Capítulo 1
Estaba en mi habitación, sentado en mi cama mientras tocaba la guitarra, era uno de mis pasatiempos favoritos, como también lo era dibujar, me ayudaban a desconectarme un poco de la realidad y lo abrumante que era, los pájaros cantaban, y el sol entraba sutilmente por la ventana pegando en un costado de la habitación, iluminando una pintura mía sobre el atril que hice hace unos meses. El día estaba bastante tranquilo, era feriado y no tenía tarea que hacer, era la tarde perfecta, cuando de pronto, el viento empezó a soplar con muchísima fuerza, era tanta que los árboles se empezaron a agitar de un lado para el otro muy drásticamente, y lo que anteriormente era un clima cálido se transformó en una fuerte tormenta, a mí no me molesto ya que amo la lluvia, pero si me sorprendió el hecho que surja tan de repent...
—¡¡Robín!! vení a descolgar la ropa.
Mi vieja me pidió que vaya a descolgar la ropa, antes de que la tormenta la moje.
Baje rápidamente las escaleras mientras los truenos sonaban cada vez más fuertes, me apure por los pasillos de mi casa, mientras la madera rechinaba por cada paso que daba...
—Robín, ¡te dije que te peines, en una hora tenemos que ir de tu abuela! —dijo mi mama mientras peinaba mi ondulado pelo.
Luego de eso salí apurado a descolgar la ropa, ni bien abro la puerta del patio mi gato entra desesperado pasando entre mis piernas, el pobre estaba empapado y se lo notaba muy asustado, nunca lo había visto así, no perdí más tiempo, salí de mi casa y cerré la puerta con mucha fuerza, porque el viento no me permitía cerrarla con facilidad, me cubrí con un mantel para no mojarme y corrí hacia el tender.
Mientras descolgaba las ultimas remeras, me detuve un segundo a mirar el cielo, ya que note una coloración rara en las nubes, como si fueran de color violeta, era una imagen muy hermosa... me distraje un rato viéndolo, cuando de lo más profundo del bosque, note como una luz violeta emergía de este, mi gato, que al parecer se había escapado de mi casa, paso corriendo al lado mío metiéndose de a saltos en el bosque, no podía dejar que se pierda, tire el mantel con el cual me cubría y sin dudarlo me adentre al bosque, corrí y corrí mientras las ramas golpeaban mi cara, me cubrí el rostro para que dejen de golpearme y seguí corriendo, de repente la tormenta ceso, pero era extraño ya que el bosque se notaba diferente y seco, con abundante musgo entre los árboles y un sol que iluminaba entre las hojas, empecé a llamar a mi gato, tal vez así lo podía encontrar.
—¡León, Donde te metiste!
Empecé a llamarlo una y otra vez, pero no podía verlo por ninguna parte, intenté volver a casa, pero por más que caminaba, el bosque se hacía cada vez más denso, empecé a preocuparme y a sentir esa fea sensación en el estómago, como cuando sabés que algo no está bien. Seguí caminando cuando empiezo a escuchar un ruido aterrador, como garras raspando la madera de los árboles, mire hacia todos los lados, pensando que era mi gato, pero cuando decido mirar hacia arriba, quede paralizado, no podía creer lo que estaba viendo, había un extraño ser peludo de forma cuadrada mirándome fijamente con sus gigantes ojos violetas, empecé a mirar alrededor y estaba lleno de ellos, por todos lados. Nunca había visto algo así, lo único que se me paso por la cabeza fue correr y correr sin mirar atrás, hasta que por un descuido me tropecé con la raíz de un árbol y me golpeé fuertemente la cabeza contra el suelo, quedando inconsciente de inmediato.
Me desperté sudado dentro de una pequeña casa, con una puerta algo ovalada, una mesa color marrón almendra junto a la única ventana, había una cocinita al lado de lo que parecía ser otra puerta, mientras que poco a poco habría los ojos, intente levantarme, pero un fuerte dolor en mi cabeza m contuvo, volví a acostarme en la especie de sillón donde estaba y de pronto, una chica muy blanca, alta y un tanto flaca, con ojos de color gris y pelo muy claro, entro por la puerta y se me acerco con una especie de sopa.
