo una receta que habían encontrado en internet, y de no haber sido por las habilidades culinarias de ambos para salvar el desastre, posiblemente la receta hubiera resultado un fiasco.
Tenían vasos con refresco listos en la mesa de centro y la película de Valiente a punto de empezar, dispuestos a terminar sus últimos momentos libres de obligaciones antes de tener que retomar el transcurso de sus vidas. Cuando iban en la mitad, justo en la parte en que la princesa Mérida emprende un viaje con su madre convertida en oso, escucharon el timbre de la casa resonando.
A este paso, Seungmin terminaría convirtiéndose en un huraño como Hyunjin. Éste bajó el volumen de la televisión para poner atención al patrón de toquidos en su puerta, y cuando detectó a las personas que habían venido a visitarlo rodó los ojos e hizo una señal al omega para que guardara silencio.
—¿Quién es?—Susurró Seungmin.
—Son Changbin y Jisung.
—¿Cómo lo sabes?
—¡Hey, tú! ¡Abre la puerta maldito imbécil, estamos asándonos aquí afuera!—La imperativa voz de Changbin se escuchó desde la entrada, y aquello respondió a la pregunta del menor.
—¿En serio no les vas a abrir?—Volvió a susurrar.
—Nah.—Fue lo único que contestó mientras tomaba de su bebida. Vaya que era una persona poco social. Se preguntaba cuántas veces había aplicado la misma técnica antes.
Seungmin se rió en voz baja y esperó pacientemente con los insultos y maldiciones de los dos alfas fuera de la casa, quiénes muy seguramente sabían que estaban siendo ignorados. De igual manera, eran buenos amigos por ser tan perseverantes.
Una malévola sonrisa se formó en los labios de Hyunjin mientras cruzaba su brazo por detrás de su respaldo y lo acercaba hacia él sobre el sillón. Seungmin se dejó hacer, completamente inadvertido de las intenciones del alfa. Unos besos empezaron a ser dejados en su cuello de manera suave, y antes de que tuviera tiempo de reaccionar, ya estaban siendo subidos de tono para pasar a ser besos húmedos que anestesiaron sus sentidos.
Seungmin entre quejidos le advirtió que parara o de lo contrario no podría detener los gemidos que amenzaban con salir de su boca, mas el alfa siguió jugueteando con sus puntos débiles de forma maquiavélica y con esa engreída sonrisa, sus manos se colaron por debajo de su ligero suéter y la frialdad de éstas mandaron escalofríos a su espalda. No podía ser que estuviera excitándose mientras sus amigos esperaban afuera.
—¡H-hyunjin!—Chilló tirando su cuello hacia atrás, pero recargándose de modo inconsciente sobre su pecho. Tenía las manos en la boca, y las caricias y besos del alfa estaban jugando en su contra con una buena diferencia de contrincantes para su capacidad de mantenerse en silencio.
—Shhh, no tienen que oírte.—Le sopló al oído mientras mordía su lóbulo. Seungmin podía sentir la temperatura en su cuerpo aunentando como termómetro, y su cabeza roja en calor.
Era un alfa del mal definitivamente.
—¡Ew, Hyunjin! ¡Hasta acá podemos oler sus feromonas!—Prtoestó Changbin en la entrada. Hyunjin se rió como si estuvieran contándole un chiste y siguió con sus caricias aún después he haber ahuyentado a sus amigos.
—Eres un tonto.—Proclamó Seungmin todavía disfrutando de las caricias y besos ajenos. Su adorable rostro se volvía más hermoso sonrojado ante la vista del alfa.
En la tarde, cuando Seungmin fue dejado en el trabajo por un reprochante Hyunjin que intentaba convencerlo de renunciar, se encontró con la presencia de una omega que estaba claramente interesada en Jeongin. No sabía por qué su amigo no hacía nada al respecto y únicamente sonreía, pero en definitiva el aroma tan dulce y empalagoso que desprendía a propósito cada que cruzaron miradas en el local no le agradó.
Pensó incluso que podía ser la sensibildad de su nariz a olores desconocidos, lo que sería bastante estúpido comsiderando su tiempo trabajando en el local aún en gestación. Pero él confiaba en Jeongin, además que había demostrado ser un alfa tan interesado en su omega que había prácticamente huido a su oficina cuando lo vio llegar y lo dejó a cargo de la muchacha y los demás clientes.
Ella parecía realmente frustrada, y estuvo constantemente acercándose para pedir cosas con excusas básicas como que se había olvidado de un cubierto, que ocupaba una servilleta, que quería cierto alimento para llevar. La omega parecía de lo más insistente, y estaba tocándole los nervios a Seungmin porque por su culpa, Jeongin estaba confinado en su oficina sin poder salir para que le platicara los acontecimientos que habían ocurrido recientemente en si vida.
Decidió que no quería alterarse, y dejó pasar el momento ignorando por completo a lo que pensó que era una muchacha caprichosa.
Allen regresó después de su tiempo fuera por su enfermedad que había resultado en una influenza, y pensó que él podría poner fin a lo que había dejado pasar como una omega con un flechazo por el dueño del local. Cosa que se había convertido en una acosadora de tiempo completo, prácticamente. Al llegar el alfa, Seungmin fue rápido en acusarla con él como si fuera su padre mientras intentaba defender a Jeongin y explicar como ésta parecía realmente no darse cuenta del rechazo.
Allen únicamente se rió de la situación que ambos menores habían acudido a contarle en secreto como si fueran espías. Le dio un codazo al alfa menor y susurró un "Eso campeón" antes de advertirles que la única solución que se le ocurría era traer a Chan, cosa que rápidamente fue descartada por el trío para evitar algún escándalo seguro.
Se quedó en un simple "Nadie tiene por qué enterarse" que supieron guardar bastante bien.
Pero un día, ella esperó a ser la última comensal para acercarse a ellos antes de ser echada, y susurró con lágrimas en los ojos que necesitaba un trabajo.
Jeongin obviamente se negó, suficiente tenía con Seungmin trabajando para él, y además no podía conseguir tanto dinero para cubrir otro sueldo. Necesitaba ser responsable de su local como le habían enseñado sus papás.
Pero Yuna admitió haber estado recurriendo al lugar en busca de un escape para estudiar, pues la situación de violencia familiar en su casa cada día se tornaba más difícil y complicada.
—Por favor... necesito juntar dinero para huir de ahí.—Rogó ella llorando.
Seungmin no pudo evitar verse reflejado en la omega, tan vulnerable que la vida, tan jerárquica como era, nunca le daría la oportunidad a los más débiles como ellos de sobresalir. Allen y Jeongin parecían estar consultándolo telepáticamente, aunque por la mirada de pena en sus ojos, tuvieron que aceptar. Los tres apenados por haberla juzgado rápidamente sin intentar si quiera conocer sus motivos.
—Puedes trabajar aquí, Yuna.—Le aseguró Jeongin con su corazón amable en la mano.
otra vez no me dio tiempo de actualizar el miércoles lmao perdón.
puse a hyunjin dibujante como un easter egg a st&cl porque me encanta el concepto de hyunjin artista yaay.
¿creen que seungmin, woojin o jeongin son tontos o simplemente tienen corazón de pollo?
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