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"Abrázame, ámame, tócame cariño. Sé el primero en haberlo hecho"
(Cinnamon Girl, Lana Del Rey)
Dentro de Hyunjin las cosas retomaron el color y su cabeza se esclareció, el leve pánico y la gran sorpresa en la cara de Allen quien veía al omega que se había acercado para defenderlo lo devolvieron a la realidad.
Parado de manera furiosa estaba ahí el hermano mayor de Felix, Chan, con el ceño fruncido y las orejas tan coloradas como su piel pálida le permitía tenerlas. Automáticamente escuchó el gruñido por parte de Allen quien al ver a su omega tan cerca de un potencial peligro como lo era Hyunjin enojado, no dudó ni un segundo en defenderle.
—¿¡Pero qué ibas a hacer!?—Exclamó Chan furioso.—¡Suéltalo o voy a pedirle a Jeongin que venga a patearte el culo también!—Amenazó acercándose hacia ellos, donde instantáneamente unos brazos lo acogieron separándolos de donde se encontraba un pensativo y arrepentido Hyunjin.
—¿Qué haces aquí?—Interrogó Allen al omega.
—Venía a darles una sorpresa a los dos, quería platicar con ustedes acerca de volver a intentarlo pero en cambio te encuentro al borde de la muerte y tengo que venir a salvarte.—Explicó el omega con recelo mientras observaba a Hyunjin.
—Yo únicamente venía a tirar la basura cuando él salió de la nada.—Acusó sin dudar.
—¿Allen?—Seungmin desde la entrada y la parte iluminada del callejón trasero se presentó visiblemente confundido, no pasó mucho antes de que reconociera un segundo aroma.—¿Hyunjin? ¿Qué hacen aquí?
El alfa pelinegro se adelantó para salir del callejón sin mirar directamente a los ojos de ningún presente, no sabía qué exactamente era lo que debía hacer o decir, pero sí sabía lo que se vendría con el estado tan impaciente en el que se encontraba el omega rubio.
—Uhm, nada, Minnie. Será mejor que entremos.—Le contestó Allen sin querer agravar la situación, cosa que a Chan sin embargo no le importaba realmente.
—¿Minnie? ¿Quién eres tú?—Preguntó el rubio entrecerrando sus ojos.—¿Y qué haces aquí?
—Trabajo aquí.—Respondió ligeramente insultado.
—¿¡Jeongin contrató a un omega embarazado!?
—¿Algún problema?—Retó Seungmin cruzándose de brazos. No sabía quién era el hermoso omega rubio que era retenido por su amigo, pero no le agradaba hasta el momento.
—Ninguno, Minnie. No pasa nada. ¿Por qué no mejor regresamos al local?—Intervinó Allen a tiempo.
Seungmin se mantuvo renuente a la petición pero finalmente accedió mientras con la mirada le pedía una explicación a Hyunjin, quien se la negó corriendo la vista.
Los dos alfas y los dos omegas se adentraron al local con las sillas sobre las mesas y donde Jeongin se hallaba atento anotando algo sobre su libreta y con lentes que lo hacían ver atractivo y tierno a la vez.
—¡Yang Jeongin!—El alfa más joven saltó en su lugar ante tal alarido. Sus ojos se desorbitaron cuando vio al omega frente a él, y con una confusa mirada hacia Allen quien yacía detrás del rubio, tragó saliva pesadamente.
—¿C-chris?
—¿Contrataste al omega embarazado de Hyunjin, que por cierto estuvo a punto de asesinar a nuestro Allen, y tú estás ahí tranquilamente garabateando tu libreta?
—¿¡Que Hyunjin qué!?—Preguntaron Jeongin y Seungmin al unísono. Nadie en el lugar parecía tranquilo.
Hwang frotó desesperado sus manos sobre su rostro y Allen sostuvo el puente de su nariz con sus dedos, mientras Jeongin se deshacía de sus anteojos y simulaba quitar sudor de su frente.
—Dime que no es cierto, eso no puede ser cierto.—Musitó harto el locatario.