—Toma esto, te va a ayudar con el dolor —dijo con una voz sin expresión.
Estaba muy confundido, así que me negué a aceptarlo, ella me insistió, pero mi desconfianza me supero, tenía muchas dudas.
—Perdón por mi mala educación, pero necesito volver a mi casa, necesito saber dónde estoy –exclame muy asustado.
—Estamos en el bosque musgoso de Aquadyon —dijo con mucha confianza. —pero se nota que no sos de por acá, ¿de dónde venís? —me pregunto.
—Vengo de Rusty Lake, cruzando el bosque, o por lo menos así llegue yo.
—¿Rusty que?, no hay ningún lugar que se llame así en toda la zona —dijo mientras se acomodaba el pelo detrás de las orejas.
Me quede sorprendido al ver la forma de sus orejas, no eran orejas normales, estas terminaban en forma de punta, como la de los cuentos de hadas. así que con pura inocencia pregunte
—Perdón por cambiar de tema, pero ¿por qué tus orejas son así? como... diferentes —dije con incomodidad por miedo a ofenderla.
Ella me miro extrañada y con una carcajada dijo
—¡¡¡¿Nunca habías visto un elfo?!!!
Y ese fue el momento cuando mi cabeza hizo un clic, y me di cuenta de lo que estaba pasando... ya no estaba en mi mundo, estaba en otra parte, estaba en un lugar distinto, o eso comencé a creer.
—No, nunca había visto uno, y aun que te suene raro, creo que la razón de todo esto es que yo no pertenezco a este lugar, no sé cómo llegue acá, pero necesito volver a mi casa.
—Ahora entiendo por qué estabas tan perdido, lo más probable es que nuestros mundos se hayan conectado por el renacer de frey y un portal te haya traído hasta acá.
—No entiendo... ¿qué es el renacer de frey?
—El renacer de frey es un evento que pasa en nuestro mundo, para que entiendas mejor te voy a explicar desde el principio, este vasto territorio que llamamos Kenthos está lleno de diversos seres conectados con la magia y con nuestra naturaleza —contaba de forma profunda.
—¡¿Kenthos?! —exclame confuso.
—Exacto. Kenthos nació hace miles de años, si bien tenemos información sobre seres de nuestro antepasado no se sabe cómo inicio todo esto, pero si sabemos que una vez al año se desata este evento. En este mundo existen cuatro elementos manifestados en seres extremadamente poderosos, la primera es Divia, esta representa la tierra, Ake representa el fuego, Atlas representa el agua y Deino el viento, en esa fecha emergen de sus 4 estatuas ubicadas en el monte eterno, con el fin de destruir Kenthos, pero frey un ser desconocido y con un poder descomunal, ayuda a detener sus ataques sellándolos dentro de sus estatuas, y el siclo es infinito, el hecho de que vos estés acá se debe a que cada vez que estos seres emergen, distintos portales conectan otras realidades con la nuestra.
Mientras yo procesaba todo lo que acababa de escuchar ella me ofreció dar un paseo por el pueblo elfo, para que así pueda despejar un poco mi mente. Ella apago la chimenea haciendo unos movimientos extraños con su mano, ¡¡parecía magia!!, luego recogió su arco y un par de flechas que habían encima de la mesa para después abrir la puerta. Mientras el chillido de la puerta sonaba al abrirse, me cubrí los ojos de la luz del día, ya que había estado en la oscuridad de esa casa por mucho tiempo y los rayos del sol me cegaban un poco, y al abrir los ojos me sorprendí, era un pueblo construido en un serró, estaba lleno de elfos trabajando en comunidad, los chicos jugaban entre ellos, y todos parecían bastante tranquilos.
De pronto un fuerte viento me empuja hacia adelante, y ni bien termino de mirar hacia arriba una imponente bestia se apodera de mi atención, no podía creerlo, parecía... un dragón que surcaba el cielo por encima nuestra. Me encontraba paralizado, hasta que la chica toco mi brazo y me dijo que me relaje, que eran inofensivos y parte de ellos.
