XVIII
[...]
Kelsey sonríe al escuchar el angelical tono de Justin cantándole y suspira, nunca se ha sentido de esta manera y se siente feliz y contenta por ello.
—¿La has escrito tú?—pregunta cuando su acompañante calla, se levanta y lo mira cuando apoya ambas manos en su pecho.
—Uhm, sí—Jay la observa detenidamente, sin perderse ningún detalle, y una sonrisa ilumina su rostro, es tan preciosa que el "tan" le queda corto.
—Es muy bonita—susurra y ambos se quedan mirando como si tuvieran algo interesante que ver, hasta que Kelsey se mueve—. Oye—ella tira de él—, ¿puedes besarme otra vez?—las mejillas de Kels se vuelven de un rojizo claro, causando que Justin ría ante su timidez.
—Te pones tímida por un beso y no cuando follamos, eso es raro—vuelve a reír cuando ella refunfuña y rápidamente toma su barbilla para besarla, sin vueltas ni apuros.
Las manos de Kelsey viajan al cabello de Justin, el cual acaricia suavemente y eso a eso a él le gusta, ya que le hace sentir tranquilo. Cuando el cuello de Kyky es besado por un hambriento y urgido Drew, esta rápidamente deja escapar suspiros.
—D-debemos levantarnos—vuelve a dejar las manos en su pecho y trata de separarlo—, así desayunamos juntos antes d-de que me vaya a la universidad.
—¿Paso por ti luego?—pregunta entre besos para luego morderlo, es ahí cuando ella lo aleja completamente y este bufa—Kyky—se queja y se deja caer en la cama.
—Sí—se levanta—, ahora mueve tu trasero y ven a ayudarme a hacer el desayuno.
—¿No quieres que mueva otra cosa?—se coloca de lado y alza una ceja al verla—Porque puedo hacerlo sólo si traes tu precioso cuerpo a la cama.
(...)
—¿Y qué se supone que estás estudiando?—Justin se lleva otro trozo de waffle luego de hablar sin dejar de mirarla.
—Psicología, te lo dije un millón de veces—ríe levemente y deja el tenedor sobre el plato.
—Oh, cierto—la sigue con la mirada cuando se levanta—, es que mi mente está tan enfocada en un nuevo proyecto que ni siquiera recuerdo mi nombre.
—¿Y de qué trata ese proyecto?—se voltea hacia el lavavajillas y observa hacia afuera.
—Sobre asesinato—Kelsey asiente sin dejar de ver al exterior—. ¿Hay alguien allí afuera?—esta sacude la cabeza y lo mira.
—No, sólo son ardillas—se encoge de hombros y se apoya en la mesada.
—No son sólo ardillas, hay alguien más aquí —susurra al escuchar un vidrio romperse—. Estarás bien, no dejaré que nada te pase.
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