XIII
[...]
—Pues, vivo con mis padres, los cuales están felizmente casados—susurra Kelsey mientras acaricia el cabello de Justin cuando este se acomoda en su regazo frente a la fogata de la chimenea—, tengo un hermano pequeño y comenzaré a estudiar la semana que viene, ya sabes, la universidad, debo terminarla—ella baja la mirada a él antes de continuar—. Tú terminaste la universidad, ¿verdad?
—Sí, pero no seguí ninguna carrera, es decir, para ser escritor no necesitas de tanto estudio, nada más que un poco de literatura, un buena mente con muchas ideas y listo—se encoge de hombros—y escribir siempre me gustó, aunque iba a estudiar medicina, ya que a mi madre le gustaba eso y quería que fuera médico.
—¿De qué murió ella?—la curiosidad mató al gato, y en este caso, la curiosidad mató a Kelsey.
—De cancer, a pesar de que ya toda la familia sabía que le quedaba poco tiempo de vida, su muerte nos dejó en shock a todos.
—Lo siento mucho—Justin frunce el ceño y niega, y ahí vamos de nuevo con esas palabras de mierda, él no necesita lástima, pues, eso no traerá a su madre con vida—. Escucha—se humedece los labios y se acomoda—, no quiero que creas que mi vida es perfecta ni mucho menos que tengo una familia como tal, porque no es así, soy humana como tú, y también me siento triste, ¿sabes?
—No parece—susurra y se queda mirando a Billy—, te ves feliz todo el tiempo y llego a creer que tu vida es perfecta, Kelsey.
—Claro que no—le agarra la cara con ambas manos y hace que la mire—, yo también lloro en las noches, como tú—él vuelve a fruncir el ceño.
—¿Cómo sabes que---
—Las veces en las que me he quedado aquí, sé que lloras porque te he escuchado—él asiente y suspira, se siente un estupido—. Y sabes que yo también lo hago, así que, no te sientas un fenómeno o algo así—Kelsey le regala una sonrisa que le es inevitable a Justin hacer lo mismo.
—Gracias por estar conmigo, Kelsey—se abraza a ella como un niño pequeño y la apretuja causando que Kels ría y Jay se une a esta.
—Ya deja de agradecerme, ahora me toca a mí cuidar de ti—toca su nariz y sonríe, inconscientemente al removerse, sus narices rozan y sus miradas se quedan fija el uno al otro.
Muchos susurros en la cabeza de Justin comienzan a aparecerse, y estos le dicen que no, le dicen que ha prometido no besar a nadie más, pero rompe una vez más las reglas, la besa, la besa con tanta delicadeza como si fuera una muñeca de porcelana, sus manos viajan a su cintura y se mantienen ahí, intactas; siente un cosquilleo cuando ella comienza a acariciar su nuca al corresponderle dicho beso.
Y sonríe. Sonríe porque se siente bien con Kelsey a su lado, sonríe porque se siente como nuevo en sus brazos, de los cuales no quiere alejarse jamás.
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