Seguimos caminando por los senderos del pueblo, mientras miraba fascinado las montañas puntiagudas que había a la lejanía, en la cima de estas se podía ver dragones volando alrededor y libremente, era fascinante. Mientras íbamos recordé que nunca le había preguntado su nombre.
—Me olvide por completo de preguntarte, ¿cúal es tu nombre?
Ella sonrió y dijo
—Me llamo Edén, ¿y vos?
—Mi nombre es Robín, pero me podés decir Rob.
—Bueno Rob, estamos por llegar al hogar del elfo más sabio de este pueblo, tal vez él te pueda ayudar a volver a tu mundo.
Luego de toda la charla y las cosas que estaba viviendo, me había olvidado completamente de que tenía que volver a mi mundo. Seguimos caminando un rato hasta llegar a una casa, era un poco más grande que las demás, las casas no eran comunes, estaban repletas de plantas, enredaderas, musgo y macetas con flores, como si convivieran junto a la naturaleza, haciendo que algunos pequeños seres como colibris, mariposas y otros que desconozco se acercaran a estas a alimentarse del polen o a descansar. Estaban hechas de madera, como si fueran cabañas algo pequeñas, con ventanas redondas y puertas ovaladas, de color verde con una pequeña ventana en esta.
Edén me pidió que dé un paso atrás, se puso frente a la redonda puerta de madera y haciendo un movimiento con las manos, dibujo una especie de runa violeta en la puerta haciendo que esta se habrá lentamente. Al pasar no había nadie en la casa, solo una especia de ave parecida a una lechuza aleteando por la casa.
—¡¡¡Foit!!! Soy yo, Edén, necesitamos tu ayuda.
Y desde unas escaleras que daban al sótano, sube corriendo a toda velocidad un ser pequeño que parecía estar hecho de arcilla, chocándose con mi tobillo, este mira hacia arriba y al verme se llevó un terrible susto, (probablemente nunca había visto a alguien así) el pequeño salió corriendo para esconderse atrás de un viejo escritorio. Luego de eso, sube por las mismas escaleras un elfo bastante anciano, con barba y pelo muy largo, se lo notaba distraído, tanto que no había notado mi presencia hasta que termino de subir las escaleras, al verme su rostro se puso más pálido de lo que ya estaba, el anciano pego un salto para atrás y grito desgarradamente.
—¡¡¡Qué es eso, Edén donde lo encontraste!!!
Se acerco rápidamente hacia mí y empezó a revisarme muy bruscamente, miro mis orejas, mi pelo y mis manos, Edén le dijo que se tranquilizara, que me había encontrado en el bosque inconsciente, y que me llevo a su casa para que pueda descansar.
—¿Cómo llegaste a estas tierras muchacho? Disculpa toda la sorpresa al verte, pero no es normal ver seres como vos por acá —pregunto Foit.
—Foit, el chico no sabe cómo llego, pero no debe ser coincidencia que lo haya encontrado días después del renacimiento de Frey —dijo Edén con la voz cansada y golpeándose el rostro sutilmente con su mano.
—Muchacho, ¿qué fue lo último que has visto antes de llegar hasta acá? —pregunto Foit.
—No recuerdo muy bien, pero recuerdo que de la nada, una gran tormenta se formó en el cielo, y este se tornó de un color violeta brillante, luego de eso corrí a hacia el bosqu...
Foit no me dejo terminar cuando de un grito exclamo
—¿¡¡¡Color violeta!!!? Claramente tu mundo se conectó con el nuestro, el color violeta es con el que Frey ilumina el cielo cuando renace.
—¿Entonces hay forma de que pueda volver a mi mundo? —pregunte con la voz quebrada debido al miedo que estaba empezando a sentir.
—Muchacho...
—Se llama Robín —interrumpió Edén.
—Robín... lamento decirte que no estas acá por simple coincidencia, si terminaste acá es gracias a Frey, lo más probable es que haya un motivo de que estés acá, que tengas una misión en este mundo, y el único que puede darte esa respuesta es Frey —dijo Foit.
—Entonces, ¿cómo puedo encontrar a Frey para que me de respuestas?
Los dos voltearon a verse de forma muy seria, se quedaron unos segundos callados, parecía que ninguno de los dos se animaba a hablar, hasta que Edén decide romper el hielo.