—Pues pregúntale a Allen, estuvo literalmente a punto de morir. ¡Y todo por él!—Señaló hacia Seungmin.
—¿¡Yo!?
—Deberías enseñarle a tu alfa a no ser tan posesivo y confiar en tí, no a atacar a la primera persona que se cruce en tu camino. Hyunjin no paraba de gritar que tu aroma estaba mezclado con el de Allen, pero eso es imposible cabeza de chorlito.—Se dirigió esta vez al pelinegro.—¡Trabajan juntos!
Un sepulcral silencio llenó la sala posteriormente, dejando a Chan incómodamente avergonzado al darse cuenta gracias al silencio que su tono de voz había sido alto y chillante. Debía controlarse, pero no se arrepentía. Él no iba a permitir que sus parejas salieran dañadas a causa de otra que no sabía lidiar con problemas básicos de las relaciones Alfa-Omega como lo era
la confianza. De todas formas, ambos tendrían mucho que explicarle. Allen ciertamente exudaba aroma a omega embarazado, y ese omega no era él. Si se acercaba a Jeongin y percibía lo mismo, los dejaría en abstinencia el resto de sus vidas.
—Seungmin no es el omega de Hyunjin...—Le explicó Jeongin a su pareja (quería seguir creyendo que lo eran) amablemente después del silencio.
—¿Cómo que no? ¿Y ese intento de homicidio entonces? Si no es su omega ¿Por qué lo marcó con su olor?
Jeongin guardó silencio y miró hacia Hwang y Seungmin con ojos reprochantes, mas no era su deber informar a nadie del trato que ellos mantenían si no le era permitido, y por la mirada en el rostro del omega embarazado supo que la situación lo abochornaba visiblemente.
—Lo siento.—Se disculpó Hyunjin entonces, para desviar la pregunta.—Fui impulsivo y le pido perdón a Allen, no sé qué me pasó.
—¡Claro! Mejor dejémoslo de lado y hagamos como que–
—Allen no acepta tu disculpa.—Intervinó Chan, el alfa lo miró sorprendido.—Necesito una explicación, todos están callados ¿Por qué nadie me explica?
—Chris... creo que sería mejor platicar de eso después. No es algo grave realmente.—Le aseguró Jeongin.—No sabía que vendrías.—Agregó.
—Pues lo hice y ahora me arrepiento, quién sabe cuantas cosas hicieron y estuvieron ocultándomelas.
Seungmin se encontraba disperso entre todo lo que acontecía. ¿Por qué Hyunjin había agredido a Allen? ¿Por qué ese omega actuaba como la pareja de Allen y la de Jeongin al mismo tiempo? ¿Y por qué Hyunjin parecía querer ser tragado por la tierra?
—Tranquilo Chris, en mis manos estará que Hyunjin no vuelva a entrar aquí nunca más. ¿Sí?—Prometió Jeongin tomando sus manos.
—¿¡Qué dices!?—Exclamó Hyunjin fastidiado.
—No quería contratar a Seungmin porque sabía que iba a tener problemas contigo. Pero él es demasiado bueno como para echarlo por tu culpa, aún así no pienso permitir que sigas desquitando tus problemas aquí.—Espetó Jeongin sin reparo.—Si tanto te gusta Seungmin haz algo y deja de venir a destruir mi inventario o la cara de mi novio.
El omega menor casi se atragantó con su propia saliva. ¿Qué acababa de oír? Hyunjin a su lado gruñó amenazante, gruñido al cual Jeongin respondió con el ceño fruncido sin mostrar todavía pizca de miedo alguno.
—Será mejor que se vayan.—Opinó Allen.—Evítemos problemas y mañana hablaremos. ¿Sí? No hagan esto más grande de lo que realmente es.
Seungmin se sentía extremadamente avergonzado por haber sido indirectamente culpado, sentía que estaba en él el peso de las actitudes agresivas de Hyunjin de las cuales no entendía la razón. Asintió con los ojos llorosos, odiaba eso de su embarazo. Lo había hecho más sensible y sus hormonas simplemente decidían que podía ser una fiera furibunda en un segundo y una magdalena al otro.
Se retiró después de pedir disculpas con una inclinación profunda a los tres presentes, y observó por el rabillo del ojo como Hyunjin hacía lo mismo antes de salir tras él. Su corazón latía intensamente de tan siquiera pensar en las palabras mudas del silencio en el que se sunergerían tan solo entraran al automóvil del alfa para regresar a casa, la explicación que quería pero que no se atrevía a exigir.
Como lo supuso, el camino fue reservado a los sonidos de la ciudad nocturna y la bocina de los autos en las paradas de semáforos. Cuando se alejaron y se adentraron a la carretera que los llevaba a la residencia del alfa, el ruido de las llantas rodando contra el asfalto era todo lo que llenaba la mente de Hyunjin. Ni siquiera quería pensar en lo que acababa de ocurrir.
Contrario a él, Seungmin había atestado su cabeza con teorías e ideas de las declaraciones hechas por Jeongin. Sentía miedo, no sabía cómo reaccionaría si Allen no quería volver a hablarle, o si Jeongin decidía que tenerlo trabajando en su cafetería era demasiado problemático. ¿Que él le gustaba a Hyunjin?
No podía ser cierto. No había signos que le indicaran eso, y además, si así fuera ¿Por qué él? Comparado con las omegas hermosas que los fines de semana llegaban a visitar el viñedo, y que él veía desde la lejanía de su cabaña. Se sentía tan pequeño y algo despistado a su lado, incluso los primeros meses había llegado a pensar que le caía mal al mayor. Su humor era malo y casi nunca lograba sacarle una sonrisa, y era demasiado lento.
Por otro lado se preguntaba qué era lo que Jeongin había querido decir con "romperle la cara a mi novio". Claro estaba que Hyunjin se había enfrentado a Allen, y de no ser por ese tal omega Chris, lo habría hecho. ¿Pero Jeongin acaso había confundido al omega con Allen? ¿O eran en verdad novios?
¿Hyunjin en serio lo había marcado con su olor? Él ni siquiera podría averiguarlo porque estaba tan acostumbrado, y nadie de sus conocidos lo mencionó si quiera una vez.
Su cabeza dolía.
Una llamada interrumpió el mutismo del viaje y Hyunjin se quejó cuando vio el identificador de llamadas de su celular. Era Felix, y sabía exactamente qué quería. Decidió pasarle el celular a Seungmin, quien lo recibió lentamente después de ver el nombre de su amigo plasmado en la pantalla y resonando, el alfa con un movimiento de cabeza le indicó que contestara.
Dubitativo, lo hizo y lo pegó a su oído. Una serie de malas palabras fueron el saludo que recibió.
—¿Felix? Cálmate.
—¿Seungmin? ¿Eres Minnie?—Preguntó el omega del otro lado.—No sé por qué contestaste tú, pero pásame a Hyunjin, necesito hablar amablemente con él.
—Habla conmigo, él está manejando y no puede responder.
—¡No te escondas de mí, cobarde!—Gritó Felix y resonó fuerte en el oído de Seungmin, quien alejó el celular por un breve instante.—Perdona Seungminnie, Chan me contó todo lo que pasó y sé que es confuso, pero tú no tienes la culpa de nada ¿Ok? Te conozco y sé que te estás carcomiendo la cabeza con ideas, no lo hagas.
—Espera... ¿Chan, o Chris como lo llamó Jeongin, es tu hermano? ¿El que fue novio de Minho?
—El mismo. Tiene una personalidad un poco fuerte, y tal vez es un poco arisco y territorial pero que no te intimide, simplemente es Chan siendo Chan.—Le dijo.—Aunque tenía razón en estar enojado con Hyunjin, y que dé las gracias porque Minho todavía no se ha enterado.
—Ni siquiera sé que pasó exactamente.
—Pues creo que eres el único, Minnie. Háblalo con él y exígele la respuesta porque es clara pero eres muy despistado para saberla.
—¿Quién es el alfa de tu hermano?—Preguntó antes de que Felix colgara la llamada.—Estaba confundido sobre por quién estaba reclamando.
—Es Jeongin.
—Oh, por un momento pensé que...
—Pero también Allen.—Admitió.—Los dos, están en una clase de relación poliamorosa pero es algo complicado y siempre vienen y van. Jeongin te contrató sin que Chan lo supiera, así que con lo territorial que es de seguro tu aroma inpregnado en ellos más el arranque de Hyunjin no le sentó bien.
—Yo no sabía...
—No te preocupes por eso. Ahora me tengo que ir, porque sé que Hyunjin nunca me va a contestar, pero tienes que hablar con él, Seungmin. Adiós.—Se despidió y colgó la llamada.
Esperaba que su conversación no hubiera sido escuchada, aunque era imposible, estaban demasiado cerca como para que fueran entendibles los insultos de Felix incluso sin el altavoz activado.
Volvió a guardar silencio y se enfocó en el camino.
Al llegar el auto se detuvo y el motor se apagó. Seungmin saltó de su lugar y bajó, reaccionó rápido para seguir a Hyunjin quien ni siquiera se preocupó en apagar el carro después de haber dado un portazo y salir disparado con pasos grandes a su casa.
—¡Espera! ¡Hyunjin hyung! ¡Habla conmigo!—Gritaba el omega tras de él. Lo alcanzó cuando se detuvo para abrir la puerta, y se aferró a él arriesgadamente mientras sostuvo su mano para impedir que se adentrara y cerrara su puerta frente a él.
—Ahora no, Seungmin. Hablemos mañana.
—¡No! No me trates como si fuera tu hijo. Explícame que fue lo que sucedió, si pierdo mi trabajo por tu culpa al menos necesito saber por qué fuiste a agredir a Allen.
Hyunjin tiró de su mano con todo y el omega dentro de la casa, cerró la puerta y recargó al menor en ella para apresarlo. Se iba a volver a arrepentir, pero ya se arrepentía de muchas cosas.
—Porque lo olí en tí, no sé qué me pasó, pero mi alfa estaba desquiciado por haber percibido otro aroma en tí.—Dijo con la nariz enterrada en su cuello. Sus cuerpos estaban tan pegados que las piernas de Seungmin habían empezado a debilitarse.
—¿Y por qué me marcaste? ¿Lo hiciste?—Sus latidos galopaban como en una carrera, la sangre no se quedaba trás y fluía igual de furiosa en todo su cuerpo, sonrojándolo y calentando su rostro.
—Ni siquiera sé cómo lo hice. Pero tuvo que haber sido después del día de la estación de metro, tú estabas tan asustado de volver a salir que tuve que protegerte a tí y al bebé.—Se explicó, la punta de su nariz le provocaba cosquillas en el cuello.—Hay gente que suele deambular más allá del viñedo y vienen a dar a este lado, tampoco quería que nadie se acercara con dobles intenciones si te encontrabas a alguien estando aquí los fines de semana.
—¿P-por qué me proteges?—Cuestionó sorprendido.—¿Haces todo eso porque te gusto?
Se había tragado su orgullo, pero valdría la pena si escuchaba lo que quería escuchar.
En su lugar, obtuvo unos carnosos labios contra los suyos en un movimiento lento. Un beso tímido, tan delicado como el toque con la porcelana y tan frío y rígido como ésta. Cuando el omega reaccionó, cerró los ojos después de la sorpresa y correspondió moviendo sus labios torpemente contra los del alfa quien guió el beso hacia una pasión que ambos desenterraban finalmente.
Su orgullo seguía digiriéndose, no tuvo una contestación concreta, pero aquello realmente no le importaba cuando el cuerpo del mayor estaba dirigiéndolo hacia el sofá a tientas con sus labios unidos todavía en un beso, lo sentó con cuidado y se separaron para tomar aire.
Debía parecer un tomate para ese momento, porque la fugaz mirada divertida de Hyunjin lo hizo sentirse pequeño. El pelinegro acarició una mejilla antes de inclinarse para volver a besarlo, sin palabras de por medio, y a base de puro contacto, así establecieron por primera vez la atracción que sentían el uno con el otro.
Para Seungmin era como un sueño, estar siendo sostenido por los brazos de su pequeño enamoramiento platónico era mejor que sus fantasías. Éstos eran más fuertes y lo sostenían más firmes mientras succionaban sus labios deliciosamente.
Los besos descendieron hacia su cuello, donde se volvieron más húmedos sobre su glándula de aroma, pudo escuchar un pequeño jadeo provenir de Hyunjin cuando la encontró. Estaban empezando a arder, eran como queroseno inflamable que había sido activado.
Seungmin se sentía en una nube mientras era manejado por las manos contrarias y expertas, acariciando sus costados por debajo de su camisa. Se dejó caer contra el sofá mientras que las manos fueron levantando su prenda, lo que lo hizo reaccionar y detuvo al alfa de hacerlo.
—No lo hagas.—Le dijo.—No me toques ahí.
—¿Por qué?—Preguntó con su voz rasposa.
—No te va a gustar lo que hay debajo, es algo... repugnante.—Respondió penoso. Hyunjin negó con la cabeza y levantó la camisa aún así.
Sus ojos se abrieron y sus pupilas se dilataron aún más. Estaba incorrectamente sufriendo una ola de excitación, y se sentía mal.
—¡Te lo dije!—Chilló el omega quien mal entendió la reacción, quiso volver a bajar su camisa pero antes de que le fuera permitido, las mismas grandes manos que lo volvían loco empezaron a masajear sus pechos.
Se cubrió con una mano la boca, incapaz de creer lo condenadamente bien que se sentía. Sus pechos habían crecido considerablemente, sabía que era su preparación para amamantar al cachorro que cargaba. Era algo que lo asqueaba, más cuando tenía que limpiar el blanquecino líquido que éstos desprendían, pero en ese momento el estímulo de ambas glándulas lo estaba llevando al cielo.
Hyunjin se sentó sobre el sofá cuando tomó entre sus brazos al omega y lo posicionó encima de sus piernas, con sus manos recorriendo sus brazos ahora desnudos después de haberlo despojado de su camisa. Sus labios estaban hinchados y su mirada baja lo hacían ver tan hermoso ante sus ojos, parecía confundido como el primer día en que lo conoció, y justo como ese día sintió unas ganas inmensas de protegerlo. Solo que la diferencia ahora, era que podía hacerlo, ya no le importaba. Cuando lo sintió temblar lo abrazó cerca suyo y entonces el exquisito aroma a galletas de avena, ahora con una pizca de canela, inundó su nariz.
Su ya de por sí dulce aroma a omega ahora se había endulzado desde la primera vez que lo inhaló, parecía adicto a él.
Llevó sus manos hacia el vientre abultado del omega y acarició cuidadosamente, en círculos y con cariño. Su futuro hijo reposaba ahí dentro, y por alguna extraña razón su alfa nunca renegaba por el bebé ajeno en camino. Parecía que su lobo de hecho se había acostumbrado a la idea, incluso desarrollando sentidos protectores para con el pequeño y con el mismo omega.
Una patadita se sintió bajo su toque, lo que le arrancó un enternecedora sonrisa. Seungmin también sonrió.
—Creo que Nana te reconoce.—Comentó divertido cuando otra pequeña patada llegó.
Hyunjin respondió dejando un beso sobre el vientre, tomándose su tiempo para seguir acariciando la hinchada superficie.
Seungmin estaba consciente de que las hormonas de su embarazo no ayudaban a su autocontrol, así que intentó retomar donde lo habían dejado mientras chocaba las caderas con las del alfa. Éste gruñó y tomó las suyas para ayudarlo a marcar movimientos que después de unos minutos lo tuvieron gimiendo en voz baja.
Cuando Hyunjin quiso seguir y lo sintió desabrochando su cierre, una cubeta de agua fría cayó encima de Seungmin apagando todo el fuego de su interior. Pasó del fuego al frío rápidamente, pero se matuvo congelado mientras el otro, ignorante a su reacción, siguió tocándolo.