—Robín, no quiero que te asustes, pero la única forma de encontrar a frey es esperar al renacer, Frey en el momento que termina de sellar a los cuatro elementales, disipa su energía entre las estatuas para mantenerlas activas y que estos no se escapen, causando así su muerte temporal, ya que cuando la energía no puede retener más los sellos, esta se junta para así volver a traer a frey en su forma física, y detenerlos.
Trague saliva y con una voz temblorosa hable.
—No tiene sentido, porque me traería a mí, de todas las personas que existen en mi mundo porque específicamente a mí, tiene que haber otra solución.
Empezaba a desesperarme, el hecho de tener que esperar tanto en este mundo para poder volver a casa era agobiante.
—Robín tranquilízate, vamos a encontrar la forma de superar esto, te prometo que vamos a encontrar la forma de que puedas volver —dijo Edén mientras agarraba mis dos hombros.
—Robín, sé que no es momento para decir esto, pero si tomamos en cuenta que tengas que esperar hasta el próximo renacer, necesitas empezar a acostumbrarte a este mundo, sé que esta información no es fácil de digerir, pero por más de que este mundo sea hermoso, también es muy peligroso, necesitas empezar a adaptarte —dijo Foit en tanto bajaba al sótano.
Estaba cansado, quería volver a mi hogar, mientras Foit buscaba algo en el sótano, y Edén tomaba asiento para pensar, la curiosa criatura que antes se había chocado conmigo, se acercó despacio hacia mí y me dio un collar con un pequeño cristal violeta, no sabía si agarrarlo, me daba un poco de impresión tener contacto con un ser tan extraño.
—Robín, acepta su ofrenda, los kiuds son seres que demuestran su respeto hacia otro dando pequeños objetos -dijo Edén con una voz muy amigable.
Agarre el collar y me lo puse, ni bien termine de hacerlo el cristal comenzó a brillar, y el pequeño kiud se quedó sorprendido, le pregunte a Edén por qué pasaba esto, a lo que ella dijo que los historiadores dicen que cuando el cristal brilla, significa que sos una persona pura de corazón, le agradecí al kiud por el regalo, ya que me ayudo un poco a despejarme. En eso, Foit regresa con una mochila, (parecía muy pesada) con su brazo derecho corrió todas las cosas que habían encima de la mesa, dejando que estas caigan en el suelo, y con su brazo izquierdo la apoyo sobre la mesa.
—¿Qué es esa mochila? —pregunte mientras Foit comenzaba a abrirla.
—Te prepare esta mochila con algunas cosas necesarias que podrían servirte en el tiempo que dures acá —dijo Foit.
Primero saco una libreta vacía, me dijo que podría usarla para lo que yo quiera, pero que me recomendaba anotar los seres que me iba encontrando, para así poder tener un registro de todo, luego saco una bolsa con algunas monedas, después saco una especie de bitácora, que llevaba información sobre todo lo que Foit sabia sobre Frey, y por último, además de unas cuantas botellas con lo que parecía ser agua, saco una espada muy hermosa, era completamente negra, tanto la hoja como el mango y además contaba algunos trazados en el filo, como de estilo nórdico.
—Esta espada es muy importante para mí, fue forjada por uno de los mejores herreros del pueblo de los duendes, si aprendes a usarla te va a ayudar mucho —dijo Foit mientras me la daba.
Agarre la mochila con las cosas que me dio Foit, era muy suave, como esos acolchados de terciopelo.
—No quiero ser irrespetuoso, pero ¿cuál es la razón de que estén tan obstinados a ayudarme?, realmente estoy muy agradecido, pero no entiendo por qué ayudarían a un desconocido de tal forma —pregunte.
A lo que Foit, con una sonrisa en el rostro responde.
—Ya soy anciano, no me molesta ayudar a los demás, mi vida no es la más divertida de todas, pero la razón principal de nuestra ayuda, es que Frey te eligió a vos por algo, y si el futuro de Kenthos depende de vos, no nos molesta en absoluto ayudar, además, noto mucho potencial en vos.