Sus recuerdos en su mente se distorsionaron y las caricias suaves pronto se volvieron ásperas como si sus manos estuvieran llenas de callos, su aliento sobre su cuello se volvió amargo y alcohólico, podía percibir incluso el mismo aroma a cigarrillos que revolvió su estómago.
—¡Para! ¡Detente!—Ordenó gritando y exaltando al mayor, quien asustado se hizo para atrás hasta chocar contra el respaldo y alzó las manos como en señal de rendición. Cuando lo vio llorando, instintivamente se acercó para acunar su rostro.
—¿¡Te lastimé!?
—¡No me toques!—Gritó entre sus lágrimas, sus hipidos eran imposibles de controlar.
Hyunjin dejó que se bajara de su regazo y lo vio arrinconándose contra el sillon, abrazando sus piernas. No dijo nada y fue a la cocina, mantuvo un ojo en la sala mientras calentaba agua en su tetera. El silencio esta vez sí que le afectó, no tenía ni idea de qué había ocurrido como para que el omega cortara las cosas de tajo como lo hizo.
Incluso se avergonzó y reconoció haberse dejado llevar, pero para él todo aquello se le había salido de las manos después de solo querer besarlo. Ahora estaba ahí, tendiéndole un té con el más sumo cuidado a la bola encaramada que era Seungmin sobre la esquina de su sillón. Parecía fuera de sí.
El menor aceptó la bebida y dio apenas unos tres sorbos durante la media hora en la que pacientemente Hyunjin lo esperó sentado en el sillón continuo.
—Deberías descansar.—Le propuso levantándose.—Deberíamos.—Se corrigió.—Puedes dormir aquí si te sientes seguro, o volver a tu cabaña. También puedo acompañarte si quieres.
—... ¿Me puedo quedar a dormir aquí?—Seungmin no quería estar solo esa noche.
—Vamos, dormirás en mi habitación.—Le dijo esperando a que se levantara para apagar las luces y apagar con sus llaves el auto mal estacionado afuera, se cercioró de que la puerta estuviera cerrada correctamente antes de subir las escaleras con el omega frente a él.
Al llegar a su recámara recogió sus cosas rápidamente y tomó entre sus manos una almohada para mudarse a otra habitación y pasar la noche, pero un leve roce de manos que se volvió un agarre lo detuvo.
—¿Puedes quedarte?
La manera desesperada en que lo preguntó le hizo saber que no había nada bien ocurriendo dentro de esa cabecita, pero tampoco sabía qué era lo correcto que debía hacer para tratarlo. Asintió y le prestó una sudadera para ejercicio al omega mientras él se retiraba a su baño a cambiarse con sus ropas de vestir, regresó con la adorable vista de Seungmin nadando en su prenda.
Ambos se metieron a la cama, tomando su respectivo espacio entre ellos. Hyunjin le dio la espalda, dispuesto a dormir, cuando la misma voz que era dueña de sus sueños y fantasías habló.
—¿Puedo acercarme?
Y a él no le molestaba, así que lo permitió. Sintió su cercanía y su calor contra su espalda, y volvió a intentar dormir, pero la inquietud del menor podía sentirse tan firme como las paredes de concreto. Volvió a hablar.
—¿Puedo abrazarte?—Pero Hyunjin no quería ser abrazado, así que negó con la cabeza.
Sintió como el omega se despegaba lentamente de él, pero antes de que lo hiciera por completo, se volteó para abrazarlo a él. Lo sintió sorprenderse y luego relajarse, dándole la espalda a su pecho. Era pequeño aún con su estómago creciente, y cabía perfectamente entre sus brazos. Su blanquecino cuello estaba expuesto frente a él, pero prefirió no arriesgarse así que mantuvo su nariz lo suficientemente alejada para no incomodarlo, pero cerca para poder dormir aspirando su dulzón aroma.
Seungmin sentía que los brazos en los que dormía eran un perfecto lecho de muerte.
Actualicé hoy en jueves pero creoo que los días en los que voy a actualizar (o eso voy a intentar) serán los miércoles.
La próxima semana entro a la escuela y mis talleres son lunes y jueves así que esos días estaré ocupada, y los martes y viernes actualizaré la otra ff si puedo.
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