—Estoy de acuerdo con Foit, además no es muy común ver seres de tu especie por acá, estamos interesados en saber más de su mundo —dijo Edén.
Me hicieron sentir cómodo y acompañado, todavía tenía mucho miedo, pero al menos tenía esperanzas, además intente verle el lado positivo a todo lo que estaba pasando, mi sueño se cumplió, estaba viviendo la magia en carne y hueso. Empezaba a oscurecer, había pasado lo que quedaba de la tarde en la casa de Foit y Edén me ofreció quedarme en su casa hasta que pueda conseguir una vivienda en la que estar, el camino hacia su casa fue en puro silencio, me quede todo el trayecto pensando en si en algún momento iba a volver a casa, si realmente tenía tanto peso sobre mis hombros, Edén se percató de mis nervios y para romper el hielo me dijo.
—No estés nervioso, Foit a veces exagera un poco, cuando vayas conociendo el mundo vas a ver que de a poco se hace más fácil vivir en él.
Era difícil tomarla en serio mientras había dos dragones posados en la cima del cerro del pueblo, pero aun así le agradecí.
Llegamos a la casa, estaba exhausto, Edén prendió la chimenea y se ofreció para preparar la cena, ayudé a armar la mesa y cenamos, no había podido comer nada en todo el día, así que me termine el plato tan rápido que Edén se quedó sorprendida e incluso me ofreció más, luego de comer nos quedamos en la mesa charlando y tomando una especie de cerveza artesanal por un buen rato, me conto un poco sobre su mundo y yo sobre el mío, hablamos de casi todo, me conto un poco de los seres que habitan por la zona y aproveche para contarle mi experiencia con los seres cuadrados que conocí al principio de llegar acá, a lo que ella con una carcajada dijo.
—¡¿En serio te asustaron los shmops?! ¡¡Son totalmente inofensivos!!
Luego de un par de risas y de que me contara montones de anécdotas, nos percatamos de que ya era bastante tarde y decidimos irnos a dormir. Edén me mostro la habitación donde me iba a quedar, arme la cama, acomode mis cosas y me acosté, estaba exhausto, solo quería dormir y tomarme un descanso de todo lo que había vivido, pero mi mente no me lo permitió, empecé a dar vueltas y vueltas en la cama, por más de que estuviera cansado no podía conciliar el sueño, así que para matar el tiempo decidí prender una vela y ver un poco la bitácora de Foit. La bitácora tenía registro de muchas especies extrañas, al pasar las páginas todo se empezó a tornar confuso, runas y palabras extrañas tenían mucho protagonismo, pude leer un poco sobre diferentes tipos de runas, había runas sanadoras, runas selladoras, runas de invocación entre otras bastante interesantes. Empecé a leer un poco lo que había escrito, no había duda de que Foit estuvo investigando bastante sobre Frey, si bien leí mucho de lo que ya había escuchado, vi algo que realmente me llamo la atención, Foit había dibujado lo que, según él, eran pinturas rupestres dibujadas por sus ancestros en las cavernas de Thot.
El miedo se adueñó de mi nuevamente, había algo raro en la segunda pintura, la primera pintura no era más de lo mismo, Frey peleando contra los elementales, lo habían plasmado gigantesco y con algo que parecía ser un aura violeta alrededor de él, pero en la segunda pintura... se podía ver a Frey tirado en el suelo, arboles sin hojas y mucho fuego a su alrededor, con un elemental que era diferente a los otros cuatro, a punto de atravesarlo con lo que parecía ser una lanza, pero eso no era lo que me había dejado tan confundido, si no el hecho que entre medio de estos dos, Foit había dibujado un círculo con lo que parecía una runa selladora y con una pequeña aclaración que decía: "bitácora n°24: intentamos desactivar esta runa de toda las formas posibles, para ver lo que esta ocultaba detrás, pero por más de que intentamos, nuestro esfuerzo fue en vano, bueno en realidad no nos esforzamos mucho pero lo intentamos."
Tal vez lo que se encontraba detrás de esa runa podría ayudarme a saber un poco más sobre Frey, y hasta tal vez como encontrarlo. Ahora un poco más calmado, finalmente pude dormir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro